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Sinaloa tiene nuevos técnicos certificados en agricultura sustentable

Egresados del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, edición Hub Pacífico Norte 2021-2022, Sinaloa, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)
Egresados del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, edición Hub Pacífico Norte 2021-2022, Sinaloa, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)

Este 24 de noviembre 14 profesionistas de Sinaloa, uno de Sonora y una de Yucatán se graduaron como técnicos certificados en agricultura sustentable, acreditación —y estrategia formativa— impulsada a nivel nacional por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a fin de impulsar sistemas de producción sólidos y sostenibles, asegurar la calidad en el acompañamiento técnico, y fortalecer la producción sustentable en cada estado.

Gracias a la inversión de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sinaloa (AARFS) y la Asociación de Agricultores del Río Sinaloa Poniente (AARSP), y al apoyo de diversas instituciones como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la edición 2021-2022 del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable permitió formar a los recién graduados de forma intensiva durante un año con clases teórico-prácticas impartidas por expertos nacionales e internacionales.

En la ceremonia de graduación estuvieron presentes Víctor Manuel Ahumada, secretario de la AARSP; Heriberto Lizardi, gerente de estrategias agrícolas de la AARFS; José Luis Alcántar, residente estatal de FIRA Sinaloa; Miguel Ángel Vera, agente de FIRA Los Mochis; Nele Verhulst, líder de investigación en sistemas de cultivos para América Latina del CIMMYT; Eliud Pérez, gerente del Hub Pacífico Norte del CIMMYT; Carolina Cortez y Nehemías Buitimea, coordinadores técnicos del Hub Pacífico Norte del CIMMYT.

“El curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable busca contribuir con el desarrollo de técnicos como agentes de cambio para implementar y difundir sistemas de producción de granos básicos (maíz, trigo, frijol y cultivos asociados) con base en una intensificación sustentable”, aseveró Eliud Pérez, haciendo un reconocimiento especial al grupo de productores que cooperaron para el desarrollo de las prácticas de los nuevos técnicos certificados. 

Entre los temas abordados durante la formación de los nuevos técnicos certificados destacan: diagnóstico de parcela, manejo integrado de malezas, manejo de residuos, manejo agroecológico de plagas, manejo integral de enfermedades, fertilidad, perfil de variedades, maquinaria especializada para agricultura de conservación, monitoreo y análisis de datos, poscosecha y calidad de grano, vinculación de productores con mercados, entre otros.

Al pertenecer, varios de ellos, a organizaciones públicas y privadas —como el Fondo de Aseguramiento Agrícola (FAAS), la Secretaría del Bienestar, AARFS , AARSP, entre otras— que tienen un papel importante en el campo sinaloense, se amplían las posibilidades de que la agricultura sustentable también se adopte con mayor amplitud en dicho estado. 

A la red de técnicos certificados a nivel nacional, que hasta el momento está conformada por 461 profesionales, se suman: Irene Isabel Che Cih, Valeria Gómez Pérez, Ariel Castro Hernández, Horacio Galaz Ramos, Iván Francisco Pérez Villarreal, Aniceto de la Puente Llanos, Hilario Cristian Flores Ahumada, Jaime Guzmán Uriarte, Franky Mayel Muñoz Urias, Roberto Galaviz Leyva, Adrián Pérez Villarreal, Ángel Guadalupe Cira, Juan Jesús Valdez Valdez, Rasiel Omar Gaxiola Atala, Carlos Alfredo Manzanares Fitch y Fernando López Beltrán. 

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Con modelo de innovación agrícola desarrollado en México buscan mejorar el campo latinoamericano

Taller de planeación del Innova Hub Oriente de Honduras. (Foto: CIMMYT)
Taller de planeación del Innova Hub Oriente de Honduras. (Foto: CIMMYT)

AgriLAC Resiliente es una iniciativa del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del cual forma parte el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— que busca transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, aumentando la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región. 

En el marco de su implementación en Guatemala y Honduras, un equipo de técnicos e investigadores de México que colaboran con el CIMMYT están compartiendo la experiencia con distintos proyectos desarrollados en territorio nacional a fin de integrar y hacer más sólidas las redes de colaboradores que estarán promoviendo innovaciones agrícolas en estos países de Centroamérica en el marco de esta iniciativa.

Una de las experiencias más exitosas gestada y desarrollada en México por el CIMMYT y diversos colaboradores de todos los sectores es el Hub o nodo de innovación. Este modelo o sistema de innovación agrícola ha permitido, por ejemplo, que más de 300 mil agricultores que cultivan maíz, trigo y cultivos asociados ahora lo hagan con tecnologías sustentables de MasAgro —hoy Cultivos para México—, en más de un millón de hectáreas en todo el territorio rural del país con las más diversas condiciones agroecológicas. 

Durante el desarrollo de los talleres para la integración e implementación de los primeros hubs en los citados países, o Innova Hubs, como se les ha denominado en el marco de esta iniciativa, el equipo del CIMMYT que trabaja en la iniciativa explica que el modelo del Hub va más allá de una estructura física compuesta por plataformas de investigación agrícola, módulos de innovación —parcelas de productores donde se comparan las prácticas convencionales y las innovaciones— y áreas de extensión —parcelas de productores que deciden innovar y reciben acompañamiento técnico para hacerlo—. 

“Lo que busca un hub es la mejor manera de adaptar y adoptar las innovaciones agrícolas que se han identificado como las más pertinentes para cada lugar, pero al mismo tiempo aporta una metodología útil y práctica para gestionar el conocimiento; es decir, ayuda a articular los esfuerzos de los distintas organizaciones o actores para llevar el conocimiento científico a más personas, buscando que ese conocimiento o evidencia científica se ocupado de manera práctica, de manera muy operativa por los integrantes de un territorio para su beneficio”, señala Jaime Leal, gerente del Hub Pacífico Sur del CIMMYT.  

Así, ASOCUCH, CEDRO y ASORECH, en Guatemala; y CASM y ARSAGRO en Honduras, son las organizaciones anfitrionas que han colaborado con el CIMMYT en la organización de los talleres para el establecimiento oficial de cuatro Innova Hubs, dos en cada país. En los talleres han participado muchos otros actores y organizaciones locales que, gracias a su amplia trayectoria en sus propios países, han ayudado a identificar los principales retos o puntos críticos retos que deben abordarse para lograr sistemas agroalimentarios resilientes y sostenibles. 

En Guatemala, por ejemplo, la falta de investigación, la falta de recursos financieros y de desarrollo de capacidades locales fueron los aspectos que se identificaron como prioritarios para lograr sistemas agroalimentarios resilientes y sostenibles. También se identificaron retos adicionales, como el alto costo de insumos para producción, la falta de formación en interpretación de información agroclimática, la falta de gestión de riesgo e incertidumbre, brechas de género y falta de pertinencia cultural de algunas intervenciones previas o existentes. 

Además de estos retos, los representantes de las organizaciones que participaron en los talleres en Guatemala —Mercy Corps, IARNA-URL, MAGA, ICC, Popoyán, USAID, PMA, UICN, USAC, IFAD, ICTA, entre otras— identificaron que las áreas más críticas de frente a la suma de esfuerzos en el marco de la iniciativa son el cambio climático, la seguridad alimentaria y la migración.

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Agriba Sustentable, una apuesta de la agroindustria por proyectos con respaldo científico

Detalle de una parcela de trigo. (Foto: Amador Aguillón/CIMMYT)
Detalle de una parcela de trigo. (Foto: Amador Aguillón/CIMMYT)

Un hub, o nodo de innovación, es más que un concepto abstracto y mucho más que un lugar o un espacio. Para el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) los hubs representan la metodología que permite articular una infraestructura física —integrada por plataformas de investigación, módulos de innovación, áreas de extensión y áreas de impacto— y una red de colaboradores para promover la innovación agrícola en un territorio. 

A través de los hubs, el CIMMYT y sus colaboradores impulsan diversos programas y proyectos donde este centro internacional, con casi seis décadas dedicadas a la investigación en México, brinda soporte científico a las diferentes iniciativas. En el estado mexicano de Guanajuato, por ejemplo, el Hub Bajío del CIMMYT cuenta con cerca de una década de trabajo ininterrumpido, validando y promoviendo mejores prácticas agronómicas. 

Es gracias a la colaboración de las organizaciones de los distintos sectores que el trabajo del CIMMYT puede ser difundido con mayor amplitud en beneficio de los productores. Es el compromiso de estas organizaciones con el desarrollo sostenible y la base científica y experiencia del CIMMYT lo que ha permitido desarrollar proyectos como Agriba Sustentable, una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el CIMMYT que trabaja con el propósito de impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano.

“El objetivo de Agriba Sustentable es llevar tecnologías pertinentes y sostenibles a los productores, en este caso, a los productores que abastecen con su grano a Grupo Trimex”, menciona Paul García Meza, del Hub Bajío del CIMMYT, quien puntualiza que el trabajo del CIMMYT en la zona ha permitido consolidar un menú tecnológico con impacto positivo probado en las parcelas de los agricultores. 

“Los productores que participan en Agriba Sustentable reciben acompañamiento técnico y en sus parcelas se han establecido módulos o áreas de extensión, espacios que permiten difundir las prácticas sustentables en sus comunidades. Esto ha hecho posible que, de forma indirecta, el proyecto también esté impactando en otros productores que han implementado en sus parcelas algunas de las prácticas y tecnologías que han observado con productores de Agriba Sustentable”, puntualiza Paul. 

Con respecto a las tecnologías que promueve el proyecto, el especialista del Hub Bajío del CIMMYT señala: “Las tecnologías que más promovemos por su nivel de adopción acá en la zona son la agricultura de conservación —que engloba cobertura (con rastrojo) en la superficie y camas permanentes—; la fertilidad integral —que abarca prácticas como el análisis de suelo, el fertilizante enterrado y el uso de sensores ópticos—; y el manejo agroecológico de plagas —que incluye el uso de agentes de control biológico, el nulo o mínimo uso de productos de alto impacto, y el uso de variedades adecuadas que favorecen el control natural de algunas plagas y enfermedades—”. 

Actualmente, señala Paul, “el 100 % de los productores atendidos por el proyecto Agriba Sustentable están utilizando una o más de estas tecnologías principales. Depende de sus condiciones, de su nivel de tecnificación u otros factores, con cuál iniciamos con cada uno de ellos. Puede ser, por ejemplo, que un productor ya tenga maquinaria para hacer cero labranza porque quiere hacer siembra directa, entonces con él la tecnología es agricultura de conservación. Sin embargo, puede haber otros productores que no conocen las propiedades de sus suelos, entonces con ellos la tecnología es fertilidad integral”. 

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El ajonjolí vuelve a despertar el interés de los agricultores de los Tuxtlas

La región de los Tuxtlas, Veracruz, es conocida en la región por sus cultivos de maíz, frijol y, en menor medida, chícharo. Sin embargo, poco se sabe o se recuerda que entre 1913 y 1992 en la región se sembraba también arroz y ajonjolí, los cuales perdieron mercado por desaparición de ruta ferroviaria El Ramal, por la cual se trasladaban y comercializaban dichos granos hasta el centro del país.  

En la comunidad El Popotal, en el municipio de San Andrés Tuxtla, tres productores conservaban semilla de ajonjolí desde esos periodos, sembrándola en baja escala, con escasa media hectárea para el comercio local. 

Gente Sustentable AC, colaboradores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Veracruz, establecieron módulos  de cultivos alternativos, probando la adaptación en la región de diferentes semillas, entre ellas chícharo gandul, soya, garbanzo, chícharo de ciclo corto, crotalaria y ajonjolí.

Los módulos despertaron el interés de los productores de El Popotal por rescatar el cultivo de ajonjolí, por lo que solicitaron el acompañamiento técnico para la siembra y manejo del cultivo. Así, se agruparon a 14 productores para la siembra de 12 hectáreas de ajonjolí, a su vez que se aseguró  tener la compra de la cosecha del ajonjolí. 

El acompañamiento técnico tomó en cuenta los saberes locales sobre la siembra del cultivo que, tradicionalmente, se establece a través de surcado y la semilla se dispersa con el método de salero, cuidando de no sobresaturar de semilla, ya que si crecen muy cerca las plantas no desarrollan adecuadamente. 

El seguimiento técnico abarcó desde la preparación del suelo, el método de siembra, la nutrición de la planta, así como la identificación y control de plagas y enfermedades. Durante la floración, se pudo apreciar la inmensidad y diversidad de abejas, mariposas y hormigas polinizando el cultivo. 

Cabe mencionar que durante el periodo de floración se suspendió el uso de plaguicidas biológicos y químicos, manteniendo un monitoreo y control perimetral de plagas hasta el encapsulado, con ello se aseguró el llenado de las cápsulas con semillas. Finalmente, la cosecha del ajonjolí tuvo un rendimiento aproximado de 600 kilogramos por hectárea. 

Con acciones como esta, a través de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT, se impulsa una Agricultura Sustentable en sintonía con las necesidades y el entorno sociocultural de cada región. 

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La importancia del acompañamiento técnico 

Huanímaro, Gto.- Los productores agrícolas buscan constantemente mejorar su sistema de producción. Para alcanzar mayores rendimientos y beneficios económicos recurren a los mejores insumos del mercado a su alcance —semillas, fertilizantes, herbicidas, insecticidas, fungicidas; incluso maquinaria, equipos e implementos—. Algunos de ellos consideran que los insumos más costosos son sinónimo de mejor calidad. En algunas ocasiones logran buenos resultados, pero en otras ―la mayoría― la relación beneficio-costo suele ser muy baja ―es decir que el margen de utilidad obtenido por el productor es reducido pese a lograr buenos rendimientos en la producción― y en algunas otras ocasiones el balance resulta completamente negativo.

Hay un elemento que puede hacer que todos los insumos se utilicen eficientemente y se logre el objetivo anhelado por el productor, este elemento es el acompañamiento técnico ―y sus diversas modalidades como servicios de asesoría técnica o extensionismo rural― que, en la actualidad, debe adaptarse a un entorno donde es necesario producir más, con los mismos recursos, y además hacerlo en el marco del cambio climático, lo cual implica que ya no basta con buscar el alto rendimiento a toda costa, sino que es indispensable cuidar también los medios de producción como el suelo, el agua y el aire, es decir: hacer una Agricultura Sustentable.

La adopción de tecnologías o innovaciones sustentables debe hacerse mediante un proceso basado en el respeto y el diálogo y no mediante la imposición de quienes brindan el acompañamiento técnico. En este proceso, los primeros acercamientos del productor con las innovaciones o propuestas de intervención son fundamentales, particularmente cuando son diferentes a las prácticas que ellos realizan o conocen de toda la vida. En estos casos, es importante mostrar la utilidad y ventajas de las prácticas sustentables para que el productor esté de acuerdo en implementarlas al menos en una parte de su terreno de cultivo y, posteriormente a partir de los resultados, en toda su superficie agrícola.

Es en este punto donde cobra mayor relevancia un acompañamiento técnico adecuado, pues de esto depende que el productor tome decisiones informadas y se reduzca la posibilidad de que se presenten dificultades en la implementación de prácticas sustentables. En el caso de los agentes técnicos MasAgro ―programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― el acompañamiento técnico que brindan se fundamente en una sólida formación apoyada en una infraestructura física y humana que fortalece su intervención.

Las plataformas de investigación ―en las que se validan las prácticas que posteriormente se le proponen al productor―, los módulos demostrativos ―parcelas o vitrinas de exhibición instaladas junto con productores donde se hacen dos prácticas: la convencional de la región y la sustentable propuesta por MasAgro―, y un equipo de especialistas en diversos temas ―como fertilidad integral, Manejo Agroecológico de Plagas, manejo integrado de malezas, comercialización o vinculación a mercado, capacitación, manejo poscosecha, maquinaria especializada, etcétera― son parte de esa infraestructura de apoyo al acompañamiento técnico de MasAgro. 

Además, los agentes técnicos de MasAgro tienen la posibilidad de acercar al productor con actores clave, como autoridades municipales, distribuidores de insumos, organizaciones de productores, empresas fabricantes de productos de uso agrícola y otros. Con esto se busca que el acompañamiento técnico sea integral y que tenga continuidad durante los ciclos agrícolas, lo cual fomenta la confianza en el productor de que al implementar alguna práctica diferente a la convencional tendrá a quién preguntarle cómo.

Esta ha sido la metodología que se ha seguido en el municipio de Huanímaro, Guanajuato, para que los productores con los que actualmente se tiene interacción adopten sistemas sustentables como la Agricultura de Conservación, con la cual se han logrado incrementos en los rendimientos de hasta un 20% y reducciones en los costos de producción de hasta 15% para los cultivos de maíz y trigo en los dos últimos años. 

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México tiene 78 nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable

Ciudad de México.- El pasado 7 de octubre de 2021 se graduaron 78 nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable provenientes de las regiones Bajío, Chiapas, Pacífico Centro, Pacífico Sur, Península de Yucatán y Valles Altos. Con esta graduación el campo mexicano suma 449 de estos profesionistas altamente capacitados, formados en el marco de la iniciativa Cultivos para México que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

En la ceremonia de graduación a distancia estuvieron presentes el ingeniero Santiago José Argüello Campos, Director General de Fomento a la Agricultura y Encargado del Despacho de la Coordinación General de Agricultura, en representación del Secretario Víctor Villalobos; el doctor Bram Govaerts, Director General del CIMMYT; Paulo Bañuelos Rosales, titular de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato; Luis Torres Llanes, Secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca de Quintana Roo; Régulo Jiménez Guillén, Director General del CSAEGRO; así como José María Llamas Caballero, José Luis Arizmendi Bahena y Carolina Ojeda Martínez, de las representaciones de Agricultura en Zacatecas, Morelos y Oaxaca, respectivamente.

Durante su intervención, el ingeniero Argüello mencionó que “es un gran logro para México tener gente competente y sensible para ayudar al país y a las familias productoras. Esperamos que ustedes nos ayuden a consolidar los esfuerzos para transitar a una agricultura sustentable y mitigar las desigualdades en el campo mexicano —donde hay zonas de alta productividad con rendimientos por arriba de las 12 toneladas en maíz y zonas donde no se llega ni a una tonelada—. Necesitamos que ustedes nos ayuden a adaptar prácticas y tecnologías a las regiones más rezagadas, con los productores de los pueblos originarios y generar condiciones de igualdad a través de la agricultura sostenible”.

Por su parte, el doctor Govaerts invitó a los egresados a mantener vivo el legado del doctor Norman Borlaug —uno de los fundadores del CIMMYT quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por salvar millones de vidas de la hambruna— para combatir el hambre y “cambiar el mundo desde el surco hasta la mesa”. Agregó que los técnicos certificados “son el instrumento para generar la transformación en el campo y son quienes deberán ayudar a que los productores cuenten con mayores capacidades para gestionar mejor los riesgos y así garantizar que se cubran las necesidades básicas de las familias que forman parte de la actividad agrícola”. 

“Cada sesión nos ayudó a darnos cuenta que nunca se termina de aprender. Los que concluimos podemos considerarnos ganadores, pero no de un premio, sino de un reto que a penas empieza: la sociedad nos espera, los productores no descansan y lo que aprendimos es sin duda una semilla que hay que dispersar”, expresó Elizabeth Cruz Sosa, una de las graduadas, haciendo referencia al proceso formativo compuesto por tres ejes: gestión para la innovación, técnicas agronómicas sustentables y herramientas para la formación y la comunicación.

El curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, que tiene una duración de año y medio, es una estrategia de capacitación desarrollada por Agricultura y el CIMMYT para formar profesionistas especializados en sustentabilidad agrícola al más alto nivel. La estrategia se enfoca en contribuir a la resolución de tres importantes retos en el país: seguridad alimentaria, pobreza y cambio climático. Esto mediante el uso de herramientas y metodologías diseñadas para poner en marcha procesos orientados a mejorar los medios de vida de los productores.

Cabe mencionar que durante la ceremonia de graduación también estuvieron presentes representantes de diversas instituciones de enseñanza e investigación —de Campeche, Chiapas, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán y Zacatecas— que han colaborado en la formación de los egresados, al igual que numerosos productores quienes han puesto a disposición sus parcelas para que los técnicos certificados puedan aplicar los conocimientos adquiridos. 

Un ejemplo del impacto del curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable es que, de acuerdo con el más reciente estudio de seguimiento, para el 73% de los egresados la certificación ha representado nuevas oportunidades laborales y más de la mitad de las parcelas que asesoran ya trabajan con Agricultura de Conservación, hecho que además pone de relieve el impacto social de estos profesionistas. 

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Mujeres líderes en la agricultura

Texcoco, Edo. Méx.- La conmemoración del 15 de octubre, Día Internacional de las Mujeres Rurales, busca que la sociedad reconozca a la mujer por su contribución en el desarrollo rural y agrícola, la erradicación de la pobreza y la mejora en la seguridad alimentaria. Se conmemora desde 2008 y es un llamado para mejorar la condición de las mujeres en el campo.

En México se estima que 14% de las personas que se dedican al campo y que son responsables del manejo y de la toma de decisiones de la unidad de producción son mujeres, pero, como fuerza laboral agrícola, se calcula que ellas representan más del 40%. Esta diferencia es un botón de muestra de la significativa discriminación que enfrentan en lo referente a la propiedad de la tierra, la participación en la toma de decisiones y el acceso a recursos, crédito y mercado en el ámbito rural.  

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), si las mujeres tuvieran el mismo acceso que los hombres a los recursos, la producción agrícola en los países en desarrollo aumentaría hasta 4% y el número de personas desnutridas en el mundo disminuiría aproximadamente hasta 17%. Por esta razón, es fundamental impulsar el desarrollo de capacidades de las mujeres rurales. 

Para el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el conocimiento científico tiene el potencial de mejorar la condición de las mujeres en el campo si este es puesto al servicio de las productoras de forma adecuada, es decir, con perspectiva de género. Esto significa que las tecnologías, las prácticas agrícolas y los proyectos deben ser incluyentes. 

Desde el laboratorio de investigación hasta la parcela y el acompañamiento técnico, las mujeres adquieren cada vez más roles decisivos. El liderazgo de estas mujeres científicas, técnicas, productoras, ha permitido inspirar a otras mujeres y juntas están construyendo un campo más inclusivo para todos y de esto da cuenta el artículo “Mujeres sin límite por la agricultura”, que forma parte del más reciente número de la Revista EnlACe. 

En este artículo Natalia Palacios, líder del laboratorio de calidad nutricional del Maíz del CIMMYT; Carolina Cortés, coordinadora técnica del Hub Pacífico Norte del CIMMYT y María Inés Beltrán, productora agrícola, dialogan sobre el papel clave que desempeñan las mujeres y la importancia de cerrar la brecha de género en aras del desarrollo. No te lo pierdas. 

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Una agricultura basada en valores

Culiacán, Sin.-Cambiamos de mentalidad, sentimos la satisfacción de ser menos contaminantes, no desaparecimos como agricultores; al contrario, nos fortalecimos, estamos más adaptados a las nuevas necesidades y los problemas se van superando con el acompañamiento técnico. Entonces el proyecto se trata de valores: yo ya no me atrevería a usar un pesticida o un producto contaminante que afecte a los seres humanos o al ambiente, buscaría otra alternativa, entonces ya es un cambio de valores”, comenta Leopoldo Alejandro Gutiérrez Arroyo al referirse al proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México.

Leopoldo Gutiérrez es un productor de Culiacán, Sinaloa. Cuenta con más de 35 años de experiencia en la agricultura y comenta que fueron las condiciones climáticas que dificultaban cada vez más el cultivo del trigo lo que lo hicieron optar por el maíz: “la mayor parte del valle se convirtió de trigo a maíz por ese fenómeno. La agricultura genera incertidumbre porque no depende solo de nosotros, también dependemos del clima, dependemos de la naturaleza. Así que el hecho de verse acompañado en cuestión de la asistencia técnica hace que uno tome mejores decisiones y no estar tan angustiados”, menciona en referencia al acompañamiento técnico que le brinda el proyecto.

Apoyo al Abastecimiento Responsable en México es un proyecto de la compañía Kellogg que cuenta con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la participación de diversos actores clave de la cadena de valor: “A través de Grupo SACSA nos incorporamos al proyecto de Kellogg. En su momento nos interesó que se trata de una agricultura por contrato con una empresa seria; además nos ofrecieron asistencia técnica para mejorar la producción, pero posteriormente nos dimos cuenta de que pudimos migrar a una agricultura más sustentable, más armoniosa con el medioambiente. Ahora que ya estoy dentro de esto me doy cuenta”, comenta Leopoldo.

“La forma convencional en que hacíamos la preparación del terreno implicaba mover mucho la tierra y ahora vemos que eso no es necesario. Usábamos pesticidas que no son… digamos bondadosos con el ambiente; el manejo lo hacíamos de acuerdo con la experiencia de cada quien, y ahora pues ya migramos hacia una agricultura con más metodología, más ambientalista. Definitivamente esto es cuestión de valores. Cada vez tendemos a ser más cuidadosos con el ambiente y resulta que es más rentable porque utilizamos menos químicos”, manifiesta el productor.

Para el señor Leopoldo las prácticas sustentables también se reflejan en su economía: “nos ahorramos en maquinaria, combustibles, nos ahorramos en agroquímicos, nos ahorramos en fertilizantes. Si le pongo un porcentaje pues debe estar entre el 20 y el 25% de ahorros. Entonces ahora producimos con mayor calidad y lo hacemos con un menor costo porque hacemos labranza mínima, nuestra maquinaria se desgasta menos; además nos enseñan a hacer un manejo más integrado de las plagas e incluso optimizamos el uso de los fertilizantes. Hemos participado en talleres para aprender a usar nuevos equipos especiales para esta labranza, también hemos recibido, sin ningún costo, cursos de fertilización, cursos de comercialización y también de manejo de plagas”.

Finalmente, el señor Leopoldo comenta que el proyecto ha impulsado una relación de confianza con la empresa, “una relación con valores, más humana y con un contrato confiable en que hemos aprendido a obtener producto de calidad de acuerdo con lo que necesita la empresa; recibimos asistencia técnica y la hemos aprendido a utilizar para satisfacer las nuevas necesidades de alimentos de la humanidad.  Estos son valores, es un cambio: la importancia que tiene el medioambiente, la importancia que tiene una buena alimentación con buenos productos”. 

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Plan Maíz, un plan por el medioambiente

Pénjamo, Gto.- “Hoy en día el principal reto que vamos a tener como productores va a ser el cuidado de los recursos naturales, principalmente el agua, así que tenemos que aprender a adaptar nuevas tecnologías para su cuidado, llámese riego por goteo, sistemas de riego más eficientes, aspersiones, pero cuidar siempre el agua porque sí está bajando mucho el nivel”, comenta José Aranda Pérez, productor de Pénjamo que participa en el Plan Maíz, un proyecto impulsado por Nestlé con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

José es un productor joven, se dedica al campo desde hace cinco años, terminó su carrera de ingeniero agrónomo hace tres y desde entonces se dedicó por completo a la agricultura: “yo entré a la guerra sin saber nada de agricultura y hasta la fecha sigo aprendiendo, he logrado avanzar aceptando consejos, preguntando y no quedándome con la duda. Por eso es muy bueno tener acompañamiento técnico de este proyecto porque no por el hecho de que uno sea profesionista quiere decir que sabe todo. Los técnicos traen ideas nuevas, lo acompañan a uno, lo aconsejan, y eso sirve para tomar buenas decisiones y corregir lo que uno está haciendo mal”, comenta. 

El proyecto Plan Maíz le da valor a la producción sustentable y por eso promueve una amplia gama de prácticas que le permiten a los agricultores participantes cuidar los recursos naturales y obtener mejores niveles de rentabilidad: “tenemos varias parcelas demostrativas e invitamos a los agricultores a días de campo, vamos y les mostramos lo que estamos haciendo para que ellos por su propia cuenta vean si funciona o no y le den el visto bueno”, comenta Andrés Germán Loza Medina, de la Financiera Sakxim, la cual está sumando esfuerzos con Nestlé y el CIMMYT para elevar la cantidad y la calidad del grano que se cultiva en México a través de prácticas respetuosas con el medioambiente. 

“Otro gran reto es que la gente entienda que la tecnología va a ir cambiando y uno tiene que ir adaptándose a ello. Por eso es importante informar a los jóvenes, acercarlos al campo, que vean cuáles son los procesos, que entiendan que del campo es la comida. Por ejemplo, Pénjamo vive del campo, sin el campo aquí en Pénjamo no hay movimiento, no hay dinero, no hay nada. A los jóvenes que trabajan conmigo yo los oriento a que sigan estudiando y a todos mis sobrinos me los llevo a trabajar a que conozcan el campo”, dice José, quien ve en proyectos como Plan Maíz una oportunidad para que los jóvenes consideren una vocación en el campo y sean innovadores. 

“Ahorita es muy buen tiempo para invitar a los jóvenes. Nosotros como técnicos —lo acompaña el ingeniero Manuel Tafoya—compartimos con los jóvenes para invitarlos a que formen parte de este ramo y que vean que es un negocio redituable. Periódicamente hacemos exposiciones en nuestras sucursales, invitamos a productores y a sus hijos para que vean nuestra forma de trabajar y se les comparte el mensaje de la Agricultura Sustentable”, finaliza el ingeniero de la Financiera Sakxim. 

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El acompañamiento técnico y el relevo generacional en el campo

Ocampo, Gto.- Los jóvenes representan el 16% de la población mundial ―en México esta cifra es de alrededor del 24%―, pero la relevancia de este sector no solo radica en su número, sino en su capacidad para impulsar la innovación y los cambios sociales. Desafortunadamente, las condiciones para el desarrollo de los jóvenes en muchos países de América Latina no son las más adecuadas y suelen ser el reflejo de profundas desigualdades ―como el acceso a la educación o las oportunidades de empleo―.

En México, la relación entre los jóvenes y el campo es una de las más relevantes a nivel económico debido al amplio potencial de crecimiento del sector primario —el único que registró un crecimiento en 2020 en medio de la pandemia—. Sin embargo, por diversas circunstancias históricas, en el campo mexicano hacen falta jóvenes. 

Si bien entre los trabajadores de apoyo en el campo predominan los jóvenes de 15 a 29 años, de acuerdo con la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2019, solo 2% de los productores (varones) responsables del manejo y la toma de decisiones en las unidades de producción son jóvenes de 18 a 30 años ―rubro en el que los adultos mayores de 40 años son mayoría―. 

Para muchos jóvenes mexicanos el campo no es muy atractivo para dedicarse a él —los bajos rendimientos, la degradación de los suelos y algunos fenómenos socioculturales los desalientan—. Sin embargo, hay algunos jóvenes que le están dando un giro radical a esta historia y desde su esfuerzo cotidiano están incentivando que otros jóvenes se arraiguen y vean al campo como una gran oportunidad de crecimiento personal e incluso profesional.

Stefanny Flores es una de esas jóvenes. Ella se dedica a la agricultura desde hace cuatro años que egresó de la universidad y desde hace un año, cuatro meses promueve la Agricultura Sustentable en el municipio de Ocampo, cuando se incorporó al equipo técnico de MasAgro Guanajuato ―programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)―.

“Yo me integré a MasAgro Guanajuato porque lanzaron una convocatoria. Entré al programa en marzo del año pasado y junto con algunos compañeros somos el equipo más joven. Desde que entramos nos han estado capacitando para brindar un mejor acompañamiento técnico a los productores”, comenta Stefanny, quien promueve prácticas como la Agricultura de Conservación, la rotura vertical, la cosecha de agua, las curvas a nivel, la fertilidad integral y el Manejo Agroecológico de Plagas.

Esta es una zona con suelos muy degradados, entonces con estas prácticas nosotros hemos podido devolver o regenerar un poco el suelo perdido y ayudar en la captación de agua. En el caso de los enfoques agroecológicos el bajo costo de los insumos ha permitido reducir los costos de producción y también cuidar la salud de los productores ya que el manejo convencional emplea productos muy nocivos”.

Con respecto al relevo generacional, Stefanny comenta que “es algo difícil, pero no imposible siempre y cuando se inculque y concientice a niños y jóvenes sobre la importancia que tiene el campo para su misma región, para sus familias o para las personas que ellos conocen”. Como parte del equipo técnico de MasAgro Guanajuato, ella aporta a este propósito “involucrándolos (a los jóvenes) en los recorridos o capacitaciones que hacemos para que ellos vean cómo se puede innovar en el campo y hacerlo más productivo y rentable, y así no solo se queden con lo que pasaba antes, sino que ellos lo vean que en el campo hay futuro y que vale la pena quedarse en su región haciendo agricultura”, asegura.

La joven técnica comenta que parte de las dificultades de promover la Agricultura Sustentable es el peso que tienen los aprendizajes generacionales, pero explica que la innovación no está peleada con la tradición familiar, sino que, al contrario, la fortalece: “lo más difícil ha sido crear conciencia para que los productores realmente quieran adoptar un cambio. A veces es difícil salir de la zona de confort. Siempre existe miedo a que no funcione, por eso es tan importante que los productores se convenzan viendo el trabajo de otros, yendo al lugar, yendo a ver directamente cómo sí funcionaron las cosas y escuchando el testimonio de otros productores. Si los más grandes se convencen de los beneficios de la Agricultura Sustentable, entonces las generaciones podrán tener un mayor interés en seguir trabajando las tierras de su familia”.