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Convocatoria Curso de acreditación en uso eficiente de fertilizantes

Los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) convocan a los profesionales en extensionismo agrícola del estado de Sonora a participar en el proceso de selección para el “curso de acreditación en uso eficiente de fertilizantes”, enfocado a los cultivos de trigo que se llevará a cabo entre la semana 21 al 24 de agosto de 2023 y del 05 al 07 de septiembre de 2023.

Convocatoria Curso de acreditación en uso eficiente de fertilizantes.
Convocatoria Curso de acreditación en uso eficiente de fertilizantes.

Da clic en la imagen para descargar la convocatoria.

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CGIAR y la empresa pública brasileña Embrapa estrechan vínculos para fortalecer su contribución a la reforma de los sistemas agroalimentarios

Brasilia/Lima, 7 de julio de 2023. Esta semana, al final de una visita de una delegación del CGIAR encabezada por el Director Regional para América Latina y el Caribe, Joaquín Lozano, a la sede de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) en Brasilia, ambas instituciones acordaron fortalecer sus vínculos para ampliar la colaboración en favor de la reforma de los sistemas agroalimentarios a través de la investigación, la tecnología y la innovación.

CGIAR y Embrapa destacaron la amplia gama de posibles sinergias y metas compartidas entre ambas instituciones y se comprometieron a establecer un mecanismo interinstitucional de colaboración estratégica, el cual se definirá y formalizará en los próximos meses.

Embrapa es una empresa pública establecida por el gobierno federal de Brasil en 1973. Tiene un impresionante historial de logros en materia de investigación agrícola e iniciativas de cooperación Sur-Sur y triangular. La visita tuvo lugar en un momento muy oportuno, solo unos meses después del inicio de nuevo gobierno de Lula y unas semanas después del nombramiento de la nueva presidenta de Embrapa, Silvia Massruhá.

La presidenta de Embrapa, Silvia Massruhá, y el Director Regional para América Latina y el Caribe del CGIAR, Joaquín Lozano. ©CGIAR

“Ella es la primera mujer que encabeza esta institución emblemática, además de ser una investigadora altamente experimentada, lo cual facilitó mucho el diálogo con ella y sus equipos. La unión de nuestras capacidades y talentos institucionales impulsará en gran medida la muy necesaria reforma de los sistemas agroalimentarios, especialmente en América Latina y el Caribe”, dijo el Director Regional para América Latina y el Caribe del CGIAR, Joaquín Lozano.

El mecanismo interinstitucional CGIAR-Embrapa les permitirá a ambas instituciones fortalecer su colaboración en áreas prioritarias comunes, algunas de las cuales ya se identificaron en la reunión: el mejoramiento del trigo tropical, la criopreservación, los bancos de germoplasma, la innovación digital, los sistemas de producción, los modelados y el análisis de datos – con la gran ambición de crear métricas e indicadores estándares – los paisajes multifuncionales y la inocuidad de los alimentos.

Ambas instituciones aclararon que esta lista no es exhaustiva y que, con el tiempo, se podrían profundizar o ampliar estas áreas de colaboración.

Las delegaciones del CGIAR y Embrapa mantuvieron fructíferos debates durante la visita. ©CGIAR

Las delegaciones del CGIAR y de Embrapa resaltaron la importancia de la cooperación Sur-Sur y triangular dentro y fuera de América Latina y el Caribe, especialmente con África. En este sentido, el CGIAR propuso aprovechar su mecanismo de Capacidades Compartidas para el Desarrollo (Capacity Sharing for Development, o Capsha).

Otra área potencial de colaboración se refiere al monitoreo y la previsión de indicadores clave de las tendencias que afectan los sistemas agroalimentarios a nivel regional y global. Con respecto a ello, el CGIAR presentó la iniciativa Visión [Foresight Initiative], una de sus iniciativas temáticas globales actuales, e invitó a la Embrapa a hacer parte de ella.

La red de investigación agropecuaria global también ofreció apoyo técnico y científico para la presidencia del G20, que Brasil ostentará en el año 2024 y para la COP 30, que el país albergará en 2025.

Embrapa y el CGIAR han sido instituciones clave en el campo de la investigación e innovación agropecuarias desde los años 1970. Durante estas décadas, ha habido acuerdos bilaterales o puntuales entre Embrapa y algunos centros del CGIAR. En 2011 se firmó un memorando de entendimiento con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT, ahora parte de la Alianza Bioversity International-CIAT), el cual se ha renovado hasta 2027. También se han realizado algunos proyectos de colaboración entre Embrapa y el Centro Internacional de la Papa (CIP) en cuestiones relativas al camote, la certificación y los bancos de semillas, el desarrollo de programas informáticos, la preservación de recursos genéticos y la gestión ambiental en la cuenca del Amazonas.

“Ahora, Embrapa y CGIAR desean ampliar su colaboración y darle un carácter más integral y sistémico. Este ha sido el motivo de la visita, la cual ha abierto nuevas posibilidades de asociación entre nuestras instituciones”, dijo Lozano.

El acuerdo previsto facilitará una cooperación más intensa entre Embrapa y los centros de investigación del CGIAR, especialmente aquellos cuyo trabajo se enfoca más en América Latina.

Los miembros de ambas delegaciones exploraron juntos las instalaciones de Embrapa. ©CGIAR

La delegación del CGIAR incluyó precisamente a representantes de los tres centros del CGIAR con sede en la región: Vania Azevedo, quien dirige el Programa Biodiversidad para el Futuro y el banco de germoplasma del CIP; Wendy Francesconi, Científica Sénior en Servicios Ecosistémicos e Impactos Ambientales en la Alianza Bioversity—CIAT; y Diego Pequeno, Científico Asociado en el Programa de Modelado de Sistemas de Cultivo de Trigo en el CIMMYT. Participó también Hector Zevallos, Asesor del Director Regional para América Latina y el Caribe del CGIAR.

La delegación de Embrapa fue encabezada por su presidenta, Silvia Massruhá y estuvo conformada por Clênio Nailto Pillon, Director de Investigación e Innovación; Maria Cleria Valadares Inglis, Directora General de Recursos Genéticos y Biotecnologí; Jorge Lemainski, Director General de Embrapa Trigo; Cristina Maria Monteiro Machado, Gerente General para Proyectos de Investigación, Desarrollo e Innovación; Sabrina Castilho Duarte, Gerente General para Cooperación en Investigación, Desarrollo e Innovación; Pedro Machado, Investigador de Embrapa Arroz y Frijol y representante de Brasil ante el Consejo del Sistema del CGIAR; Sibelle de Andrade Silva, Asesora de la Presidenta; Roselis Simonetti, represente del Director de Negocios Estragéticos; Maria Jose Amstalden Sampaio, del Departamento de Políticas Globales; y el Jefe Adjunto de Relaciones Internacionales de  Embrapa, Paulo Roberto Galerani.

“El CGIAR agradece a Embrapa y a la presidenta Massruhá su hospitalidad, la agenda sumamente productiva y los resultados alentadores de este crucial encuentro,” concluyó Joaquín Lozano.

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Ciencia para alimentar al mundo de forma sostenible

Mientras el mundo centra su atención en los debates políticos durante la pre-cumbre de esta semana de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU, es evidente la necesidad de la ciencia y la innovación para avanzar en la transformación de los sistemas alimentarios, de la tierra y del agua.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con su historial de 50 años de impacto, éxito y alto retorno de la inversión, es esencial para estos esfuerzos.

Nuestro nuevo folleto institucional, Maize and wheat science to sustainably feed the world, vincula la misión, la visión y la excelencia científica del CIMMYT con las necesidades urgentes de un mundo en el que se estima que una décima parte de la población mundial —hasta 811 millones de personas— está desnutrida.

El CIMMYT es también una fuente crucial de capacidad de respuesta para el CGIAR, la mayor organización mundial de investigación financiada con fondos públicos que busca soluciones para los desafíos de los sistemas alimentarios, de la tierra y del agua.

La ciencia del maíz y el trigo para alimentar al mundo de forma sostenible explica por qué hacemos lo que hacemos a la luz de estos desafíos.

El CIMMYT lidera la investigación sobre el maíz y el trigo para lograr sistemas alimentarios que proporcionen dietas asequibles, suficientes y saludables producidas dentro de los límites planetarios.

Nuestra investigación se centra en los pequeños agricultores de los países de ingresos bajos y medios y en la mejora de los medios de vida de las personas que viven con menos de 2 dólares al día.

La ciencia del CIMMYT llega a ellos a través de centros de innovación, tecnologías apropiadas y fuentes sostenibles, y ayuda a abordar sus necesidades y desafíos mediante la orientación de las políticas públicas.

Aplicando una ciencia de alta calidad y asociaciones sólidas, el CIMMYT trabaja por un mundo con personas más sanas y prósperas, libre de crisis alimentarias globales y con sistemas agroalimentarios más resilientes.

Vea y descargue el nuevo folleto del CIMMYT.

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La creciente necesidad de alimentos es una razón de más para promover la biodiversidad

Recent research in Southern Ethiopia found that agricultural areas with the highest tree cover also experienced the most productivity in crop, feed and fuel. (Photo: Mokhamad Edliadi/CIFOR)
Investigaciones recientes en el sur de Etiopía revelaron que las áreas agrícolas con la mayor cobertura arbórea también experimentaron la mayor productividad en cultivos, forraje y combustible. (Foto: Mokhamad Edliadi/CIFOR)

En lo profundo de los paisajes agroforestales del sur de Etiopía, donde los agricultores cultivan granos y crían ganado, ovejas, cabras y burros, los investigadores contaron más de 4 100 aves como parte de una evaluación sobre la productividad agrícola y la biodiversidad.

Los investigadores también contaron aproximadamente 4 473 árboles individuales de 52 especies de árboles en el mismo estudio, que creen que es el primero en vincular indicadores clave de biodiversidad con más de un indicador de productividad agrícola, considerando tres de los productos que las personas en las comunidades rurales valoran más: el forraje, el combustible y la comida.

Esto ha llevado a dos nuevas conclusiones importantes: alentar la biodiversidad en y alrededor de las tierras agrícolas probablemente incrementa su productividad, y que las mediciones de la productividad deben ampliarse para incluir lo que es importante para los medios de vida locales.

Con frecuencia, la productividad agrícola se mide a través de una lente muy estrecha, como el rendimiento de los cultivos por sí solo. Pero según el estudio, eso ha desatendido las perspectivas locales de lo que es realmente importante para las personas en términos de servicios ecosistémicos.

Tomemos, por ejemplo, los árboles: además de proveer potencialmente alimentos, también benefician el rendimiento de los cultivos al controlar la erosión, capturan nutrientes para el suelo a través de sus raíces, ayudan a regular el clima y proporcionan hábitats para animales e insectos, incluidos enemigos naturales como las plagas de cultivos. El estudio descubrió que, en esta región de Etiopía, la productividad agrícola era mayor en áreas con gran cobertura arbórea que en paisajes donde se habían eliminado árboles para obtener más espacio para cultivar.

«Necesitamos entender cuál sería la mejor manera de producir alimentos con consecuencias negativas mínimas para la biodiversidad», dice el investigador principal Frédéric Baudron, desafiando la suposición de intercambiar unos por otros con la fe de que la intensificación agrícola y la conservación de la biodiversidad se puedan lograr juntas.

Este estudio se produce en medio de las preocupaciones de que una creciente demanda de alimentos y combustible para servir a la creciente población mundial – la cual pretende alcanzar los 9 mil millones para 2050 – impulsará una mayor expansión e intensificación de la agricultura.

La proliferación de ambos factores causaría probablemente un daño real a los paisajes y la biodiversidad, amenazando los compuestos naturales esenciales del mundo para alimentarse, advierte Baudron. «Eso tiene serias implicaciones para la sostenibilidad de nuestro sistema global de producción de alimentos», dice. «Necesitamos la biodiversidad como un insumo esencial».

También plantea el tema de la justicia. La pérdida de biodiversidad afecta más a los millones de pequeños agricultores en los países en vías de desarrollo – que constituyen la mayoría de los agricultores en todo el mundo – porque dependen casi exclusivamente de los servicios de los ecosistemas, y no de insumos externos para la producción. Y la producción comestible resultante es crucial para todos; según las estadísticas de la FAO, las granjas familiares producen más del 80 % de los alimentos del mundo en términos de valor.

Baudron afirma que los hallazgos del estudio influyen en la forma en que las granjas familiares pequeñas deben gestionarse mediante políticas y en los principales esfuerzos de restauración, dado que la ubicación y configuración de los árboles tiene implicaciones enormes para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que brinda.

En otras palabras, la biodiversidad no debería ser una ventaja de los paisajes productivos. El estudio sugiere que los paisajes productivos deben diseñarse para aprovechar al máximo todos los servicios proporcionados por la biodiversidad.

El trabajo fue parte del “Proyecto de Cambio Agrario”, con fondos del Ministerio de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID por sus siglas en inglés), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en ingles) y el Programa de Investigación sobre el Trigo del CGIAR.

Este artículo fue publicado originalmente en Landscapes News. Este contenido está bajo la licencia de Creative Commons Attribution-Non Commercial-Share Alike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0). Esto significa que tiene la libertad de redistribuir nuestro material para fines no comerciales, siempre que otorgue el crédito apropiado a Landscapes News y enlace al contenido original a Landscapes News, indique si se realizaron cambios y distribuya sus contribuciones bajo la misma licencia de Creative Commons. Debe notificar a Landscapes News si vuelve a publicar, reimprimir o reutilizar nuestros materiales comunicándose con g.lipton@cgiar.org

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Reportaje fotográfico: Mujeres indígenas en India encuentran valor en el cultivo de maíz

Women applying required fertilizer along the tracks of seed drill. (Photo: Wasim Iftikar)
Mujeres aplicando el abono requerido a lo largo de la siembra. (Foto: Wasim Iftikar)

El maíz es un cultivo básico que requiere una cantidad limitada de agua e insumos, y genera ganancias para los agricultores gracias a su creciente demanda como alimento. Las mujeres agricultoras adivasi en el estado de Odisha, India, están aumentando sus rendimientos mediante la aplicación de tecnologías de intensificación mejoradas.

La Iniciativa de Sistemas de Cereales para el Sur de Asia (CSISA por sus siglas en inglés) liderada por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), brinda apoyo técnico a la Asociación para Iniciativas de Desarrollo, que implementa el Programa de Empoderamiento y Mejora de los Medios de Vida del Grupo Tribal Primitivo de Odisha (OPELIP por sus siglas en inglés) y el Departamento de Agricultura del Estado de Odisha, Gudugudia en el distrito de Mayurbhanj.

«El apoyo técnico de CSISA a las mujeres, centrado en mejorar las técnicas de cultivo de maíz, ayudó a las mujeres a mejorar su comprensión, capacidad y rendimientos», dijo Wasim Iftikar, investigador asociado del CIMMYT. Los híbridos mejorados de maíz, las técnicas de manejo preciso de nutrientes y las prácticas mejoradas de manejo de malezas han ayudado a las mujeres a aumentar sus rendimientos. Este año, el grupo cosechó más de 3 300 kg en siete acres de tierra.

“Nunca pensamos que podríamos ganar dinero y apoyar a nuestras familias a través del cultivo del maíz. Esto es una revelación para nosotras. Estamos planeando aumentar el área de cultivo de maíz y convenceremos a nuestros familiares y otras mujeres a unirse a nosotros», dice la agricultora Joubani Dehuri.

Para ver un ensayo fotográfico que reconoce a estas mujeres y su trabajo en el Día Internacional de la Mujer 2019, haga clic aquí: https://adobe.ly/2ED9sns

La Iniciativa de Sistemas de Cereales para el Sur de Asia (CSISA por sus siglas en inglés) es una iniciativa regional para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo basados en cereales, mejorando así la seguridad alimentaria y los medios de vida de los agricultores en Bangladesh, India y Nepal. CSISA trabaja con socios colaboradores públicos y privados para apoyar la adopción generalizada de tecnologías y prácticas agrícolas que conservan los recursos y son resilientes al clima. La iniciativa está liderada por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y es implementada conjuntamente por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI por sus siglas en inglés) y el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI por sus siglas en inglés). Es financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) y la Fundación Bill & Melinda Gates.

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Semillas híbridas tolerantes a la sequía ayudan a los agricultores a aplazar el hambre

MACHAKOS, Kenia (CIMMYT) – El calor abrasador no impide que Mary Munini, una pequeña agricultora de mediana edad en Vyulya, condado de Machakos, inspeccione su cultivo de maíz afectado. Rastros de preocupación nublan su rostro. «No cosecharé nada esta temporada», dice visiblemente abatida.

Al igual que muchos otros pequeños agricultores que se extienden a través de los condados de Machakos, Makueni y Kitui, los cuales se encuentran bajo estrés hídrico, en la región oriental más baja de Kenia, Munini está observando una pérdida masiva de cultivos. Los períodos secos prolongados han amenazado durante años la seguridad alimentaria y los medios de vida de muchas familias rurales de la región que dependen totalmente de la lluvia para su producción agrícola. Aquí, la mayoría de los pequeños agricultores suelen plantar semillas de maíz almacenadas en granjas, que carecen de los atributos para tolerar sequías severas, calor extremo o estrés hídrico. Bajo tales condiciones, los agricultores difícilmente pueden cosechar cualquier maíz.

“Al comienzo de la siembra tuvimos un poco de lluvia, pero desde entonces, no hemos tenido más. Como puede ver, mi maíz no pudo soportar el período prolongado de sequía”, dice Munini. Como ella, más del 80 % de los kenianos dependen del maíz como su principal alimento básico para satisfacer sus necesidades dietéticas, especialmente en las zonas rurales.

Mary Munini, a smallholder farmer in Vyulya, in Kenya’s Machakos County, inspects her maize crop. She planted the farm-saved seed, which does not tolerate drought or severe heat, so she is expecting a massive crop loss this season. (Photo: Joshua Masinde/CIMMYT)
Mary Munini, una pequeña agricultora en Vyulya, en el condado de Machakos, Kenia, inspecciona su cosecha de maíz. Plantó la semilla almacenada en granja, la cual no tolera la sequía ni el calor intenso, por lo que espera una pérdida masiva de cultivos esta temporada. (Foto: Joshua Masinde/CIMMYT)

En una granja vecina, la situación es diferente. El propietario, Gitau Gichuru, sembró el híbrido SAWA, una variedad mejorada de semillas de maíz diseñada para soportar las condiciones de sequía. Esta variedad fue desarrollada por científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y promovida para agricultores de Kenia por Dryland Seed, una compañía local de semillas. Esta iniciativa para mejorar la resiliencia climática de los agricultores de maíz en la región fue posible gracias al apoyo de la Fundación Bill & Melinda Gates en el marco del proyecto de Maíz Tolerante al Estrés para África (STMA por sus siglas en inglés). De acuerdo con el gerente de Dryland Seed, Ngila Kimotho, el híbrido SAWA puede generar, con las prácticas agronómicas adecuadas, una ventaja de rendimiento de hasta el 20 % en comparación con otros híbridos populares tolerantes a la sequía.

“Esta variedad se ha vuelto tan popular en esta región que hemos decidido convertirla en nuestra marca principal. Hay ocasiones en que la demanda es tan alta que nos quedamos sin existencias», dice Kimotho.

Farmer Gitau Gichuru (right) shows maize from his farm to CIMMYT’s regional representative for Africa, Stephen Mugo. Gichuru planted SAWA hybrid maize, developed by CIMMYT scientists. (Photo: Joshua Masinde/CIMMYT)
El agricultor Gitau Gichuru (a la derecha) muestra el maíz de su granja al representante regional del CIMMYT para África, Stephen Mugo. Gichuru sembró maíz híbrido SAWA, desarrollado por científicos del CIMMYT. (Foto: Joshua Masinde/CIMMYT)

Cosechando beneficios

La compañía distribuye semillas mejoradas a través de una red de alrededor de 100 distribuidores agrícolas en Kenia. Una de las formas más efectivas de promover híbridos tolerantes a la sequía, como SAWA, es en las parcelas de demostración administradas por agricultores líderes, quienes pueden mostrar a sus pares el desempeño del híbrido según las prácticas agronómicas recomendadas. La mayoría de las parcelas de demostración están ubicadas junto a la carretera para que los usuarios tengan una mejor visibilidad del producto, y son frecuentemente quienes se detienen y preguntan sobre el cultivo de maíz que se ve saludable. Los días de campo también han tenido el efecto positivo de crear conciencia y lograr que los agricultores adopten el híbrido SAWA y otras variedades de semillas mejoradas. Los agricultores que asisten a las jornadas de campo generalmente reciben pequeños paquetes de semillas como muestras para probar en sus fincas.

Gichuru, quien plantó la semilla de maíz híbrido SAWA por primera vez la temporada pasada, está contento con los resultados. “Decidí probarlo en una porción de la tierra que es arenosa. Hemos tenido poca lluvia, dos veces más o menos, una al momento de la siembra y otra durante el estado vegetativo. Siendo honesto, no esperaba que la cosecha se convirtiera en nada. Pero, como pueden ver, estoy esperando una buena cosecha”, dice Gichuru.

The managing director of Dryland Seed, Ngila Kimotho (left), shows packages of SAWA maize seeds at the company’s office. (Photo: Jerome Bossuet/CIMMYT)
El gerente de Dryland Seed, Ngila Kimotho (a la izquierda), muestra paquetes de semillas de maíz SAWA en la oficina de la compañía. (Foto: Jerome Bossuet/CIMMYT)

Doris Muia, madre de tres hijos que ha plantado el híbrido durante dos años en su granja, está feliz con el resultado. Menciona que a su hogar nunca le faltarán alimentos y espera obtener ingresos adicionales por la venta de los excedentes de maíz.

«Cuando vemos cómo las variedades que hemos desarrollado, como el híbrido SAWA, están poniendo sonrisas en los rostros de los agricultores, nos hace muy felices», expresa Stephen Mugo, Representante Regional del CIMMYT para África.

Sin embargo, para algunos agricultores es difícil reunir el dinero para comprar variedades mejoradas de semillas. El poco ingreso que Munini obtiene de su pequeña tienda se destina a apoyar la educación de sus hijos y a menudo no le queda nada para comprar variedades mejoradas de semillas híbridas, a pesar de estar al tanto de las ventajas. En otros casos, algunos agricultores compran pequeñas porciones de la variedad de maíz mejorada y la mezclan con semillas almacenadas en granja o semillas de baja calidad provenientes de fuentes informales.

“La expectativa es que, si una variedad sucumbe a la sequía o al calor severo, la siguiente variedad puede sobrevivir. Sin embargo, con prácticas agrícolas adecuadas, los híbridos como SAWA pueden hacer frente al estrés climático, mejorando así los medios de vida de los pequeños agricultores y la seguridad alimentaria», concluye Mugo.

Doris Muia shows how well SAWA maize is doing at her farm, despite limited rainfall. (Photo: Joshua Masinde/CIMMYT)
Doris Muia muestra qué tan bien le está yendo al maíz SAWA en su granja a pesar de las escasas lluvias. (Foto: Joshua Masinde/CIMMYT)

El proyecto Maíz Tolerante al Estrés para África (STMA por sus siglas en inglés) busca desarrollar cultivares de maíz con tolerancia y resistencia a estreses múltiples para los agricultores, y apoyar a las compañías locales de semillas para que produzcan semillas de estos cultivares a gran escala. El proyecto STMA pretende desarrollar una nueva generación de más de 70 variedades mejoradas de maíz tolerantes al estrés, y facilitar la producción y el uso de más de 54 000 toneladas métricas de semillas certificadas.

El proyecto STMA está financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés).

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Semilla de emergencia ayuda a los agricultores a recuperarse de la sequía en Etiopía

Un trabajador ralea una parcela de producción de semilla de trigo. Foto: CIMMYT/A.Habtamu.
Un trabajador ralea una parcela de producción de semilla de trigo. Foto: CIMMYT/A.Habtamu.

En respuesta a la peor sequía que ha padecido Etiopía en 50 años y en vista de la gran escasez de semilla de maíz y de trigo para la siembra de 2016, las organizaciones y los productores de semilla en Etiopía y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) colaboraron para entregar a los agricultores más de 3,400 toneladas de semilla de alta calidad que se sembraron en más de 100,300 hectáreas.

“No tuvimos lluvia en tres años”, relata el agricultor Usman Kadir, cuya finca de 1.5 ha en el poblado de Wanjo Bebele en la Woreda Especial Halaba mantiene a 11 personas. “Pudimos comer gracias a los programas alimentarios de emergencia”. En 2017, Kadir sembró semilla de maíz donada por programas de emergencia en media hectárea y cosechó 3 toneladas, con lo cual su finca volvió a funcionar. “Si llegan más variedades mejoradas nuevas, queremos trabajar con ustedes y expandir nuestros campos”.

Con financiamiento de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Oficina de Asistencia para Desastres en el Exterior (OFDA) de la misión de EUA en Etiopía, se proporcionó semilla de emergencia para complementar la asistencia alimentaria internacional y nacional, a fin de ayudar a las familias de los productores a recuperar sus cultivos con rapidez después de varios ciclos de lluvia errática o sin lluvia en Etiopía, y de las desastrosas sequías provocadas por el fenómeno de El Niño en 2015 y 2016. En aquel momento, más de 10 millones de personas tuvieron que batallar para obtener alimentos, ya que en el oriente de Etiopía se perdieron de 50 a 90% de los rendimientos esperados.

“Este esfuerzo ayudó a rescatar la seguridad alimentaria y los medios de vida de más de 271,000 familias rurales y de 1.6 millones de personas en las regiones de Amhara, Oromia, Tigray y SNNP en Etiopía; además, fortaleció los sistemas de semilla, lo cual nos permitirá enfrentar las crisis climáticas, las enfermedades y las plagas que surgirán en el futuro”, señaló Bekele Abeyo, científico de trigo del CIMMYT que lideró esta iniciativa de auxilio en materia de semilla.

Los agricultores siembran variedades de maíz y de trigo que son apropiadas para zonas afectadas por la sequía o enfermedades. Foto: CIMMYT/ A. Habtamu
Los agricultores siembran variedades de maíz y de trigo que son apropiadas para zonas afectadas por la sequía o enfermedades. Foto: CIMMYT/ A. Habtamu

El trigo y el maíz: Pilares de la seguridad alimentaria

La agricultura genera 42% del PIB, 77% de los empleos y 84% de las exportaciones de Etiopía. En ese país predominan los pequeños agricultores de subsistencia que se ganan la vida con menos de dos hectáreas de tierra. El trigo y el maíz son los cultivos más importantes para la seguridad alimentaria y también son esenciales para los cada vez más dinámicos mercados de productos agrícolas de Etiopía. Además, en años recientes, se han hecho inversiones públicas orientadas a incrementar la producción nacional de los dos cultivos.

En Etiopía, la producción de maíz y de trigo depende de la lluvia, razón por la cual el impredecible clima causado por el cambio climático es extremadamente perjudicial en este país. Según varios estudios, los ingresos de los agricultores se reducirán en un promedio de 30% debido a los impactos del cambio climático, como las temperaturas extremas, las lluvias excesivas o escasas (inundaciones, sequía) y el surgimiento de nuevas razas de plagas y enfermedades. La investigación indica que los rendimientos de trigo ya están siendo afectados por la reducción de la lluvia.

Para tratar de resolver estos problemas, los expertos han identificado variedades de maíz y de trigo que son apropiadas para las zonas afectadas por la sequía y muy resistentes a las enfermedades prevalecientes. Cerca del 10% de esas variedades de maíz son maíz con calidad de proteína, el cual contiene altos niveles de los aminoácidos esenciales que el ser humano necesita para sintetizar las proteínas.

“Este esfuerzo también ha proporcionado a los agentes de desarrollo de los distritos y zonas, capacitación en materia de protección de cultivos, agronomía, prácticas que mitigan la sequía y sistemas de producción de semilla”, señala Abeyo. “Finalmente, gracias esta iniciativa, cinco asociaciones de mujeres productoras de semilla recibieron trilladoras de semilla de trigo y un sindicato grande de cooperativas productoras de semilla recibieron una desgranadora de maíz. Ese equipo acelerará sus operaciones enormemente y en el futuro contribuirá a dar a los productores un acceso mayor y más confiable a semilla de alta calidad a precios accesibles”.

Colaboradores y contribuidores

La semilla de emergencia fue obtenida mediante los diversos colaboradores del CIMMYT, incluidos los productores del proyecto Distribución de Semilla de Maíz Tolerante a la Sequía para África  (DTMASS) y la Iniciativa para la Distribución de Semilla de Trigo. Los colaboradores que participaron incluyeron el Ministerio de Agricultura y Recursos Naturales (MoANR), el Buró de Agricultura y Recursos Naturales (BoANR), companías y empresas semilleras públicas y privadas, sindicatos cooperativos de agricultores, institutos de investigación federales y regionales y organizaciones no gubernamentales que trabajan en las zonas objetivo. La Agencia de Transformación Agrícola (ATA) de Etiopía, con financiamiento de la Fundación Bill & Melinda Gates, ayudó a entregar semilla a los distritos afectados por la sequía y, juntos, organizaron cursos y talleres de capacitación.

Haga clic aquí para leer el informe completo de la iniciativa para aliviar la falta de semilla.

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Nuevo híbrido de maíz muestra resistencia al barrenador del tallo en el sur de África

Nontoko Mgudlwa, a smallholder farmer who planted TELA maize for the first time since its release in South Africa. Photo: B.Wawa/CIMMYT
Nontoko Mgudlwa, una pequeña agricultora que sembró maíz TELA por primera vez desde que éste fue liberado en Sudáfrica. Foto: B.Wawa/CIMMYT

Provincia Oriental del Cabo, Sudáfrica (CIMMYT) – Los pequeños agricultores de Sudáfrica ya pueden adquirir y sembrar nuevas variedades de maíz con resistencia transgénica al barrenador del tallo, la plaga más perjudicial del maíz.

Colaboradores del proyecto Maíz Eficiente en el Uso del Agua para África (WEMA) –una iniciativa público-privada de fitomejoramiento que ayuda a los agricultores a contrarrestar los efectos de la sequía y la infestación del barrenador del tallo en África– generaron semilla de maíz modificada genéticamente bajo el nombre de “TELA”, que fue liberada y cedida, sin pago de regalías, a compañías semilleras sudafricanas que la venden a los agricultores a precio accesible.

TELA (palabra derivada del latín Tutela, que significa “protección”) contiene un gen de la bacteria Bacillus thurigiensis (Bt) que ayuda al maíz a resistir el daño causado por importantes barrenadores del tallo, con lo cual los agricultores obtienen mejores rendimientos. Cinco compañías semilleras –Capstone, Jermat, Monsanto, SeedCo y Klein Karoo– están vendiendo la semilla a los pequeños productores.

El proyecto WEMA ayuda a los pequeños agricultores a enfrentar dos de sus grandes problemas, gracias a los híbridos de maíz resistentes a insectos y tolerantes a sequía. Participan en WEMA colaboradores de los sectores público y privado, como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Monsanto y cinco organizaciones nacionales de investigación agrícola de Kenia, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania y Uganda, coordinados por la Fundación Africana de Tecnología Agrícola (AATF).

En los países en desarrollo, los barrenadores del tallo causan pérdidas a la producción de maíz en cerca de 30 millones de hectáreas, ya que se alimentan principalmente de las hojas, los tallos y las mazorcas, y esto reduce drásticamente el rendimiento de grano.

En África oriental y austral, dos barrenadores –Busseola fusca y Chilo partellus– son las plagas más perjudiciales. En Sudáfrica, se reportan pérdidas anuales de rendimiento de maíz de entre 10 y 75%. Las pérdidas de rendimiento de maíz y sorgo como resultado de la infestación de Chilo partellus son de más del 50%.

Durante el último ciclo de producción de 2016, Nontoko Mgudlwa fue una de las pequeñas agricultoras elegidas para participar en un ensayo del híbrido de maíz TELA.

“Nuestro agente de extensión me dio un paquetito de TELA, y la sembré en esta pequeña parcela el 9 de diciembre de 2016″, relata Mgudlwa. “No hay espacio suficiente en la parcela para, además, sembrar mi maíz criollo, pero estoy contenta al ver que el híbrido está creciendo bien, pese a que en las plantas de los bordos se notan los estragos que causan los barrenadores del tallo”, continúa Mgudlwa, y señala las plantas severamente dañadas que fueron sembradas con semilla refugio como grupo de control junto a TELA.

TELA maize (left) in Mgudlwa’s farm showed good resistance to stem borer infestation, whereas plants in the refuge plot of non-TELA maize on the same farm show the shot holes typical of stem borer feeding. Photo: B.Wawa/CIMMYT
El maíz TELA (izquierda) en la finca de Mgudlwa mostró buena resistencia a la infestación de barrenador del tallo, en tanto que las plantas de la parcela refugio de maíz no TELA en la misma finca muestran las típicas perforaciones que hace el barrenador al alimentarse. Foto: B.Wawa/CIMMYT

A los agricultores que establecieron ensayos se les entregó un paquete de dos kilogramos de maíz TELA como parte de las demostraciones para dar a conocer la variedad y ayudar a los agricultores a evaluar su comportamiento. El paquete contenía también un sobrecito de semilla de maíz no Bt llamada semilla refugio que se siembra en la orilla de la parcela principal. Este maíz no Bt brinda protección que permite que los barrenadores susceptibles sobrevivan y por tanto retarda el surgimiento o propagación de barrenadores capaces de vencer la resistencia del maíz Bt.

En el lugar donde vive Mgudlwa, en Nqatu Great Palace, son frecuentes las infestaciones de barrenadores, que la mayoría de los agricultores controlan con insecticidas. Como parte de este ensayo, Mgudlwa no aplicó químicos, pese a la fuerte invasión de las plagas en su finca y los grandes estragos que causaron en el cultivo refugio.

“Es sumamente importante que los agricultores entiendan las condiciones y el procedimiento para sembrar maíz TELA y la semilla refugio que se encuentra en una bolsita dentro del paquete de semilla TELA”, advierte Kingston Mashagaidze, coordinador del proyecto WEMA en Sudáfrica. “Los extensionistas han recibido capacitación para sembrar TELA y semilla refugio, y, por tanto, pueden ayudar a los agricultores a sembrar el maíz de manera correcta”.

Recientemente, en Mozambique, así como en Kenia, Tanzania y Uganda, se establecieron ensayos confinados en campo (CFT) de maíz modificado genéticamente. Los CFT son importantes para generar datos del comportamiento del maíz Bt y de los híbridos convencionales comerciales infestados con barrenadores del tallo y así respaldar la solicitud de liberación de híbridos TELA en los otros cuatro países que abarca WEMA.

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Maíz: De México para el mundo

Scientists agree maize originated in Mexico thousands of years ago. CIMMYT/ Peter Lowe
Los científicos están de acuerdo en que el maíz se originó en México hace miles de años. CIMMYT/ Peter Lowe

EL BATÁN, México (CIMMYT) – Para los mexicanos, el maíz está entrelazado con su vida, su historia y sus tradiciones. No es solo un cultivo, sino el centro de su identidad.

Incluso hoy en día, pese a las políticas económicas que han ocasionado que México importe más del 33% del maíz que consume, la producción de este cereal sigue estando estrechamente ligada a las tradiciones y la cultura de las comunidades rurales. Además, la producción y los precios del maíz son importantes tanto para la seguridad alimentaria como para la estabilidad política en México.

El maíz, uno de los más grandes logros agronómicos de la humanidad, es el cultivo que más se produce en el mundo. De acuerdo con la científica sénior Denise E. Costich, jefa del banco de germoplasma del CIMMYT, existe un amplio consenso científico en cuanto a que el maíz es originario de México, donde existe una extensa diversidad de variedades que han evolucionado durante miles de años de domesticación.

Maize is entwined in the history and traditions of Mexico. Artwork by Marcelo Ortiz
El maíz está ligado a la historia y las tradiciones de México. Ilustración de Marcelo Ortiz

El milagro del nacimiento del maíz es tema de amplio debate entre científicos, quienes sin embargo coinciden en que el teosintle, un tipo de gramínea, es uno de sus ancestros genéticos. Lo que es único es que la evolución del maíz se dio gracias a la intervención de los agricultores. Los antiguos agricultores mesoamericanos se dieron cuenta de que cierta mutación del teosinte era comestible y guardaban la semilla de sus mejores mazorcas para sembrarla en el siguiente ciclo. Después de generaciones de mejoramiento selectivo influenciado por las distintas preferencias de los agricultores y por diferentes climas y puntos geográficos, el maíz evolucionó para convertirse en una especie llena de diversidad.

El término maíz se deriva de mahiz, antigua palabra taina (lenguaje arahuacano ahora extinto) de los pueblos indígenas de la América precolombina. Pruebas arqueológicas indican que el maíz era el alimento básico de las antiguas civilizaciones maya, azteca y olmeca de México, y su cultivo más venerado.

El Popol Vuh, libro maya de la Creación, dice que los Creadores formaron a los humanos con maíz blanco que estaba oculto en una montaña debajo de una roca inamovible. Para acceder a él, el dios de la lluvia abrió una grieta en la roca utilizando un rayo en forma de hacha. El rayo quemó parte del maíz y esto dio origen a los otros tres colores de grano: amarillo, negro y rojo. Los Creadores tomaron el grano, lo molieron y con la masa formaron al ser humano.

Existen muchas leyendas mesoamericanas en torno al maíz, cuya imagen aparece en las artesanías, murales y jeroglíficos de la región. Los mayas incluso oraban a los dioses del maíz para obtener abundantes cosechas. Por ejemplo, la cabeza tonsurada de una de sus deidades representa una mazorca de maíz que tiene una pequeña cresta de pelo que representa la espiga del maíz; también había un dios de las hojas del maíz que representaba un elote tierno y verde.

El maíz fue el alimento básico de los antiguos habitantes de Mesoamérica, tanto nobles como plebeyos. Incluso idearon una forma de procesarlo para mejorar su calidad: la nixtamalización. Esta es una palabra náhuatl que indica el proceso que consiste en cocer el maíz con agua y cal o ceniza. El maíz nixtamalizado se muele más fácilmente y tiene mayor valor nutritivo, ya que este proceso aumenta la biodisponibilidad de la vitamina B3 y reduce las micotoxinas. La nixtamalización se sigue utilizando hoy en día y el CIMMYT está promoviendo esta técnica en África para combatir la deficiencia de nutrientes.

Los híbridos de maíz blanco en México han sido mejorados para hacer tortillas con buena calidad industrial y buen sabor. Sin embargo, muchos mexicanos consideran que las tortillas de variedades criollas (variedades de maíz nativas) son el estándar de excelencia en calidad. “Muchos agricultores, incluso los que siembran maíz híbrido para vender, siguen sembrando pequeñas parcelas de maíz criollo para consumo doméstico”, señala Martha Willcox, coordinadora del programa de mejoramiento de variedades criollas de maíz del CIMMYT. “Sin embargo, a medida que la gente emigra y abandona sus parcelas y el número de hectáreas sembradas con variedades criollas disminuye, la biodiversidad del maíz se ve afectada”.

Women representing four generations from a maize farming family in Chiapas, Mexico. CIMMYT/ Peter Lowe
Cuatro generaciones de mujeres de una familia productora de maíz en Chiapas, México. CIMMYT/ Peter Lowe

La diversidad: corazón del maíz mexicano
La gran diversidad de maíz en México se debe a la diversidad geográfica y cultural del país. Los antiguos agricultores seleccionaban el mejor maíz para sus ambientes y usos específicos y, como resultado, se generaron distintas variedades de maíz, señala Costich. Actualmente se tienen registradas 59 variedades criollas mexicanas únicas.

Los antiguos productores de maíz notaron que no todas las plantas eran iguales. Algunas crecían más que otras, algunos granos tenían mejor sabor o era más fácil molerlos. Al guardar y sembrar semilla de las plantas que tenían las mejores características, los agricultores influyeron en la evolución del maíz.

Las variedades criollas también están adaptadas a diferentes condiciones ambientales (diferentes tipos de suelo, temperatura, altitud y condiciones hídricas).

“La selección para mejorar el sabor y la textura, facilitar la preparación, obtener colores específicos y generar maices para usos ceremoniales, todos tuvieron un papel en la evolución de diferentes variedades criollas”, explica Costich. “La diversidad genética del maíz es única y debe ser protegida para asegurar la supervivencia de la especie y permitir que se sigan mejorando variedades, y así poder enfrentar los efectos del clima cambiante en todo el mundo”.

“Los organismos no evolucionan si no hay variación genética y heredable que permita la selección natural. De igual manera, los mejoradores no pueden seleccionar las mejores variedades de cultivos, si no hay diversidad con la que puedan trabajar”, agrega.

Willcox está de acuerdo en que la diversidad del maíz tiene que ser protegida. “Esto va más allá de la alimentación; si se pierde diversidad, se pierde parte de la identidad y de las tradiciones de la civilización. Las variedades criollas son el sostén de la agricultura rural en México, y una tradición en la gastronomía y las ceremonias, así como un impulsor de la economía mediante el turismo. Tienen que ser preservadas”, enfatiza.

A CIMMYT staff member at work in the maize active collection in the Wellhausen-Anderson Plant Genetic Resources Center. CIMMYT/Xochiquetzal Fonseca
Empleado del CIMMYT que trabaja en la colección activa de maíz en el Centro de Recursos Fitogenéticos Wellhausen-Anderson. CIMMYT/Xochiquetzal Fonseca

La colección mexicana preserva la diversidad del maíz
La Oficina de Estudios Especial, precursora del CIMMYT financiada por la Fundación Rockefeller, ayudó a preservar las variedades criollas mexicanas en los años cuarenta, cuando empezó a formar la colección de germoplasma de maíz como parte de un proyecto con el gobierno de México. Para 1947, la colección comprendía 2,000 accesiones. Con el fin de organizarlas, científicos liderados por Mario Gutiérrez y Efraim Hernández Xolocotzi hicieron un dibujo de México sobre el cual colocaron mazorcas de maíz en los sitios donde fueron recolectadas. Esto reveló una variedad de patrones entre las variedades de maíz. Este gran avance permitió al equipo de científicos codificar las variedades de maíz por primera vez.

Willcox dice que el mejoramiento en finca que durante años realizaron generaciones de agricultores mexicanos que formaron y preservaron la diversidad del maíz y sus tradiciones culinarias y culturales es la razón de que hoy en día existan tantas variedades criollas.

“La diversidad preservada en los campos de los agricultores complementa la colección del banco de germoplasma del CIMMYT, porque esas poblaciones de maíz son de mayor tamaño y poseen más diversidad de la que se puede conservar en un banco de germoplasma; además, son objeto de selección continua en condiciones climáticas cambiantes”, agrega.

Hoy en día, el banco de germoplasma del CIMMYT conserva más de 28,000 colecciones únicas de semilla de maíz y especies emparentadas provenientes de 88 países.

“Estas colecciones, que representan y resguardan la diversidad genética única de las variedades nativas y sus parientes silvestres, son conservadas en almacenamiento a largo plazo”, explica Costich. “Las colecciones son estudiadas por el CIMMYT y sirven como fuente de diversidad para mejorar características como la tolerancia al calor y la sequía, resistencia a enfermedades y plagas, y para mejorar el rendimiento y la calidad del grano.”

La colección de germoplasma de maíz del CIMMYT protege la diversidad en beneficio de la humanidad y está a disposición de científicos e instituciones de investigación y desarrollo de todo el mundo, sin costo, en apoyo a la evolución del maíz y para garantizar la seguridad alimentaria.

Examples of some of the 59 native Mexican maize landraces. Photo courtesy of CIMMYT Maize Germplasm Bank
Ejemplos de algunas de las 59 variedades criollas de maíz de México. Foto cortesía del banco de germoplasma de maíz del CIMMYT.
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Campaña «A Grain a Day»

La campaña A Grain a Day (un grano al día) nos brinda la oportunidad de esclarecer el importante papel del maíz y el trigo en la nutrición, y también de apreciar su valor en nuestra alimentación. Según datos de las agencias alimentarias de las Naciones Unidas, se estima que, a nivel global, existen 800 millones de personas que no tienen alimentos suficientes para estar sanos y llevar una vida activa, y que más de 2,000 millones padecen desnutrición o «hambre oculta». Algunas medidas a las que podemos recurrir para asegurarnos de ingerir una dosis apropiada de micronutrientes son diversificar nuestra dieta; recibir educación en nutrición; tomar suplementos; y consumir productos biofortificados. Científicos del CIMMYT hacen uso de la biofortificación para aumentar el contenido de provitamina A y zinc en el maíz y de hierro y zinc en el trigo.

Recetas

Únase a la campaña A Grain a Day . Solo tiene que mandarnos su receta favorita a base de maíz o trigo. Incluiremos las recetas más originales en nuestro sitio web y las incluiremos en nuestro recetario “A Grain a Day”, que será publicado en el verano.
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vitamin-a-orange-maize.jpg#grainaday

Vitamin A Orange Maize: A partnership between Agriculture and Nutrition Bears Fruit

By Yassir Islam, Guest blogger from HarvestPlus
One of the fruits of the partnership between agricultural scientists and nutritionists were the world’s first “orange” maize varieties rich in vitamin A. This ‘orange’ vitamin A maize has been conventionally bred to provide higher levels of provitamin A carotenoids, a naturally occurring plant pigment also found in many orange foods such as mangoes, carrots and pumpkins, that the body then converts into vitamin A.

Biohappiness: A happy farmer grows ZincShakti wheat on his farm in Uttar Pradesh, India. Photos: Nirmal Seeds, India#grainaday

Farmers in India embrace high-zinc
wheat for its nutritional benefit

By Velu GovindanUndernourishment affects some 795 million people worldwide – more than one out of every nine people do not get enough food to lead a healthy, active lifestyle, according to the U.N. Food and Agriculture Organization (FAO).

nutrition article#grainaday

Combatting hidden hunger is key to boosting good nutrition

By Martin Kropff, CIMMYT Director GeneralThere are certain things that all human beings need to survive and food is one of them. Aside from food as a biological necessity, it is also a complex cultural product shaped by agriculture, climate, geography and the pursuit of pleasure.

Un Grano al Día

“A Grain a Day” is an opportunity to shed light on the important role maize and wheat play in global nutrition and to celebrate the dietary value of these food staples. Globally, an estimated 800 million people do not get enough food to eat and more than 2 billion suffer from micronutrient deficiency, or “hidden hunger,” according to U.N. food agencies. Measures to ensure an adequate supply of vital micronutrients include: diet diversification, nutritional education, supplementation and biofortification. Scientists at the International Maize and Wheat Improvement Center (CIMMYT) are using biofortification to boost pro-vitamin A and zinc levels in maize and iron and zinc concentrations in wheat.
You can join in the campaign by sending us your favorite wheat or maize-based recipe. We’ll feature original recipes on this page and in our “A Grain a Day” cookbook to be published this summer.

Recetas

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