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La agricultura de conservación tiende puentes entre México y Perú

Grupo de productores peruanos durante su visita a la parcela D-5 (Texcoco, Estado de México), donde se observan los efectos acumulados por más de veinte años de agricultura de conservación. (Foto: Misael Chirino/CIMMYT)
Grupo de productores peruanos durante su visita a la parcela D-5 (Texcoco, Estado de México), donde se observan los efectos acumulados por más de veinte años de agricultura de conservación. (Foto: Misael Chirino/CIMMYT)

La agricultura de conservación que se realiza en México es un referente internacional debido a la gran diversidad de zonas agroecológicas con las que cuenta y a la investigación científica que aquí se realiza en torno al tema. 

“Yo con estos días que estuvimos de visita en los campos con agricultura de conservación del CIMMYT me llevo impresiones y aprendizajes que allá en mi país voy a tener que plasmar y seguir”, comentó Nazario Rojas Vilchis, agricultor peruano que, junto con otros compatriotas suyos, recorrieron diversos módulos y plataformas de investigación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ubicados en Guanajuato y el Estado de México. 

Fue a través de un proyecto de la International Cryosphere Climate Initiative (ICCI), la vinculación con CARE Perú, y el financiamiento de la Climate & Clean Air Coalition (CCAC), que Nazario y sus compatriotas Daniel y Manuel, productores de la zona andina y la zona central de Perú, visitaron México para conocer las experiencias del CIMMYT en torno a la implementación del sistema de agricultura de conservación. 

“Nos interesa tanto evitar las quemas agrícolas o quemas abiertas, porque afectan mucho a los glaciares y tienen efectos negativos sobre la salud humana, sobre el suelo y creemos que la agricultura de conservación es la alternativa que podemos proponer al agricultor, porque conjuga todos esos intereses de la salud, del ambiente y de la economía también”, mencionó Juliana Albertengo, del ICCI, quien acompañó a los productores sudamericanos en su viaje de estudio. 

En Perú la agricultura de conservación aún no es un sistema ampliamente conocido. Sus promotores son auténticos pioneros de la agricultura sustentable: “nosotros desarrollamos un proyecto con los productores de la región altoandina del Perú. Empezamos aproximadamente con 75 productores para desarrollar las actividades de agricultura de conservación. Esta visita es para ver las experiencias que aquí se desarrollan en la conservación de suelos, en la selección y manejo de semillas, y el manejo de plagas y enfermedades”, precisó Odón Zelayarán, de CARE Perú. 

El proyecto de agricultura de conservación que se desarrolla en Perú tiene alrededor de tres años de haber iniciado, de ahí el interés por visitar módulos plataformas de investigación en México donde es posible observar el efecto a largo plazo de la agricultura de conservación, ya que, en su mayoría, estos espacios tienen más de dos décadas de haber implementado dicho sistema, siendo un ejemplo de los beneficios que este tipo de agricultura brinda a los ecosistemas a través del tiempo. 

Los ensayos a largo plazo del CIMMYT y sus colaboradores han contribuido, por ejemplo, a identificar que las prácticas de manejo sostenible, como las asociadas a la agricultura de conservación, tienen un efecto acumulativo y potencialmente positivo sobre el almacenamiento de carbono en los suelos —cada 1 % de carbono orgánico en el suelo aumenta en 3 milímetros la retención de agua—, y que permiten un mejor desarrollo de los cultivos. 

Junto con los productores, a la visita a México se integró Mayra Segovia, del programa Amazonía Sin Fuego que el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador desarrolla en el marco de otro proyecto con ICCI. “En Ecuador sería muy importante aplicar los principios de la agricultura de conservación que acá hemos conocido. Vamos a socializar los aprendizajes y queremos comenzar realizando algún proyecto piloto con estos principios”, comentó. 

Al respecto, Juliana Albertengo refirió que “Próximamente planeamos realizar un encuentro en Ecuador con relación a Amazonía Sin Fuego y nos gustaría contar con el CIMMYT para que exponga los proyectos de agricultura de conservación que impulsa, así como sus campañas de no quema que van en línea con lo que nosotros estamos haciendo”. 

A través del CIMMYT y sus colaboradores, México impulsa la adopción de innovaciones agrícolas sostenibles y culturalmente pertienentes en el territorio nacional y en muchas partes del mundo. Los resultados positivos que se han obtenido abren la posibilidad de seguir replicando las experiencias de México para ayudar a la resolución de problemáticas en otras latitudes. 

Así, compartir el conocimiento es esencial para lograr superar los grandes retos de las sociedades. Como mencionó Manuel Rojas Vargas, productor de Huancayo, Perú, “Nos llevamos nuevas ideas para innovar allá y seguir avanzando en este proyecto de la agricultura de conservación que es el futuro para la humanidad, para nuestras generaciones que vienen”. 

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Productores de trigo del Bajío buscan opciones ante efectos del cambio climático

Detalle de una planta de trigo en parcela de Guanajuato, México. (Foto: CIMMYT)
Detalle de una planta de trigo en parcela de Guanajuato, México. (Foto: CIMMYT)

El cambio climático es una realidad y representa una seria amenaza para la seguridad alimentaria global.  De acuerdo con la evidencia acumulada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por cada grado que aumenta la temperatura, la producción de cereales se reduce un 5 % aproximadamente.

En México, los estados del sur y sureste son los que presentan mayor vulnerabilidad al cambio climático; no obstante, este fenómeno también constituye una problemática para las principales regiones productoras de trigo en el norte del país y en El Bajío, ya que este cultivo requiere al menos entre 500 y 600 horas frío —tiempo por debajo de los 7 grados Celsius— para que tenga un buen desarrollo, pero el cambio climático está haciendo que las temperaturas se eleven, comprometiendo la producción del cereal. 

En el estado de Guanajuato, por ejemplo, los cambios en los patrones del clima y los altos costos de producción han hecho que muchos agricultores busquen alternativas para mantener la rentabilidad de sus cultivos. Para algunos productores que han encontrado en la agricultura de conservación una alternativa para hacer frente a los efectos del cambio climático, este sistema de producción sustentable ha representado un cambio radical, pero muy positivo, en su forma de trabajar la tierra. 

Productores de Cuchicuato —en el municipio guanajuatense de Irapuato— que han apostado por la agricultura de conservación comentan que preparar su parcela con este sistema solo hacen una labranza mínima y además aprovechan el rastrojo para proteger al suelo de la erosión, lo que no ocurre con el sistema convencional que aún prevalece en la zona y que consiste en barbechar, pasar la rastra y realizar el surcado para dejar la superficie del suelo completamente libre de residuos del cultivo anterior, pero a merced del efecto erosivo del viento, la lluvia y otros factores. 

“Las consecuencias de realizar estas prácticas se notan en la cosecha del cultivo siguiente, ya que al retirar el rastrojo se deja al suelo sin protección y, con los cambios en el patrón del clima que se han presentado aquí en la región, en la mayoría de las parcelas el trigo no se desarrolla de forma óptima, por lo que la meta de rendimiento suele no alcanzarse”, comenta el equipo técnico que le brinda asesoría y acompañamiento al señor Tomás en el marco del proyecto Agriba Sustentable.

Agriba Sustentable es una iniciativa impulsada por PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Su propósito es impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano mediante un conjunto de buenas prácticas y tecnologías agrícolas, como la agricultura de conservación y el manejo agroecológico de plagas. 

El resultado del primer ciclo con agricultura de conservación fue positivo para los productores de Cuchicuato que participan en el proyecto: “fue muy notable el cambio, tanto en peso como en calidad de grano. El proceso de la trilla en el sistema convencional debió́ ser adelantado hasta 10 días ya que el grano presentaba bajo contenido de humedad y no logró obtener peso, mientras que el sistema de conservación mantuvo alto contenido de humedad y permitió a las plantas desarrollar el ciclo completo, generando mayor peso y calidad de grano”, comenta uno de ellos. 

Además de permitirle a los agricultores disminuir sus costos de producción y conservar sus suelos, haciendo que sus sistemas de producción sean más capaces de enfrentar los efectos del cambio climático, la agricultura de conservación les permitió producir hasta 1,5 toneladas más en comparación las prácticas convencionales. Por esto, los productores de Cuchicuato concluyen que “ahora que estamos haciendo agricultura de conservación con el proyecto de Agriba Sustentable estamos más que satisfechos con los resultados”.

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Pobres en materia orgánica el 74 % de los suelos del perímetro del acuífero de Calera

Iván Ortiz-Monasterio durante la presentación de avances del mapeo de fertilidad para los suelos del perímetro del Acuífero de Calera, en Zacatecas, México. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)
Iván Ortiz-Monasterio durante la presentación de avances del mapeo de fertilidad para los suelos del perímetro del Acuífero de Calera, en Zacatecas, México. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)

La poca disponibilidad de agua en el acuífero de Calera, en el estado de Zacatecas, México, ha propiciado que varios agricultores de la zona tecnifiquen el riego mediante sistemas que, en algunos casos, presentan baja eficiencia debido, entre otros aspectos, a que generalmente son instalados de forma empírica. 

Ante esta situación, mediante el proyecto Aguas Firmes se está impulsando una tecnificación con un diseño encaminado a un uso más eficiente del sistema, complementándose con el monitoreo continuo en campo y la asesoría para la implementación de prácticas y tecnologías de agricultura sustentable. 

Aguas Firmes es un proyecto del Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

En este sentido, el acompañamiento técnico que promueve Aguas Firmes es brindado por especialistas que aportan recomendaciones para identificar los rezagos en las prácticas agronómicas acostumbradas, permitiendo que los productores obtengan nuevos conocimientos para optimizar sus propios sistemas de producción con sistemas sustentables como la agricultura de conservación.

Como parte del soporte científico al acompañamiento técnico de Aguas Firmes, recientemente Iván Ortiz-Monasterio, científico principal del CIMMYT, compartió con productores y técnicos que participan en el proyecto diversas estrategias y recomendaciones en torno a la fertilidad del suelo. 

El especialista del CIMMYT explicó la importancia de los factores físicos, químicos y biológicos que determinan la fertilidad de los suelos, así como las estrategias disponibles para el manejo de suelos ácidos y alcalinos. La propuesta de manejo de la fertilización expuesta por el científico resaltó la importancia de la fuente, dosis, momento y lugar de aplicación correctos, tomando en cuenta herramientas como el análisis de suelo y el uso de sensores ópticos para optimizar la fertilización nitrogenada. 

Durante su participación, Ortiz-Monasterio también presentó el avance del mapeo de la fertilidad de los suelos de los municipios que integran el perímetro del acuífero de Calera. Dicho mapeo se está conformando con los resultados de casi un centenar de análisis de suelos realizados en lo que va del año dentro del perímetro en mención.

La relevancia de este mapeo de la fertilidad de los suelos de la zona radica en que posibilitará hacer recomendaciones nutrimentales por regiones aún sin contar con los resultados de los análisis de suelo de cada parcela particular. Además, este mapeo permitirá tener una visión general de aspectos particulares de los suelos, como el caso de la materia orgánica. 

De hecho, mediante los avances presentados, se ha podido documentar que los suelos de la zona tienen limitaciones de micronutrientes como hierro, zinc y boro, por lo que deberán ser aplicados de acuerdo con el requerimiento y meta de rendimiento de cada cultivo. 

El análisis también revela que 74 % de los suelos de la zona presentan valores moderadamente bajos y muy bajos de materia orgánica —solo un 10% presenta valores muy altos a moderadamente altos y un 16% valores medios—, lo cual quiere decir que la agricultura de conservación se perfila como un sistema que permitirá subir los niveles de materia orgánica en la zona. 

¿Quieres saber más de Aguas Firmes? Aguas Firmes es una cooperación de desarrollo que forma parte del programa develoPPP entre la cervecera líder AB InBev a través de Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ) GmbH, quien lo implementa por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ). Visita el sitio web para más información: https://www.aguasfirmesgrupomodelo.com/es

 

Mapa de materia orgánica de acuerdo con resultados de análisis de suelo del año 2022 en los municipios del Acuífero de Calera, Zacatecas.
Mapa de materia orgánica de acuerdo con resultados de análisis de suelo del año 2022 en los municipios del Acuífero de Calera, Zacatecas.
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Acciones frente a la degradación de los suelos

La degradación de los suelos a nivel mundial pone en riesgo la estabilidad de la producción de alimentos y afecta el funcionamiento de los ecosistemas. Tan solo en América Latina, los suelos agrícolas han perdido cerca del 75 % de sus reservas naturales de carbono y su biodiversidad a causa de prácticas de manejo agrícola no sostenibles; en México, aproximadamente el 64 % del suelo ocupado se encuentra en proceso de degradación física, química y biológica.

En este contexto, la revista EnlACe destaca en su más reciente edición parte del trabajo científico que realiza el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para revertir los procesos de degradación, fomentar la recuperación de la fertilidad del suelo y realizar acciones de protección al medioambiente.

Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 60.
Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 60.

Así, el número 60 de este medio presenta los resultados de uno de los experimentos de mayor duración sobre el trigo de regadío en el norte de México —realizado por investigadores del CIMMYT y de la Universidad canadiense de Lethbridge— en el que se destaca a la agricultura de conservación en camas permanentes como una opción sostenible para la producción de cultivos al mejorar los atributos del suelo.

Se resalta también la Estrategia Nacional de Suelo para la Agricultura Sostenible (ENASAS) y la iniciativa Cultivos para México, que el gobierno federal impulsa en colaboración con organismos nacionales e internacionales. A través de Cultivos para México —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT—, por ejemplo, se ha impactado positivamente en 300 mil productores de maíz, trigo y frijol, mediante la implementación de prácticas y tecnologías sustentables, particularmente asociadas a la conservación de suelos y agua. 

Entre otros contenidos, la revista EnlACe destaca el reconocimiento póstumo realizado por el gobierno de la India al doctor Sanjaya Rajaram —quien fuera un destacado investigador del CIMMYT y ganador del Premio Mundial de la Alimentación 2014—; el impacto de Agricultura para la Paz —una iniciativa del Gobierno de México, el Centro Nobel de la Paz y el CIMMYT para evitar nuevas crisis alimentarias—; y las recientes acciones en el marco de Tech Maíz, mecanismo que facilita el intercambio de conocimientos sobre la producción sostenible de maíz en América Latina. 

Estos y otros contenidos están disponibles de forma gratuita en EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 60. 

Foto de portada: Parcela con residuos de cosecha como cobertura del suelo. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

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Una alianza basada en la innovación

Bienvenida al Taller Intercambio de experiencias entre productores de AGRIBA Sustentable. (Foto: Amador Aguillón/CIMMYT)
Bienvenida al Taller Intercambio de experiencias entre productores de AGRIBA Sustentable. (Foto: Amador Aguillón/CIMMYT)

En el marco del proyecto AGRIBA Sustentable, impulsado por PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el pasado 28 de julio se desarrolló un taller de intercambio de experiencias entre productores que participan en dicho proyecto. 

AGRIBA Sustentable promueve un conjunto de buenas prácticas y tecnologías agrícolas entre las que se encuentran la agricultura de conservación, el manejo agroecológico de plagas, entre otras que les ha permitido a los productores participantes tener ahorros en sus costos de producción y un uso más eficiente de los recursos (particularmente suelo y agua). 

El menú tecnológico promovido por Agriba Sustentable está integrado por prácticas o tecnologías que previamente ya han sido validadas en plataformas de investigación y módulos de innovación que forman parte de una amplia red impulsada por el CIMMYT en alianza con diversos colaboradores.

“A través de los hubs o nodos de innovación, y en alianza con colaboradores de las regiones, el CIMMYT promueve la implementación de sistemas agrícolas integrales a partir de un menú tecnológico que busca mitigar o eliminar los efectos negativos de las prácticas inadecuadas para mejorar la rentabilidad de los cultivos”, mencionó José Guadalupe Flores, coordinador de Hubs del CIMMYT durante la apertura del taller, realizado en el Módulo de Riego Valle de Santiago. 

Durante su intervención, José Ramírez Arredondo, presidente del módulo de riego en mención, resaltó la importancia de la colaboración entre la agroindustria, los centros de investigación científica como el CIMMYT, y los productores de la región.

“Tuvimos buenos resultados para ser el primer ciclo”, “la maquinaria facilitada y la asesoría para la siembra sobre rastrojo nos ayudó mucho”, “me he dado cuenta de que —la agricultura de conservación— es un buen sistema para cuidar mi suelo”, fueron algunas de las expresiones de los productores participantes quienes, provenientes de diversos municipios de Guanajuato y Michoacán, compartieron sus experiencias con el proyecto a través de un panel. 

Mediante alianzas como esta se busca impulsar la investigación, el desarrollo, la validación, la transferencia y la difusión de tecnologías y prácticas agrícolas innovadoras que promuevan mejoras en los eslabones de la cadena agroalimentaria. 

“El interés inicial de un proyecto de agricultura sustentable para trigo se platicó con Grupo Trimex,  proveedor de harina de trigo de PepsiCo en el país. Esta sinergia a través de Agriba Sustentable tiene como objetivo aumentar el número de agricultores que adoptan prácticas de agricultura de conservación en los campos de cultivo en hilera de la región de El Bajío”, mencionó Amador Aguillón, coordinador técnico del Hub Bajío del CIMMYT. 

Durante su intervención, los representantes de Grupo Trimex agradecieron “a cada uno de los presentes por ser parte de nuestra cadena de suministro. Lo que buscamos con Agriba es pedirles la oportunidad de apoyarlos para disminuir sus costos de producción, para que la agricultura siga siendo negocio para ustedes, las tierras tengan salud y así esta actividad siga siendo viable para las futuras generaciones.” 

Este intercambio de experiencias permitió escuchar las inquietudes y necesidades de los productores participantes quienes, mediante esta iniciativa conjunta, han adoptado prácticas que han sido validadas y han demostrado mejorar de la productividad en la región puesto que cuentan con un respaldo basado en los resultados obtenidos por el Hub Bajío del CIMMYT y la red de innovación que impulsa para brindar soluciones a las problemáticas o áreas de oportunidad de los productores. 

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El valor del agua, una visión desde la agricultura

Sesión de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento, del 23 de agosto de 2022. (Foto: Jelle Van Loon/CIMMYT)
Sesión de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento, del 23 de agosto de 2022. (Foto: Jelle Van Loon/CIMMYT)

La Semana Mundial del Agua (del 23 de agosto al primero de septiembre) es una iniciativa de diversas organizaciones a nivel global —coordinada por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo— para explorar nuevas formas de gestionar el agua y abordar los mayores desafíos de la humanidad que la implican: desde la seguridad alimentaria y la salud hasta la agricultura, la tecnología, la biodiversidad y el clima.

Como en muchos otros lugares del mundo, en México, la grave situación del agua también ha llevado el tema a las mesas de debate más importantes del país, incluyendo diversos espacios y foros gubernamentales. 

El pasado 23 de agosto, por ejemplo, se desarrolló una sesión de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento —por primera vez fuera de la Cámara de Diputados— de la LXV Legislatura en el Tecnológico Nacional de México (TECNM) campus Pabellón de Arteaga, en Aguascalientes, México, a la que fue convocada el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para exponer, desde la óptica científica, las posibilidades para optimizar el uso del agua en el campo mexicano. 

Durante su intervención, Jelle Van Loon, investigador del CIMMYT, enfatizó que “Sí es posible reducir el consumo de agua sin perder la productividad”. En este sentido, el científico del CIMMYT expuso la amplia evidencia que se ha generado desde las distintas plataformas de investigación, misma que confirma que la agricultura sustentable es clave para la gestión del agua en México. 

“En Ciudad Obregón, Sonora, los resultados de diversos ensayos nos muestran cómo con dos riegos con agricultura de conservación se produce casi lo mismo que con el sistema convencional que implica tres riegos. Es decir que, con mejores prácticas, podemos ahorrar prácticamente un riego completo y aseguramos que la productividad no disminuya”, recalcó. 

De acuerdo con la evidencia científica, para países como México la tecnificación del riego no sería una solución que deba priorizarse sobre otras, pues la gestión agrícola es mucho más importante: “vemos que hay menos erosión en parcelas donde se han implementado mejores prácticas, eso hace que haya menos contaminación en los ríos, que el agua esté más limpia cuando llega a los pozos para ser utilizada. A nivel de cuenca las prácticas sustentables permiten que haya más infiltración y por lo tanto una mayor recarga de los acuíferos”, señaló el investigador del CIMMYT. 

Finalmente, Jelle Van Loon habló de la diversidad de proyectos que el CIMMYT impulsa junto con colaboradores de los sectores público, privado, académico y social. Entre ellos, por el papel central del agua, destaca la iniciativa Aguas Firmes, un proyecto del Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones, cuyo objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

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Valle del Mayo, retos y oportunidades

Tratamiento de cártamo en monocultivo, ciclo otoño-invierno 2018-2019, plataforma Navojoa, Sonora, México. (Foto: plataforma de investigación de Navojoa)
Tratamiento de cártamo en monocultivo, ciclo otoño-invierno 2018-2019, plataforma Navojoa, Sonora, México. (Foto: plataforma de investigación de Navojoa)

La notable producción de trigo en el Valle del Yaqui y el Valle del Mayo, en el sur de Sonora, México, contribuye significativamente a que el estado sea el principal productor de ese cultivo a nivel nacional. Específicamente en el Valle del Mayo, el 85 % de la superficie se siembra con trigo año tras año; sin embargo, la prevalencia del monocultivo y prácticas agronómicas inadecuadas a través del tiempo han dado como resultado impactos negativos en la productividad de los suelos y la calidad del ambiente. Adicionalmente, la falta recurrente de agua para riego ha propiciado una reducción de la superficie de siembra.

Los problemas de la escasez de agua, el monocultivo de trigo y los altos costos de producción —principalmente por fertilizantes y laboreos del suelo— se pueden contrarrestar mediante la incorporación de tecnologías sostenibles, como la agricultura de conservación. En este sentido, la plataforma de investigación de Navojoa —donde colaboran el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— evalúa este sistema sustentable en comparación con la labranza convencional, bajo las condiciones del Valle del Mayo. 

En la plataforma de Navojoa la agricultura de conservación se implementó con camas permanentes, cobertura del suelo usando el rastrojo del cultivo anterior y con la rotación trigo-cártamo. Al compararla con el sistema convencional de labranza —incorporar el rastrojo y monocultivo de trigo— se observó que la agricultura de conservación permitió un incremento promedio del rendimiento de trigo de 0,8 toneladas por hectárea. 

Adicionalmente, mientras el costo del laboreo osciló entre dos mil y cuatro mil pesos (2 000 – 4 000 MXN) por hectárea, el costo de la reformación de camas fue significativamente menor —de solo 211 pesos (211 MXN) por hectárea en el último ciclo del experimento—.

Aunque en el Valle del Mayo el monocultivo de trigo no resulta en tantos problemas de enfermedades, plagas y malezas como en otras zonas del mundo, hay aumentos de rendimiento de trigo con ciertas rotaciones y una disminución de riesgos para el productor cuando se siembra más de un cultivo. Sin embargo, ya que cada cultivo no tiene el mismo efecto, es importante evaluar las posibles combinaciones. En el Valle del Mayo, por ejemplo, para el cultivo de trigo el mejor cultivo anterior fue el cártamo; para el cártamo fue el maíz y para el maíz fue el trigo. 

Aunque para recomendar la rotación más eficiente para el Valle del Mayo sigue siendo necesario evaluar rotaciones con otros cultivos —como girasol o canola que también tuvieron buen crecimiento en la plataforma—, resultados como estos demuestran que la agricultura de conservación efectivamente puede aumentar los rendimientos de trigo en el Valle del Mayo, por lo que resulta indispensable seguir promoviendo la adopción de este sistema de producción. 

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El potencial de la agricultura de conservación para aumentar el rendimiento y hacer frente al cambio climático

Multitud de investigaciones sobre los beneficios de la agricultura de conservación en el sur de Asia se han centrado predominantemente en entornos favorables en los que los agricultores tienen un acceso fiable a la energía de apoyo al riego y a los insumos.

En esta nueva publicación, científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) exploran el rendimiento de la agricultura de conservación en entornos costeros subdesarrollados del sur de Bangladesh durante un período de tres años consecutivos, incluso en condiciones de secano y/o con aplicación limitada de riego.

Los agricultores calibran sus máquinas en las comunidades que participan en los experimentos. (Foto: Ranik Martin/CIMMYT)

Respondiendo a la laguna de investigación identificada, esta investigación pone a prueba la hipótesis de que las prácticas de labranza alternante estacional que alternan entre la labranza en franjas en la temporada de invierno para el maíz y la labranza convencional antes del arroz pueden reducir el uso de energía, aumentar la productividad energética y reducir las emisiones a escala de rendimiento, al tiempo que aumentan o mantienen el rendimiento y los beneficios, incluso en estas condiciones difíciles.

Trabajando con 35 agricultores que gestionaron experimentos en entornos de riego parcial y de secano en el sur de la costa de Bangladesh, los investigadores se asociaron con las comunidades agrícolas para comparar todo el conjunto de prácticas.

La investigación descubrió que, en estos entornos costeros, las prácticas tienen el potencial de aumentar el rendimiento de los cereales y la productividad energética, al tiempo que reducen las emisiones a escala de rendimiento, lo que permite a los agricultores, incluso en entornos costeros difíciles, producir más al tiempo que reducen el uso de energía y mitigan las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, teniendo en cuenta la aversión de los agricultores a la eliminación del laboreo en el arroz, la investigación sugiere que las adaptaciones en las prácticas de agricultura de conservación y el laboreo estacional antes del arroz pueden ser un ajuste más práctico para los sistemas de arroz-maíz gestionados por los pequeños agricultores reacios a eliminar el laboreo para el arroz en la costa de Bangladesh.

Esta investigación tiene implicaciones para que los futuros esfuerzos de investigación y desarrollo tengan en cuenta las preferencias de los agricultores o las compensaciones resultantes de un cambio significativo en la gestión de la agricultura de conservación en sistemas que, por lo demás, se labran completamente. También es vital integrar los esfuerzos de desarrollo que se centran no sólo en la gestión agronómica, sino también en la creación de cadenas de valor de apoyo para mejorar la disponibilidad y asequibilidad de los insumos y la maquinaria agrícola necesarios para establecer con éxito los cultivos con dichas prácticas.

Lea el estudio completo aquí.

Foto de portada: Agricultura de conservación a largo plazo en Rajshahi, Bangladesh. (Foto: CIMMYT/Sam Storr)

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Variabilidad climática causa incertidumbre entre agricultores

Pláticas de sensibilización sobre utilidad del seguro agrícola, en la zona de las Altas Montañas, en Veracruz, México. (Foto: Tecnología Agropecuaria Aplicada al Campo)
Pláticas de sensibilización sobre utilidad del seguro agrícola, en la zona de las Altas Montañas, en Veracruz, México. (Foto: Tecnología Agropecuaria Aplicada al Campo)

En Veracruz, México, las condiciones climatológicas son más extremas cada año. De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), en promedio, más del 70% de los municipios de este estado presentan un aumento de vulnerabilidad al cambio climático, que se percibe con periodos de sequía cada vez mas prolongados, temperaturas cada vez más altas (o más bajas, dependiendo la temporada) y una escasez de agua cada vez mayor. 

Por supuesto, toda esta variabilidad afecta la producción agrícola ya que en Veracruz predomina la producción de temporal. Así, ahora es más común que cada ciclo los productores de temporal cultiven superficies menores, pues una vez que se siembra el riesgo de pérdida por algún fenómeno meteorológico es alto.

Para buscar y brindar alternativas que les permitan a los agricultores de la zona centro del estado disminuir los efectos de estos fenómenos, Tecnología Agropecuaria Aplicada al Campo (TAAC) promueve la adopción de prácticas y tecnologías como la agricultura de conservación, el diagnóstico de parcela, la mecanización adecuada, la implementación de cultivos alternativos, el manejo agroecológico de plagas, entre otras. 

TAAC es una Sociedad Cooperativa que desde el año 2005 trabaja con productores del centro de Veracruz (la zona de las altas montañas) y desde el 2015 colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para promover prácticas sustentables en el marco de la iniciativa Cultivos para México, que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT.

Otra alternativa que se ha buscado para contribuir a garantizar la inversión de los productores y que de esta manera tengan una mayor certidumbre para establecer sus cultivos ha sido el seguro agrícola, una opción que brinda respaldo económico en caso de haber siniestros por condiciones climatológicas.

A pesar de que en ciclos anteriores ha habido pérdidas a causa de las sequías y las heladas principalmente, los agricultores de la zona no tienen la cultura del aseguramiento. Su uso, comúnmente, es en superficies acreditadas con algún crédito, en donde el productor ve el hecho de pagar una cobertura más como requisito que como una opción de certeza agrícola.

 A través de la vinculación de TAAC con el Fondo de Aseguramiento Agrícola del Citlaltépetl se trabaja de manera conjunta para concientizar a los productores de la zona para que conozcan los beneficios de un seguro agrícola y si, así lo deciden, en ciclos posteriores contraten una cobertura que les permita establecer sus cultivos con la garantía de que en caso de siniestros por causas externas a ellos (principalmente por efectos climatológicos) puedan recuperar su inversión.

Adicionalmente, en la zona de las altas montañas de Veracruz se ha trabajado conjuntamente en el desarrollo de capacidades (en productores y técnicos) para la elaboración de planes de manejo de los cultivos a establecer, tomando como referencia los resultados de los diagnósticos parcelarios y los escenarios de cambio climático. Esto es importante porque en la zona no se suelen realizar estas actividades que, junto con las prácticas sustentables, permiten avanzar en la mitigación y adaptación al cambio climático. 

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Las prácticas de agricultura de conservación reviven los suelos salinos y sódicos

En las regiones áridas y semiáridas, la salinidad y la sodicidad del suelo suponen un reto para la seguridad alimentaria mundial y la sostenibilidad medioambiental. A nivel mundial, unos 932 millones de hectáreas están afectadas por la salinización y la alcalinización. Debido al aumento de la población, las actividades antropogénicas y el cambio climático, la importancia del estrés salino en el suelo está aumentando tanto en los sistemas de irrigación como en los de secano.

Científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y del ICAR emplearon prácticas de agricultura de conservación a largo plazo en diferentes sistemas agroalimentarios para determinar el potencial de recuperación de los suelos sódicos tras un cultivo continuo durante nueve años, y los resultados del experimento se publican ahora.

Utilizando diferentes técnicas de agricultura de conservación en áreas que cultivan combinaciones de maíz, trigo, arroz y frijol mungo, el estudio utilizó muestras de suelo para identificar la disminución de la salinidad y la sodicidad después de cuatro y nueve años de cosecha.

Las pruebas demuestran que este enfoque es una vía viable para reducir la sodicidad del suelo y mejorar las reservas de carbono de este. La investigación también muestra que el sistema de arroz-trigo-mungo basado en la agricultura de conservación tenía más potencial de recuperación que otros sistemas estudiados y, por tanto, podía mejorar el carbono orgánico del suelo y aumentar la productividad de los cultivos.

Lea la publicación aquí.

Foto de portada: Comparación del rendimiento de los cultivos bajo agricultura de conservación y labranza convencional en un suelo sódico en Karnal, Haryana, India. (Foto: HS Jat/ICAR-CSSRI)