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¿Qué es la agricultura de conservación?

Si no se practica de manera sustentable, la agricultura puede afectar al medio ambiente, producir gases de efecto invernadero y contribuir al cambio climático. Sin embargo, los métodos de agricultura sustentable pueden hacer lo contrario: aumentar la resistencia al cambio climático, proteger la biodiversidad y utilizar de manera sustentable los recursos naturales.

Uno de estos métodos es la agricultura de conservación.

La agricultura de conservación conserva los recursos naturales, la biodiversidad y la mano de obra. Aumenta el agua del suelo disponible, reduce el estrés por el calor y la sequía, y aumenta la salud del suelo a largo plazo.

¿Cuáles son los principios de la agricultura de conservación?

La agricultura de conservación se basa en los principios interrelacionados de la mínima alteración mecánica del suelo, la cobertura permanente del suelo con material vegetal vivo o muerto y la diversificación de cultivos mediante rotación o cultivos intercalados. Ayuda a los agricultores a mantener y aumentar los rendimientos y las ganancias, al tiempo que revierte la degradación de la tierra, protege el medio ambiente y responde a los crecientes desafíos del cambio climático.

Para reducir la alteración del suelo, los agricultores practican la labranza cero, lo que permite la siembra directa sin arar o preparar el suelo. El agricultor siembra directamente a través de los residuos superficiales del cultivo anterior.

La labranza cero se combina con cultivos intercalados y rotación, es decir, cultivar dos o más cultivos al mismo tiempo en el mismo terreno o cultivar dos cultivos diferentes de manera secuencial. Estos también son los principios básicos de la intensificación sustentable.

 

¿Cuál es la diferencia entre la agricultura de conservación y la intensificación sustentable?

La intensificación sustentable es un proceso para aumentar los rendimientos agrícolas sin impactos adversos sobre el medio ambiente considerando todo el ecosistema. Se enfoca en los mismos objetivos que la agricultura de conservación.

Las prácticas de agricultura de conservación conducen o permiten la intensificación sustentable.

¿Cuáles son los beneficios y desafíos de la agricultura de conservación?

La labranza cero con cobertura de residuos permite el ahorro de agua de riego, aumenta gradualmente la materia orgánica del suelo y suprime las malezas, además de reducir los costos de maquinaria, combustible y tiempo. Dejar el suelo intacto aumenta la infiltración de agua, mantiene la humedad del suelo y ayuda a prevenir la erosión de la capa superior del suelo. La agricultura de conservación mejora el consumo de agua que permite obtener rendimientos más estables en medio de climas extremos exacerbados por el cambio climático.

Aun cuando la agricultura de conservación ofrece muchos beneficios para los agricultores y el medio ambiente, los agricultores pueden enfrentar limitaciones para adoptar estas prácticas. Las zonas húmedas o los suelos con drenaje deficiente pueden dificultar la adopción. Cuando los residuos de los cultivos son limitados, los agricultores tienden a usarlos primero como forraje, por lo que puede que no haya suficientes residuos para la cubierta del suelo. Para iniciar la agricultura de conservación, se necesitan sembradoras apropiadas, que pueden no estar disponibles o no ser asequibles para todos los agricultores. La agricultura de conservación también requiere muchos conocimientos y no todos los agricultores pueden tener acceso al conocimiento y la capacitación necesarios para practicarla. Con el tiempo, la agricultura de conservación aumenta los rendimientos, pero los agricultores pueden no ver los beneficios del rendimiento de inmediato.

No obstante, las innovaciones, la investigación adaptada y las nuevas tecnologías están ayudando a los agricultores a superar estos desafíos y facilitar la adopción de la agricultura de conservación.

¿Cómo se originó la agricultura de conservación?

Belita Maleko, a farmer in Nkhotakota, central Malawi, sowed cowpea as an intercrop in one of her maize plots, grown under conservation agriculture principles. (Photo: T. Samson/CIMMYT)
Bajo los principios de la agricultura de conservación, Belita Maleko, una agricultora en Nkhotakota, en el centro de Malawi, sembró caupí como cultivo intercalado en una de sus parcelas de maíz. (Foto: T. Samson/CIMMYT)

El término «agricultura de conservación» se acuñó en la década de 1990, pero la idea de minimizar la alteración del suelo tiene su origen en la década de 1930, durante el Dust Bowl en los Estados Unidos de América.

El CIMMYT comenzó a trabajar con la agricultura de conservación en América Latina y el sur de Asia en la década de 1990 y en África a principios de la década de 2000. Actualmente, estos esfuerzos se han ampliado y los principios de la agricultura de conservación se han incorporado a proyectos como CSISA, FACASI, MasAgro, SIMLESA y SRFSI.

Los agricultores de todo el mundo están adoptando cada vez más la agricultura de conservación. En la temporada 2015/16, la agricultura de conservación se practicó en unas 180 mega hectáreas de tierras de cultivo a nivel mundial, alrededor del 12.5% del total de tierras de cultivo en el mundo — un 69% más que en la temporada 2008/2009.

¿La agricultura de conservación es orgánica?

La agricultura de conservación y la agricultura orgánica mantienen un equilibrio entre la agricultura y los recursos, utilizan la rotación de cultivos y protegen la materia orgánica del suelo. Sin embargo, la principal diferencia entre estos dos tipos de agricultura es que los agricultores que practican la agricultura orgánica recurren al arado o a la labranza del suelo, mientras que los agricultores que practican la agricultura de conservación recurren a principios naturales y no labran el suelo. Los agricultores orgánicos aplican la labranza para eliminar las malezas sin utilizar fertilizantes inorgánicos.

Por otro lado, los agricultores que practican la agricultura de conservación, utilizan una cubierta de suelo permanente y plantan semillas a través de esta capa. En un inicio, pueden utilizar fertilizantes inorgánicos para manejar las malezas, especialmente en suelos con baja fertilidad. Con el tiempo, el uso de agroquímicos puede reducirse o eliminarse lentamente.

¿Cuál es la diferencia entre la agricultura de conservación y la agricultura climáticamente inteligente?

Si bien la agricultura de conservación y la agricultura climáticamente inteligente son similares, sus propósitos son diferentes. La agricultura de conservación tiene como objetivo intensificar de manera sustentable los sistemas agrícolas de los pequeños productores y tener un efecto positivo en el medio ambiente utilizando procesos naturales. Ayuda a los agricultores a adaptarse y aumentar las ganancias a pesar de los riesgos climáticos.

La agricultura climáticamente inteligente tiene como objetivo adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático al secuestrar el carbono del suelo y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y finalmente, aumentar la productividad y la rentabilidad de los sistemas agrícolas para garantizar los medios de vida y la seguridad alimentaria de los agricultores en un clima cambiante. Los sistemas de agricultura de conservación pueden considerarse climáticamente inteligentes, ya que cumplen con los objetivos de la misma.

Foto de portada: El trabajador de campo Lain Ochoa Hernández cosecha una parcela de maíz cultivada con técnicas de agricultura de conservación en Nuevo México, Chiapas, México. (Foto: P. Lowe/CIMMYT)

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Cómo darle nueva vida al suelo con Agricultura de Conservación

Para que los productores de temporal de Guanajuato tengan opciones que les permitan incrementar sus rendimientos de manera responsable con el ambiente, en la plataforma de investigación Apaseo el Alto —donde colaboran investigadores del Instituto Tecnológico de Roque (ITR) y del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se desarrollan e implementan diversas prácticas sustentables. Asimismo, se estudian diferentes prácticas de manejo del suelo para observar si al aplicarlas, este sufre modificaciones en sus propiedades a través del tiempo.

En la plataforma de investigación se experimenta con distintos tratamientos bajo condiciones de temporal. En ciclos agronómicos pasados, por ejemplo, se realizó un análisis de suelo en un tratamiento con Agricultura de Conservación (con 100% del rastrojo como cobertura y un arreglo del suelo en camas anchas, para permitir un mejor manejo del agua) y en uno testigo (con prácticas convencionales, sin dejar residuo de cosecha y con monocultivo de maíz).

Las muestras de suelo obtenidas de ambos tratamientos fueron puestas en bolsas plásticas para ser transportadas al laboratorio, donde fueron analizadas para determinar sus propiedades físicas y químicas. En los resultados se observó que la materia orgánica incrementó con el sistema de Agricultura de Conservación. Esta característica es relevante porque también hace posible que aumente la capacidad de retención de humedad. Un suelo con niveles adecuados de materia orgánica es menos compacto, lo cual favorece la entrada de agua, oxígeno y nutrientes hacia las raíces.

Con Agricultura de Conservación el pH sufrió modificaciones benéficas, igual que las propiedades químicas del suelo. Se encontró, por ejemplo, que debido al reciclamiento natural aportado por los residuos de cosecha hubo un incremento en los niveles de fósforo (P), potasio (K), nitrógeno (N) y zinc (Zn). Este tipo de análisis brinda la oportunidad de realizar correcciones en la fertilización para aportar al suelo solo los microelementos que requiere y de utilizar fuentes de fertilizantes adecuadas.

Los resultados indican que la Agricultura de Conservación mejora la calidad física y química del suelo, incrementa la retención de humedad (lo cual es particularmente útil en condiciones de temporal), aumenta la porosidad del suelo e incrementa la materia orgánica y la fertilidad química (hecho que puede representar un ahorro significativo en los costos de producción). Por lo anterior, en muchos sentidos, la Agricultura de Conservación es un sistema de producción sustentable que permite a los productores de temporal de la región darles nueva vida a sus suelos.

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#AgriculturaConCiencia, un movimiento que crece

La Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur (AARFS) es un organismo de productores que se ha encargado de impulsar una #AgriculturaConCiencia, enfocando sus esfuerzos en validar diversas tecnologías en campo para hacer más eficiente la actividad agrícola de la región.

Hace siete años la AARFS inició una colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Desde entonces, en la plataforma de investigación Ahome en donde colaboran ambosse han validado diversas innovaciones derivadas o asociadas con la Agricultura de Conservación, como la siembra en doble hilera, diferentes densidades de siembra, distintas dosis de fertilización —con el sensor óptico GreenSeeker®— y el pronóstico de riego en tiempo real (a través del sistema IrriModel).

El ingeniero Ariel Castro Hernández, responsable de la plataforma de investigación, mencionó que la AARFS y el CIMMYT comparten una agenda de trabajo que incluye ensayos comparativos de labranza convencional y Agricultura de Conservación, para que los productores puedan ver —de forma tangible y directa— los beneficios de la Agricultura Sustentable.

“Hemos tenido un impacto muy positivo entre los productores, debido a que cada vez son más los que se interesan en estas alternativas de siembra. La plataforma de investigación es para los productores; es un área en donde pueden ver los resultados obtenidos, y hemos captado su interés mediante el sistema de Agricultura de Conservación”, señaló Castro.

La Agricultura de Conservación tiene tres principios fundamentales: la cobertura del suelo (con el rastrojo), la rotación de cultivos y la mínima labranza. Ariel Castro menciona que a través de las prácticas sustentables derivadas de estos principios es posible obtener los mismos rendimientos (y con frecuencia, mayores) que con la labranza convencional, con el beneficio adicional de que se disminuyen los costos de producción y se reduce el impacto al medioambiente.

La AARFS, que preside Marte Vega Román, pretende continuar sumando productores para incrementar la superficie en Agricultura de Conservación en Sinaloa. Para este propósito, impulsa el movimiento #AgriculturaConCiencia, el cual promueve una agricultura rentable, sustentable y climáticamente inteligente. ¡Súmate!

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Por un 2020 sin quemas agrícolas

El año 2020 inició con mala calidad del aire en las principales zonas urbanas del centro del país (resultado de la pirotecnia y de incendios de naturaleza diversa). En el Valle de Toluca, por ejemplo, se tuvo que activar la fase II de contingencia ambiental atmosférica. Y en Puebla una densa nube de humo hizo recordar la contingencia ambiental que hubo en mayo de 2019 en esa y muchas otras entidades, la cual fue producto de incendios forestales derivados —muchos de ellos— de quemas agrícolas que se salieron de control (de acuerdo con Conafor, del 10 al 16 de mayo hubo 348 incendios —32% por actividades agropecuarias—, afectando alrededor de 36,000 hectáreas).

Aunque hubo menos incendios en 2019 que en 2018, la superficie afectada fue mucho mayor, por lo que el año pasado será recordado por esta crisis ambiental, que ha sido la más notable de los últimos 14 años en el país.

México tiene dos temporadas de incendios. La primera comienza en enero y termina en junio (afecta a las zonas centro, norte, noreste, sur y sureste del país), y la segunda principia en mayo y concluye en septiembre (afectando a la zona noroeste). Las altas temperaturas, la baja humedad en el ambiente y la presencia de áreas con material vegetal seco son condiciones propicias para los incendios, aunque ninguna es tan determinante como la intervención humana.

Si bien existe la Norma Oficial Mexicana NOM-015-SEMARNAT/SAGARPA-2007 —de la ahora Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)—, que establece las especificaciones técnicas de los métodos de uso del fuego en los terrenos forestales y en aquellos de uso agropecuario, es necesario redoblar esfuerzos para cambiar el paradigma de las quemas agrícolas.

La apuesta de la SADER y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), a través del programa MasAgro, es el desarrollo de capacidades y la transferencia de conocimientos para que los productores que realizan quemas agrícolas tomen conciencia de la importancia de no realizarlas más y conozcan alternativas agronómicas para el manejo del rastrojo.

La articulación de esfuerzos entre la SADER y el CIMMYT ha hecho posible que un poco más de 200,000 hectáreas que antes se quemaban ya no sean objeto de esa práctica. Con ciencia orientada a la resolución de los problemas más inmediatos y urgentes del campo, el CIMMYT ha documentado los amplios beneficios de evitar las quemas agrícolas.

Entre los beneficios más notables de no quemar el rastrojo y en cambio usarlo como cobertura del suelo están la reducción de los costos de producción, el mejoramiento de la estructura y la calidad del suelo, menor incidencia de malezas, la conservación de la humedad e ―incluso― mayores rendimientos.

Lo fundamental es, entonces, promover estos beneficios para lograr una cultura de prevención que educa y ofrece alternativas para que todos los actores involucrados, particularmente los productores, sean partícipes del cuidado del ambiente.

Con actividades de difusión de buenas prácticas agrícolas, el programa MasAgro es también una acción por el clima que —en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)— mejora la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional para mitigar los efectos del cambio climático.

Por supuesto, se requiere que más organizaciones y personas sumen sus esfuerzos y voluntades para que México tenga un 2020 sin quemas agrícolas. Sigue al CIMMYT en sus redes sociales y conoce los diversos programas (como MasAgro), proyectos e iniciativas ―desarrollados con diversos colaboradores― que promueven un medioambiente limpio y sistemas agroalimentarios sustentables.

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Guasave late por una #AgriculturaConCiencia

Guasave es conocido como el corazón agrícola de México debido a su alta productividad. Cuenta con cerca de 200,000 hectáreas bajo riego, por lo que es el municipio con la mayor superficie de siembra en este sistema a nivel nacional. No obstante, el cambio climático y la variabilidad de los precios internacionales son un riesgo constante para la agricultura de este lugar.

Para evitar un “paro cardiaco”, la Asociación de Agricultores del Río Sinaloa Poniente (AARSP) cuenta con una plataforma de investigación que ha implementado desde hace 10 años el sistema de Agricultura de Conservación en diversos cultivos, como trigo, soya, cártamo y maíz. En esta se han realizado diversos ensayos con maíces de diferentes semilleras comerciales (en baja, normal y alta densidad) y otras pruebas para optimizar la fertilización nitrogenada.

Fernando Urías Preciado, responsable de la plataforma, comentó que esta se ha convertido en un referente para los productores de la región, pues con las diversas innovaciones que se promueven —como el uso del sensor GreenSeeker® y un mejor arreglo del suelo para la distribución y el cuidado de las plantas— han logrado disminuir hasta $4,000 por hectárea el costo de la preparación del suelo y reducir el uso de fertilizante nitrogenado (de 350 a 250 unidades).

Fernando Urías mencionó que —gracias al trabajo de la AARSP y al apoyo de organizaciones como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y otras de los sectores público y privado— se ha logrado aumentar la superficie cultivada con Agricultura de Conservación, la cual pasó de 150 a más de 1,200 hectáreas en la región de Guasave.

Con la Agricultura de Conservación no solo es posible disminuir los costos de producción, sino también cuidar los recursos naturales. “Queremos que los productores adopten estas innovaciones y lleven lo que hemos logrado en la plataforma a las parcelas”, manifestó Urías.

También destacó que la articulación de esfuerzos para un fin común (lograr la rentabilidad y la sustentabilidad agrícolas) ha hecho posible la conformación del Club de Agricultura de Conservación de la AARSP; el establecimiento de un punto de maquinaria en la propia plataforma; y la consolidación de la Expo Agricultura de Conservación, que desde hace siete años sirve como foro para dar a conocer entre los productores los resultados de la plataforma.

Con respecto a la vinculación con el CIMMYT, Urías Preciado comentó que, juntos, “hemos evolucionado hacia el desarrollo de las tecnologías que los productores requieren; hemos tenido una relación fraternal, trabajando en conjunto para dar solución a cualquier problemática que se presente”.

Finalmente, resaltó la importancia de la articulación de esfuerzos en torno a iniciativas como #AgriculturaConCiencia, que promueve una agricultura responsable y climáticamente inteligente.

Con este ejemplo de colaboración, agradecemos a todas las instituciones, organizaciones y personas que hicieron posible el desarrollo del movimiento #AgriculturaConCiencia durante este año que concluye. A todos les deseamos felices fiestas y esperamos contar nuevamente con su entusiasmo y compromiso en 2020 para hacer de la Agricultura Sustentable el motor del crecimiento económico y sociocultural de nuestras comunidades y nuestro país. ¡Enhorabuena!

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MasAgro genera impacto científico en el mundo

México está generando un impacto científico en el mundo. A través de la investigación colaborativa que promueve MasAgro —programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, científicos del CIMMYT y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) desarrollaron un estudio sobre Agricultura de Conservación en San Luis Potosí. Por su relevancia, la revista científica internacional Agronomy publicó este mes los resultados de ese estudio.

En el artículo, los investigadores del CIMMYT y el INIFAP describen cómo los rendimientos aumentaron con Agricultura de Conservación (bajo condiciones de riego) en la plataforma Soledad de Graciano Sánchez, en San Luis Potosí (una de las plataformas de investigación de MasAgro). Entre los aspectos destacados del estudio está que, incluso en suelos de mala calidad, la Agricultura de Conservación puede mejorar la calidad del suelo, tanto que —aún bajo condiciones de riego— se observó un incremento de 3 toneladas por hectárea en el rendimiento.

Simon Fonteyne, Miguel Ángel Martínez, Abel Saldivia y Nele Verhulst son los científicos que realizaron la investigación de la cual se deriva el artículo “La Agricultura de Conservación mejora el rendimiento a largo plazo y la calidad del suelo en la rotación de avena y maíz con irrigación”. En él se detalla que la Agricultura de Conservación —sistema basado en la mínima labranza, la cobertura del suelo y la rotación de cultivos— se ha implementado (y estudiado) principalmente en condiciones de temporal, donde ayuda a capturar y retener la humedad, por lo que se consideraba improbable que en condiciones de riego mejorara los rendimientos.

La investigación es doblemente relevante porque sus resultados no solo benefician al ámbito agrícola nacional, sino que tienen un impacto científico en el mundo. Las condiciones en las tierras altas mexicanas —como las de San Luis Potosí, en donde se desarrolló el estudio— son representativas de las tierras altas tropicales de todo el mundo (las cuales también están densamente pobladas e intensamente cultivadas), lo cual significa que la Agricultura de Conservación —que fomenta MasAgro— podría ayudar a reducir la degradación y los problemas de fertilidad del suelo en amplias regiones del planeta.

Con Agricultura de Conservación, variedades de maíz adecuadas y camas elevadas permanentes —arreglo del suelo que permite un mejor aprovechamiento del agua— no solo se obtuvieron mayores rendimientos y ganancias (poco más de $18,000 por hectárea en promedio), sino que además se aumentó el carbono orgánico del suelo en un promedio de 63%.

Estos y otros detalles pueden ser consultados directamente en la revista Agronomy mediante el siguiente enlace: https://www.mdpi.com/2073-4395/9/12/845/htm

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Escalando la agricultura climáticamente inteligente en el sur de África

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC en inglés) estima que las temperaturas en África aumentarán significativamente en los próximos años, lo que traerá resultados devastadores para los agricultores. Algunas regiones podrían experimentar dos sequías cada cinco años y ver reducciones drásticas en los rendimientos de maíz en las próximas tres décadas.

La investigación demuestra que la agricultura climáticamente inteligente (CSA en inglés) es un buen método para mitigar los efectos del cambio climático, tanto para los agricultores como para el planeta. Se ha demostrado que las prácticas asociadas, que aumentan los niveles de humedad del suelo y la biodiversidad del suelo, disminuyen la erosión del suelo hasta en un 64%. También tienen el potencial de aumentar los rendimientos de maíz en un 136% y los ingresos en ambientes secos en más del doble.

Sin embargo, las tasas de adopción siguen siendo bajas en algunos de los países que más se benefician, como Malawi, Zambia y Zimbabue, donde la adopción de sistemas completos de agricultura de conservación es actualmente del 2.5%.

Una nueva serie de infografías describe algunas de las limitaciones agrícolas que deberán abordarse para escalar con éxito las prácticas agrícolas climáticamente inteligentes en la región, teniendo en cuenta tanto los beneficios como los desafíos para los agricultores.

 

Descargue las infografías:

¿Podemos escalar la agricultura climáticamente inteligente? Un panorama general.

Estudio de viabilidad de la agricultura climáticamente inteligente para las comunidades rurales del sur de África: el enfoque.

Identificando las dos mejores opciones de agricultura climáticamente inteligente.

Una tormenta perfecta: el cambio climático pone en peligro la seguridad alimentaria en Malawi, Zambia y Zimbabue.

Beneficios y desafíos de la agricultura climáticamente inteligente para los agricultores del sur de África.

Agricultura climáticamente inteligente con perspectiva de género en el sur de África.

Existe un argumento comercial para escalar la agricultura climáticamente inteligente en Malawi, Zambia y Zimbabue.

There is a strong business case for scaling out CSA in Malawi, Zambia and Zimbabwe.

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Un amplio menú de forrajes

En el marco de la vinculación entre el Ayuntamiento de Tulancingo, el Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico (CIDT) —de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagroh) de Hidalgo— y el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se realizó un evento demostrativo para presentar a los productores locales cultivos alternativos y prácticas sustentables de utilidad para ellos.

En la zona el maíz es el cultivo predominante y se destina para la alimentación del ganado bovino productor de leche, aunque ha tenido bajos rendimientos debido al mal temporal, la insuficiente asesoría técnica y la prevalencia de prácticas convencionales inadecuadas. Por esto, se presentaron los resultados de tres cultivos establecidos previamente: triticale, cebada y sorgo, que son alternativas para la alimentación del ganado.

El triticale es un cereal híbrido producto de la cruza entre el trigo y el centeno, y su nombre es una mezcla de los géneros de los que procede: Triticum (trigo) y Secale (centeno). Su calidad nutritiva es similar a la del trigo y se desarrolla bien en suelos pobres. Además, es tolerante a las bajas temperaturas y, por su capacidad de rebrote luego del pastoreo, es una excelente opción para los animales.

A la cebada se le conoce principalmente por ser un insumo básico en la elaboración de cerveza, pero también es una buena alternativa como forraje, pues su cáscara es un producto que induce la lactancia debido a sus altos niveles de proteína y fibra (por lo que se recomienda suministrarlo solo cuando el ganado tiene deficiencias proteicas).

Por su parte, el sorgo es una especie de rápido crecimiento tolerante a la sequía. En México prácticamente la totalidad de su producción es destinada al consumo animal. De hecho, existe una confusión cuando se habla de «sorgo forrajero» y «sorgo grano». Se trata de la misma planta, y el «sorgo grano» es considerado también un producto forrajero. La diferencia radica en que el «sorgo forrajero» hace referencia a que se utiliza toda la planta en la alimentación del ganado.

Estas tres plantas amplían el menú de forrajes en la región. Además, su cultivo bajo el sistema de Agricultura de Conservación permite tener mayores rendimientos y reducir los costos de producción. Durante el evento demostrativo se expusieron las ventajas de implementar innovaciones agrícolas (como el diseño de siembra a doble hilera) para hacer más rentables los sistemas de producción.

Los productores que asistieron (provenientes de las localidades de San Rafael, Santa Rosa, Santa Ana Hueytlalpan, Ejido Tulancingo, San Nicolás Cebolletas y Zapotlán de Allende) —junto con autoridades locales, técnicos y proveedores de maquinaria e insumos— recorrieron las parcelas demostrativas y, mediante la explicación de los ingenieros María Antonieta Morgado y Jaime Ortega —colaboradora de MasAgro y responsable del CIDT, respectivamente—, conocieron los detalles de los cultivos establecidos.

Cabe destacar que, a pesar de las condiciones climáticas desfavorables (falta de lluvias) que impidieron que los cultivos tuvieran el desarrollo óptimo esperado, las parcelas de triticale, cebada y sorgo establecidas con Agricultura de Conservación tuvieron mejores rendimientos que las cultivadas con labranza convencional.

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Agricultura Sustentable, fundamental en la formación de nuevos agrónomos

Torreón, Coah.- La práctica es la mejor manera de formar a los futuros profesionistas del país. Por eso, cerca de 200 alumnos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), Unidad Laguna, participaron en el taller ‘Manejo agronómico del cultivo del maíz bajo condiciones de Agricultura de Conservación’, impartido por colaboradores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El taller, desarrollado en las instalaciones de la UAAAN, forma parte de las acciones del programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT. A través de este programa, se busca desarrollar capacidades y transferir conocimientos a todos los actores involucrados en las cadenas de valor de maíz, trigo y cultivos asociados.

Actualmente, 12 catedráticos de la UAAAN participan activamente en acciones promovidas por la vinculación con el programa MasAgro, por medio del cual —desde 2016— se ha apoyado el proceso formativo de los estudiantes de esa casa de estudios que cuenta con una población de más de 2,000 alumnos de carreras agropecuarias.

Después de conocer los fundamentos teóricos de la Agricultura de Conservación, los estudiantes que participaron en el taller recorrieron el campo experimental de la UAAAN —donde está el módulo MasAgro La Universidad, dedicado a la transferencia de conocimientos hacia los productores de la región— para realizar algunos ejercicios prácticos.

Víctor Martínez Cueto, director regional de la UAAAN, señaló que la práctica es la mejor manera de construir una red de agrónomos con mentalidad y formación orientadas hacia la sustentabilidad”. Por esto, durante el taller se difundieron prácticas sustentables que permiten elevar la productividad y la competitividad, así como cuidar los recursos naturales.

A través del programa MasAgro, la investigación colaborativa permite extender los beneficios de la ciencia no sólo en términos territoriales, sino también temporales. Con talleres como este —dirigidos a universidades y bachilleratos—, se puede sembrar la semilla de la sustentabilidad en los futuros agrónomos.

En un mundo donde la investigación científica es una ventaja competitiva para la economía de los países, la formación de nuevos profesionistas es fundamental. Complementar la educación de jóvenes agrónomos y fomentar el desarrollo de las ciencias agrarias a través de una vinculación directa entre los actores del sector, como lo hace MasAgro, representa un beneficio directo para la productividad y la competitividad nacionales.

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Maquinaria especializada en Agricultura Sustentable, una demanda en aumento

Uno de los beneficios de implementar Agricultura de Conservación (AC) es que al reducirse el laboreo del suelo, se tienen ahorros en ese proceso. Los productores del sur de Sonora que recientemente implementaron este sistema han tenido ahorros que oscilan entre los $1,500 y $3,000 por hectárea (durante el ciclo 2017-2018), hecho que los entusiasma para continuar con una producción sustentable.

Sin embargo, la poca disponibilidad de maquinaria especializada para Agricultura de Conservación es una limitante para potenciar los beneficios de la AC y maximizar su efecto positivo en esa región. Esto se debe a que la maquinaria convencional no está diseñada para hacer mínima remoción del suelo, que es uno de los principios de la AC.

La mínima remoción del suelo —o labranza mínima— favorece la calidad, estructura y cantidad de materia orgánica del suelo (lo cual también beneficia su fertilidad), por lo que muchos productores, ante la poca disponibilidad de maquinaria especializada, terminan por hacer adaptaciones a la maquinaria convencional que tienen.

Para buscar alternativas y atender la necesidad creciente de maquinaria especializada, alrededor de cincuenta productores del Valle del Yaqui y el Valle del Mayo que han implementado la Agricultura de Conservación se reunieron con representantes de los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), el Patronato para la Investigación y Experimentación Agrícola del Estado de Sonora (PIEAES) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Por parte del CIMMYT, Paullette Galaviz Soto, coordinadora del Hub Pacífico Norte, habló de los ahorros y beneficios que se tienen al remover menos el suelo y de cómo —al mismo tiempo— se reduce la erosión. También señaló la importancia de fomentar la transferencia de tecnología a través de puntos de maquinaria donde estén disponibles equipos especializados en Agricultura de Conservación, como varios que el CIMMYT y sus colaboradores han impulsado en la región.

En su intervención, Lorenzo García Romo, supervisor de FIRA en Sonora, mencionó las alternativas de crédito para la compra de este tipo de equipo, el cual —comentó— incluso podría ser adquirido con los ahorros por la implementación de prácticas sustentables.

Finalmente, se expuso a los asistentes que —a través del convenio firmado por FIRA, el CIMMYT y PIEAES— se les puede brindar asesoría técnica para que implementen Agricultura de Conservación y otras prácticas sustentables y se sumen así al movimiento #AgriculturaConCiencia, el cual busca potenciar la agricultura regional a través del conocimiento científico.

Por: Iván Gaytán Cantua, técnico certificado en Agricultura Sustentable, despacho Agrinova.