La alianza celebrada entre el Gobierno de México, a través de la AMEXCID, el CIMMYT y el Reino de Noruega, busca construir paz y prosperidad a través del desarrollo agrícola sostenible en países de Centroamérica y el sur de México.
La Coalición para el Crecimiento Sostenible de la Productividad para la Seguridad Alimentaria y la Conservación de Recursos (o Coalición SPG, por sus siglas en inglés) reúne a investigadores, organizaciones no gubernamentales y socios del sector privado para promover un mundo con un mayor acceso a alimentos nutritivos y dietas asequibles. La Coalición reconoce que aumentar la productividad de los recursos naturales a través de la adaptación y mitigación al cambio climático es fundamental para alcanzar este objetivo.
En un informe reciente, la Coalición SPG proporcionó un camino a seguir para las ONG, instituciones de investigación y agencias de gobierno con el fin de fortalecer las políticas agroalimentarias y climáticas. El reporte contiene ejemplos basados en evidencia de la vida real para promover la producción sostenible y la conservación de recursos naturales, detallando los posibles impactos en las condiciones sociales, económicas y ambientales.
El CIMMYT ocupa un lugar destacado en el informe como una organización líder enfocada en 4 áreas: agricultura inteligente frente al clima, eficiencia en el uso de nutrientes (EUN) y la gestión de plagas y fertilizantes.
Eficiencia en el uso de nutrientes y la gestión de fertilizantes
Si bien los fertilizantes químicos aumentan los rendimientos de los cultivos, el uso excesivo o indebido de fertilizantes contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y aumenta los costos de la mano de obra para los pequeños agricultores. La eficiencia en el uso de nutrientes es fundamental para la gestión de nutrientes y la mitigación y adaptación al cambio climático.
Mujer usando esparcidor para la aplicación de fertilizantes. (Photo: Wasim Iftikar/CSISA)
En la India, el CIMMYT, junto con el Instituto Borlaug para el Sur de Asia (BISA, por sus siglas en inglés), los centros de investigación del CGIAR, así como socios regionales, probaron herramientas digitales como la herramienta para el apoyo a la toma de decisiones Nutrient Expert (NE), que mide el uso adecuado de fertilizante para rendimientos optimizados y brinda recomendaciones nutricionales con base en condiciones de suelos locales.
La mayoría de los pequeños agricultores que aplicaron la herramienta NE reportaron mayores rendimientos, toda vez que emitían entre 12 y 20% menos GEI en trigo y alrededor de 2.5% menos en arroz, en comparación con las prácticas de fertilización convencionales. Asimismo, los agricultores reportaron haber duplicado sus ingresos económicos: aumentos en los rendimientos y reducción en los costos de fertilizantes. Una mayor implementación de NE podría mejorar la seguridad alimentaria regional y mitigar emisiones de GEI.
El proyecto Feed the Future Semillas y Fertilizantes para Nepal (NSAF, por sus siglas en inglés), liderado por el CIMMYT y USAID, aboga por una agricultura inteligente frente al clima al conectar a pequeños agricultores con semilla mejorada, brindar programas de capacitación y promover el uso eficiente de fertilizantes. Con una amplia red establecida con el apoyo del gobierno de Nepal, NSAF proporciona con éxito a los pequeños agricultores con un acceso expandido al mercado, así como variedades de cultivo nutritivas y resilientes al clima.
Mejoramiento de maíz y uso de fertilizante inteligentes frente al clima
Desde su llegada al África sub-Sahariana en el 2016, el cogollero del maíz ha devastado cultivos de maíz para innumerables pequeños agricultores del continente. La incertidumbre económica producida rendimientos inestables y factores de estrés climático como la sequía, junto con esta plaga endémica, aumentan el riesgo de agravar la inseguridad alimentaria.
Cogollero del maíz. (Photo: Jennifer Johnson/CIMMYT)
El CIMMYT y las Instituciones Asociadas a NARES en África Oriental y del Sur lideran un sólido proyecto de manejo de plagas para desarrollar, evaluar e introducir híbridos de maíz elite genéticamente resistentes en toda África subsahariana. Sudán del Sur, Zambia, Kenia y Malawi ya han implementado variedades de maíz resistentes y se prevé que otros ocho países de la región lancen las suyas en el 2023. Estos países también llevan a cabo Ensayos Nacionales de Rendimiento para aumentar la conciencia acerca de resistencia de las plantas huésped para el control sostenible del cogollero del maíz, así como sensibilizar a legisladores sobre la aceleración de la entrega de variedades de maíz tolerantes a esta plaga.
El establecimiento de instalaciones de detección del cogollero en África permite una detección más rápida y la crianza de variedades de maíz con resistencia genética al cogollero, lo que facilita una mayor implementación de estas variedades en toda África. El control sostenible del cogollero del maíz exige un esfuerzo de respuesta rápida supervisado por organizaciones de investigación y gobiernos para desarrollar y validar aún más la resistencia genética al cogollero del maíz. Lograr un mayor impacto para los pequeños agricultores de maíz es fundamental para garantizar un mayor ingreso y seguridad alimentaria en África. También es primordial para la conservación de la biodiversidad y para aliviar la carga de trabajo de los agricultores que aplican pesticidas sintéticos adicionales para evitar mayores pérdidas causadas por la plaga.
El informe de la Coalición SPG enfatiza el poder de la colaboración para mejorar la seguridad financiera y alimentaria de las comunidades de pequeños agricultores en el sur global. Esto está completamente alineado con la estrategia, recientemente lanzada, de CIMMYT 2030. También es un recordatorio importante para evaluar nuestros puntos fuertes y dónde se necesita más inversión y colaboración”, expresó Bram Govaerts, director general del CIMMYT.
Conjunto de robot más sembradora trabajando en campo y guiados vía control remoto. (Foto: Joshua Patiño / CIMMYT)
Conjunto de robot más sembradora trabajando en campo y guiados vía control remoto. (Foto: Joshua Patiño / CIMMYT)
El cambio climático está afectando todos los aspectos de la producción de alimentos. La variabilidad de las precipitaciones y un aumento en la frecuencia de sequías e inundaciones tienden a reducir los rendimientos en los cultivos. Además, factores como el crecimiento de la población, la reducción de los recursos naturales y la migración de personas a zonas urbanas representan desafíos notables a la producción de alimentos.
Ante estos desafíos es urgente consolidar sistemas agroalimentarios sustentables, rentables y eficientes. En este sentido, los avances tecnológicos, como la integración de sensores y tecnología de la información, representan una vía para optimizar diversas tareas agrícolas. Aquellas tareas que suelen ser repetitivas y en patrones, por ejemplo, pueden ser automatizadas utilizando sensores especializados como la visión artificial, sistemas de posicionamiento global (GPS), laser, entre otros.
En este contexto, actualmente el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Universidad Autónoma Chapingo —a través del doctor Noé Velázquez López y su equipo de trabajo— colaboran en el desarrollo de herramientas innovadoras para la agricultura, específicamente en la validación en campo de un robot agrícola para automatizar el proceso de siembra.
La siembra es una de las tareas fundamentales dentro del ciclo agrícola de los cultivos. Las herramientas disponibles para realizarla son variadas y han evolucionado significativamente en los últimos años a la par de herramientas digitales como bases de datos y redes de información que han aumentado su eficiencia y precisión. El uso de robots ofrece diversas ventajas para esta tarea.
“El trabajo se encuentra en una etapa temprana por lo que el guiado la realiza una persona manipulando un control remoto, sin embargo, se pretende que en una fase futura se integre un mapa virtual con recorridos definidos según la parcela a trabajar”, detalla el equipo de investigadores que, en días pasados, realizó la siembra de maíz en instalaciones del campo experimental el Batán, en donde se utilizaron dos robots guiados mediante control remoto, cada uno con su respectivo equipo de siembra.
Durante las evaluaciones en campo se busca recopilar datos que posteriormente permitan analizar el desempeño de los diferentes componentes de la tecnología, como la autonomía en campo, la precisión en la entrega de semillas por parte de los sistemas de dosificación, la profundidad de trabajo y la velocidad. “Estas evaluaciones continuas permitirán seleccionar y/o mejorar los componentes para que el robot y la sembradora desempeñen bien su tarea en una amplia gama de condiciones”, comentan los investigadores.
Dentro de las ventajas de contar con estas nuevas herramientas destaca que los robots pueden ser guiados desde un ordenador o control remoto (sistemas semiautónomos), pueden trabajar continuamente sin necesidad de descanso y llegar a áreas de difícil acceso para máquinas convencionales, como terrenos con pendientes o caminos angostos para tractores de cuatro ruedas.
Además, a diferencia de la intervención humana, la calidad del trabajo de un robot agrícola no se modifica debido a una carga de trabajo continua, no hay compactación del suelo porque se trata de máquinas de bajo peso y cultivos como el maíz pueden establecerse en patrones. Esto ayuda a automatizar procesos como la siembra, el control de malezas, plagas y enfermedades, e incluso la cosecha. Finalmente, el almacenamiento de información ayuda a tomar mejores decisiones y a actuar de manera oportuna, así como optimizar el uso de recursos.
Aprovechando el liderazgo, la ciencia y las alianzas del CIMMYT, con sede en México, y la financiación y la capacidad de investigación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) del 2010 al 2021, el programa conocido como “MasAgro” ha ayudado a cerca de 500,000 productores participantes a adoptar variedades de maíz y trigo, así como prácticas de conservación de recursos, en más de un millón de hectáreas de tierras de cultivo en 30 estados en México.
La Estación Experimental Tlaltizapan en Morelos, México, se utiliza durante el invierno para efectuar ensayos de sequía y calor y durante el verano para ensayos de rendimiento y biofortificación. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
Como resultado de la operación de los centros de investigación MasAgro en las múltiples y diversas agroecologías de México para promover la intensificación sustentable de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, incluyendo variedades mejoradas y prácticas que ayudan a conservar recursos y que se adaptan a distintos climas, los rendimientos de proyectos participantes resultaron mayores que el promedio local por 20% para el maíz y 3% para el trigo. Asimismo, los ingresos netos promedio para los productores de maíz participantes fueron 23% mayores, así como 4% mayores para los productores de trigo, en comparación con promedios locales.
El componente de biodiversidad MasAgro recolectó y analizó una de las muestras de diversidad genética de maíz y trigo más grandes del mundo, que incluía las extensas colecciones de bancos de semillas del CIMMYT, con el objetivo de identificar y caracterizar nuevos genes de interés para el mejoramiento genético. Uno de los resultados fue que más de 2 mil millones de puntos de datos genéticos y más de 870,000 registros de datos de ensayos de campo asociados están disponibles de forma gratuita para la comunidad científica a través del repositorio en línea del proyecto.
MasAgro ha involucrado a organizaciones de investigación nacionales y locales, universidades, empresas y organizaciones no gubernamentales que trabajan a través de 40 plataformas de investigación y más de 1 000 módulos de investigación, a la vez que desarrollan las capacidades de miles de productores y cientos de expertos técnicos y extensionistas que los asisten.
Socios a nivel estatal se unen a MasAgro
A través de MasAgro, el CIMMYT estableció alianzas de investigación y Desarrollo con 12 estados mexicanos. Un ejemplo de esto es el estado montañoso central de Guanajuato, hogar de la región El Bajío, una de las áreas de cultivo más productivas de México, pero que también enfrenta problemas de degradación del suelo, escasez de agua y efectos del cambio climático, desafíos que enfrentan los agricultores en todo México. El gobernador de Guanajuato visitó la sede central del CIMMYT en México en junio de 2023 para revisar el progreso y acordar actividades de seguimiento.
MasAgro generó sistemas de producción y riego más sostenibles en Guanajuato, México. (Foto: ACCIMMYT)
El CIMMYT ha trabajado con los expertos y los mismos productores locales del estado de Guanajuato para probar y promover innovaciones a través de 7 plataformas de investigación que alcanzan casi 150 mil hectáreas. A partir del 2020, nuevas variedades de cultivos y prácticas para el manejo de conservación de recursos y adaptadas al clima ayudaron a apuntalar aumentos de 14% en la producción de trigo y, bajo sistemas agrícolas de temporal, mejoraron los resultados en 28% para frijol, 150% para variedades locales de maíz y 190% para maíz híbrido, por encima de promedios estatales.
Una iniciativa integral para la fertilidad del suelo ha incluido en análisis y el mapeo de más de 100,000 hectáreas de suelos para el cultivo, ayudando a los productores de Guanajuato a recortar costos, usar fertilizantes de forma más eficiente y reducir la quema de residuos de cultivos y la contaminación del aire asociada a dicha práctica.
Los centros de servicio para la renta y reparación de maquinaria de agricultura de conservación ayudan a difundir prácticas tales como la labranza cero y el mantillo de residuos. Con el apoyo de asesores de CIMMYT, los productores de Guanajuato establecen acuerdos equitativos y ecológicos con empresas tales como Nestlé, Kellogg’s y Heineken, entre otros acuerdos público-privados responsables y rentables.
Aclamación e interés desde el extranjero para MasAgro
MasAgro ha recibido numerosos premios y menciones como modelo para el desarrollo agrícola sustentable. A continuación, algunos ejemplos:
Dignatarios aplauden el lanzamiento de MasAgro en el CIMMYT. (Foto: Xochiquetzal Fonseca/CIMMYT)
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha reconocido a MasAgro como una iniciativa innovadora y expansible para Latinoamérica y el Caribe.
El Banco Interamericano de Desarrollo (IDB) mencionó al programa como ejemplo exitoso de extensión.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) citó a MasAgro por promover la agricultura productiva y sustentable.
El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP) elogió a MasAgro por promover la agricultura resiliente al clima.
Durante la cumbreG20 del 2018 en Argentina, MasAgro fue considerado un modelo para la coordinación de la investigación agrícola, el desarrollo, la innovación, la transferencia de tecnología y las asociaciones público-privadas.
Bram Govaerts, actual director general de CIMMYT, recibió el Premio Mundial de la Alimentación 2014 por su trabajo en el momento como líder del componente de alcance a los productores MasAgro.
Recientemente, los centros de investigación MasAgro fueron usados como guía por los esfuerzos del USAID en Sudán y África oriental. También han sido replicados en Guatemala y Honduras.
Varios pasos más allá
En Centroamérica y México, las crisis interconectadas de sistemas agroalimentarios débiles, el cambio climático, conflictos y la migración se han empeorado, mientras que los pequeños agricultores y los sectores marginados siguen atrapados en la pobreza.
Aprovechando su experiencia en MasAgro, CIMMYT es uno de los asociados principales de la iniciativa lanzada hace poco por el CGIAR, AgriLAC Resiliente, cuyo objetivo es crear la resiliencia, sustentabilidad y competitividad de sistemas agroalimentarios y los actores en Latinoamérica y el Caribe, ayudándolos a satisfacer sus necesidades de seguridad alimentaria más urgentes, mitigar riesgos climáticos, estabilizar a comunidades vulnerables y reducir la migración forzada. El esfuerzo estará enfocado en productores de Colombia, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua y Perú.
La agricultora Marilu Meza Morales cosecha su maíz en Comitán, México. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)
Como lo describe un artículo científico de 2021, CIMMYT también ayudó a crear la iniciativa del sistema agroalimentario integrado (IASI, por sus siglas en inglés), una metodología desarrollada y validada a través de estudios de casos en México y Colombia, y que utiliza el análisis de situación, predicciones de modelo y escenarios para sincronizar la acción pública y privada hacia los sistemas agroalimentarios sustentables, equitativos e incluyentes.
“El enfoque del desarrollo integrado del CIMMYT para la transformación del Sistema maíz en México y Colombia sentó las bases para la metodología IASI al superar transiciones gubernamentales, las restricciones presupuestarias anuales y las rivalidades entre las partes interesadas en favor de la equidad, la rentabilidad, la resiliencia y la sustentabilidad” dijo Govaerts.
El informe 2021 sobre la Productividad Agrícola Global (GAP, por sus siglas en inglés) “Strengthening the Climate for Sustainable Agricultural Growth” (Fortalecimiento del Clima para un crecimiento agrícola Sustentable) respaldó a la IASI, afirmando que “…está diseñada para generar estrategias, acciones y objetivos cuantitativos alineados con los objetivos de desarrollo sustentable que tienen una alta probabilidad de recibir inversiones públicas y privadas de apoyo”.
El pasado 26 de mayo, representantes del Centro International de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) albergaron un evento de networking para el escalamiento en la sede central del CIMMYT en México. Este encuentro marcó la culminación de una Capacitación para la Preparación para el Escalamiento organizada por One CGIAR Portfolio Performance Unit (PPU), que incluyó a 30 participantes de varios centros del CGIAR que trabajan en varias iniciativas One CGIAR.
Debido a esto, el evento de networking para el escalamiento tuvo el placer de reunir a los expertos de escalamiento de la capacitación del CGIAR con otros expertos de GIZ, CIMMYT, y otras organizaciones académicas y no gubernamentales. Los participantes intercambiaron enseñanzas, ideas y metodologías para innovaciones en el escalamiento agrícola. Por fortuna, no se mantuvo como solo un ejercicio abstracto, ya que los asistentes también estaban ansiosos por explorar futuros proyectos conjuntos de escalamiento. Como la colaboración es uno de los factores más importantes en innovaciones de escalamiento, el propósito del evento fue establecer nuevas iniciativas y asociaciones colaborativas.
GIZ y CIMMYT tienen una larga historia de colaboración en México y otros sitios. Por ejemplo, hace poco, en África, un grupo de especialistas en mecanización del CIMMYT brindaron capacitación en esta área para fortalecer el trabajo de los Centros de Innovación Verdes GIZ para los sectores agrícolas y alimenticio. En este evento, ambas organizaciones explicaron a qué se referían con escalamiento y cómo lo han trabajado por medio de herramientas tales como el Scaling Scan. El Scaling Scan es otro ejemplo de la colaboración entre GIZ y CIMMYT (así como la Netherlands Development Organization, SNV, u Organización Neerlandesa para el Desarrollo) y es una herramienta que analiza cuellos de botella y oportunidades en la escalamiento e innovación.
Ambas organizaciones notaron una necesidad de explorer un espacio más Amplio para conectar a sectores con actores interesados en innovaciones de escalamiento desarrollados por el desarrollo agrícola. Con la observación de diferentes enfoques al escalamiento, el marco de la preparación para el escalamiento fue presentado como la práctica oficial del escalamiento en One CGIAR. Asimismo, la Universidad de Chapingo y la Universidad Iberoamericana presentaron las herramientas que están usando a partir del análisis de redes sociales Geographical Information systems. Demostraron las conexiones con gente que el escalamiento requiere y la importancia de basar evaluaciones de escalamiento en datos cuantitativos.
Debate plenario para determinar las mejores formas de colaboración (Foto: Ronay Flores/ CIMMYT)
El Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) y GIZ México también discutieron las dificultades que conlleva decidir lo que escalar y cómo hacerlo de manera responsable. Dadas las preocupaciones climáticas actuales, GIZ México enfatizó la necesidad de escalar tecnologías donde se encuentran la biodiversidad y la agricultura. La CEMEFI comenzó un diálogo entre especialistas en escalamiento sobre cómo escalar mientras se toman en cuenta factores sociales. Los temas principales que salieron de esta discusión fueron la necesidad de involucrar más a las comunidades, pasar tiempo con ellos para planificar intervenciones y estudiar relaciones de poder.
Como parte de este encuentro, los profesionales del escalamiento de las Iniciativas de Investigación One CGIAR, de las cuales CIMMYT es miembro, presentaron sus reflexiones acerca del escalamiento. Compartieron su trabajo y algunas preguntas de investigación que ya se investigan en la Iniciativa Digital, la Iniciativa latinoamericana “AgriLAC” y la Iniciativa Mitigation Plus. Algunas de las preguntas abordadas en el encuentro incluyeron qué criterios se deben seleccionar para elegir innovaciones, cómo juntar procesos diferentes de escalamiento y finalmente, cómo desarrollar estrategias de escalamiento que pudieran contar con el apoyo de condiciones y herramientas de facilitación digital y tecnológica.
Antes de concluir con la reunión, los participantes seguían con la energía suficiente para debatir y apoyar la idea de crear una comunidad de práctica latinoamericana de escalamiento para continuar con el intercambio de experiencias de escalamiento en la región, no solamente con socios, sino entre investigadores y profesionales del escalamiento. El resultado esperado sería el fortalecimiento del trabajo de escalamiento para que las prácticas más relevantes para hacer más resilientes y sustentables a los sistemas agroalimentarios puedan ser adoptados, adaptados o transformados para satisfacer a cada comunidad y sus necesidades en cada contexto.
¿Cuáles fueron las enseñanzas finales del encuentro? La importancia del escalamiento con socios; la necesidad de abordar la inclusión social en el escalamiento por medio de la comprensión de las relaciones de poder; y compartir experiencias y procesos variados de escalamiento. Todo esto se resaltó al final de la reunión, lo cual cerró la jornada, aunque también dio un impulso inicial hacia las colaboraciones en potencia que de ahí surgieron.
A través de décadas de asociaciones globales, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) está redefiniendo y difundiendo un conjunto de innovaciones climáticamente inteligentes que conservan los recursos para sistemas de cultivo basados en maíz y trigo, que incluyen sistemas de cultivo más precisos y eficientes. el uso eficiente del agua y los fertilizantes, así como la agricultura de conservación, que combina labranza reducida o cero, el uso de residuos de cultivos o mantillos como cobertura del suelo y cultivos intercalados y rotaciones más diversos.
“La labranza cero y la gestión de residuos para cereales, es decir, sembrar la semilla directamente en suelos sin arar y residuos de la cosecha de arroz anterior, se ha adoptado en un área importante en la transacción de Indo-Gangetic Plain, con impactos positivos en el rendimiento de los cultivos, rentabilidad y eficiencia en el uso de los recursos”, dijo Tek Sapkota, científico principal en sistemas agrícolas/cambio climático, CIMMYT.
Parcela continua de maíz en El Batán, México (Foto: CIMMYT)
El artículo «Agricultura de conservación para la intensificación sostenible en el sur de Asia«, publicado en la revista científica Nature Sustainability, informó que, en comparación con la práctica convencional, la agricultura de conservación dio como resultado en general un rendimiento de grano un 4.6% mayor, una mejora del 14.6% en la eficiencia del uso del agua, y un 25.6% mayor retorno económico neto. El rendimiento económico neto fue un 40.5% mayor para la agricultura de conservación total pero, dados los beneficios de la adopción parcial de las prácticas, no parece justificado adherirse rígidamente a un enfoque de “todo o nada” para difundir la agricultura de conservación en el sur de Asia.
La agricultura de conservación también ofrece varios servicios ecosistémicos. En los datos del estudio, el potencial de calentamiento global se redujo hasta en un 33.5% en los sistemas de arroz y trigo, valores que son consistentes con otras investigaciones. Además, las prácticas basadas en la agricultura de conservación brindan una alternativa económicamente viable a la quema de residuos de arroz, una grave amenaza para la salud pública en el noroeste de la India debido a los aproximadamente 23 millones de toneladas de residuos que se queman cada año en la región.
“Ha sido posible una adopción más generalizada de la labranza cero en la India gracias al desarrollo de implementos tirados por tractores de próxima generación que permiten la siembra directa en residuos pesados, así como modelos comerciales mediante los cuales los propietarios de implementos contratan a los agricultores vecinos para sembrar sus cultivos y proporcionar otros servicios”, dijo Sapkota. “Los gobiernos nacionales del sur de Asia están promoviendo activamente la agricultura de conservación para abordar la quema de residuos y otros problemas de sostenibilidad agrícola”.
Vista aérea de parcelas de cultivo de maíz y trigo (Foto: CIMMYT)
Adaptando la agricultura de conservación al cultivo de maíz en México
Los esfuerzos para adaptar la agricultura de conservación y promover su adopción por parte de los agricultores que operan en México sistemas de cultivo muy diversos, en su mayoría basados en maíz de secano, han tenido resultados mixtos. Un estudio reciente evaluó la salud del suelo en 20 ensayos que comenzaron entre 1991 y 2016 en agroecologías que van desde sistemas tradicionales plantados a mano hasta sistemas de riego intensivo, contrastando los efectos de la agricultura de conservación con los de las prácticas convencionales locales, que comúnmente implican labranza, eliminación de residuos y riego continuo.
Como se informó en el artículo de 2021 «Efectos de la agricultura de conservación en la salud fisicoquímica del suelo en 20 ensayos basados en maíz en diferentes regiones agroecológicas de México«, publicado en la revista científica Land Degradation and Development, la agricultura de conservación aumentó los rendimientos de maíz en la mayoría de los sitios por 0.85 toneladas por hectárea, en promedio. La materia orgánica y los nitratos eran más altos en la capa superior del suelo bajo agricultura de conservación y la estabilidad de los agregados del suelo era mayor, lo que significa que el suelo movía el aire y el agua de manera más efectiva hacia las raíces de las plantas. Para otros parámetros de salud del suelo, como el contenido de nutrientes, el pH o la compactación, la mayoría de los valores fueron determinados más por el tipo de suelo local que por el manejo del cultivo.
Parcela de maíz en El Batán, México (Foto: CIMMYT)
“Given the significant variation across agro-ecologies, local adaptive trials are important to assess the effects of conservation agriculture on soil health and fit it to local conditions,” said Simon Fonteyne, a CIMMYT cropping systems agronomist and first author of the paper.
“Dada la variación significativa entre las agroecologías, los ensayos adaptativos locales son importantes para evaluar los efectos de la agricultura de conservación en la salud del suelo y adaptarla a las condiciones locales”, dijo Simon Fonteyne, agrónomo de sistemas de cultivo del CIMMYT y primer autor del artículo.
Control de emisiones
Varios estudios recientes han evaluado los costos y el potencial de varias tecnologías de intensificación sostenible para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en India, Bangladesh y México. Sus hallazgos pueden ayudar a informar las políticas nacionales sobre seguridad alimentaria, desarrollo económico y medio ambiente, incluidas las relacionadas con el Acuerdo de París.
En el estudio de 2019 «Oportunidades rentables para la mitigación del cambio climático en la agricultura india«, publicado en la revista Science of the Total Environment, el CIMMYT y sus socios encontraron que las emisiones totales estimadas de la agricultura india fueron de 481 toneladas de CO2 equivalente (MtCO2e) en 2012 , con los cultivos contribuyendo con más del 40% y la ganadería con casi el 60%. Bajo un escenario de negocios como de costumbre, las emisiones de gases de efecto invernadero agrícolas en India serían de 515 MtCO2e para 2030. Estas emisiones anuales podrían reducirse en 85.5 MtCO2e mediante la adopción de prácticas de mitigación y alrededor del 80% de esa reducción podría lograrse mediante medidas que realmente ahorrarían dinero y, en muchos casos, podrían implementarse con la tecnología actual. El uso eficiente de fertilizantes, labranza cero y la gestión del agua de arroz podría generar más del 50% del potencial técnico de reducción.
“La realización de este potencial de mitigación dependerá en gran medida del grado de adopción por parte de los agricultores”, dijo Sapkota, autor principal del estudio. “La adopción a gran escala de opciones aparentemente beneficiosas para todos no está ocurriendo, por lo que el gobierno de la India deberá aplicar incentivos y medidas políticas adecuadas, en consonancia con sus objetivos de seguridad alimentaria y reducción de emisiones.
Un estudio similar en Bangladesh, informado en el documento de 2021 «Cuantificación de oportunidades para la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero utilizando grandes datos de pequeños agricultores y ganaderos en todo Bangladesh«, publicado en la revista Science of the Total Environment, encontró emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura en Bangladesh de 76,8 MtCO2e para 2014–15. Las emisiones anuales para 2030 bajo un enfoque de negocios como de costumbre se aproximarían a 86.9 MtCO2e y, para 2050, alrededor de 100 MtCO2e. La adopción de opciones realistas y climáticamente inteligentes de manejo de cultivos y ganado para reducir las emisiones ofrece oportunidades de mitigación de 9.51 MtCO2e por año para 2030 y 14.21 MtCO2e para 2050. Hasta el 75% de este potencial se puede lograr a través de opciones de ahorro de costos que beneficien a los pequeños agricultores. Como es el caso de la India, la realización de este potencial depende en gran medida del grado en que las políticas y medidas de apoyo puedan alentar la adopción por parte de los agricultores.
La Fundación Walmart y el CIMMYT promueven la diversificación de cultivos en Oaxaca, Chiapas y Campeche, México. (Foto: CIMMYT)
Una evaluación rápida similar de los costos para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero de los cultivos, la ganadería y la silvicultura en México encontró un potencial nacional de mitigación de 87.9 MtCO2eq por año, en su totalidad 72.3 MtCO2eq de la ganadería. Como se informó en el documento de 2022, «Cuantificación del potencial de mitigación económicamente factible de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra en México«, publicado en la revista científica Carbon Management, implementar el potencial de mitigación en las tierras de cultivo mexicanas podría generar beneficios netos, en comparación con la ganadería y la silvicultura. opciones, que implican costes netos. En el documento de 2021 “Reducción del uso de agua en la producción de cebada y maíz a través de la agricultura de conservación y el riego por goteo”, se midió una reducción de las emisiones causada por un menor uso de combustible en la agricultura de conservación de 192 kg CO2 ha−1 en los campos de los agricultores, así como un aumento en el carbono del suelo y una reducción en el uso del agua.
Un equipo de investigadoras que forman parte de la Red Latinoamericana de Maíz participó en la capacitación impartida por el CIMMYT en el marco del proyecto TechMaiz. (Foto: Francisco Alarcón and Fernando Garcilazo/CIMMYT)
Científicas de cuatro países latinoamericanos se reunieron para trabajar en TechMaiz, un proyecto apoyado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y continuar con el compromiso de la organización con la inclusividad y la inclusión.
Las investigadoras pasaron cuatro días de noviembre en la sede del CIMMYT en México para contribuir al plan de capacitación, que se centró en el mejoramiento genético, la conservación de suelos, el almacenamiento de semillas, el análisis de la calidad nutricional del grano y la gestión de la innovación en el modelo hub de cultivo de maíz.
Esta capacitación permitió a las investigadoras de Ecuador, Colombia, Guatemala y Perú discutir sobre el uso de nuevas herramientas tecnológicas para la intensificación sostenible de los sistemas de producción de pequeños y medianos agricultores, así como los retos en el camino para pasar de la eficiencia a la resiliencia.
Los científicos que participaron en esta formación en el marco del proyecto TechMaiz fueron:
Liliana Atencio S. – Colombiana que trabaja en la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (AGROSAVIA). Es ingeniera agrónoma con un máster en ciencias agronómicas. Esto incluye un énfasis en fisiología vegetal y tiene experiencia adicional en programas de mejoramiento de cultivos transitorios y forrajeros.
Ana Pincay – Ecuatoriana que trabaja en la Estación Experimental Santa Catalina del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) como investigadora agrícola. También es ingeniera en biotecnología.
Alicia Medina – Peruana que trabaja en el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) como investigadora. Es ingeniera agrónoma y tiene un máster en planificación del desarrollo.
María Gabriela Albán – Tiene varias responsabilidades, entre ellas coinvestigadora, coordina la parte académico-financiera y es profesora de la carrera de ingeniería agronómica en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) en Ecuador. Es ingeniera agrónoma con maestría en ciencias agropecuarias con énfasis en desarrollo empresarial agropecuario. Albán también tiene un diploma en diseño, gestión y evaluación de proyectos de desarrollo.
Karen Agreda – Ingeniera agrónoma en sistemas agroproductivos. Tiene un postgrado en producción alternativa de frutas y hortalizas y trabaja como investigadora especializada en el programa de validación y tecnología de transferencia en el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícola (ICTA) de Guatemala.
Visita a una parcela de investigación bajo la dirección de Nele Verhulst, Agrónoma de Sistemas de Cultivo del programa de Sistemas Agroalimentarios del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón and Fernando Garcilazo/CIMMYT)
Lazos de confianza para generar cambios
Tras un periodo de interacción continua, las investigadoras identificaron no sólo una serie de retos compartidos en sus respectivos países, sino también cuántas oportunidades complementarias y concretas de trabajo en equipo se crean cuando se fortalecen los lazos de confianza y el trabajo en equipo.
«Además de fortalecer el conocimiento, está la relación entre investigadoras e instituciones, entender el rol de cada miembro del equipo es importante y nos permite avanzar más», dijo Atencio. «Por ejemplo, Alicia trabaja en el mejoramiento, Ana en el uso de bioinsumos y Karen en transferencias y vinculación. Todas vemos que hay oportunidades en la agricultura para innovar utilizando herramientas como la e-agrología». El resultado es que el relevo generacional es cada vez más urgente».
Proponer proyectos más ambiciosos, pero también más claros y precisos, es parte del aprendizaje que las investigadoras piensan llevarse. Las investigadoras están decididas a compartir esta información con sus equipos y colegas, junto con enfoques integradores que buscan fortalecer el talento humano de cada institución.
«En Ecuador practicamos la agricultura de conservación, pero no conocíamos el concepto de no remover el suelo», dijo Picay. «Siempre es una buena decisión invertir en capacitación, pues refresca el pensamiento, abre la mente y desencadena acciones».
El proyecto TechMaíz continuará en 2023 con su tercer año de ejecución, promoviendo reuniones nacionales para promover y difundir el uso de tecnologías sostenibles para la producción de maíz. También se espera que continúe la capacitación del CIMMYT para los miembros de la Red Latinoamericana de Maíz.
Ensayos de tolerancia a la sequía con trigo duro en Ciudad Obregón, México, 2017. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
El trigo constituye el 20% de todas las calorías y proteínas consumidas, por lo que es un elemento esencial en la dieta humana, según las Naciones Unidas. Sin embargo, un clima más cálido y seco, impulsado por un clima cambiante, amenaza el suministro mundial de trigo. Para abordar esta amenaza, la Fundación para la Investigación de la Alimentación y la Agricultura (FFAR) otorgó un fondo de 5 millones de dólares al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para desarrollar trigo resistente al clima. El CIMMYT dirige programas mundiales de investigación sobre maíz y trigo, sistemas de cultivo sostenibles y políticas para mejorar los medios de vida de los agricultores. Estas actividades han generado importantes avances en la mejora de las variedades de trigo en todo el mundo durante décadas; solo en EE. UU., por ejemplo, más del 50% de la superficie de trigo se siembra con variedades relacionadas con el CIMMYT.
El trigo es uno de los cultivos de cereales más cultivados en el mundo y el tercer cultivo más grande cultivado en EE. UU. por acre. Casi todos los cultivos de trigo de EE. UU. son mejorados y cuentan con el apoyo de investigaciones agrícolas públicas. Como la mayor parte del trigo en EE. UU. depende de las lluvias y no tiene acceso al riego, esta investigación es fundamental para ayudar a las plantas —y a los productores— a hacer frente a los cambios climáticos, incluidos el calor extremo y la sequía. Además, se espera que la demanda de trigo aumente en los próximos años — hasta un 60% para 2050. Sin investigación pública, la producción de trigo podría disminuir casi un 30% durante el mismo período debido a las condiciones climáticas extremas.
“El FFAR aprovecha la financiación pública de la investigación agrícola a través de asociaciones público-privadas para ser pionero en la investigación práctica. Con el aumento de las temperaturas y la escasez de agua, estamos comprometidos a apoyar a los productores de trigo y proporcionar nuevas variedades de trigo diseñadas con los desafíos ambientales futuros en mente”, dijo la directora ejecutiva del FFAR, Sally Rockey.
Con el fondo del FFAR, los investigadores del CIMMYT trabajarán en tecnologías de mejoramiento de trigo para producir trigo resistente al calor, resistente a la sequía y resistente al clima.
Los investigadores y colaboradores del CIMMYT están aplicando enfoques de vanguardia en genómica, teledetección y análisis de macrodatos para desarrollar nuevas tecnologías de mejoramiento. Una intervención clave explorará la vasta y subutilizada reserva de recursos genéticos de trigo para fortalecer el cultivo frente a las tensiones climáticas actuales y futuras.
«Este proyecto contribuirá a cerrar la brecha existente desde hace mucho tiempo entre los hallazgos tecnológicos más avanzados y la mejora de los cultivos para ofrecer a los agricultores un trigo resistente al clima lo antes posible», afirmó Matthew Reynolds, jefe de Fisiología del Trigo del CIMMYT e investigador principal del proyecto.
Los avances del proyecto financiado por el FFAR lograrán un impacto para los productores a través de la Red Internacional de Mejoramiento del Trigo (IWIN) que suministra nuevas líneas de trigo a programas de mejoramiento públicos y privados en todo el mundo, y ha impulsado la productividad y los medios de vida de los productores de trigo durante más de medio siglo, especialmente en el Sur Global.
La investigación y el mejoramiento con el apoyo del FFAR se llevarán a cabo en el marco del Consorcio de Mejoramiento del Trigo por Calor y Sequía (HeDWIC), un proyecto dirigido por el CIMMYT en asociación con expertos de todo el mundo, diseñado para garantizar la resiliencia climática a largo plazo del trigo. Bajo el paraguas de la unidad AHEAD de Wheat Initiative, los avances más relevantes en el mundo académico se canalizarán a HeDWIC para ayudar a potenciar los impactos.
“’Calor’, ‘sequía’ y ‘trigo’ son tres de las palabras más importantes para miles de millones de personas”, dijo Kevin Pixley, Director Adjunto Interino de Investigación del CIMMYT. «Esta asociación entre el CIMMYT y el FFAR ayudará a garantizar que se apliquen las mejores ciencias agrícolas para aumentar de manera sostenible la producción de uno de los cultivos básicos más importantes del mundo, a pesar de los desafíos sin precedentes».
El Director General del CIMMYT, Martin Kropff, dijo: “Este proyecto representa no solo un gran avance para desarrollar el trigo para el futuro, sino también una asociación emergente entre el CIMMYT y el FFAR. Espero una colaboración productiva que nos acerque a todos a nuestra misión de la ciencia del maíz y el trigo para mejorar los medios de vida”.
Más de 11 000 científicos firmaron un informe reciente que muestra que el planeta Tierra se enfrenta a una emergencia climática y las Naciones Unidas advirtieron que el mundo está en camino a un aumento de 3.2 grados para 2100, incluso si se cumplen los compromisos del Acuerdo de París 2015.
La agricultura, la silvicultura y el cambio en el uso del suelo están implicados en aproximadamente una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La agricultura también ofrece oportunidades para mitigar el cambio climático y ayudar a los agricultores, en particular a los pequeños productores en las economías en desarrollo y emergentes que han sido los más afectados por el clima cálido y la reducción de las precipitaciones más erráticas.
La mayor parte del trabajo del CIMMYT se relaciona con el cambio climático, lo que ayuda a los agricultores a adaptarse a las crisis mientras satisface la creciente demanda de alimentos y, cuando es posible, reduce las emisiones.
El agricultor familiar Geofrey Kurgat (al centro) con su madre Elice Tole (a la izquierda) y su sobrino Ronny Kiprotich en su campo de trigo de Korongo cerca de Belbur, Nukuru, Kenia. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)
Cultivos resistentes al clima y prácticas agrícolas
53 millones de personas se benefician del maíz tolerante a la sequía. Las variedades de maíz tolerantes a la sequía desarrolladas mediante el mejoramiento convencional proporcionan al menos un 25% más de grano que otras variedades en condiciones secas en el África subsahariana — esto representa hasta 1 tonelada por hectárea más de grano en promedio. Estas variedades ahora se cultivan en casi 2.5 millones de hectáreas, beneficiando a unos 6 millones de hogares o 53 millones de personas en el continente. Un estudio muestra que el maíz tolerante a la sequía puede proporcionar a las familias de agricultores de Zimbabue 9 meses adicionales de alimentos sin costo adicional. La mayor productividad se genera cuando estas variedades se desarrollan con labranza reducida o cero y manteniendo residuos de cultivo en el suelo, como se demostró en el sur de África durante la sequía de El Niño de 2015 a 2016. Finalmente, la tolerancia del maíz a las altas temperaturas en combinación con la tolerancia a la sequía tiene un beneficio de al menos el doble que cualquier otro rasgo.
Los rendimientos de trigo aumentan en ambientes difíciles.Casi dos décadas de datos de 740 ubicaciones en más de 60 países muestran que el mejoramiento del CIMMYT está aumentando los rendimientos de trigo en casi un 2% cada año, es decir, unos 38 kilogramos por hectárea más al año durante casi 20 años, en condiciones secas o difíciles. Esto se debe en parte al uso de líneas y cruces tolerantes a la sequía con pastos silvestres que aumentan la resistencia del trigo. Un consorcio internacional está aplicando ciencia de vanguardia para desarrollar trigo resistente al clima. Tres líneas de trigo tolerantes al calor y la sequía de este trabajo están ayudando a los agricultores en Pakistán, una potencia de trigo que enfrenta temperaturas crecientes y condiciones más secas; la línea más popular se cultivó en aproximadamente 40 000 hectáreas en 2018.
Gestión de suelos y fertilizantes climáticamente inteligente. Las rotaciones de arroz y trigo son el sistema agrícola predominante en más de 13 millones de hectáreas en las llanuras indogangéticas del sur de Asia, proporcionando alimentos y medios de subsistencia a cientos de millones de personas. Si los agricultores de la India solo ajustaran las dosis de fertilizantes para cultivos utilizando las tecnologías disponibles, como teléfonos celulares y sensores de fotosíntesis, cada año podrían producir cerca de 14 millones de toneladas más de granos, ahorrar 1.4 millones de toneladas de fertilizantes y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero equivalentes a CO2 en 5.3 millones de toneladas. Los científicos han estudiado y promovido ampliamente tales prácticas, al igual que el uso de la siembra directa sin labranza y manteniendo los residuos de los cultivos en el suelo, métodos de cultivo que ayudan a capturar y retener el carbono y pueden ahorrar hasta una tonelada de emisiones de CO2 por hectárea en cada ciclo de cultivo. Asesorados por investigadores del CIMMYT, los funcionarios estatales de la India que buscan reducir la contaminación estacional en Nueva Delhi y otras ciudades han implementado medidas políticas para frenar la quema en los campos de arroz en el norte de la India mediante el uso generalizado de la labranza cero.
Los agricultores van a casa a desayunar en el distrito de Motoko, Zimbabue. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)
Medición de los impactos y ahorros del cambio climático
En un estudio histórico que involucró a fisiólogos del trigo del CIMMYT y subrayó los impactos nutricionales del cambio climático, se descubrió que el aumento del CO2 atmosférico reduce el contenido de proteína del grano de trigo. Dado el papel del trigo como fuente clave de proteínas en las dietas de millones de personas de escasos recursos, los resultados muestran la necesidad de mejoramiento y otras medidas para abordar este efecto.
Los científicos del CIMMYT están ideando enfoques para medir las reservas de carbono orgánico en los suelos. El carbono almacenado mejora la resistencia y la fertilidad del suelo y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Su investigación también proporciona la base para un nuevo sistema global de información del suelo y para evaluar la efectividad de las prácticas de manejo de cultivos que conservan los recursos.
El científico del CIMMYT, Francisco Pinto, opera un dron sobre parcelas de trigo en la estación experimental del CIMMYT en Ciudad Obregón, México. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
Manejo de plagas y enfermedades
El aumento de las temperaturas y el cambio de las precipitaciones están causando la aparición y propagación de nuevas enfermedades mortales de los cultivos y plagas de insectos. Los socios de investigación en todo el mundo están ayudando a los agricultores a ganar ventaja al monitorear y compartir información sobre los movimientos de patógenos y plagas, al difundir medidas de control y fomentar el acceso oportuno a los fungicidas y pesticidas, y al desarrollar variedades de maíz y trigo que presentan resistencia genética a estos organismos.
Los virus y las larvas de la polilla atacan el maíz. La acción rápida y coordinada entre las instituciones públicas y privadas en África subsahariana ha evitado un desastre de seguridad alimentaria al contener la propagación de la necrosis letal del maíz, que apareció en Kenia en 2011 y se trasladó rápidamente a los campos de maíz en toda la región. Las medidas han incluido el desarrollo de capacidades con compañías de semillas, extensionistas y agricultores, y el desarrollo de nuevos híbridos de maíz resistentes a las enfermedades.
El insecto conocido como gusano cogollero llegó a África en 2016, se extendió rápidamente por casi todos los campos de maíz del continente y actualmente se extiende en Asia. Los consorcios regionales e internacionales están combatiendo la plaga con orientación sobre el manejo integrado de plagas, capacitaciones organizadas y videos para apoyar a los pequeños agricultores, al igual que con las variedades de maíz mejorado que pueden resistir, en parte, al gusano cogollero.
Nuevas enfermedades fúngicas amenazan las cosechas mundiales de trigo. La raza Ug99 surgió en África oriental a fines de la década de 1990 y generó 13 nuevas cepas que finalmente aparecieron en 13 países de África y más allá. Además de la adversidad del trigo, una enfermedad devastadora en las Américas conocida como «brusone de trigo» apareció repentinamente en Bangladesh en 2016, causando pérdidas de cosechas de trigo de hasta un 30% en una gran área y amenazando con moverse rápidamente por las vastas tierras de trigo del sur de Asia.
Un voluntario comunitario de una cooperativa agrícola (a la izquierda) utiliza la aplicación para teléfonos inteligentes Plantix para ayudar a un agricultor a diagnosticar plagas en su campo de maíz en el distrito de Bardiya, Nepal. (Foto: Bandana Pradhan/CIMMYT)
Socios y patrocinadores de la investigación climática del CIMMYT
El CIMMYT, líder mundial en investigación de maíz y trigo financiado con fondos públicos y sistemas agrícolas relacionados, es miembro del CGIAR y lidera el Programa de Investigación del CGIAR sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS en inglés).
El CIMMYT recibe apoyo para la investigación relacionada con el cambio climático de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otras agencias públicas y privadas. Los principales financiadores incluyen los Programas y Plataformas de Investigación del CGIAR, la Fundación Bill & Melinda Gates, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (SADER), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID), el Centro Australiano para la Investigación Agrícola Internacional (ACIAR), la Universidad de Cornell, Agencia de Cooperación Alemana (GIZ), el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas del Reino Unido (BBSRC) y los contribuyentes del Fondo del CGIAR.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC en inglés) estima que las temperaturas en África aumentarán significativamente en los próximos años, lo que traerá resultados devastadores para los agricultores. Algunas regiones podrían experimentar dos sequías cada cinco años y ver reducciones drásticas en los rendimientos de maíz en las próximas tres décadas.
La investigación demuestra que la agricultura climáticamente inteligente (CSA en inglés) es un buen método para mitigar los efectos del cambio climático, tanto para los agricultores como para el planeta. Se ha demostrado que las prácticas asociadas, que aumentan los niveles de humedad del suelo y la biodiversidad del suelo, disminuyen la erosión del suelo hasta en un 64%. También tienen el potencial de aumentar los rendimientos de maíz en un 136% y los ingresos en ambientes secos en más del doble.
Sin embargo, las tasas de adopción siguen siendo bajas en algunos de los países que más se benefician, como Malawi, Zambia y Zimbabue, donde la adopción de sistemas completos de agricultura de conservación es actualmente del 2.5%.
Una nueva serie de infografías describe algunas de las limitaciones agrícolas que deberán abordarse para escalar con éxito las prácticas agrícolas climáticamente inteligentes en la región, teniendo en cuenta tanto los beneficios como los desafíos para los agricultores.