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Abriendo Camino: Maria Itria Ibba y el laboratorio que hornea pan

La creciente y cambiante demanda del trigo, con una rápida urbanización y mercados de alimentos cada vez más globalizados, está empujando a los agricultores más que nunca a producir granos de alta calidad, según la científica que lidera la investigación de calidad del trigo en el principal programa de mejoramiento de trigo del mundo financiado con fondos públicos.

«A medida que aumenta la producción industrial de pan y otros alimentos a base de trigo para satisfacer las demandas de los habitantes de las ciudades, las mujeres trabajadoras y los consumidores de trigo en los países importadores, la calidad del trigo es cada vez más importante,» comentó Maria Itria Ibba, directora del Laboratorio de Química y Calidad del Trigo en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

«Las empresas que producen y comercializan alimentos para esos consumidores exigen una alta calidad en el grano que compran y tenemos que ayudar a los productores de trigo a cumplir con requisitos estrictos.”

Según Ibba, esto es tan importante que el Programa Global de Trigo del CIMMYT —cuyas contribuciones representan más de la mitad de las variedades de trigo lanzadas en todo el mundo— utiliza directamente datos de laboratorio sobre la molienda, el procesamiento y la calidad del uso final para decidir con qué líneas de trigo harinero y duro trabajar en sus programas de mejoramiento.

«Evaluar la calidad es una tarea enorme, porque el trigo se utiliza para hacer cientos de alimentos diferentes, incluidos todo tipo de pan con levadura, tortillas, pastas, fideos y pan al vapor,» explicó Ibba. «Nuestro laboratorio es una parte integral del mejoramiento, se analizan miles de muestras de granos de miles de líneas de trigo cada año para casi una docena de parámetros de calidad.»

Hecha para la calidad

Originaria de Viterbo, Italia, Ibba ha liderado el Laboratorio de Química y Calidad del Trigo desde 2019 y tiene una preparación única para el trabajo, con una licenciatura en biotecnología, una maestría en biotecnología para la seguridad y la calidad de los productos agrícolas —ambas de la Universidad de Tuscia, Viterbo— y un doctorado en ciencias de cultivos de la Universidad Estatal de Washington. Su tesis doctoral trató sobre la familia genética de la subunidad de glutenina de bajo peso molecular y su relación con los parámetros de calidad del uso final del trigo.

Con una madre que estudió medicina y un padre que trabajaba en la Agencia Espacial Italiana, Ibba relata que en la escuela siempre le gustaron las asignaturas de ciencias como la biología y la química. «Me resultaban fáciles de entender y realmente me gustó cómo, después de estudiarlas, pude explicar y comprender muchas cosas a mi alrededor.»

Ibba comentó que los mayores desafíos para ella y su equipo de laboratorio son comprender las necesidades de calidad del trigo y realizar análisis más rápidos y mejores.

«Varias de las pruebas que hacemos son costosas, requieren mucho tiempo, personal calificado y cantidades significativas de grano,» explicó, citando el uso de dispositivos con nombres exóticos como el «molino Quadrumat Senior», el «mixógrafo» y el «alveógrafo», por mencionar algunos. «Constantemente buscamos métodos novedosos que sean más rápidos, usen muestras de grano más pequeñas y con costos más bajos.»

Según Ibba, comprender las bases bioquímicas y genéticas de los rasgos de la calidad del grano y la harina es clave, pero los rasgos de la calidad del trigo son genéticamente tan complejos que los marcadores de ADN son de poca ayuda en el mejoramiento. «Hemos comenzado a explorar toda la selección del genoma para los rasgos de calidad del trigo, en colaboración con la Universidad del Estado de Kansas, pero esto nunca reemplazará por completo las pruebas de laboratorio.»

Hablemos de salud y nutrición

Como elemento básico de los tours para los cientos de visitantes que vienen cada año al CIMMYT en México, el laboratorio de calidad del trigo combina los deslumbrantes dispositivos de alta tecnología con atracciones sensoriales prácticas, como inflar bolas de masa y panes de prueba recién horneados.

El trabajo de Ibba incluye hablar con los visitantes sobre el trigo, su importante historia y su papel en la nutrición y la alimentación humana, y las preocupaciones en los medios populares sobre el trigo y la salud.

«Creo que la gente ahora sabe más sobre qué es el gluten y su importancia, pero aún existe la necesidad de hablar sobre el gluten y el trigo para que las personas puedan tomar decisiones informadas basadas en hechos científicos,» dijo. «Me alegró ver el artículo del CIMMYT sobre un estudio que, entre muchas otras cosas, mostró que no había evidencia científica sobre la idea de que comer harina refinada es malo para la salud.»

«El trigo proporciona alrededor del 20% de las calorías y proteínas para más de 4.5 mil millones de personas en los países en desarrollo,» señaló Ibba. «Cada vez se presta más atención a comprender y mejorar la calidad nutricional del trigo y sus productos debido al mayor interés general en las dietas y en el valor nutricional de diversos alimentos.»

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Abriendo Camino: Sylvanus Odjo encuentra la tecnología adecuada para cada agricultor

Una serie de coincidencias llevó a Sylvanus Odjo a estudiar agronomía. Fue solo después de terminar sus estudios superiores que supo que su nombre significa ‘de los bosques y campos’ en latín.

Estimulado por la curiosidad sobre el mundo natural, pasó varios años trabajando en el Instituto Nacional de Agricultura en su natal Benín, antes de obtener su posgrado en Bélgica, donde desarrolló su interés en la investigación de cereales.

«Obviamente, en ese momento, sabía sobre los centros del CGIAR y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo», explica. «Si estás trabajando en maíz, sabrás sobre el CIMMYT».

Se unió a la organización como investigador postdoctoral en 2017 y actualmente trabaja como especialista en poscosecha. Odjo coordina una red de plataformas que evalúa y valida posibles soluciones y las transfiere a los agricultores de México y América Latina.

«Todos los proyectos en los que estoy trabajando actualmente tienen el mismo objetivo: encontrar formas de evitar y reducir las pérdidas posteriores a la cosecha». Estas, estima Odjo, pueden alcanzar el 40% en algunas partes de México, con consecuencias dramáticas para los pequeños agricultores cuya seguridad alimentaria está directamente relacionada con la cantidad de grano que tienen. Además de ser los más propensos a verse afectados por los efectos del cambio climático.

«Mucha gente piensa que la poscosecha solo significa almacenamiento», señala, «pero en realidad abarca todo, desde el momento de la cosecha e incluye procesos como el secado, el descascarado, las actividades técnicas y las actividades económicas».

Odjo, especialista en secado, ahora trabaja en todo el sistema de poscosecha. Hay dos componentes centrales en su trabajo. El primero consiste en probar tecnologías de poscosecha para desarrollar recomendaciones para los agricultores, realizar ensayos bajo condiciones controladas en las estaciones de investigación del CIMMYT y con colaboradores locales en todo México y evaluar cómo funcionan las tecnologías de secado y almacenamiento bajo diferentes condiciones. El segundo, y quizás el más desafiante, es promover los éxitos, como las bolsas herméticas de almacenamiento de granos y proporcionar capacitación sobre cómo usarlas adecuadamente.

«Vemos muchas publicaciones que coinciden en que necesitamos promover las tecnologías herméticas, lo cual es cierto». La pregunta, comenta Odjo, es cómo hacerlo. “¿Cómo podemos lograr que una solución esté disponible para los agricultores? Y una vez que eso ha sucedido, ¿cómo podemos convencerlos de que la usen? Esas son grandes preguntas que la gente hacía hace 50 años, pero todavía se están discutiendo en la actualidad».

Odjo demonstrates the use of a handheld grain moisture tester in Comitán de Dominguez, Chiapas, Mexico. (Photo: Juan Carlos Reynoso)
Odjo demuestra el uso de un medidor portátil de humedad de granos en Comitán de Domínguez, Chiapas, México. (Foto: Juan Carlos Reynoso)

Encontrando respuestas a las grandes preguntas

«Las posibles soluciones suenan muy simples, pero cuando realmente intentas implementar estas cosas puede ser muy complejo».

Odjo puede obtener una lista de intervenciones poscosecha que parecen sencillas en un inicio, pero fallan al momento de la implementación. Se les puede indicar a los agricultores que cosechen sus granos en un momento especifico, lo que puede resultar en un conflicto con el momento de una ceremonia tradicional importante y que no puede programarse de nuevo. En otros lugares, se les puede alentar a evitar la reducción de los niveles de humedad mediante la compra de una secadora, pero carecen de los recursos para hacerlo.

Gran parte del trabajo de Odjo implica realizar investigaciones sobre el proceso de transferencia de tecnología y la ampliación de las tecnologías de poscosecha, trabajando con una serie de proyectos en México para encontrar las formas más eficientes de capacitar a los agricultores y proporcionarles las herramientas que necesitan para utilizar prácticas mejoradas y tecnologías.

«Lo que estamos buscando es la tecnología adecuada para cada agricultor», explica. «Porque las condiciones en las tierras altas de Guanajuato no son las mismas que en la costa de Yucatán, o en cualquiera de los otros lugares en los que trabajamos». Se ha demostrado que la tecnología hermética es efectiva en la mayoría de las condiciones, pero la elección de usar silos herméticos, bolsas herméticas o un contenedor de almacenamiento depende en última instancia de las preferencias de los agricultores y las condiciones específicas en su área. “Notamos, por ejemplo, que en las tierras altas las plagas tienden a representar una amenaza menor para el grano almacenado, por lo que debemos usar una estrategia diferente a la que usaríamos al nivel del mar, donde la humedad puede aumentar significativamente el riesgo de que el grano se contamine.»

Odjo y su equipo también han señalado que, en México, aunque muchas actividades posteriores a la cosecha, como el descascarado, son dirigidas por mujeres, es más probable que los hombres asistan a capacitaciones agrícolas, lo que dificulta que se cumplan los objetivos demográficos. «El género se ha convertido en un parámetro clave que debemos tener en cuenta, por lo que estamos trabajando con un excelente especialista en género en el CIMMYT para encontrar formas de asegurar la transferencia de conocimientos y tecnologías de manera eficiente».

Si bien puede ser un desafío coordinar con tantas partes interesadas diferentes, cada una con sus prioridades e intereses distintos, Odjo insiste en que la investigación poscosecha solo puede tener éxito cuando es totalmente interdisciplinaria y colaborativa. Aunque los agricultores son su audiencia principal, él y su equipo se aseguran de trabajar con agentes de extensión, actores gubernamentales, investigadores y profesionales del desarrollo para encontrar soluciones. «No puedo hacer nada solo, así que estoy abierto a la colaboración», agrega. «Siempre necesitamos ideas frescas».

“A lot of people think postharvest just means storage, but it actually encompasses everything from the moment of harvest and includes processes like drying, shelling, technical and economic activities,” Odjo explains. (Photo: Francisco Alarcón/CIMMYT)
«Mucha gente piensa que la poscosecha solo significa almacenamiento, pero en realidad abarca todo desde el momento de la cosecha e incluye procesos como el secado, el descascarado, las actividades técnicas y económicas», explica Odjo. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

Compartiendo conocimiento en 140 caracteres

Hasta hace muy poco, Odjo no estaba convencido de unirse a Twitter porque sentía que no tenía nada que compartir. Fue solo cuando sus colegas lo alentaron a usar las redes sociales como una plataforma para discutir temas de poscosecha cuando descubrió que la aplicación es una forma efectiva de compartir recomendaciones directamente con los agricultores y los proveedores de servicios agrícolas. “Uno de mis profesores solía decir que puedes entender algo si eres capaz de explicárselo a un niño pequeño. Si no tienes éxito, significa que no lo has entendido.»

«Eso se ha convertido en una parte de mi trabajo que realmente disfruto: descubrir cómo compartir investigaciones y resultados con diferentes audiencias de una manera simple».

Su presencia en las redes sociales también ha resultado útil para conectarse con investigadores a nivel mundial. A fines de 2019, investigadores en Laos interesados en aprender sobre las tecnologías de poscosecha se comunicaron con Odjo, quien pudo hacer arreglos para que sus colegas viajaran al país y compartieran prácticas desarrolladas con agentes de extensión locales y herreros en México. ¿Y sabes cómo me encontraron? A través de mi cuenta de Twitter«.

En el futuro, Odjo espera extender el alcance de sus actividades más allá de América Latina y llevar a cabo un mayor intercambio de conocimientos en todo el mundo. «En la investigación, mucha gente está trabajando en los mismos temas, pero no siempre compartimos la información. Yo estoy abierto a compartir mi experiencia, porque estoy seguro de que puedo aprender mucho de otros, lo cual será útil para mi trabajo».

Kenia, en particular, se destaca como un estudio de caso del que Odjo puede aprender, donde hay una alta incidencia de aflatoxinas en el maíz, una fuerte intervención del gobierno y una feroz competencia en el mercado entre los proveedores de bolsas herméticas permitiendo el escalamiento exitoso de las tecnologías poscosecha. “Sería genial poder analizar su proceso de escalamiento y aprender de él. No para replicarlo por completo, porque obviamente las condiciones no son las mismas, pero sin duda habrá lecciones que podemos tomar y aplicar aquí en México y América Latina».

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Abriendo Camino: Aparna Das lidera la investigación de maíz eficiente y basada en la demanda

Obtener una buena cosecha de maíz, o lo suficiente para alimentar a la familia, siempre ha sido un desafío para los pequeños productores de maíz en los países en desarrollo. Demasiada o muy poca lluvia, olas de calor, plagas o enfermedades, rara vez producen más de una o dos toneladas de maíz por hectárea, y a veces se pierde todo. El cambio climático, las plagas invasoras, como el gusano cogollero o la necrosis letal del maíz, ponen en peligro aún más los medios de vida de los agricultores de maíz y podrían desencadenar una grave crisis alimentaria.

Es por eso que el sustento de los agricultores de maíz depende de las semillas buenas: semillas que sean resistentes al clima, a plagas y enfermedades, de alto rendimiento en condiciones locales, y a menudo con insumos mínimos.

«Aquí es donde la investigación en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) juega un papel fundamental en este desafío de la seguridad alimentaria.  Se deben desarrollar las variedades que los agricultores desean, que las empresas asociadas de semillas están dispuestas a producir de una manera rentable y eficiente», explica Aparna Das, quien se unió al Programa Global de Maíz del CIMMYT en agosto de 2018 como gerente técnica del programa.

»Mi trabajo consiste en guiar al equipo de Mejoramiento y Sistemas de Semillas para que nuestra investigación esté más orientada al cliente y al producto, que haya una mejor coordinación y monitoreo, que se alinee con los recursos y habilidades disponibles dentro del CIMMYT y con nuestro numerosos socios públicos y privados», explica.

El impacto agrícola en la relación calidad-precio

Recientemente, Das coordinó una serie de talleres colaborativos de creación de perfiles de productos con socios del CIMMYT. Integrando las prioridades de los sistemas nacionales de investigación agrícola y las empresas asociadas de semillas, este ejercicio revisó y redefinió los rasgos de maíz y los atributos que la investigación debería centrar en los próximos años. Después de esta consulta, los socios no solo toman el germoplasma del CIMMYT basados en los datos de prueba, sino que pueden verificar si se ajusta a su propio perfil, para asegurarse de que los rasgos que desean estén presentes. Esto hace que el mejoramiento sea mucho más específico y eficiente.

«El perfil de este producto ya ha influido en nuestra investigación. Por ejemplo, todos los socios mencionaron hojas más resistentes como un rasgo «imprescindible» porque sufren menos ataques de insectos y deterioro del grano. “Aunque se consideró como un rasgo básico, los mejoradores no lo consideraron sistemáticamente durante la selección de la línea de maíz y el avance del producto. Ahora es algo que se considera», señala.

«Nuestro impacto no debe limitarse al número de variedades lanzadas o de artículos publicados, sino también al número de variedades adoptadas y escaladas por los socios y los agricultores», subraya Das.

Los especialistas en mejoramiento y sistemas de semillas han trabajado juntos para estimar y registrar los costos de la entrega de productos. Cada equipo responsable de un perfil de producto ahora puede, a través de la simulación, probar diferentes soluciones y ver qué costos pueden reducirse o aumentarse para desarrollar el híbrido.

Das disfruta este tipo de colaboración. «Manejar el cambio de comportamiento es una parte clave de mi rol, poder trabajar con diferentes equipos y culturas es algo que hace que mi trabajo sea interesante», agrega Das.

Plates of boiled and roasted maize are displayed for tasting during a farmer participatory varietal selection exercise in Embu, Kenya, in August 2019. Flavors of varieties are very distinct and could explain why some old varieties are still preferably grown by farmers. (Photo: S. Palmas/CIMMYT)
Platos de maíz hervido y tostado se colocan para ser tostados durante un ejercicio de selección en Embu, Kenia, en agosto de 2019. Los sabores de las variedades eran distintos y se podía entender por qué algunas variedades viejas siguen siento preferidas por los agricultores. (Foto: S. Palmas/CIMMYT)

Una mujer creativa en un mundo de hombres

El fitomejoramiento es un mundo dominado por los hombres, pero Das esta acostumbrada a encajar en las minorías. Originaria de Bengala Occidental, creció en Ludhiana, India. Aprendió genética y fitomejoramiento en la Universidad Agrícola de Punjab (PAU), Ludhiana. Descubrir el nuevo campo del mejoramiento molecular en sus inicios, hace veinticinco años, fue un desafío emocionante.

En PAU, Das realizó investigaciones de mejoramiento de cultivos, primero en trigo y papa y, posteriormente, en genética de arroz. Durante ese tiempo, fue galardonada por el Departamento de Ciencia y Tecnología (DST) en el marco del «Programa de Jóvenes Científicos» por su trabajo en genética del arroz basmati, con el objetivo de crear variedades basmati más cortas y productivas, sin perder el aroma.

Posteriormente, se unió al Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI, por sus siglas en inglés) para trabajar en el arroz dorado para desarrollar variedades ricas en provitamina A a través de la ingeniería genética.

’Ser mujer en el area del fitomejoramiento, especialmente como mejoradora, no es tan común. No se espera que las mujeres realicen trabajos de fitomejoramiento en el campo, lejos del laboratorio y las oficinas. Pero yo no retrocedí. Hice mi trabajo de campo en los arrozales por mi cuenta y bajo temperaturas que iban hasta los 40 grados. Creo que las mujeres aportan un nivel de precisión que es muy importante en el mejoramiento».

Uniendo la experiencia de los sectores públicos y privados

Después de diez años de investigación pública, se mudó al sector privado de semillas para aprender cómo las compañías de semillas integran las necesidades de los agricultores a su flujo de investigación y después canalizan esta investigación para hacerla llegar a millones de agricultores. «Una lección importante que aprendí de las corporaciones es la relación calidad-precio en cada etapa de su investigación y que la investigación de mercado es fundamental para comprender realmente las necesidades de los agricultores y un mejoramiento orientado», señala Das.

Después de una década en el sector privado, Das estaba ansiosa por seguir adelante y usar su experiencia en el sector público. Fue entonces cuando se unió al CIMMYT. «La oportunidad de ser gerente del programa técnico llego en el mejor momento.  Conocía las fortalezas del CGIAR, tener científicos altamente capacitados y el gran alcance potencial de la investigación.  Sabía dónde podría mejorarse la investigación de cultivos, al convertir la investigación básica en una investigación «basada en la demanda».

«Hace una década, desde que trabajaba en IRRI, me di cuenta de que las cosas han avanzado en el CGIAR. Los sistemas de semillas, la elaboración de perfiles de productos y la investigación de la cadena de valor ahora están completamente integrados en el Programa Global de Maíz. Es un momento clave para estar aquí en el CIMMYT.  Con la reforma del CGIAR, la emergencia climática y las plagas y enfermedades emergentes, tenemos que ser aún más creativos para continuar generando un mayor impacto», concluye Das.

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Abriendo Camino: Lara Roeven profundiza en las dinámicas de género complejas

Lara Roeven completó su licenciatura en ciencias sociales en la Universidad de Ámsterdam en los Países Bajos, donde se centró principalmente en las ciencias políticas en un programa que combinaba esto con el estudio de la psicología, el derecho y la economía. «Me gustó mucho porque me dio una visión interdisciplinaria de cómo se manifiesta la injusticia social».

Después de haber trabajado en cuestiones de género e inclusión social, Roeven ya había escuchado sobre el CGIAR y su cartera de investigación, pero fue la variedad interdisciplinar del enfoque del CIMMYT lo que la llevó a postularse a la organización al finalizar un programa de estudios en México. «Tenía un gran interés en la agricultura y siempre quise ver cómo las cuestiones de género e inclusión social afectan a las mujeres y a los grupos marginados en el contexto del cambio rural, ambiental o climático, por lo que este trabajo parecía el indicado».

Desde que se unió a la unidad de investigación de Género e Inclusión Social del CIMMYT en enero de 2019, Roeven ha sido parte de un equipo de investigación que analiza las formas en que las normas y cuestiones de género influyen en la capacidad de los hombres, las mujeres y los jóvenes para aprender, acceder y adoptar innovaciones en la agricultura y el manejo de los recursos naturales.

Hasta ahora, Roeven ha apoyado principalmente el análisis de datos y ayuda en las revisiones de literatura. De manera simultánea y durante el año pasado, ha contribuido a varios estudios, desde la feminización de la agricultura en India hasta el cambio de las normas de género en Tanzania. «Es muy interesante porque se aprenden las particularidades de muchos países diferentes y la medida en que las normas de género pueden diferir e influir realmente en las oportunidades de las personas».

En busca de matices

Muchas investigaciones siguen un patrón similar al destacar la relación entre el trabajo de las mujeres y el empoderamiento, pero las realidades sobre el terreno a menudo son más matizadas. En India, por ejemplo, las estructuras sociales bien establecidas agregan otra capa de complejidad a la dinámica de género. «Lo que me pareció interesante cuando comenzamos a analizar las formas en que el género y la casta se interrelacionan es que nada es sencillo».

Las mujeres de las castas superiores pueden estar más aisladas que las mujeres de las más bajas, explica, para quienes puede ser más aceptable buscar trabajo remunerado fuera del hogar. Sin embargo, las mujeres de castas inferiores también experimentan con frecuencia altos niveles de pobreza y vulnerabilidad y se enfrentan a la exclusión social en otros ámbitos de la vida.

“Estas dinámicas son en realidad mucho más complicadas de lo que generalmente pensamos. Y es por eso que es tan interesante hacer este tipo de investigación comparativa donde puedes ver cómo estos problemas se manifiestan en diferentes áreas, y qué es lo que los investigadores o profesionales de desarrollo que trabajan en la zona deben tener en cuenta para abordar los problemas que enfrentan estas mujeres.»

Eventualmente, Roeven espera estudiar un doctorado y hacer carrera como académica, pero por ahora, le gusta trabajar en investigaciones que tienen mucho potencial de impacto. «Hay muchos estudios que muestran que las brechas de género deben ser cerradas para aumentar la seguridad alimentaria y eliminar el hambre», comenta. “Siento que muchas intervenciones, servicios de extensión o capacitaciones no siempre tienen el efecto deseado porque no alcanzan de manera efectiva a las mujeres agricultoras o a los jóvenes. Ciertas personas son continuamente excluidas.”

Llevar a cabo este tipo de investigación es un paso importante en el trabajo para empoderar a las mujeres en todo el mundo y a Roeven le gustaría ver a más investigadores e investigadoras incorporando esto en su trabajo, y realmente tomando el género como un concepto relacional. «Podemos seguir realizando investigaciones dentro de la unidad de investigación de Género e Inclusión Social, pero sería interesante si nuestros enfoques pudieran integrarse también en otras áreas disciplinarias».

Aunque puede no ser fácil, Roeven enfatiza que es necesario para tener un impacto y evitar que las innovaciones exacerben la desigualdad social y de género. «Además», agrega, «creo que es genial cuando la investigación tiene relevancia social».

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Abriendo Camino: Mandeep Randhawa combate las enfermedades del trigo con herramientas de resistencia genética

Con la aparición continua de nuevos patógenos que amenazan la producción y la seguridad de los alimentos, el mejorador de trigo y patólogo de la roya del trigo, Mandeep Randhawa y sus colegas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Organización de Investigación Agrícola y Ganadera de Kenia (KALRO por sus siglas en inglés) están trabajando incansablemente para identificar nuevas fuentes de resistencia a la roya a través de herramientas de mapeo genético y rigurosas pruebas de campo.

Dado que el trigo representa alrededor del 20% de las calorías y proteínas que consumimos en el mundo, los brotes de enfermedades pueden suponer una gran amenaza para la seguridad alimentaria mundial y el sustento de los agricultores. Las enfermedades más comunes y prevalentes son las royas del trigo — enfermedades fúngicas que el viento puede dispersar a largas distancias, lo que puede causar rápidamente epidemias devastadoras y reducir de manera drástica los rendimientos del trigo.

Para abordar el problema, Randhawa y sus colegas trabajan en el desarrollo de variedades mejoradas de trigo mediante la combinación de rasgos resistentes a las enfermedades con los de alto rendimiento, para garantizar que los agricultores puedan obtener los mejores rendimientos de trigo posibles al tiempo que evitan enfermedades.

Detección de enfermedades

Nacido en el estado indio de Punjab, Randhawa se unió al CIMMYT como becario postdoctoral en genética de resistencia a la roya del trigo en 2015. Ahora, trabaja como científico del CIMMYT y administra la plataforma de detección de la roya del tallo en Njoro, Kenia, que apoya la detección de la enfermedad de aproximadamente 50 000 líneas de trigo por año provenientes de 20 países. En los últimos 10 años, se evaluaron alrededor de 650 000 líneas de trigo para determinar la resistencia a la roya del tallo en las instalaciones.

«El enfoque principal de la plataforma es la evaluación de las líneas de trigo contra la raza de roya del tallo Ug99 y sus razas derivadas que prevalecen en África del este y sur, el Medio Oriente e Irán», explica Randhawa. Ug99 es una raza altamente virulenta de roya, descubierta por primera vez hace dos décadas en Uganda. La raza causó grandes epidemias en Kenia en 2002 y 2004.

«Las tierras altas de África del este también son un punto crítico para la roya amarilla, por lo que, a su vez, evaluamos las líneas de trigo para esta enfermedad», agrega Randhawa.

Las instalaciones apoyan un esquema de mejoramiento alternado entre el CIMMYT en México y Kenia, lo que permite a los mejoradores plantar en dos lugares, seleccionar resistencia a la roya del tallo (Ug99) y acelerar el desarrollo de líneas de trigo resistentes a enfermedades.

“La roya del trigo en general evoluciona de manera muy rápida y continuamente surgen nuevas cepas. Las variedades de trigo resistentes a la roya previamente desarrolladas pueden sucumbir a nuevas cepas virulentas, haciendo que las variedades sean susceptibles. Si los agricultores cultivan variedades susceptibles, la roya atacará esas variedades, lo que resultará en enormes pérdidas de rendimiento si no se adoptan medidas de control”, explica Randhawa.

Ayudando y compartiendo

Para Randhawa, ayudar a los agricultores es el objetivo principal. “Nuestro enfoque está en los agricultores de escasos recursos de países en vías de desarrollo. No tienen suficientes recursos para comprar el fungicida. El uso de productos químicos para controlar las enfermedades es costoso y perjudicial para el medio ambiente. De ser el caso, les proporcionamos soluciones en forma de variedades de trigo que son de alto rendimiento pero que también tienen resistencia duradera a diferentes enfermedades”.

Bajo la Iniciativa Mundial Borlaug Contra la Roya (BGRI en inglés), Randhawa y su equipo colaboran con KALRO para facilitar la transferencia de líneas de trigo prometedoras con alto potencial de rendimiento y resistencia a la roya a un canal nacional para variedades de trigo que se lanzarán pronto.

Cuando no está evaluando las enfermedades de la roya del trigo, Randhawa también organiza capacitaciones anuales sobre diagnóstico de la roya del tallo y evaluación de germoplasma para jóvenes mejoradores de trigo y patólogos de países en vías de desarrollo. Más de 220 investigadores de trigo han sido capacitados en la última década.

Mandeep Randhawa (left) talks to the participants of the 11th annual training on stem rust notetaking and germplasm evaluation. (Photo: Jerome Bossuet/CIMMYT)
Mandeep Randhawa (a la izquierda) habla con los participantes de la undécima capacitación anual sobre toma de notas de roya del tallo y evaluación de germoplasma. (Foto: Jerome Bossuet/CIMMYT)

Un agricultor de corazón

Randhawa siempre tuvo interés en la ciencia agrícola. «Inicialmente, mis padres querían que fuera médico, pero estaba más interesado en enseñar ciencias», dice. «Desde mi infancia, solía escuchar sobre el trigo y las enfermedades que afectan los cultivos del mismo, especialmente de la roya amarilla — que se llama peeli kungi en mi idioma local». Este interés de su niñez lo llevó a estudiar genética del trigo en la Universidad Agrícola de Punjab en Ludhiana, India.

Sus mentores lo alentaron a buscar un doctorado en el Instituto de Fitomejoramiento Cobbitty (PBI) de la Universidad de Sídney en Australia, que Randhawa describe como «la meca de la investigación de la roya del trigo». Caracterizó dos nuevos genes de resistencia a la roya amarilla conocidos formalmente como Yr51 y Yr57 de una raza local de trigo. También contribuyó al mapeo de un nuevo gen de resistencia a la roya del tallo de la planta adulta Sr56.

Viniendo de India, su traslado a Australia fue un momento importante en su carrera y su identidad — ahora se considera indio-australiano.

Si no se hubiera convertido en científico, Randhawa comenta que sería agricultor. «La agricultura es mi pasión, me gusta cultivar y tener una cosecha rica utilizando mi conocimiento científico y las tecnologías modernas».

En el CIMMYT, Randhawa trabaja constantemente en la identificación y caracterización de nuevas fuentes de resistencia a la roya. “Tratar con diferentes tipos de desafíos en el campo de trigo es lo que me mantiene alerta. Nuevas razas de enfermedades están emergiendo continuamente. Como las plagas y los patógenos no tienen límites, debemos trabajar de la mano para desarrollar herramientas y tecnologías para combatir las plagas y los patógenos que evolucionan rápidamente”, dice Randhawa.

Él reconoce a su mentor Ravi Singh, científico y jefe global de mejoramiento de trigo en el CIMMYT, por motivarlo a continuar su labor. «Los esfuerzos incansables y los pensamientos enérgicos de mi gurú profesional, el Dr. Ravi Singh, me inspiran y me impulsan a lograr mis objetivos de investigación».

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Abriendo Camino: Pieter Rutsaert busca una mejor comercialización del maíz climáticamente inteligente en África

¿Alguna vez se ha preguntado por qué los agricultores prefieren ciertas variedades de maíz? ¿Qué rasgos de cultivo valoran? ¿Cómo hacen sus selecciones de semillas en el mercado? Pieter Rutsaert, experto en mercados y cadenas de valor del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), analiza los factores importantes que los agricultores africanos consideran al comprar variedades de maíz con agro-distribuidores y las implicaciones sobre cómo la industria de semillas puede satisfacer mejor las necesidades de los agricultores.

El maíz es el cultivo más importante de África, cultivado en más de 29 millones de hectáreas bajo secano y consumido diariamente por alrededor del 50% de la población. Sin embargo, los patrones climáticos cada vez más erráticos amenazan el rendimiento de las variedades de maíz cultivadas, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de los hogares.

«Los pequeños productores africanos suelen plantar semillas de maíz con las que están familiarizados, pero estas variedades a menudo carecen de los atributos para tolerar un clima más duro, como sequías, calor extremo o estrés por enfermedades», explica Rutsaert.

“A pesar de la existencia de variedades de maíz cultivadas para resistir el clima más severo, sus atributos intrínsecos no son suficientes por sí solos para convencer a los agricultores de que dejen sus variedades preferidas. Estas variedades tolerantes al estrés deben comercializarse adecuadamente para ser competitivas y aumentar su cuota de mercado”.

Con experiencia previa como consultor de mercadotecnia en la industria alimentaria, Rutsaert aporta habilidades y enfoques únicos al proyecto Maíz Tolerante al Estrés para África (STMA en inglés) del CIMMYT, para ayudar a las empresas a desarrollar nuevas estrategias de distribución y comercialización de semillas para llevar variedades resistentes al clima a los campos de los agricultores.

Pieter Rutsaert (right) discusses a research study questionnaire with consultant enumerator Victor Kitoto. (Photo: Jerome Bossuet/CIMMYT)
Pieter Rutsaert (derecha) discute un cuestionario de estudio de investigación con el consultor encuestador Victor Kitoto. (Foto: Jerome Bossuet/CIMMYT)

La inteligencia de mercado en semillas climáticamente inteligentes

Rutsaert ve a los agro-distribuidores locales como un punto de entrada estratégico para que los investigadores recopilen información sobre los diferentes intereses y condiciones de los agricultores a medida que se revela información sobre la demanda de semillas en el punto de compra.

A pesar de las grandes inversiones para apoyar los sistemas de semillas en el África subsahariana, incluidas las inversiones para mejorar la capacidad de los comerciantes agrícolas, existe evidencia limitada sobre cómo las mujeres y los hombres toman decisiones sobre la compra de semillas de maíz para apoyar las iniciativas de desarrollo.

“El espacio del agro-distribuidor es aquel donde los agricultores deciden qué insumos comprar. Además de proporcionar a los agricultores acceso a insumos a precios competitivos, los agro-distribuidores ofrecen asistencia técnica, como asesoramiento sobre el uso de insumos y prácticas de producción, y crédito a corto plazo para compras de insumos”.

Por lo tanto, los agro-distribuidores ofrecen la oportunidad de aprender sobre las condiciones únicas de los agricultores y se aseguran de que los productores adopten la variedad correcta. Recopilar estas ideas tiene el potencial de apoyar a las pequeñas y medianas empresas de propiedad local que producen variedades tolerantes al estrés, adecuadas para las condiciones locales, dice el experto en mercadotecnia.

An agent from a seed company (right) promotes sales at an agro-dealer shop. (Photo: Pieter Rutsaert/CIMMYT)
Una agente de una compañía de semillas (derecha) promueve su producto en una tienda de agro-distribuidores. (Foto: Pieter Rutsaert/CIMMYT)

Estrategias de mercadotecnia para agro-distribuidores

En comparación con las compañías multinacionales de semillas, se espera que las empresas muestren una mayor disposición para buscar segmentos del mercado de semillas tradicionalmente desatendidos, como los agricultores más pobres o aquellos ubicados en regiones de producción menos favorecidas. Sin embargo, los productores y minoristas locales de semillas generalmente carecen de capacidades de mercadotecnia y tienen una comprensión limitada de los costos y beneficios de los diferentes enfoques para comercializar sus semillas, dice Rutsaert.

«Sin estrategias de comercialización efectivas que respondan a las necesidades de diferentes clientes, los agricultores se apegarán a las semillas que conocen, incluso cuando esta no sea la mejor opción para su situación», continúa.

Con base en la información del mercado recopilada, Rutsaert trabaja con los agro-distribuidores para desarrollar estrategias de venta minorista, como materiales de mercadotecnia específicos, provisión de apoyo para la toma de decisiones sobre semillas e incentivos de precios y para ayudar a los hombres y mujeres a obtener los insumos que funcionan mejor.

Rutsaert afirma que está comprometido a utilizar su experiencia en el sector privado para mejorar la comprensión del CIMMYT sobre el sector de semillas y desarrollar la capacidad de los comerciantes locales para distribuir variedades de maíz resistentes al clima en toda la región africana.

El proyecto STMA busca desarrollar cultivares de maíz con tolerancia y resistencia al estrés múltiple para los agricultores, y apoya a las compañías locales de semillas para producir semillas a gran escala. Este proyecto tiene como objetivo desarrollar una nueva generación de más de 70 variedades mejoradas de maíz tolerante al estrés y facilitar la producción y el uso de más de 54 000 toneladas métricas de semillas certificadas. El proyecto STMA está financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés).

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Abriendo Camino: P.H. Zaidi ayuda a los agricultores asiáticos a obtener cosechas saludables a pesar de la variabilidad climática

Al crecer en una granja de secano en la India, P.H. Zaidi aprendió cómo los pequeños agricultores familiares adaptaron sus prácticas agrícolas para enfrentar los desafíos climáticos, tales como los períodos secos o la lluvia excesiva. Por lo general, los pequeños cambios en la selección de cultivos y el cálculo de las operaciones de campo mantenían una cosecha saludable.

Con el paso del tiempo, Zaidi observo a los agricultores en su ciudad natal y de otras zonas luchar contra eventos climáticos cada vez más extremos y erráticos. Los trópicos asiáticos se han convertido en puntos críticos por los efectos del cambio climático y las variabilidades asociadas, dijo el fisiólogo de maíz que trabaja con el Programa Global de Maíz del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con sede en Hyderabad.

«Los agricultores de secano producen la mayoría de los alimentos para las personas en Asia, pero sin suficientes sistemas de riego suplementarios, dependen en gran medida de las lluvias monzónicas», dijo Zaidi. «La variabilidad climática puede ser devastadora para los agricultores familiares que no pueden prever cambios erráticos en los patrones climáticos».

«Un evento climático extremo puede afectar negativamente la seguridad alimentaria y los ingresos de los hogares, lo que a su vez da como resultado un deterioro de la capacidad para hacer frente a futuras crisis», explicó.

Casi 500 millones de personas en Asia carecen de acceso a alimentos nutritivos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera que los desastres relacionados con el cambio climático y la falta de agua potable son las principales causas del hambre persistente en la región.

Zaidi cree que los agricultores son innovadores natos y, con las herramientas y los conocimientos adecuados, pueden garantizar una cosecha saludable a pesar de la variabilidad climática anual. Ha dedicado su trabajo a investigar nuevas tecnologías agrícolas que ayuden a los agricultores de escasos recursos a salvaguardar su seguridad alimentaria y de ingresos.

Cosechas estables a pesar del cambio climático

Después de obtener una licenciatura en ciencias agrícolas, Zaidi obtuvo su doctorado en la Universidad de Ciencia y Tecnología Agrícola en Faizabad, India. Zaidi estudió cómo la fisiología del maíz interactúa con el estrés físico, como el calor intenso, la sequía y la humedad excesiva. El maíz se ha convertido en una parte importante de los sistemas de cultivo asiáticos, con varios países registrando tasas de crecimiento impresionantes en la producción y productividad de maíz. Sin embargo, las demandas en crecimiento (alimentos, forraje e industria) y los desafíos climáticos resaltan la necesidad de la investigación agrícola internacional.

En 2002, Zaidi trabajó como becario postdoctoral en el CIMMYT en México, donde fue asesorado por expertos en estrés abiótico del maíz. Zaidi tomó esos enfoques y estrategias de investigación para cultivar variedades de maíz resistentes al estrés en su país. Mientras trabajaba con el programa de maíz del gobierno indio, contribuyó al desarrollo de maíz de alto rendimiento resistente al estrés para los agricultores de maíz de bajos recursos que viven en agroecologías vulnerables.

Con una gran cantidad de conocimiento y experiencia en sistemas agrícolas en Asia, fue empleado por el CIMMYT como fisiólogo y mejorador de maíz en 2007. Trabajó para desarrollar, implementar y escalar variedades de maíz resistentes que aumentan el potencial de rendimiento y reducen el riesgo, asegurando una cosecha estable a pesar de la variabilidad climática. También desarrolló y estandarizó técnicas de detección de fenotipos y criterios de selección para identificar germoplasma de maíz tolerante al estrés, incluyendo el calor, la sequía y la acumulación de agua.

«A través de una colaboración y capacitación efectivas, los gobiernos nacionales, las compañías privadas de semillas y las ONG están utilizando las variedades con rasgos resistentes en sus programas de mejoramiento para garantizar que las variedades resistentes lleguen a los agricultores de toda la región», señaló Zaidi.

De 2015 a 2018, un total de 68 híbridos de maíz de alto rendimiento resistentes al estrés fueron autorizadas para los socios de semillas en la región, explicó. Estos socios los llevaron a realizar pruebas agrícolas participativas a gran escala en sus respectivas ecologías objetivo. Después de extensas pruebas a través del sistema nacional, nueve híbridos de maíz resistentes al estrés ya se han lanzado y se están implementando en varios países de Asia. Otros serán lanzados pronto.

Zaidi ha recibido varios premios por sus contribuciones a la investigación del maíz, incluido el Premio al Científico Destacado del CIMMYT en 2009.

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Abriendo Camino: Anani Bruce protege el maíz de África de las plagas de insectos

Anani Bruce, entomólogo de maíz en el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT) desde 2013, participa arduamente con una asociación de expertos que apoya la postura de los agricultores africanos contra las plagas de insectos mortales, especialmente contra el gusano cogollero y los barrenadores del tallo.

El gusano cogollero, una especie de polilla nativa de América, se detectó en Nigeria en 2016 y en menos de tres años ha invadido las regiones productoras de maíz del África subsahariana. En su etapa larval, se alimenta de hojas y espigas, causando pérdidas de cosecha anuales cuyo valor puede exceder los 6 mil millones de dólares.

Bruce y sus colegas se apresuran a desarrollar variedades de maíz que presenten resistencia genética nativa al gusano cogollero y capacitan a los agricultores con medidas de control que resulten adecuadas a nivel local. Encontrar y fortalecer la resistencia nativa en el maíz contra la plaga es un pilar clave del manejo integrado de plagas.

«El gusano cogollero es tan desafiante que no hay una solución única y fácil», dijo Bruce, quien obtuvo un doctorado en entomología en el Centro Internacional de Fisiología y Ecología de Insectos (ICIPE) en y la Universidad de Keniata, Kenia, en 2008. “Probamos y promovemos un enfoque de manejo integrado que, junto con la resistencia de la planta huésped, incluya control biológico, manejo del hábitat, buenas prácticas agronómicas, químicos seguros, bioplaguicidas y controles botánicos».

«Los costos y las complejidades de tales prácticas son desalentadores, pero los agricultores pueden aprender si se les ayuda y hay pocas alternativas en este momento, dado que el maíz es el alimento básico principal del África subsahariana», explicó Bruce.

Según el científico, el mejoramiento también es laborioso, ya que las plantas de maíz potencialmente resistentes se deben probar bajo grandes infestaciones de insectos controladas y esto solo se permite en invernaderos.

«Los invernaderos no proporcionan suficiente espacio para cultivar la gran cantidad de líneas de maíz necesarias para un progreso de mejoramiento rápido y efectivo», dijo Bruce. «Aun así, tenemos pistas prometedoras sobre fuentes de resistencia moderada de las poblaciones de maíz desarrolladas por el CIMMYT en México en las décadas de 1980 y 1990».

Un caso que involucra un cambio de entornos y especialidades

Originario de Togo, un pequeño país de África occidental entre Benín y Ghana, Bruce cuenta que primero le interesó estudiar ingeniería mecánica, pero no tuvo la oportunidad de hacerlo en la Universidad de Lomé, Togo, donde realizó sus estudios de maestría en agronomía. Un mentor le sugirió que se dedicara a la entomología y siguió ese ideal en el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA por sus siglas en inglés) en Cotonou, Benín, donde realizó una investigación sobre los barrenadores del tallo como parte de su tesis de maestría.

«Sorprendentemente, encontré muchos paralelos con la ingeniería mecánica», dijo Bruce, quien se encuentra en la oficina del CIMMYT en Kenia. «Existe una gran cantidad y diversidad de especies de insectos y sus roles e interacciones en los sistemas naturales son increíblemente complejos, tal como ocurre entre los componentes de los sistemas mecánicos».

Cuando Bruce se mudó a ICIPE con el Programa de Posgrado Regional Africano en Etimología (ARPPIS por sus siglas en inglés), necesitaba agregar el inglés a sus idiomas, ya que él habla francés y lenguas locales, sin embargo, su primer choque cultural importante fue el dietético.

«En África occidental solemos comer nuestra pasta de maíz con una salsa», explicó, «pero cuando me senté a comer en Kenia, descubrí que la pasta de maíz llamada ugali se comía solo con leche o carne, una combinación conocida como nyama choma».

A pesar de esa y otras diferencias culturales, Bruce dijo que se adapta rápidamente a su nuevo trabajo y estudio en África oriental.

Cuidando a los enemigos del maíz

En el CIMMYT, Bruce brinda apoyo técnico a los socios nacionales de investigación para criar al barrenador del tallo y al gusano cogollero, como parte de la mejora de variedades de maíz con resistencia a las plagas de insectos y otros rasgos relevantes.

«Se requieren conocimientos y condiciones especiales para criar, transportar y aplicar los huevos o las larvas jóvenes de manera adecuada en las plantas experimentales de maíz, de modo que los niveles de infestación sean lo más uniformes posible y los mejoradores puedan identificar plantas genéticamente resistentes», dijo Bruce.

También ha trabajado con construcciones genéticas de la bacteria conocida como Bacillus thurigiensis (Bt). Cuando se inserta en el maíz, las construcciones otorgan resistencia al cultivo contra las especies del barrenador del tallo.

«Tenemos planes de desplegar maíz Bt en países seleccionados de África oriental y meridional, pero estamos a la espera de la resolución de obstáculos reglamentarios», explicó.

Bruce le da crédito a Fritz Schulthess, ex entomólogo del IITA e ICIPE, por brindarle inspiración y apoyo especial en sus estudios y desarrollo profesional.

«Fritz cree en compartir su experiencia científica con los futuros científicos y en expresar sus pensamientos de manera clara», dijo Bruce. «Es un científico adicto al trabajo que revisará tu trabajo incluso después de la medianoche y esperará tu respuesta antes de las 6 de la mañana».

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Abriendo Camino: Munyaradzi Mutenje adapta las innovaciones a las necesidades de los agricultores

En ocasiones, las innovaciones no logran un impacto. Tomemos como ejemplo los televisores 3D; lanzados a gran escala hace más de una década, no lograron el éxito comercial esperado. En la teoría, la tecnología fue un avance asequible y emocionante en el entretenimiento en el hogar, pero en la práctica muchos espectadores no lo aceptaron debido a una implementación deficiente. Hoy en día, ha caído en el olvido.

Las innovaciones agrícolas pueden sufrir destinos similares si los diseñadores de productos no consideran el cuadro socioeconómico general durante el desarrollo, advierte Munyaradzi Mutenje, una economista agrícola del programa de Socioeconomía del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

«Cuando se lanzó por primera vez la sembradora directa en Zimbabue, los agricultores no lo aceptaron», explica Mutenje. “Había una tecnología que podía reducir el trabajo pesado de la siembra manual, que reducía enormemente los costos de mano de obra y ahorraba tiempo, pero nadie lo quería. Los científicos se preguntaron ¿por qué nadie está adoptando este sembrador que diseñamos? Resuelve tantos desafíos de producción… ¿Por qué la gente no lo quiere?»

Se supo que las mujeres, que constituyen una parte importante de la comunidad agrícola en Zimbabue, simplemente encontraron que la sembradora directa era demasiado pesada e incómoda para el uso práctico. Eligieron seguir los métodos de cultivo tradicionales y se mostraron escépticos ante la nueva tecnología. En resumen, el producto no fue diseñado pensando en el usuario final.

Diseño que satisface las necesidades de los agricultores

Mutenje stands next to a demonstration plot of maize during a field day organized by CIMMYT and Agriseeds. (Photo: CIMMYT)
Mutenje junto a una parcela de demostración de maíz durante un día de campo organizado por el CIMMYT y Agriseeds. (Foto: CIMMYT)

Mutenje trabaja en estrecha colaboración con el equipo de Intensificación Sustentable del CIMMYT en Zimbabue, agregando valor al abrir un diálogo con muchos tipos de agricultores. «De la cesta de tecnologías de intensificación sustentable disponibles, ¿cuál es la adecuada para cada tipo de agricultor?», Se pregunta a sí misma al diseñar nuevas intervenciones.

Las tecnologías pueden parecer buenas para los científicos, pero pueden no ser adecuadas para los agricultores, que operan dentro de un sistema en el que la agricultura es solo un componente.

«Hay que observar la situación desde la perspectiva de los agricultores», explica Mutenje. «Para evaluar la viabilidad económica de las innovaciones y para comprender cómo y dónde dirigirlas, debemos analizar factores como la aceptación social y las barreras culturales que podrían restringir la adopción dentro de las comunidades agrícolas».

Una vez que las tecnologías se extienden a los agricultores, es vital buscar retroalimentación sobre la demanda de tecnologías nuevas y revisiones de las existentes. Esto permite a los científicos adaptar sus innovaciones a las necesidades y los objetivos de los agricultores.

“Cuando diseñamos tecnologías que satisfacen las necesidades de los agricultores porque hemos interactuado con ellos y entendido todo el sistema; ese es nuestro mayor impacto».

Todos los caminos conducen al CIMMYT

Crecer en una granja en las zonas rurales de Zimbabue inculcó en Mutenje un profundo respeto por el papel de la mujer en la agricultura en el sur de África. Su madre se encargaba de la granja y su padre trabajaba fuera de ella. Mutenje creció con el interés en la toma de decisiones en el hogar y se inspiró para seguir una carrera en ciencias agrícolas, primero en la Universidad de Zimbabue antes de obtener su doctorado en la Universidad de KwaZulu-Natal en Sudáfrica con una tesis sobre los efectos del SIDA en los medios de vida rurales.

«Me inspiró la naturaleza multidisciplinaria de la ciencia y la forma en que su aplicación a la agricultura permite a los científicos ayudar directamente a alimentar a las personas y realmente transformar sus vidas».

Durante sus estudios de pregrado, Mutenje aprendió de los científicos del CIMMYT quienes le ofrecieron ejemplos agronómicos prácticos y enseñaron a los estudiantes cómo aplicar el análisis de datos para resolver problemas complejos. Fascinada por el poder de los datos para dilucidar patrones que pueden ayudar a los científicos, concluyó: «¡Un día trabajaré para que el CIMMYT aborde los problemas de la seguridad alimentaria y nutricional en el sur de África!»

En 2012, sus aspiraciones se hicieron realidad cuando se unió al CIMMYT en Zimbabue como becaria postdoctoral. Actualmente es una científica del CIMMYT.

Trabajo que provoca alegría

Al trabajar con el programa de Intensificación Sustentable del CIMMYT en proyectos que abarcan cinco países en el sur de África, Mutenje encuentra la alegría de trabajar con socios como parte de un gran equipo. «Nos convertimos en una gran familia», reflexiona.

Mutenje se siente orgullosa de trabajar con pequeños agricultores y transformar sus medios de vida a través de la ciencia. Al aumentar el conocimiento y el potencial de las mujeres, ella cree que es posible un cambio positivo y sustentable.

“Las mujeres son las custodias de la seguridad alimentaria y nutricional, por lo que debemos entender sus desafíos y oportunidades. Si ayudas a las mujeres y les ofreces capacitación, su impacto llegará lejos ya que transmitirán sus conocimientos a sus hijos».

Mutenje carries out a qualitative vulnerability assessment in Bvukuru community, Masvingo province, Zimbabwe, to feed into a study for a project funded by the Centre for Coordination of Agricultural Research and Development for Southern Africa (CCARDESA) and Gesellschaft fuer Internationale Zusammenarbeit GmbH (GIZ). (Photo: CIMMYT)
Mutenje realiza una evaluación de vulnerabilidad cualitativa en la comunidad de Bvukuru, provincia de Masvingo, Zimbabue, para incorporar un estudio para un proyecto financiado por el Centro para la Coordinación de Investigación y Desarrollo Agrícola para África del Sur (CCARDESA, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ). (Foto: CIMMYT)

Cambio de políticas para ayudar a los agricultores

Aunque lo que más disfruta de Mutenje es trabajar directamente con los agricultores, reconoce que impulsar un cambio generalizado requiere a menudo de un análisis más profundo de la cadena de valor para identificar cuellos de botella que limitan la adopción. La recopilación de datos empíricos y la presentación de evidencia de la historia completa a los responsables políticos ha permitido a Mutenje influir en el cambio de políticas a nivel nacional.

«En Mozambique, descubrimos que los costos de los fertilizantes eran demasiado altos para los agricultores, por lo que estaban perdiendo la oportunidad de usar una tecnología que permitiría un mayor rendimiento».

El trabajo de Mutenje analizó todo el sistema y encontró que el impuesto a la importación en los componentes de los fertilizantes era demasiado alto y que los fabricantes simplemente estaban entregando ese costo a los agricultores. Al resaltar este tema ante los representantes del gobierno, ella provocó un cambio en la política de impuestos de importación. Esta iniciativa resultó en los precios de fertilizantes que son asequibles para los agricultores, facilitando la mejora de los rendimientos y los medios de vida.

«Un enfoque basado en la evidencia, en datos cuantitativos y cualitativos de múltiples fuentes permite a los científicos presentar la historia completa», explica. «Con esto, podemos convencer a los responsables políticos para que realicen cambios para ayudar a los agricultores y mejorar la seguridad alimentaria».

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Abriendo Camino: Jelle Van Loon, experto en mecanización, llega hasta donde la creatividad lo permite

En noviembre de 2015, Jelle Van Loon partió hacia Zimbabue, con un plan en su mochila. Pasó dos semanas trabajando con un grupo de herreros, buscando piezas y ensamblando máquinas en Harare para probar si los planes de construcción desarrollados por su equipo estaban diseñados para ser construidos en cualquier lugar. «Tuvimos que cambiar algunas cosas, pero se construyeron tres máquinas en funcionamiento, lo que demuestra la accesibilidad de los planos de construcción y la replicabilidad inherente de los diseños».

Jelle Van Loon, que estudió ingeniería agronómica y modelos de cultivos en Bélgica y trabajó en temas de cadena de suministro en Perú, acumuló una amplia experiencia antes de unirse al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en 2012. Poco después de unirse, comenzó a perfilar un equipo para trabajar en temas de mecanización.

«En primer lugar, soy ingeniero agrícola; solo que tengo una gran afinidad con la mecánica», dice. «Creo que mi ventaja es tener un amplio conocimiento, poder entender la agronomía y la ingeniería mecánica, y haber estudiado economía agrícola en países en vías de desarrollo».

Estos antecedentes le han servido en un papel en el que un enfoque práctico y multidisciplinario es fundamental.

«Mecanización no significa necesariamente construir o crear más máquinas», explica Van Loon, «sino introducir tecnología y equipos agrícolas a los agricultores para facilitar su trabajo y apoyarlos en cómo y cuándo usarlos para aumentar la eficiencia de la producción». Muchas personas asumen también que la mecanización solo involucra equipos motorizados, como tractores, agrega, cuando en realidad cualquier herramienta entra en este concepto, incluso las herramientas manuales simples, que facilitan el trabajo de los agricultores y aligerar el trabajo pesado.

El equipo de mecanización del CIMMYT realiza investigación y desarrollo en una variedad de equipos agrícolas, dibujando y diseñando prototipos, probándolos en el campo y desarrollando protocolos experimentales. Al unir agronomía y mecánica, el equipo trabaja para desarrollar maquinaria que apoye a los agricultores en su trabajo diario en cada etapa del ciclo de cultivo, desde la preparación de la tierra, la plantación y la fertilización, hasta la cosecha y el desgrane. También apoyan la generación de nuevos modelos de negocios que pueden entregar maquinaria adecuada a los agricultores que trabajan dentro de sistemas agroalimentarios resilientes.

Bienvenido a la maquina

Uno de los mayores desafíos que enfrentan los agricultores puede ser cambiar su forma de trabajar, y muchos se resisten a invertir en maquinaria nueva porque no están seguros de cómo usarla y simplemente no pueden permitirse el riesgo de fallar. Como tal, el equipo también pone énfasis en el trabajo de extensión. Han establecido centros de maquinaria donde la gente puede ir y aprender sobre el equipo apropiado y puede alquilar algunas máquinas modelo y desarrollar las capacidades de los proveedores de servicios de maquinaria a través de la capacitación en ingeniería funcional para herreros, fabricantes e inteligencia de mercado para pequeños empresarios del sector.

«Esto va más allá de simplemente diseñar la máquina. Realmente se trata de llevar productos al campo, ver qué es lo que funciona bien y dónde, y después, pensar cómo podemos hacer que estos productos lleguen a las manos de esos agricultores».

Sobre la base del trabajo que se está llevando a cabo en México, Van Loon siempre busca cómo otras regiones también pueden beneficiarse de la unidad de mecanización y las oportunidades para colaborar con colegas y socios en África y Asia. El equipo desarrollado para agricultores en América Latina o África podría adaptarse para su uso en el sur de Asia o viceversa, pero esto requiere una comprensión sólida de las oportunidades y desafíos únicos de cada región.

Van Loon señala el ejemplo del tractor de dos ruedas, desarrollado en China y popularizado en Asia durante la década de 1980, cuando la hambruna y la pérdida de animales de tiro llevaron a los gobiernos a subsidiar ese equipo en particular en el momento adecuado. El tractor predomina en países como Bangladesh, pero no está claro si el mismo éxito es replicable en África y América Latina, ninguno de los cuales se encuentra bajo las mismas condiciones, mercados de segunda mano o instalaciones de importación. «Estamos tratando de aprender de los esfuerzos interregionales para escalarlos. Ser capaces de comprender diferentes áreas nos ayuda a encontrar los enlaces más débiles y crear más ambientes propicios».

Van Loon y su equipo están desarrollando y evaluando continuamente nuevas ideas, probando formas de integrar la tecnología mecatrónica o sensorial en sus máquinas para ayudar a capturar datos y facilitar las cargas de trabajo de los agricultores. Encontrar una manera de mantener estos costos bajos y convenientes para el uso de los agricultores puede ser un desafío, pero los testimonios positivos de los agricultores lo mantienen entusiasmado con las posibilidades. «Creo que vale la pena seguir adelante con nuevas ideas y ver qué pasa porque cuando funciona, el impacto positivo y el cambio que ayudamos a crear es todo lo que importa», señala.

«Y, además, lo bueno de trabajar en mecanización es que podemos llegar hasta donde nuestra creatividad nos permita».

Jelle Van Loon demonstrates machinery for visitors at CIMMYT's global headquarters in Mexico. (Photo: Gerardo Mejía/CIMMYT)
Jelle Van Loon demostrando maquinaria a visitantes en la sede internacional del CIMMYT en Mexico. (Foto: Gerardo Mejía/CIMMYT)