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Cempasúchil y cambio climático

Flor de cempasúchil en ofrendas de la Mixteca. (Foto: Gabriel Estrada)
Flor de cempasúchil en ofrendas de la Mixteca. (Foto: Gabriel Estrada)

Las cadenas de suministro de los productos del campo y los medios de vida de los agricultores se ven alterados cada vez más por los efectos del cambio climático. Las sequías prolongadas, las lluvias fuera de ciclo o torrenciales y la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos constituyen la nueva normalidad climática que pone a prueba la capacidad de adaptación de los hogares rurales, particularmente de las familias dedicadas a la agricultura en pequeña escala. 

“Desde el 2016 hemos detectado la necesidad de modificar fechas de siembra para menguar los impactos de la canícula en los cultivos y aprovechar mejor las lluvias. Así fue como llegamos al cempasúchil (Tagetes erecta) y la borla (Celosia cristata)”, comenta Carlos Barragán, técnico de Agricultura Familiar y Agronegocios, una de las organizaciones que colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para promover prácticas agrícolas más sustentables. 

Desde el punto de vista agronómico, el cempasúchil tiene propiedades para el control de plagas y es un abono verde notable. Además, su cultivo constituye una opción viable para contextos donde hay poca disponibilidad de agua debido a que su requerimiento hídrico es menor que otros cultivos. Aún así, encontrar las fechas óptimas de siembra en un contexto de cambio climático es todo un reto para los productores. 

Venta de cempasúchil, proveniente de Oaxaca, en el mercado de Jamaica de la Ciudad de México. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)
Venta de cempasúchil, proveniente de Oaxaca, en el mercado de Jamaica de la Ciudad de México. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)

El cambio climático pone en riesgo la producción de cempasúchil: “Al ser la flor con mayor demanda para la celebración del Día de Muertos, tiene un periodo de venta muy específico, así que los productores a partir de su experiencia han definido fechas de siembra que les permita tener flor de calidad a finales del mes de octubre. No obstante, en los últimos años se ha detectado un incremento en la temperatura que repercute en el desarrollo y floración del cempasúchil, por lo cual una de las estrategias que se han implementado es modificar la fecha de siembra y el manejo del cultivo”, señala Barragán.

“Cuando no se realizan actividades de adaptación de los cultivos al cambio climático se obtienen resultados negativos para el productor. Para el caso específico del cempasúchil se obtiene flor de menor calidad que es castigada por el mercado con un menor precio o haciendo más difícil la venta”, menciona el técnico, enfatizando en que además existen factores culturales, como diversas festividades religiosas, que es necesario tomar en cuenta para brindar a los productores opciones viables. 

De acuerdo con el Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación más reciente publicado por la FAO, diversificar los cultivos ayuda también a diversificar los riesgos y reducir la vulnerabilidad a las perturbaciones y tensiones generadas por la variabilidad climática. En este sentido, es necesario seguir promoviendo la diversificación de cultivos a la vez que realizar actividades de adaptación de estos al cambio climático. 

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Alimentar el suelo para alimentar a las comunidades 

La productora Soledad Chávez Pineda muestra su cultivo de chícharo en el municipio de Magdalena Apasco, en Oaxaca, México. (Foto: Carlos Barragán/Agricultura Familiar y Agronegocios)
La productora Soledad Chávez Pineda muestra su cultivo de chícharo en el municipio de Magdalena Apasco, en Oaxaca, México. (Foto: Carlos Barragán/Agricultura Familiar y Agronegocios)

Siempre es un buen momento para dirigir los reflectores hacia la agricultura de pequeña escala, conocer las estrategias que han implementado para lograr que sus unidades de producción sigan vigentes a pesar de las condiciones adversas en las se están desarrollando. La actual crisis de fertilizantes químicos, por ejemplo, es una oportunidad para construir una agricultura más sustentable. 

El incremento en el precio de los fertilizantes —producto del conflicto entre Ucrania y Rusia, uno de los mayores productores de fertilizantes del mundo— ya ha impactado en el precio de los alimentos y está afectando la economía de muchas familias en México y otros países.

Ante este contexto, es importante conocer y difundir las diferentes alternativas que existen para hacer frente a esta crisis. El cultivo de leguminosas —por su capacidad para fijar nitrógeno—, el uso de fertilizantes orgánicos como compostas, abonos verdes, entre otros, son prácticas útiles en este sentido. 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México, en el estado de Oaxaca solo el 3% de la superficie agrícola es fertilizada con abono orgánico, pero en el Valle de Etla, donde está el municipio de Magdalena Apasco, esta cifra sube a 37%. 

¿Qué pasa con el resto de la superficie? Si se suma la fertilización orgánica y química entonces en Oaxaca el 83% de la superficie agrícola queda sin fertilizar —37% para el caso del Valle de Etla—. Esto muestra la necesidad de implementar estrategias para la recuperación y mejoramiento de la fertilidad de los suelos. 

En Magdalena Apasco, como en otros lugares de Oaxaca y del país, la elaboración y suministro de bioinsumos ha tenido un impacto bajo por diversos factores socioculturales —como la limitada disponibilidad de mano de obra y el hecho de que el 52% de los productores de maíz del estado son adultos mayores—, pero con las leguminosas ha sido el caso contrario. 

Entre las razones de este hecho está que las leguminosas, sobre todo aquellas que pueden cosecharse en verde —como los chícharos, las habas o los ejotes—, permiten que las familias generen ingresos de manera previa a la cosecha del maíz. 

Además, las leguminosas forman parte de la cultura gastronómica de muchas comunidades y, al dejar una mayor cantidad de residuos de cosecha sobre la parcela, constituyen una buena alternativa (económicamente viable) para mejorar la fertilidad del suelo porque contribuyen en el contenido de materia orgánica y al suministro de nitrógeno.