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La agricultura de conservación es clave para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU

During a conservation agriculture course, a young trainee operates a Happy Seeder mounted on a two-wheel tractor, for direct seeding of wheat in smallholder systems. (Photo: CIMMYT)
Durante un curso de agricultura de conservación, una joven aprendiz opera una Happy Seeder montada en un tractor de dos ruedas, para la siembra directa de trigo. (Foto: CIMMYT)

Un equipo internacional de científicos ha proporcionado un nuevo análisis general de los beneficios de la agricultura de conservación para el rendimiento de los cultivos, la eficiencia del uso del agua, los ingresos de los agricultores y la acción climática en una variedad de sistemas y entornos de cultivo en el sur de Asia.

El análisis, publicado hoy en Nature Sustainability, es el primero de su tipo en sintetizar los estudios existentes sobre agricultura de conservación en el sur de Asia y permite a los responsables políticos priorizar en dónde y en qué sistemas de cultivo implementar técnicas de agricultura de conservación. El estudio utiliza datos de más de 9 500 comparaciones por año en todo el sur de Asia.

De acuerdo con M.L. Jat, científico principal del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y autor principal del estudio, la agricultura de conservación también ofrece contribuciones positivas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, acción por el clima y agua limpia, y saneamiento.

«La agricultura de conservación será clave para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas», señaló JK Ladha, profesor de la Universidad de California, Davis, y coautor del estudio.

Los científicos del CIMMYT, el Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR, en inglés), la Universidad de California, Davis, el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI, en inglés) y la Universidad de Cornell analizaron una variedad de indicadores de rendimiento agrícola, económico y ambiental —incluidos los rendimientos de los cultivos, la eficiencia del uso del agua, el rendimiento económico, las emisiones de gases de efecto invernadero y el potencial del calentamiento global— y compararon cómo se relacionan con las condiciones de la agricultura de conservación para los pequeños agricultores y las estaciones de campo en todo el sur de Asia.

A combine harvester equipped with the Super SMS (left) harvests rice while a tractor equipped with the Happy Seeder is used for direct seeding of wheat. (Photo: Sonalika Tractors)
Una cosechadora equipada con el Super SMS (izquierda) cosecha arroz mientras que un tractor equipado con la Happy Seeder se utiliza para la siembra directa de trigo. (Foto: Sonalika Tractors)

Resultados e impacto en la política

Los investigadores encontraron que muchas prácticas de agricultura de conservación tenían beneficios significativos para los indicadores de desempeño agrícola, económico y ambiental, ya sea implementados por separado o en conjunto. La labranza cero con retención de residuos, por ejemplo, tuvo una ventaja de rendimiento promedio de alrededor del 6%, proporcionando a los agricultores casi un 25% más de ingresos y aumentando la eficiencia del uso del agua en aproximadamente un 13% en comparación con las prácticas agrícolas convencionales. También se demostró que esta combinación de prácticas reduce el potencial de calentamiento global hasta en un 33%.

Esto es una buena noticia para los gobiernos nacionales en el sur de Asia, que se han dedicado a promover activamente la agricultura de conservación para aumentar la productividad de los cultivos y conservar los recursos naturales. La agricultura del sur de Asia es conocida como un “hotspot” mundial para la vulnerabilidad climática.

«Los pequeños agricultores en el sur de Asia se verán más afectados por el cambio climático y la degradación de los recursos naturales», dijo Trilochan Mohapatra, Director General de ICAR y Secretario del Departamento de Investigación y Educación Agrícola (DARE, en inglés) de la India. «Proteger nuestros recursos naturales para las generaciones futuras mientras producimos suficientes alimentos de calidad para alimentar a todos es nuestra principal prioridad».

“ICAR, en colaboración con el CIMMYT y otras partes interesadas, ha trabajado intensamente durante las últimas décadas para desarrollar y desplegar la agricultura de conservación en la India. El país ha tenido mucho éxito al abordar la quema de residuos y los problemas de contaminación del aire utilizando los principios de la agricultura de conservación», agregó.

Dado que la población de la región aumentará a 2.400 millones, se espera que la demanda de cereales crezca en aproximadamente un 43% entre 2010 y 2050. Esto presenta un gran desafío para los productores de alimentos que necesitan producir más mientras minimizan las emisiones de gases de efecto invernadero, el daño al medio ambiente y otros recursos naturales.

«El esfuerzo de colaboración detrás de este estudio resume cómo los investigadores, los responsables políticos y los profesionales del desarrollo pueden y deben trabajar juntos para encontrar soluciones a los desafíos que enfrenta el desarrollo agrícola, no solo en el sur de Asia sino en todo el mundo», dijo Jon Hellin, líder del Plataforma de Impacto Sostenible en IRRI.

Publicaciones relacionadas:

Agricultura de conservación para la intensificación sustentable en el sur de Asia.

Oportunidades de entrevista:

M.L. Jat, científico principal y agrónomo de sistemas de cultivo, Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)

Para obtener más información o concertar entrevistas, comuníquese con:

Rodrigo Ordóñez, Gerente de Comunicación, CIMMYT. r.ordonez@cgiar.org

Acerca del CIMMYT:

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación de Maíz y Trigo del CGIAR y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados.

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La Agricultura Sustentable en Michoacán

Desde que el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— inició operaciones, el estado de Michoacán ha colaborado de manera activa en la transferencia de tecnologías sustentables a través del Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores.

Actualmente, para promover prácticas agrícolas sustentables se aprovechan los módulos (parcelas demostrativas) instalados con el apoyo de productores que, después de casi una década de trabajo bajo el sistema de Agricultura de Conservación, están convencidos de la importancia de difundir sus aprendizajes.

La Agricultura de Conservación es un sistema sustentable que permite a los agricultores reducir sus costos de producción y cuidar los recursos naturales (y en muchos casos también aumentar su productividad). Uno de los medios más efectivos para difundir sus beneficios son los recorridos por las parcelas de los productores que ya han implementado este sistema, pues permiten el contacto directo entre agricultores.

Recientemente, por ejemplo, se realizaron dos recorridos al módulo El Panteón —ubicado en el municipio de Queréndaro—, el cual fue instalado con el productor José Antonio Solís Hernández. En este módulo se han establecido diversas innovaciones, como el Manejo Agroecológico de Plagas, la fertilidad integral y el manejo de residuos, entre otras.

En el primer recorrido participaron productores y técnicos de la parte alta de Queréndaro —que trabajan un sistema de producción muy diferente a los que se tienen en el valle—, y en el segundo, productores y técnicos de Indaparapeo, Morelia y Tacámbaro. Cabe señalar que todos estos visitantes forman parte de la estrategia ‘Servicios de Extensionismo en el Territorio de un Centro de Apoyo al Desarrollo Rural (Cader)’, operada por el Instituto Nacional para el Desarrollo de Capacidades del Sector Rural (Inca Rural).

Esta articulación de esfuerzos entre MasAgro y otros programas que operan en el estado forma parte de una estrategia de escalamiento productivo, con la que se busca extender los beneficios de la Agricultura de Conservación a nuevos lugares en Michoacán.

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Mazorcas más grandes y llenas de grano

El cambio climático es una realidad. En diversas zonas de la Península de Yucatán el 2019 fue un año particularmente seco, de manera que para muchos productores que trabajan el sistema milpa ha sido necesario buscar variedades más resistentes a las condiciones climáticas actuales y también nuevas y mejores prácticas que les permitan hacer rentables sus milpas.

Nazario Celso Ek Kumul —de Dzitás, Yucatán— y Raymundo Gómez Solórzano —de Calakmul, Campeche— son dos productores que, en sus respectivos terrenos, reciben grupos de agricultores que buscan soluciones a diversas problemáticas que presentan sus milpas. ¿Por qué acuden a las parcelas de estos productores? Porque incluso a simple vista estas se distinguen de muchas otras: tienen plantas mejor distribuidas, con más mazorcas y un mejor llenado de granos.

Nazario y Raymundo participan en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —que impulsan la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex (FSB) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y han implementado innovaciones agrícolas con las que reducen sus costos de producción y cuidan los recursos naturales.

En sus parcelas mantienen un área denominada testigo, donde siguen produciendo de la forma en que siempre lo habían hecho, es decir, quemando y arando la tierra. El propósito es que durante los recorridos que se organizan periódicamente los otros productores puedan ver claramente los beneficios del arreglo de siembra, hacer mínima labranza, fertilizar en los momentos adecuados y dejar el rastrojo en el suelo (lo cual les permite además retener mayor humedad).

De acuerdo con las necesidades de cada zona, en las parcelas demostrativas pueden desarrollarse ensayos particulares. En la milpa del señor Nazario, por ejemplo, se evalúan ocho diferentes variedades de maíces nativos con la finalidad de observar cuáles responden mejor a las condiciones agroclimáticas.

Gracias al acompañamiento técnico que le ha brindado el proyecto y a la adopción de la Agricultura de Conservación —sistema sustentable que aprovecha el rastrojo como cobertura del suelo y promueve la mínima labranza—, el señor Raymundo ha logrado tener ahorros significativos. “En la parcela testigo se hicieron dos pases de rastra, y cada uno costó $1,000. Además, se tuvo que resembrar, y eso costó $600. En la otra parte no fue necesario arar la tierra ni hacer resiembra. Comparando con el testigo, me ahorré $2,600”, explica.

La parcela del señor Raymundo es muy significativa, ya que está cerca de la Reserva de la Biósfera de Calakmul. Y es un ejemplo de cómo a través de prácticas sustentables es posible sedentarizar la milpa, haciéndola más rentable para evitar que se amplíe la frontera agrícola. De acuerdo con los productores que participan en el proyecto, fortalecer su milpa con innovaciones agrícolas tiene beneficios ambientales y económicos, pues tener plantas con mayor profundidad de raíz, un tamaño superior, tallos más gruesos y un mejor llenado de grano al final se refleja en el bolsillo.

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Sin los productores no hay ciencia agrícola

Guamúchil, Sin.- Las plataformas de investigación agrícola son fundamentales para desarrollar y validar prácticas que permitan a los productores solucionar los problemas más urgentes que se les presentan en su quehacer cotidiano en el campo. Normalmente, son establecidas por instituciones académicas o centros de investigación en sus propias instalaciones. La plataforma de investigación Salvador Alvarado, en Sinaloa, es la excepción al ser impulsada por los productores del Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora, lo cual la hace única a nivel nacional.

En días pasados, este grupo de productores organizó un recorrido por la plataforma de investigación para dar a conocer los avances que han tenido. Uno de los objetivos de esta colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con el cual se estableció la plataforma, es hacer extensivos los conocimientos y aprendizajes que deriven de la investigación científica aplicada al campo.

Simon Fonteyne, coordinador de plataformas del CIMMYT, destacó que con la participación de los productores ha sido posible evaluar diversas semillas (de sorgo, maíz, cártamo, garbanzo y frijol) proporcionadas por el CIMMYT, así como diversas innovaciones agronómicas encaminadas a hacer sustentable la actividad agrícola, no solo de maíz, sino de cultivos asociados como el cacahuate, que es un cultivo presente en la zona y cuyos productores se acercaron al investigador interesados en diversas innovaciones agronómicas.

Fonteyne dijo que para mejorar la agricultura en la zona (donde predomina la de temporal) se debe empezar por aprovechar la humedad cubriendo el suelo con paja o rastrojo y disminuir al máximo la labranza. Comentó que estas prácticas se han evaluado a lo largo y ancho del país, obteniendo buenos resultados: “si se trabaja bien, si se apoya a la investigación, estoy seguro de que también aquí se tendrán buenos resultados”.

Por su parte, el ingeniero José Acedo Sánchez —dirigente del Comité Municipal Campesino no. 13, de Mocorito— manifestó que para ser rentables es necesario aprovechar los conocimientos ya existentes y los que se generen en la plataforma. Dijo que en la región de temporal en el municipio de Mocorito ya se ha implementado Agricultura de Conservación, aprovechando el punto de maquinaria especializada para Agricultura de Conservación que se estableció con la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Évora.

Para concluir, el productor Víctor Alonso Sánchez Angulo —dueño del predio donde se estableció la plataforma de investigación— destacó que su motivación principal fue adquirir conocimientos diferentes a la agricultura convencional, no solo para tener ahorros en sus costos de producción, sino para hacer un uso racional de los recursos naturales, especialmente del agua.

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Productores de Hidalgo adoptan la fertilización foliar

La degradación de los suelos es un problema grave que afecta a toda la sociedad, pues la disponibilidad y la calidad de los alimentos depende de que este recurso (el suelo) sea manejado debidamente. Se estima que 64% de los suelos de México están degradados (FAO, 2015), y las prácticas agrícolas indebidas (como el monocultivo o las quemas) son una de las causas.

A través de prácticas agrícolas sustentables, como la Agricultura de Conservación y otros sistemas asociados, es posible mejorar paulatinamente la calidad y fertilidad de los suelos degradados. No obstante, hasta que estos no recuperen plenamente su funcionalidad, es probable que no puedan proveer a las plantas de todos los nutrientes que requieren (o en la cantidad adecuada), por lo que se tiene que recurrir a otras opciones, como la fertilización foliar (a través de las hojas).

La aplicación foliar de fertilizantes es un método eficiente para suministrar micronutrientes que son necesarios solo en pequeñas cantidades (por lo cual podrían no estar disponibles para la planta si son aplicados en el suelo). En otras palabras, se trata de una solución temporal que debe ser considerada para proveer al suelo de nutrientes específicos o corregir a corto plazo sus deficiencias nutricionales.

La fertilización foliar, por ejemplo, es una buena opción para algunas zonas de Hidalgo —estado en que se estima que poco más de 70% de los suelos están degradados (Semarnat, 2018)— donde se presentan condiciones complejas de degradación del suelo y se necesita mejorar la calidad de este y al mismo tiempo brindar opciones rápidas y sustentables para que los productores puedan tener buenas cosechas.

En este contexto, la empresa Fertilex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han unido esfuerzos para realizar una estrategia de implementación de la fertilización foliar en 12 hectáreas de temporal distribuidas en los municipios de Huautla, Huejutla de Reyes, Atlapexco, Yahualica y Xochiatipan (que forman parte de la Sierra y la Huasteca hidalguenses).

“Nos complace esta colaboración con instituciones de investigación como el CIMMYT, con las que tenemos buena relación y con las que sentimos que este nuevo acuerdo beneficiará a los productores”, manifestó Milton Moguel Esponda —representante de Fertilex—, quien detalló que a través de la alianza se distribuirá gratuitamente el insumo para la fertilización foliar y se proveerá de un plan agronómico y seguimiento técnico que garanticen su adecuada aplicación.

A través de la Bitácora Electrónica MasAgro, los datos que se obtengan de esta acción se traducirán en información que con el tiempo permitirá optimizar la estrategia y difundir el conocimiento generado entre otros técnicos y productores y en otras zonas.

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Fertilidad integral para cebada

Guanajuato, Gto.- Cultivando un México Mejor es un proyecto de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que desarrolla capacidades en los productores para que, a través de la Agricultura Sustentable, contribuyan a reducir el consumo de agua en el cultivo de cebada.

Recientemente, en diversos municipios de Guanajuato y Querétaro se impartió un curso-taller sobre fertilidad integral para cebada en Agricultura de Conservación, dirigido a los productores que participan en este proyecto de sustentabilidad. La capacitación estuvo orientada a fomentar un manejo responsable de los fertilizantes inorgánicos, no solo para aumentar su eficiencia, sino para reducir su impacto ambiental.

El curso fue impartido por Juan Francisco Buenrostro Rodríguez, coordinador de fertilidad del CIMMYT en Guanajuato, quien señaló que la fertilización en un cultivo implica entre 35 y 40% del costo de producción, por lo que es indispensable mejorar las prácticas agrícolas de los diferentes sistemas de producción para optimizar los recursos y mitigar los efectos negativos de la agricultura sobre el ambiente.

En su exposición, el especialista dio un enfoque de nutrición con base en las 4R para la alta productividad en cebada, es decir, las cuatro recomendaciones —o principios fundamentales— para el manejo responsable de nutrientes: dosis, fuente, momento y forma correctos. Estos principios permiten asegurar la sustentabilidad de todo el ecosistema que rodea a la producción agrícola, porque con ello se contribuye a la reducción de la contaminación del suelo y los acuíferos, el ahorro, el aumento de la productividad y —por consecuencia— la mejora de la calidad de vida de los productores.

Los cursos se realizaron en los municipios de Abasolo y Valle de Santiago, Guanajuato, así como en San Juan del Río, Querétaro. Estos fueron impartidos directamente en las parcelas de los productores que participan en el proyecto, e incluyeron una práctica de fertilización enterrada, la cual es una técnica que contribuye a hacer más eficiente el aprovechamiento del fertilizante en el cultivo.

Además de ahorrar agua y hacer más eficiente el uso de los fertilizantes, Cultivando un México Mejor busca brindar a los productores las herramientas necesarias para que desarrollen capacidades que les permitan tomar mejores decisiones para lograr sistemas resilientes, productivos, rentables y ambientalmente sustentables, en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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Un nuevo comienzo en el campo de Durango

A pesar de su cercanía con la ciudad, la zona serrana del municipio de Durango presenta altos índices de marginación social. Ahí la milpa subsiste como sistema de producción para el autoconsumo familiar. No obstante, los problemas de sequías y plagas y fenómenos sociales como la migración han hecho que paulatinamente ese sistema disminuya su productividad y rentabilidad; incluso su diversidad se ha ido perdiendo (por ejemplo, la cultura de sembrar frijol).

Para fortalecer las actividades del sistema milpa en esa zona, incrementar los ingresos de las familias y asegurar la disponibilidad de granos para su alimentación, colaboradores del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— implementaron un proyecto orientado a fomentar la adopción de las tecnologías MasAgro en las zonas de temporal de la sierra del municipio de Durango.

La intención de las acciones de MasAgro en ese municipio es desarrollar capacidades y facilitar el conocimiento para que los agricultores mejoren las condiciones productivas de sus parcelas y —a su vez— conserven y cuiden los recursos naturales. Para esto, se promueven los beneficios de sistemas como el Manejo Integrado de Malezas, el Manejo Agroecológico de Plagas y la Agricultura de Conservación (basado en la mínima labranza, la cobertura del suelo y la rotación de cultivos).

Para facilitar la implementación de la Agricultura de Conservación, se ha promovido el aprovechamiento del punto de maquinaria que se encuentra en la zona. Ahí los productores tienen disponible una sembradora para grano grueso, un multiarado, una reformadora de camas permanentes y otras herramientas diseñadas específicamente para trabajar bajo el sistema de Agricultura de Conservación, el cual —al reducir el número de pasos de maquinaria— mejora la estructura y la calidad del suelo.

Los técnicos de MasAgro que colaboran en esta zona han puesto énfasis en la calidad de los suelos, ya que los análisis realizados en la región arrojaron entre sus resultados problemas de compactación (piso de arado) y sodicidad. Tanto la compactación como las altas concentraciones de sodio afectan las propiedades físicas del suelo, reduciendo su capacidad de infiltrar agua y aire. De ahí la importancia de revitalizar el campo de esa zona con prácticas sustentables.

Con capacitación, rotación de cultivos (y el rescate de la cultura de la siembra del frijol), labranza mínima, enfoques agroecológicos e inclusión de todos los miembros de la familia en las actividades de la milpa, el programa MasAgro contribuye a que en la sierra de Durango se cosechen granos libres de productos químicos (próximamente se trabajará para implementar sistemas de almacenamiento de granos), se reduzcan los costos de producción en apoyo a la economía familiar, se disminuya el deterioro ambiental y se trabaje para mejorar la calidad de los suelos.

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Los resultados de la Agricultura Sustentable hablan por sí mismos

Con la colaboración de la Dirección de Desarrollo Agropecuario de Tepalcingo, Morelos, formadores del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— capacitaron, en una primera etapa, a tres técnicos municipales en temas de Agricultura de Conservación, Manejo Agroecológico de Plagas y prácticas poscosecha. Los técnicos capacitados han replicado el conocimiento adquirido con 100 productores locales.

Entre los resultados positivos que los técnicos y los productores han observado de forma más inmediata, está el cambio del uso de plaguicidas a la utilización de trampas con feromonas sexuales para el control de los gusanos cogollero y elotero (se realizaban de cinco a siete aplicaciones de plaguicidas por hectárea en cada ciclo productivo, y ahora solo instalan cuatro trampas por hectárea cada 30 días por ciclo productivo).

Al respecto, algunos productores comentaron: “ahora que hagamos Agricultura de Conservación, nuestros costos de producción van a disminuir más. Y como vendemos elote para exportación, sí va con mucho químico, y ya no nos compran nuestro producto. Ahora que nos están dando esta alternativa y capacitaciones, pues vamos a mejorar nuestra forma de producir y podremos exportar”.

Después de ver estos resultados iniciales, René Benítez —director de Desarrollo Agropecuario de Tepalcingo— manifestó: “los productores de este municipio y del país necesitamos un cambio en la forma de producir. No nos damos cuenta del daño a nuestra salud y de la afectación al medioambiente que provocamos. Hace tiempo, cuando surgió internet, todos tuvimos que actualizarnos; ahora pasa lo mismo en la agricultura: tenemos que pasar del sistema convencional al sustentable”.

El impacto positivo y la buena aceptación que tuvieron las prácticas promovidas por MasAgro dieron pie a nuevas actividades, como un recorrido por la estación experimental de Tlaltizapán —del CIMMYT—, en Morelos. Ahí los productores reforzaron sus aprendizajes y conocieron la importancia de ya no hacer quemas agrícolas, las opciones más pertinentes para incrementar la fertilidad de los suelos, el impacto del cambio climático en la agricultura y las alternativas para mitigarlo.

Además de los enfoques agroecológicos para el manejo de plagas, una de las opciones para mitigar los efectos de la variabilidad climática (como las sequías prolongadas o el calor más intenso) es evitar la quema de rastrojos para aprovecharlos como cobertura del suelo. Al respecto, uno de los productores que recorrieron la plataforma de investigación Tlaltizapán comentó que ese tipo de prácticas ahora son una necesidad, porque “si continuamos como ahorita, vamos a terminar con nuestro suelo”.

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Alumnos de bachillerato en Zacatecas fomentan la Agricultura Sustentable

El año 2019 fue difícil para el campo de Zacatecas debido a la fuerte sequía (fenómeno atípico producto del cambio climático) que azotó a la entidad. A causa de esta, cerca de un cuarto de la superficie cultivable del estado no tuvo condiciones para ser sembrado, y el resto dispuso de poca o muy poca humedad.

Para que los productores desarrollen las capacidades y adopten las prácticas agronómicas que les permitan hacer frente a este tipo de fenómenos, el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— articula la colaboración de diversos actores y organizaciones.

Recientemente, por ejemplo, se estableció vinculación con el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) no. 20, de Río Grande, Zacatecas. Producto de ese acercamiento se acordó que ocho alumnos de esa institución educativa darán seguimiento a productores de la región —donde el cultivo principal es el frijol— que ya realizan Agricultura de Conservación (sistema sustentable que permite disminuir los costos de producción, incrementar los rendimientos y conservar los recursos naturales).

La participación de los jóvenes del CBTA no. 20 será fundamental para la obtención y el registro de datos que alimentarán a la Bitácora Electrónica MasAgro, la cual permite procesar información de utilidad para técnicos y productores de todo el país.

De manera inicial, un formador de MasAgro abordó con los alumnos temas como los principios y la importancia de la Agricultura de Conservación, la estructura y el funcionamiento de los nodos de innovación de MasAgro, los datos que se generan en las parcelas y la georreferenciación.

Entre las acciones futuras para dar continuidad a la colaboración, destaca que los alumnos participarán en diversas capacitaciones que impartirá el CIMMYT sobre temas como el muestreo y análisis de suelo, el cual es importante para tomar decisiones certeras sobre la aplicación de mejoradores de suelo, la fertilización, la cosecha de agua, etc.

De acuerdo con Jorge Contreras García, encargado del Departamento de Vinculación del CBTA no. 20, la participación de los alumnos de bachillerato en proyectos como MasAgro permitirá que un mayor número de productores se beneficie de la información generada localmente.

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Trigo sustentable: pan de calidad

Para Heraclio Rivera López la adopción de prácticas de Agricultura de Conservación ha sido una solución para ser más eficiente y rentable en sus cultivos de trigo, pues gracias a algunos pequeños pero significativos cambios ahora aprovecha mejor el fertilizante; ahorra agua; y también ha reducido el número de pasos de maquinaria, disminuyendo así el impacto ambiental.

Don Heraclio es uno de los productores que participa en el proyecto de abastecimiento responsable de trigo en Sinaloa y Sonora, que es impulsado por Grupo Bimbo —empresa multinacional de origen mexicano— y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). El objetivo de este proyecto es impulsar una producción local sustentable que mejore la productividad y el medioambiente.

En un recorrido en campo, acompañado por representantes de Grupo Bimbo, el productor explicó que usa el rastrojo del ciclo pasado como cobertura del suelo, pues así evita su erosión y favorece la acumulación de materia orgánica. Para este propósito, aprovechó los equipos que ya tenía, adaptándoles un disco para cortar los rastrojos (sin que necesite hacer mayor preparación del suelo).

Con labranza mínima y cobertura del suelo, don Heraclio ha hecho más rentables sus parcelas. Al llevar ocho años realizando agricultura con prácticas sustentables, está convencido de los beneficios de la Agricultura de Conservación, la cual le ha permitido formar parte de este proyecto.

Según don Heraclio, su objetivo es contribuir a que los mexicanos tengan alimentos sanos y de calidad, producidos de forma sustentable. “Mi trigo se lo voy a vender a Grupo Bimbo para que haga buen pan y se aproveche el trigo sinaloense de calidad y establecido bajo prácticas sustentables”, comentó.

De acuerdo con su experiencia, al trabajar con el sistema de Agricultura de Conservación el esfuerzo físico es menor y los costos de producción se reducen significativamente. Y mencionó que, gracias al conjunto de prácticas sustentables, ha logrado producir hasta 7.5 toneladas por hectárea; esto es 1.5 toneladas más que el promedio local.