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Agriba Sustentable: innovaciones para un trigo más sostenible en el Bajío

Trigo cultivado con agricultura de conservación en el Bajío. (Foto: CIMMYT)
Trigo cultivado con agricultura de conservación en el Bajío. (Foto: CIMMYT)

Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), que busca transformar la producción de trigo en el Bajío mexicano mediante la adopción de tecnologías sustentables. Con un enfoque en la eficiencia productiva y el cuidado del medioambiente, el proyecto ha beneficiado de manera directa a los productores que abastecen con su grano a Grupo Trimex, extendiendo también su impacto a otros agricultores de la región.

El proyecto ha consolidado un menú tecnológico adaptado a las diversas condiciones de los productores del Bajío. Este menú se implementa en las parcelas a través de módulos y áreas de extensión, espacios que no solo permiten la aplicación de las tecnologías sustentables, sino que también sirven como referencia para otros agricultores.

El equipo técnico del proyecto destaca tres ejes clave de tecnologías promovidas:

  • Agricultura de conservación: incluye la cobertura del suelo con rastrojo y el uso de camas permanentes para reducir la erosión y mejorar la retención de humedad.
  • Fertilidad integral: comprende el análisis de suelos, la aplicación de fertilizantes de manera eficiente y el uso de sensores ópticos para mejorar la nutrición del cultivo.
  • Manejo agroecológico de plagas: promueve el uso de agentes de control biológico y productos de bajo impacto ambiental y a la salud humana.

Durante el presente ciclo productivo, el proyecto ha puesto énfasis en el análisis de suelos, el acondicionamiento de parcelas y, adicionalmente, en el establecimiento de vitrinas de nuevas variedades de trigo.

El análisis de suelos ha sido una estrategia fundamental, con la toma de muestras en módulos y áreas de extensión para implementar estrategias de fertilidad integral. Este diagnóstico permite un uso más eficiente de los fertilizantes, optimizando la productividad y reduciendo el impacto ambiental.

De manera complementaria, varios productores han invertido en maquinaria especializada, como el Cincel-Roturador, un implemento desarrollado en colaboración con la empresa Sembradoras Dobladenses y el Hub Bajío del CIMMYT. Esta innovación permite un mejor aprovechamiento del agua, una siembra más eficiente y la reducción del movimiento del suelo, factores clave para mejorar el rendimiento y la sostenibilidad del cultivo.

En los estados de Guanajuato, Michoacán y Jalisco, además, se han establecido vitrinas con nuevas variedades de trigo, es decir, parcelas experimentales donde se evalúa el desarrollo, adaptación y rendimiento de estos trigos, cuyas semillas fueron proporcionadas por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) para probar su desempeño en campo, a través de la colaboración de Lourdes Ledesma Ramírez y Ernesto Solís Moya, investigadores del programa de mejoramiento genético de trigo de dicho instituto.

Estas vitrinas representan una acción estratégica para encontrar soluciones al cambio climático, permitiendo identificar variedades más resilientes a la variabilidad climática que en la región se manifiesta, sobre todo, con sequías prolongadas: de acuerdo con el diagnóstico climático del estado de Guanajuato, las sequías se han intensificado y se prevé que, entre 2020 y 2045, la lluvia total anual se reduzca un 5 % en y hasta un 25 % en los años más secos.

Ante este contexto de cambio climático, las vitrinas, junto con las prácticas sustentables promovidas por el proyecto —como la cobertura de suelo que contribuye a la conservación de la humedad— son clave para fortalecer la actividad agrícola de la región. 

La flexibilidad del menú tecnológico de Agriba Sustentable permite que cada productor adopte las tecnologías más adecuadas a sus condiciones particulares. Mientras algunos agricultores han implementado la siembra directa, otros han comenzado por realizar análisis de suelo para mejorar la fertilidad de sus parcelas.

Con estos avances, Agriba Sustentable reafirma su compromiso con la innovación y la sustentabilidad en la producción de trigo, fortaleciendo la resiliencia de los productores del Bajío frente a los desafíos climáticos y promoviendo un modelo de agricultura más eficiente y sostenible.

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Siendo sustentables han bajado sus costos de producción

Parcela de productor del bajío quien participa en Agriba Sustentable. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Parcela de productor del bajío quien participa en Agriba Sustentable. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

La agricultura de conservación es un sistema de producción sustentable con muchos beneficios: «La agricultura de conservación es un enfoque en la producción agrícola que se centra en la conservación del suelo, el agua y la biodiversidad, así como en la reducción del uso de insumos químicos», explica el equipo técnico de Agriba Sustentable —una colaboración entre PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT—, el cual enfatiza en que este enfoque utiliza técnicas que maximizan el uso eficiente de los recursos naturales y minimizan el impacto ambiental.

En Irapuato, uno de los municipios de Guanajuato donde se desarrolla el proyecto, los productores han adoptado varias prácticas de agricultura de conservación, logrando una significativa reducción en los costos de producción. «Allí, las prácticas adoptadas por los productores han logrado disminuir los costos de producción hasta en 12 % solo en la preparación mecánica del suelo», puntualizan los técnicos del proyecto, agregando que ese ahorro se debe en gran parte a la reducción de la labranza y al mantenimiento de la cubierta del suelo.

La labranza reducida y el uso de cubiertas vegetales no solo disminuyen los costos de preparación del suelo, sino que también contribuyen a mantener los rendimientos al mismo nivel o incluso superiores al manejo convencional. «Al realizar labranza vertical en el fondo de la cama de siembra y mantener la cubierta vegetal del cultivo anterior se logra que la humedad del suelo se mantenga, previniendo que se presente estrés hídrico en el cultivo», mencionan.

Además de la reducción de costos, la agricultura de conservación ofrece varios beneficios adicionales:

  • Ahorro de tiempo y esfuerzo: Al no tener que preparar el suelo mediante el arado, se requiere menos trabajo y tiempo.
  • Ahorro de combustible: La mínima labranza reduce el consumo de combustible y la emisión de gases contaminantes.
  • Mayor conservación del suelo: Ayuda a mantener la estructura del suelo y a prevenir la erosión, mejorando también la vida del suelo al promover la actividad de microorganismos beneficiosos y la retención de humedad.
  • Mayor rendimiento: Se logran rendimientos más altos que con la siembra tradicional, debido a que el suelo se mantiene más húmedo y se reduce el crecimiento de malezas.

La agricultura de conservación no solo es económicamente ventajosa, sino que también es ambientalmente sostenible. Estas prácticas ayudan a preservar los recursos naturales y a reducir el impacto ambiental de la agricultura. Mantener la estructura del suelo y prevenir la erosión son fundamentales para la sostenibilidad a largo plazo.

A pesar de sus numerosos beneficios, la agricultura de conservación también presenta desafíos, como la necesidad de un mayor conocimiento y habilidades por parte de los agricultores. Por ello, «el equipo técnico de Agriba se enfoca en capacitar y asesorar a los productores de la región Bajío que estén dispuestos a colaborar y contribuir a la adopción de prácticas sostenibles».

Con el apoyo de PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT, los agricultores del Bajío están aprendiendo a implementar prácticas que no solo reducen los costos y mejoran los rendimientos, sino que también protegen el medioambiente. Esta combinación de beneficios económicos y ambientales hace de la agricultura de conservación una opción atractiva y viable para el futuro de la agricultura en México.

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Su parcela ahora es un ejemplo de por qué no quemar el rastrojo es mejor

Abigail, productora guanajuatense que participa en Agriba Sustentable. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Abigail, productora guanajuatense que participa en Agriba Sustentable muestra los efectos positivos de la agricultura sustentable que ha notado en su parcela. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Uno de los impactos medioambientales negativos atribuido a la agricultura es su contribución al cambio climático por el uso de combustibles fósiles y la persistencia de prácticas como las quemas agrícolas. En años recientes, el calentamiento global se ha hecho más notorio, reflejándose en el incremento de la temperatura y en la mayor variabilidad del régimen de lluvias que generalmente incide de manera negativa sobre la agricultura y la ganadería, sectores altamente dependientes del clima.

El Bajío es una de las zonas productoras de grano más afectadas por quemas agrícolas. En este sentido, son notables esfuerzos como los que PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT realizan a través de la iniciativa Agriba Sustentable, una alianza estratégica que promueve entre los productores prácticas sustentables con el objetivo de que los productores mitiguen y se adapten a las nuevas circunstancias impuestas por el cambio climático.

“Al participar en este proyecto he reducido los costos de producción en muy buena medida, se ha reducido el tiempo en la preparación del suelo y además tenemos la satisfacción de ser parte de la reducción de quemas agrícolas y en la reducción de emisiones de gases que contaminan el ambiente”, comenta Abigail, productora de Purísima de Ramírez, en Pénjamo, quien participa en Agriba Sustentable.

Abigail siempre ha estado interesada por el cuidado del medioambiente, así que se acercó a los técnicos de Agriba Sustentable para conocer alternativas que le permitieran evitar la quema del rastrojo de sus cosechas y aprovecharlo a la vez.

Actualmente en sus parcelas estamos trabajando con la siembra sobre el 100 % de rastrojo, la siembra en camas permanentes, usos de agentes biológicos para el control de enfermedades (Trichoderma harzianum) y una fertilización integral.

La productora Abigail muestra los residuos de cosecha que ahora usa como cobertura del suelo. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
La productora Abigail muestra los residuos de cosecha que ahora usa como cobertura del suelo. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

“El seguimiento técnico que me han brindado ha sido muy importante para hacer estas nuevas prácticas. También ha sido muy importante que haya herramientas adaptadas para estas labores, sobre todo al momento de la preparación del suelo y siembra”, señala Abigail.

Los buenos resultados que ha obtenido la han hecho una productora referente de la zona. De hecho, “productores vecinos a mi parcela han adoptado algunas de las prácticas que yo ahora hago, y de aquí de localidad me han llegado a preguntar sobre el manejo que le doy al trigo porque tienen la intención de replicar lo que estoy haciendo”.

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En un pueblo de Salamanca

Parcela participante en el proyecto Agriba Sustentable en el Bajío mexicano. (Foto: Hub Bajío-CVIMMYT)
Parcela participante en el proyecto Agriba Sustentable en el Bajío mexicano. (Foto: Hub Bajío-CVIMMYT)

Desde joven, Óscar había mostrado un gran interés por la tecnología y la ingeniería, y tras graduarse de la universidad, comenzó su carrera en la industria manufacturera. Durante dos décadas trabajó en diversas empresas y, aunque disfrutaba su trabajo y tenía un éxito innegable, siempre sintió una conexión especial con la tierra y la agricultura.

La historia de Óscar está fuertemente ligada a las parcelas de su padre en una región altamente productiva de Salamanca, Guanajuato. “Mi padre fue un agricultor apasionado toda su vida y me enseñó las técnicas de labranza de suelo desde que era un niño. Juntos, cultivamos maíz, frijoles, hortalizas y muchas otras cosechas”, relata Óscar, rememorando que las horas que pasó en el campo con su padre son algunos de los momentos más felices que tengo de su infancia.

A medida que Óscar se sumergía en su carrera en la industria, su tiempo en las parcelas familiares se reducía cada vez más. Sin embargo, nunca dejó de pensar en ese lugar y en la sensación de paz y plenitud que experimentaba allí.

Un día, mientras visitaba a su padre, Óscar se encontró frente a un dilema. «Mi padre estaba envejeciendo y ya no podía cuidar las parcelas como antes. Las tierras estaban descuidadas y necesitaban atención urgente. Supe que debía tomar una decisión importante y elegir continuar con mi carrera en la industria o regresar a las raíces y revivir las parcelas de mi padre”.

Tras noches de reflexión y conversaciones con su familia, Óscar decidió dejar su exitosa carrera en la industria y dedicarse a la agricultura en las parcelas de su padre. Sabía que sería un desafío, pero también sentía que era el camino que debía seguir.

“Con el mismo enfoque que había aplicado en la industria, comencé a revitalizar las parcelas. Implementé técnicas modernas de agricultura y sistemas de riego eficientes”, cuenta, relatando que también se dedicó a la investigación de prácticas agrícolas sustentables y orgánicas, a fin de ejercer una agricultura más respetuosa del medioambiente.

“Los primeros años fueron difíciles”, pero Óscar nunca se rindió y, a medida que las parcelas cobraban vida nuevamente, comenzó a producir cosechas de alta calidad que atrajeron la atención de los mercados locales. Su compromiso con la agricultura sustentable y su amor por la tierra se convirtieron en su sello distintivo.

Con el tiempo, Óscar no solo restauró las parcelas de su padre, sino que las expandió y modernizó. Desde entonces, es un defensor apasionado de la agricultura responsable y actualmente promueve prácticas sostenibles en toda la región en el marco de proyectos como Agriba Sustentable (una alianza estratégica entre Pepsico, Grupo Trimex y CIMMYT), en el que participa con la satisfacción de compartir con la sociedad la profunda satisfacción que experimenta en su nueva vida como agricultor, con la que descubrió que la conexión con la tierra y la herencia de su padre le brindan una riqueza y plenitud sin par.

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Implementos que facilitan la adopción de la agricultura de conservación

Cincel roturador. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)
Cincel roturador. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)

Uno de los beneficios de implementar agricultura de conservación es que al reducirse el laboreo del suelo se tienen ahorros en ese proceso. Sin embargo, la poca disponibilidad de maquinaria especializada para este sistema de producción es una de las principales limitantes para su adopción.

Por lo anterior, a través de Agriba Sustentable se brindan alternativas para que los productores que participan en esta iniciativa de PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT dispongan de alternativas para adoptar la agricultura de conservación, donde la mínima remoción del suelo —o labranza mínima— favorece la calidad, estructura y cantidad de materia orgánica del suelo.

Si bien la maquinaria convencional no está diseñada para hacer agricultura de conservación, es posible hacer adaptaciones a la maquinaria convencional. Así, “a través del acompañamiento técnico se les facilita a los productores la adopción de este tipo de agricultura con la utilización de implementos con los que ellos mismos cuentan”, comenta el equipo técnico de Agriba en Guanajuato.

“Uno de los principales implementos que hemos utilizado es el molino que traen las trilladoras. Lo estamos utilizando para trozar el rastrojo y esparcirlo homogéneamente sobre la parcela. Otro implemento que estamos usando es la desmenuzadora o desvaradora. Esta tiene el mismo objetivo: facilitar el manejo de los residuos de cosecha”, señalan los técnicos de Agriba, enfatizando en que esto ha sido particularmente útil para que los agricultores observen “la importancia o ventaja que les da el manejo de los rastrojos”, particularmente en lo referente a conservar la humedad del suelo.

“Otra herramienta de gran utilidad, sobre todo en el ciclo primavera-verano, es el rastrillo de cuatro aros en forma de V, el cual ayuda a acordonar el rastrojo del ciclo otoño-invierno (trigo o cebada) en el centro de la cama ancha permanente, dejando libre las líneas de siembra para el maíz o sorgo y favoreciendo la colocación de la semilla en el suelo”, continúan los técnicos.

Desmenuzadora (izquierda) y rastrillo de cuatro aros (derecha). (Fotos: Hub Bajío-CIMMYT)
Desmenuzadora (izquierda) y rastrillo de cuatro aros (derecha). (Fotos: Hub Bajío-CIMMYT)

“Una de las herramientas que sí fueron diseñadas —por CIMMYT en colaboración con la Sembradoras Dobladenses en el marco de un proyecto estatal— especialmente para este tipo de agricultura es el cincel roturador, el cual permite hacer un mínimo laboreo del suelo, preparar las camas de siembra y hacer más eficiente la siembra en una misma pasada, logrando un mayor porcentaje de germinación y mayor captación de agua con ayuda del subsuelo”, explican.

Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT cuyo propósito de impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano mediante tecnologías pertinentes y sostenibles, entre ellas la mecanización a escala adecuada y con enfoque climáticamente inteligente.

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Producción sustentable de trigo con dosis adecuadas de nitrógeno

Uso de sensores ópticos para la determinación de dosis de nitrógeno. (Foto: Hub Bajío / CIMMYT)
Uso de sensores ópticos para la determinación de dosis de nitrógeno. (Foto: Hub Bajío / CIMMYT)

La producción del trigo depende, entre otros factores, del manejo de la fertilidad de los suelos. Así, independientemente de la fuente utilizada, se deben suministrar nutrientes en cantidades adecuadas para obtener los rendimientos esperados. La manera más adecuada para conseguir estos rendimientos se basa en cuatro principios básicos de fertilización: fuente, dosis, momento y lugar. La aplicación de estos cuatro pasos permite incrementar y mantener la producción.

Otro aspecto a considerar en la fertilización es que los requerimientos nutritivos de las plantas no son fijos, sino que cambian con las diferentes etapas de crecimiento de la planta, las características físicas y químicas del suelo, la disponibilidad de agua, luz, temperatura y otros factores. En este sentido es importante tener claro cuál es la dosis adecuada que debemos aplicar al cultivo dependiendo su etapa fenológica y su requerimiento de algún nutriente en específico.

En el caso del nitrógeno, que es un elemento indispensable en la producción de granos, su correcta aplicación y dosificación depende de diversos factores, principalmente abióticos —es decir, los elementos no vivos que interactúan con los cultivos, como el suelo, el clima, el agua—, lo que contribuye a que los productores no logren aplicar en la mayoría de los casos una dosis adecuada de este elemento, derivando muchas veces en una sobre dosificación que, además de encarecer los costos de producción, no se refleja en un aumento del rendimiento.

Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT cuyo propósito es impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano, particularmente en los estados de Guanajuato y Michoacán. En Valle de Santiago, Guanajuato, por ejemplo, se está brindando acompañamiento técnico a 15 productores de trigo de riego de diversas localidades, entre ellas La Isla, Charco de Pantoja, Cerro Colorado y San Isidro del Pitayo, donde se establecieron módulos demostrativos en colaboración con productores locales que son reconocidos en la zona por su apertura a la innovación y altos rendimientos de producción.

Con prácticas sustentables, se logró bajar hasta un 20% la cantidad de nitrógeno a aplicar, sin afectar el rendimiento de trigo” comenta Arturo Buenavista, especialista técnico de Agriba Sustentable. De esta forma se puede mejorar tanto la sustentabilidad como la rentabilidad para los productores.

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Soluciones ambientales desde la agricultura

Técnicos de Agriba Sustentable durante asesoría a productores. (Foto: CIMMYT)
Técnicos de Agriba Sustentable durante asesoría a productores. (Foto: CIMMYT)

En un contexto de cambio climático, donde la preservación de los recursos naturales se posiciona como tarea fundamental para garantizar la alimentación de la humanidad, la agricultura brinda la oportunidad de generar un impacto positivo en el medioambiente del que dependemos todos. Aunque es cierto que el sector agrícola ha contribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero, este hecho también constituye una ocasión valiosa para implementar cambios significativos y sostenibles.

De acuerdo con el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la transformación en todos los sectores y a todos los niveles puede conducir a una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030. Consolidar sistemas productivos sustentables es, en ese sentido, una tarea clave para todas las sociedades.

“En las parcelas involucradas en el proyecto las emisiones de CO2 fueron 17,7 % menores. Estas parcelas emitieron 2,32 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que las del testigo regional (con prácticas convencionales) fueron de 2,82 t/ha”, señala el equipo técnico de Agriba Sustentable, proyecto a través del cual PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) están impulsando en el Bajío mexicano la transición hacia una agricultura sustentable, productiva y resiliente.

El pilar de las prácticas sustentables promovidas por el proyecto es la agricultura de conservación. Con este sistema los residuos agrícolas, o rastrojos, son aprovechados en lugar de ser quemados, evitando así la contaminación por quemas agrícolas y favoreciendo la captura de carbono debido al aumento de la materia orgánica. También se minimiza la labranza y de esta manera se ayuda a que el suelo recupere importantes funciones ecosistémicas —como la regulación del clima y la continuidad del ciclo del agua gracias a que mejora la infiltración—, reduciendo además el número de pasos de maquinaria, lo que significa un menor uso de combustibles fósiles y, en consecuencia, menos emisiones de GEI.

Adicionalmente, los técnicos del proyecto promueven análisis de suelos, prácticas de fertilidad integral y el uso de sensores ópticos para optimizar la fertilización nitrogenada. Esto es muy relevante porque si bien el nitrógeno es esencial para las plantas, una importante cantidad de este nutriente se pierde por escurrimientos, erosión o volatilización, potenciando el riesgo de contaminación ambiental, sobre todo de cuerpos de agua. De hecho, se estima que en México y otros países en desarrollo las pérdidas promedio de nitrógeno por volatilización son de 18 %.

“El sensor GreenSeeker® es una herramienta de diagnóstico que nos permite conocer la cantidad exacta de unidades de nitrógeno requerida por el cultivo establecido. Esta práctica está siendo de gran ayuda para los productores del proyecto porque les permite reducir los costos en producción. En este ciclo, por ejemplo, han logrado reducir entre 80 y hasta 150 kilogramos de urea —una de las fuentes más habituales de nitrógeno en agricultura— por hectárea, lo que equivale un ahorro de entre $1 326 a $2 475 por cada hectárea sembrada”, señala el equipo técnico de Agriba.

Por sus beneficios económicos y ambientales, las prácticas promovidas por Agriba Sustentable contribuyen a que el campo mexicano transite hacia esquemas de abasto responsable y producción sostenible, haciendo que la agricultura pase de ser un problema a una solución ante los retos derivados del cambio climático y las coyunturas socioeconómicas que impactan a los sistemas agroalimentarios en todo el mundo.

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Ahorrar cultivando sustentablemente

Trigo sobre rastrojo de maíz en parcela participante en Agriba Sustentable en Guanajuato, México. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)
Trigo sobre rastrojo de maíz en parcela participante en Agriba Sustentable en Guanajuato, México. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)

De acuerdo con la Encuesta Nacional Agropecuaria, cerca del 74 % de las unidades de producción en México tienen como principal problemática los altos costos de insumos y servicios, seguida de la dificultad para la comercialización, la falta de capacitación y asistencia técnica, así como la pérdida de la fertilidad del suelo.

Existen iniciativas que, a partir de este contexto, están impulsando nuevos esquemas de abastecimiento basados en una producción sostenible de granos básicos. Agriba Sustentable, por ejemplo, es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que está impactando positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano.

De acuerdo con los resultados del primer año de Agriba Sustentable, los productores de las parcelas involucradas en el proyecto tuvieron ahorros de alrededor del 22 % en los costos de producción por hectárea.

“El proyecto favorece la vinculación con otros productores y organizaciones de la zona para replicar los manejos agronómicos más pertinentes para cada parcela. Con el productor Óscar González, por ejemplo, se implementó la siembra en camas permanentes —las cuales permiten optimizar el manejo del agua y controlar el tráfico de la maquinaria—, el uso de maquinaria especializada en agricultura de conservación y la inoculación de la semilla con agentes biológicos que previenen enfermedades y plagas”, menciona Humberto Olvera, del equipo técnico de Agriba Sustentable.

“Con Óscar utilizamos el cincel roturador, un nuevo implemento —desarrollado por especialistas en mecanización inteligente del CIMMYT en vinculación con Sembradoras Dobladenses, dedicada a la fabricación de maquinaria agrícola— con el que logramos reducir las prácticas de preparación del terreno y con ello el consumo de combustible”, precisa Humberto.

Para Óscar los ahorros en los costos de producción fueron notables: ahorro en el consumo de agua, menos pasos de maquinaria y menos combustible, incluso optimizó el tiempo dedicado a las labores en su parcela. Como él, otros productores que participan en Agriba Sustentable también han optado por prácticas innovadoras para mantener su rentabilidad, pero con el beneficio adicional de saber que el impacto va más allá de sus bolsillos y también beneficia al medioambiente y a la sociedad en general al promover una cadena de valor basada en una producción sustentable.

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Entendiendo la interacción entre los sistemas agrícolas y los pecuarios

Borregos en tratamiento con pastoreo en plataforma Texcoco II, México, febrero de 2022. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Borregos en tratamiento con pastoreo en plataforma Texcoco II, México, febrero de 2022. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

De acuerdo con estimaciones de las Naciones Unidas, la agricultura, ganadería y la gestión del sistema alimenticio actual generan cerca del 23 % de los gases de efecto invernadero que propician el calentamiento global y contribuyen al cambio climático.

Además del impacto ambiental, la relación entre agricultura y ganadería en términos de productividad y rentabilidad no siempre es la más adecuada: el sobrepastoreo propicia la compactación del suelo y la alimentación del ganado con rastrojo no permite conservar estos residuos agrícolas sobre la superficie, lo cual limita la posibilidad de incrementar la cantidad de materia orgánica y mejorar las propiedades del suelo.

Ya que la transición del sector agropecuario hacia sistemas más sostenibles es una tarea de primer orden de importancia, en la plataforma de investigación Texcoco II “se evalúa el efecto de manejo de rastrojo, pastoreo, cultivos de cobertura y composta sobre el desarrollo y rendimiento de maíz criollo y cebada en camas permanentes en condiciones de temporal”, señalan los investigadores responsables de esta plataforma.

Aunque las investigaciones sobre este tipo de sistemas tienen poco tiempo de haberse iniciado en la plataforma (2020) y aún no hay resultados que puedan considerarse concluyentes, sí hay tendencias sobre el tipo de agricultura que puede aportar los mejores resultados para sistemas agropecuarios en condiciones agroclimáticas como las de los Valles Altos.

Con respecto a los rendimientos de maíz, por ejemplo, los investigadores manifiestan que la sequía que se presentó de mayo a la primera quincena de julio afectó más a los tratamientos con poca cobertura de rastrojo en la superficie. En los tratamientos de camas permanentes y camas convencionales donde el rastrojo fue retenido, los rendimientos de maíz, señalan, fueron similares, sobresaliendo el rendimiento de camas permanentes y retención de rastrojo con pastoreo.

Para el caso del cultivo de cebada, aunque no hubo diferencia significativa, el mayor rendimiento (4.3 t/ha) fue el del tratamiento con camas permanentes y dejando rastrojo con pastoreo, seguido del tratamiento donde no se hizo pastoreo (3.3 t/ha). Sin embargo, cabe mencionar que “todos los tratamientos con remoción de rastrojo en camas permanentes tuvieron rendimientos menores a 1 t/ha”, precisan los investigadores.

Estos primeros resultados generados en la plataforma sobre la interacción de sistemas agrícolas y pecuarios son importantes porque aportan evidencia para comprender mejor la interacción entre sistemas agrícolas y pecuarios.

La plataforma de investigación Texcoco II (establecida en 1999, pero haciendo ajustes a sus tratamientos en 2020 a fin de responder a las necesidades regionales) forma parte de la red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores, la cual es una de las redes de investigación agrícola más grandes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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La importancia de identificar las mejores rotaciones

Girasol como cultivo alternativo. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Girasol como cultivo alternativo. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Para quienes se dedican al campo la agricultura de conservación es un término que probablemente hayan escuchado alguna vez. Este hace referencia a un sistema de producción sustentable que permite cuidar suelos y agua, reducir costos de producción y, con una implementación adecuada, mejorar la producción en varios sentidos.

La agricultura de conservación tiene tres componentes básicos: la mínima labranza, la cobertura del suelo y la diversificación de cultivos. Este tercer componente, la diversificación de cultivos, tiene amplios beneficios.

Cuando un agricultor siembra lo mismo cada año, es común que se presenten problemas de enfermedades, malezas y plagas que son muy específicas para cada cultivo. Por eso es que, mediante rotaciones, asociaciones, relevos y otras formas de diversificar cultivos, es posible romper ciclos de enfermedades y malezas y así generar plantas más sanas con menos uso de herbicidas.

Cuando las malezas están bajo control, incluso es posible incrementar los rendimientos. Además, la diversificación de cultivos posibilita una diversificación productiva y comercial. No obstante, aún es necesario entender mejor cómo funciona y cuales son las mejores rotaciones para cada región y sistema de producción.

Así, en la plataforma de investigación Mixquiahuala —carretera Mixquiahuala- Tezontepec, Km 3.5, en Hidalgo, México— investigadores del Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico Valle del Mezquital (CIDT) y del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) colaboran para identificar las rotaciones más adecuadas y convenientes para los productores de la región.

La plataforma está ubicada a una altitud 2012 metros sobre el nivel del mar (msnm), el régimen hídrico es de riego con aguas residuales provenientes de la Ciudad de México y actualmente se encuentra en su décimo primer año de operación. Allí, recientemente se realizó un estudio “en el área de validación de componentes, evaluando rotación de trigo, maíz y girasol en dos sistemas de producción: agricultura de conservación y labranza convencional”, señalan los responsables de la plataforma.

“En los parámetros evaluados en cada uno de los cultivos en rotación, así como los dos sistemas de producción, se puede mostrar la eficiencia del sistema de agricultura de conservación en el cultivo de maíz”, manifiestan los investigadores, puntualizando que el tratamiento con labranza convencional registró 12 toneladas de maíz por hectárea (t/ha), mientras que el tratamiento con agricultura de conservación registró 12.5 (t/ha), además que permitió reducir los costos de producción por el menor movimiento del suelo.

Adicionalmente, el tratamiento de girasol con agricultura de conservación reportó un rendimiento cercano a las cuatro toneladas por hectárea (3.9 t/ha), lo que lo convierte en un cultivo de interés para nuevos estudios y para su probable adopción como un cultivo alternativo en la zona debido a su versatilidad, ya que, dependiendo de la variedad, este cultivo puede usarse para consumo humano (la semilla como botana), forraje, flor de corte, especie melífera (polen) o como cultivo de cobertura.

La plataforma de investigación Mixquiahuala forma parte de la red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores, la cual es una de las redes de investigación agrícola más grandes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.