Ceremonia de entrega de doctorado Honorio Causa al doctor Bram Govaerts de CIMMYT. (Foto: BISA)
Ceremonia de entrega de doctorado Honorio Causa al doctor Bram Govaerts de CIMMYT. (Foto: Richa Puri / BISA)
En una ceremonia solemne celebrada en la Universidad de Agricultura y Tecnología Chandra Shekhar Azad (CSA) en Kanpur, India, el doctor Bram Govaerts, Director General del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), recibió el título honorífico de Doctorado Honoris Causa. Este galardón no solo reconoce la destacada trayectoria de Govaerts, sino que resalta el trabajo innovador y colaborativo del CIMMYT en pro de la seguridad alimentaria global, un esfuerzo conjunto que impacta a millones de agricultores y comunidades en todo el mundo.
Al recibir el reconocimiento, Govaerts dedicó el premio a todos aquellos que conforman el CIMMYT, subrayando que “este honor es un testimonio del trabajo incansable de mis colegas y colaboradores en el CIMMYT, quienes, a través de la ciencia y la innovación, están contribuyendo a la seguridad alimentaria y nutricional de regiones clave como India y el sur de Asia”. En sus palabras, este Doctorado Honoris Causa es un reflejo del compromiso global del CIMMYT y de México en la lucha por enfrentar los desafíos climáticos y agrícolas que ponen en riesgo la producción de alimentos.
El reconocimiento también pone en relieve la profunda relación entre México e India en el ámbito agrícola, una colaboración que ha sido clave para salvar millones de vidas. Este vínculo se remonta a la Revolución Verde, liderada por el doctor Norman Borlaug, quien introdujo variedades de trigo desarrolladas en México que permitieron a India duplicar su producción agrícola y combatir una hambruna devastadora en los años sesenta.
Ceremonia de entrega de doctorado Honorio Causa al doctor Bram Govaerts de CIMMYT. (Foto: Richa Puri / BISA)
Hoy en día, el CIMMYT sigue siendo un aliado fundamental de India en el desarrollo de variedades de maíz y trigo resistentes a las condiciones climáticas extremas y en la promoción de prácticas agrícolas sostenibles. El Instituto Borlaug para Asia Meridional (BISA), creado en 2011 como resultado de una colaboración entre el CIMMYT y el Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR), es una clara muestra de los avances logrados gracias a esta cooperación internacional. BISA ha contribuido significativamente al fortalecimiento de los sistemas agroalimentarios en India, impactando positivamente en la vida de millones de agricultores y promoviendo la rehabilitación ambiental en la región.
Además de los lazos comerciales, la colaboración científica entre México e India ha sido un pilar en la mejora de los sistemas agrícolas de ambos países. India, el segundo país más poblado del mundo, enfrenta grandes desafíos en la producción de alimentos, muchos de los cuales se asemejan a los problemas que enfrenta México, como la degradación de suelos y los efectos del cambio climático. Gracias a la colaboración del CIMMYT con instituciones indias, se han logrado avances cruciales para mitigar estos desafíos y avanzar hacia una agricultura más resiliente y sostenible.
El Doctorado Honoris Causa otorgado a Bram Govaerts no solo celebra su liderazgo, sino que también reconoce el impacto del CIMMYT y sus colaboradores en la mejora de la vida de millones de personas a nivel global. Es un honor que, en palabras del propio Govaerts, “refleja la fuerza de la colaboración científica internacional y el poder de la ciencia para transformar el mundo”.
Un ejemplo claro de esta intervención se encuentra en la costa oaxaqueña, donde las prácticas agrícolas convencionales han propiciado problemas de degradación de suelos y uso ineficiente de insumos. Este desafío se ha abordado a través de la instalación de módulos de innovación, los cuales están transformando la forma en que los agricultores gestionan sus parcelas.
Los módulos de innovación son parcelas establecidas en terrenos de pequeños productores, con el propósito de demostrar nuevas técnicas y tecnologías agrícolas mediante una comparación lado a lado, un manejo del productor (convencional) y otro con innovaciones propuestas por el técnico. Estas parcelas actúan como «aulas vivientes», donde tanto los productores como los técnicos pueden aprender de manera práctica y colaborativa. De acuerdo con Imelda Hernández Cortés, una de las coordinadoras en el programa de Autosuficiencia Alimentaria, de la SEFADER, en la costa de Oaxaca, estos módulos son clave para impulsar la adopción de prácticas más sustentables.
«El objetivo es que el técnico aplique las innovaciones en esa parcela, y de ahí los productores aprendan viendo y haciendo, y lo repliquen en sus propios espacios. Yo por ejemplo estoy a cargo de 17 técnicos y un técnico formador”, comenta Imelda, quien detalla que la estrategia de capacitación del proyecto sigue un modelo escalonado. Primero, los técnicos formadores son capacitados por especialistas de CIMMYT y otros centros de investigación en técnicas agrícolas de vanguardia, para luego transmitir ese conocimiento a los técnicos de campo que trabajan directamente con los productores.
Así, “cada técnico atiende a productores en dos o hasta tres municipios y con ellos establece los módulos de innovación donde se implementan tecnologías que van aprendiendo y que atienden los problemas locales. En esta zona, por ejemplo, tenemos productores en la parte alta de la costa, Santa Catarina Juquila, Tututepec, la parte alta de Pinotepa y otras localidades. Y bueno, en esta zona de la costa actualmente atendemos a cerca de 2 900 productores, pequeños productores cuyas parcelas van de media a una hectárea”, continúa Imelda, enfatizando en que los módulos de innovación ofrecen a estos productores la oportunidad de aprender sobre el uso adecuado de insumos como fertilizantes y el manejo del suelo, adaptando las prácticas a las características de cada terreno.
De manera convencional los agricultores de la costa de Oaxaca queman el rastrojo como método para preparar sus campos, una práctica puede ser dañina para la salud del suelo y el medioambiente. Sin embargo, bajo la guía de los técnicos del proyecto, esta práctica ha sido abandonada en muchos de los módulos establecidos.
«Aquí se da mucho la quema de los residuos de cosecha del año anterior y no hacen rotación de cultivos. Promovemos la no quema. Ya no se está permitiendo la quema en ninguno de los módulos, porque esos módulos los venimos trabajando desde el año pasado», explica Imelda.
El cambio de mentalidad ha sido uno de los mayores logros del programa, ya que los productores han comenzado a implementar nuevas técnicas que preservan los recursos naturales. Además, se ha trabajado en la correcta dosificación y aplicación de fertilizantes, que es otra de las prácticas implementadas en los módulos.
«Antes los productores aplicaban el fertilizante ‘botadito’ a cada planta. Ahora tratamos de que entierren el fertilizante y fraccionen la aplicación durante el ciclo productivo del maíz, para que sea más eficiente», comenta Imelda, para quien este ajuste en las técnicas de fertilización tiene un gran potencial en los rendimientos de los cultivos y en la reducción del uso excesivo de agroquímicos.
Así, los módulos de innovación en la costa de Oaxaca representan un ejemplo tangible de cómo la colaboración entre SEFADER y CIMMYT está ayudando a transformar la agricultura de la región. A través de la implementación de prácticas sostenibles y la capacitación constante, los agricultores de pequeña escala están mejorando la productividad de sus parcelas, mientras preservan los recursos naturales. Estos esfuerzos están sentando las bases para una agricultura más resiliente y autosuficiente, adaptada a las necesidades de los productores y al entorno único de cada región de Oaxaca.
Mesa de trabajo durante el Hub Meeting del Hub Intermedio. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)
Mesa de trabajo durante el Hub Meeting del Hub Intermedio. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)
El pasado 2 y 3 de octubre se llevó a cabo el Hub Meeting del Hub Intermedio (Hub INGP) en Zacatecas, un evento clave para la reflexión, evaluación y planificación de las acciones conjuntas en el ámbito agrícola sostenible. Con el tema «Innovación y escalamiento para alcanzar el desarrollo regional», la reunión reunió a agricultores, asesores técnicos y otros actores estatégicos relacionados con los sistemas agroalimentarios tanto del sector público, privado y académico, provenientes de los estados de Aguascalientes, Coahuila, Durango, Jalisco, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas.
Este encuentro es un espacio fundamental para el intercambio de experiencias y la generación de nuevas rutas de colaboración entre los diferentes actores del sector agroalimentario de la región. Durante la reunión, se expusieron los logros de la investigación colaborativa, destacando los avances alcanzados a través de las plataformas de investigación, el trabajo de los Técnicos Certificados en Agricultura Sustentable y el impacto de la transferencia tecnológica en la mejora de la productividad y la sostenibilidad del sector.
Uno de los puntos más relevantes del Hub Meeting fue el reconocimiento al impacto de los Técnicos Certificados en Agricultura Sustentable en la región. Estos profesionales han jugado un rol crucial en la adopción y adaptación de tecnologías sostenibles, siendo un puente vital entre la investigación y los agricultores. En estados como Coahuila, Jalisco y Zacatecas, donde la certificación ha permitido escalar la implementación de prácticas que cuidan el suelo y el agua, los técnicos se han convertido en verdaderos agentes de cambio, impulsando la adopción de prácticas como la agricultura de conservación y la fertilización integral, que han demostrado mejorar la rentabilidad y reducir la degradación de los recursos naturales.
Otro tema central fue la labor de las plataformas de investigación ubicadas en puntos estratégicos como Ocotlán (Jalisco), Pabellón de Arteaga (Aguascalientes), Río Bravo (Tamaulipas) y Soledad de Graciano Sánchez (San Luis Potosí). Estos espacios han sido cruciales para el co-desarrollo y validación de un menú tecnológico adaptado a las condiciones agroecológicas de cada región productiva. Entre las tecnologías que se promueven destaca la agricultura de conservación que permite a los agricultores tomar decisiones más informadas.
El menú tecnológico no solo se centra en mejorar la productividad, sino también en conservar los recursos naturales, como el agua y el suelo, factores vitales para el futuro de la agricultura en la región. Además, se destacan las prácticas adoptadas por agricultores innovadores que incluyen la remediación de suelos ácidos y la rehabilitación de suelos sódicos, dos retos fundamentales en la sostenibilidad agrícola del centro-norte de México.
Exposición de resultados de los distintos proyectos del Hub Intermedio. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)
Un punto de gran relevancia abordado durante el Hub Meeting fue la articulación de esfuerzos entre centros de investigación y la agroindustria, como en el caso del proyecto Aguas Firmes, que se desarrolló en Calera, Zacatecas entre 2020 y 2023, con la participación de organizaciones como Grupo Modelo, la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y el CIMMYT. Este proyecto busca proteger y restaurar el acuífero de Calera, una iniciativa fundamental no solo para la agricultura, sino también para la conservación de hábitats terrestres que dependen de este cuerpo de agua.
La gestión sostenible del acuífero es crucial para el equilibrio ambiental en la región, ya que garantiza la disponibilidad de agua tanto para la producción agrícola como para la fauna y flora locales. Este esfuerzo conjunto ha demostrado que la colaboración entre diferentes actores puede generar soluciones integrales que trascienden la producción agrícola, contribuyendo a la conservación de los ecosistemas.
El Hub Meeting del Hub Intermedio dejó claro que el camino hacia una agricultura sostenible no se recorre en solitario. La cocreación y la gestión colectiva son pilares fundamentales para el éxito de las iniciativas en la región. La colaboración entre agricultores, técnicos, organizaciones privadas, el sector público y académico permite que las soluciones tecnológicas se adapten mejor a las necesidades locales y se escalen de manera efectiva.
La reunión concluyó con un fuerte compromiso de todos los participantes para continuar trabajando de manera conjunta, escalando las innovaciones y adaptando las tecnologías de manera que beneficien no solo a la producción agrícola, sino también al entorno natural y las comunidades rurales que dependen de él.
La secretaria Marisol Suárez, durante la inauguración del Hub Meeting Bajío 2024. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)
La secretaria Marisol Suárez, durante la inauguración del Hub Meeting Bajío 2024. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)
El Hub Meeting Bajío, que se celebró el pasado 4 de octubre en Irapuato, Guanajuato, reunió a actores clave del sector agroalimentario para discutir sobre el futuro de la agricultura regenerativa y las mejores prácticas en la producción agrícola de la región. Con la participación de representantes de empresas, productores y expertos, el evento se centró en diseñar estrategias que guiarán el desarrollo del sector en los próximos años.
Marisol Suárez, secretaria del Campo de Guanajuato, inauguró oficialmente el evento y en su discurso resaltó la importancia de impulsar proyectos necesarios para el desarrollo del sector agroalimentario de la región en el periodo 2024-2030. Suárez destacó la necesidad de fortalecer las alianzas y la innovación tecnológica como motores para el crecimiento sostenible del campo en el Bajío.
Jelle Van Loon, director asociado del Programa de Sistemas Agroalimentarios del CIMMYT, subrayó el papel crucial de la colaboración entre agricultores, investigadores y actores del sector privado para enfrentar los retos del sector agroalimentario. Van Loon enfatizó cómo la investigación y la adopción de nuevas tecnologías pueden transformar la productividad y la resiliencia agrícola.
Lilian Ibarra Retana, directora de la Expo AgroAlimentaria Guanajuato, tuvo una participación destacada en el evento, que se realizó en las instalaciones de la Expo AgroAlimentaria. Durante su intervención, Ibarra resaltó el impacto que esta feria ha tenido en el desarrollo del sector agroalimentario, no solo en Guanajuato, sino en toda la República. Además, subrayó cómo estos encuentros fomentan la difusión de nuevas tecnologías y buenas prácticas agrícolas, lo que promueve un entorno de colaboración entre todos los actores del sector.
De izquierda a derecha: Roberto Castañeda, presidente del Consejo de Cuencas Lerma-Chapala; José Francisco Gutiérrez Michel; Marisol Suárez, secretaria del Campo de Guanajuato; Lilian Ibarra Retana, directora de la Expo AgroAlimentaria Guanajuato; y Jelle Van Loon, director asociado del Programa de Sistemas Agroalimentarios del CIMMYT. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)
El panel de discusión titulado “Retos y oportunidades del sector agroalimentario en la región del Bajío mexicano” contó con la participación de destacados expertos: Roberto Castañeda Tejeda, presidente del Consejo de Cuencas Lerma-Chapala; Jelle Van Loon del CIMMYT, y Alejandro Aboytes Macías, presidente del Consejo Estatal Agroalimentario de Guanajuato. Los panelistas analizaron cómo el cambio climático ha transformado la agricultura, y resaltaron la grande importancia de contar con semillas y variedades resistentes, así como la necesidad de implementar prácticas adecuadas para superar los desafíos y aprovechar las oportunidades de innovación que aseguren un desarrollo agrícola sostenible y competitivo en la región.
La conferencia magistral de Manrrubio Muñoz Rodríguez, especialista en Sociología Rural de Universidad Autónoma Chapingo, fue el preludio de las mesas de trabajo del Hub Meeting, las cuales se centraron en temas clave para el fortalecimiento de la productividad y sostenibilidad de la región del Bajío. Los temas abordados incluyeron tecnologías para la sustentabilidad, políticas públicas y financiación, asociatividad y colaboración entre productores, y clústeres agrícolas y mercados. Estas mesas permitieron la generación de propuestas concretas y sentaron las bases para el diseño de estrategias que impulsarán la evolución del sector agroalimentario en los próximos años.
Presentación de resultados de MasAgro en la plataforma e-Agrology. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)
El Hub Meeting Bajío 2024 reunió también a representantes de la agroindustria que, al impulsar proyectos con el soporte científico de centros de investigación como el CIMMYT, son hoy un ejemplo de cómo la metodología del hub fortalece la innovación y las alianzas entre los sectores. Nestlé, Kellanova, HEINEKEN México, Bimbo, MARS Petcare, FFAR, Grupo TriMex y PepsiCo., Puricam, Syngenta, Productores del Norte de Celaya, Sembradoras Dobladenses, entre otras, son algunas de las empresas que colaboran con el hub impulsando proyectos o estrategias en conjunto.
Hacia el final de este encuentro, Amador Aguillón, gerente del Hub Bajío, presentó resultados concretos derivados de las estrategias implementadas durante los últimos años, particularmente la data de MasAgro en la plataforma e-Agrology, desarrollada por especialistas del CIMMYT que permite acopiar millones de datos de las parcelas donde se implementan tecnologías y prácticas sustentables a fin de que los investigadores, técnicos y productores cuenten con información confiable que les permita tomar las mejores decisiones en las unidades de producción.
Aguillón destacó el incremento en la adopción de tecnologías sostenibles y el fortalecimiento de alianzas estratégicas entre productores locales, lo que ha contribuido a una mejora significativa en la eficiencia y rentabilidad del sector agrícola en la región. También resaltó el valor de las técnicas de labranza de conservación y las estrategias para reducir el uso de agroquímicos, así como la necesidad de maquinaria innovadora para la agricultura de conservación, con el objetivo de avanzar hacia un futuro agrícola más sostenible y competitivo
El Hub Meeting Bajío 2024 se consolidó como un espacio de diálogo, innovación y colaboración, donde investigadores, productores, representantes de empresas del sector agroalimentario se comprometieron a construir un futuro más sostenible y resiliente para la región del Bajío.
Fotografía grupal del Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Fotografía grupal del Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
El Hub Meeting del Innovahub Occidente de Guatemala, reunió a actores clave del sector agroalimentario, incluidas asociaciones de productores, investigadores y representantes del gobierno y de la sociedad civil, para discutir cómo fortalecer la resiliencia de los sistemas productivos locales y crear nuevas oportunidades para las comunidades rurales. Realizado en el marco de la iniciativa AgriLAC Resiliente, la reunión anual se centró en potenciar la colaboración entre los diferentes actores para avanzar en la sostenibilidad agrícola y mejorar el bienestar de las familias productoras en la región.
Andrea Castellano, Oficial Científica y de Implementación de AgriLAC Resiliente, comentó sobre el objetivo del evento: “Nos hemos reunido con diferentes socios, entre los agricultores, técnicos e instituciones del gobierno como el MAGA y el ICTA, además de nuestros principales aliados, incluyendo a la Alianza Bioversity-CIAT (ABC), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Centro Internacional de la Papa (CIP) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) hablando sobre cómo podríamos cooperar mucho más en torno al InnovaHub Occidente de Guatemala”.
El Innovahub es un modelo de gestión de la innovación probado e implementado con éxito en México por el CIMMYT y sus colaboradores, como un enfoque integral que busca fortalecer la productividad y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios a través del trabajo colaborativo en el territorio. “Este modelo ha demostrado que el esfuerzo coordinado de instituciones como ABC, CIP, IFPRI y CIMMYT permite escalar innovaciones de manera más efectiva y llegar a más productores”, señaló Castellano, destacando el potencial del Innovahub para replicarse en otras regiones de Latinoamérica.
Jorge García, gerente del Hub Chiapas de México, explicó el impacto del modelo en el territorio: “El InnovaHub no es solo un espacio geográfico, es una red de redes con una visión compartida. Cada uno de los actores se suma y contribuye a una agricultura más sostenible, donde buscamos la productividad y la generación de ingresos sin impactar negativamente al medioambiente. Este enfoque permite anticipar y resolver los problemas del presente y del futuro”. García también mencionó que el modelo se basa en la cooperación, donde cada socio aporta su experiencia y recursos para enfrentar desafíos comunes como el cambio climático y la seguridad alimentaria. “El InnovaHub es resiliencia, es adaptación y es el futuro”, enfatizó.
Mesa de trabajo durante el Hub Meeting. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Durante el evento, Lisandro Hidalgo, coordinador del InnovaHub Occidente de Guatemala, resaltó el papel fundamental de las alianzas estratégicas en el éxito del Innovahub y la necesidad de involucrar a más actores para crear un impacto transformador en el territorio. “En esta actividad tenemos la presencia de la iniciativa regional AgriLAC. Resiliente, pero también están nuestros socios y actores clave con los que estamos desarrollando muchas actividades: Agropecuaria Popoyan, el Ministerio de Agricultura, Global Communities, el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícola, el Centro Universitario de Occidente y las Mesas Técnicas Agroclimáticas que funcionan a nivel nacional y que aglutinan a diversos actores”, señaló. “Las alianzas y la colaboración permiten compartir resultados, compromisos y buenas prácticas, todo en beneficio de los agricultores, que al final son las personas clave para garantizar la seguridad alimentaria”, concluyó.
El Hub Meeting en el Occidente de Guatemala se enfocó en definir un plan de acción que integre a diversos socios en el territorio para seguir escalando las innovaciones y fortalecer la sostenibilidad de las cadenas de valor locales. “El trabajo en red es la base de este modelo, y el objetivo es fortalecer las capacidades de los productores, técnicos y líderes locales para que puedan seguir replicando estas buenas prácticas”, mencionó Castellano, subrayando el compromiso del proyecto AgriLAC Resiliente con la transformación de los sistemas productivos rurales.
El evento culminó con la reafirmación de que el InnovaHub es más que una iniciativa territorial; es una plataforma que articula el conocimiento, la experiencia y la voluntad de múltiples actores que comparten la visión de un sistema agroalimentario más resiliente y competitivo. “El InnovaHub es resiliencia, es adaptación, es el futuro. Y lo más importante, es un esfuerzo colectivo que va más allá de las fronteras, uniendo a instituciones de investigacion científica y a las comunidades locales para lograr un cambio real en la vida de las personas”, concluyó García.
Investigadores participantes en el Simposio Internacional de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)
Investigadores participantes en el Simposio Internacional de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Los días 25, 26 y 27 de septiembre del año en curso se celebró el 2° Simposio Internacional de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica, bajo el lema “Agricultura regenerativa: ¿ocurrencia o ciencia?”. Este evento se llevó a cabo en la sede global del CIMMYT y en la Universidad Autónoma Chapingo, ubicadas en Texcoco, Estado de México, que reunió a expertos, productores, académicos y profesionales del sector agrícola de diferentes zonas de América Latina, para discutir sobre prácticas de agricultura regenerativa y su impacto en la sostenibilidad agroalimentaria de las plataformas de investigación de la región.
El simposio comenzó el 25 de septiembre con un recorrido de bienvenida por las instalaciones del CIMMYT, donde los participantes visitaron diversas áreas clave, como el museo del CIMMYT, el Banco de Germoplasma y distintos ensayos de mejoramiento de cultivos. Estas visitas guiadas permitieron a los asistentes conocer de cerca las infraestructuras y los avances en investigación que se desarrollan en el centro.
El 26 de septiembre, se llevaron a cabo diversas capacitaciones y talleres en el CIMMYT, donde se abordaron temas esenciales como el diseño experimental y análisis de datos, impartido por Mariel Guerra, coordinador de plataformas de investigación del CIMMYT; manejo de plagas, impartido por el Fernando Bahena, investigador del INIFAP; manejo de malezas, por Sarahyt González, investigadora del INIFAP; un taller del procesamiento del maíz, trigo y frijol, impartido por Natalia Palacios, especialista en calidad de maíz del CIMMYT; y Sonia Gallegos, investigadora de la Alianza Bioversity-CIAT.
Nelibeth Rodríguez, participante del simposio y representante de la Universidad Politécnica de Francisco Madero, que forma parte del Hub Valles Altos, compartió su experiencia en el taller de fertilidad de suelos aplicado a la agricultura. “Lo que estamos haciendo aquí es obtener un muestreo de suelo, aplicar lo que estamos aprendiendo en el taller de fertilidad de suelos,” explicó Rodríguez. Resaltó la importancia de estos análisis para los productores: “Con un análisis de suelo, el productor o el técnico puede hacer una recomendación adecuada, logrando un equilibrio entre los nutrientes del suelo y lo que se necesita aplicar. Esto ayuda al productor a obtener mayor rendimiento reduciendo el uso de agroquímicos o fertilizantes”.
Rodríguez también subrayó el valor de las plataformas de investigación como un vínculo esencial entre los productores y el sector de investigación: “Las plataformas son un vínculo donde el productor puede recibir capacitación y nosotros, a su vez, llevamos este conocimiento a los productores. Es un enlace con el sector de investigación y la transferencia de tecnología, lo cual es crucial”.
Por su parte, Simon Fonteyne, líder del equipo de investigación agronómica para América Latina en el CIMMYT, destacó la importancia de realizar estudios bajo las condiciones locales de los productores. Explicó que, para lograr cambios significativos en los sistemas de producción, es esencial desarrollar plataformas de investigación que respondan a los principales retos que enfrentan los agricultores.
El investigador Simon Fonteyne durante recorrido por parcelas de investigación en instalaciones de CIMMYT. (Foto: Sarah Martínez)
“Nuestra metodología es que para tener cambios en los sistemas de producción locales es necesario hacer investigación agronómica bajo las condiciones de los productores que atienda los principales retos que se tienen aquí”, señaló Fonteyne. Además, subrayó que estas plataformas no solo están centradas en la investigación, sino que también son esenciales para los Hubs. Un ejemplo de ello es la reciente instalación de la plataforma de investigación en agricultura de conservación ubicada en las instalaciones del ICTA en Guatemala, como parte de la iniciativa AgriLAC Resiliente.
El 27 de septiembre, el evento se trasladó a la Universidad Autónoma Chapingo, donde se organizaron mesas de trabajo para discutir temas específicos de la agricultura regenerativa en diferentes regiones de Latinoamérica. Estas mesas incluyeron discusiones sobre los Hubs de las regiones del Pacífico Norte e Intermedio, Valles Altos, Pacífico Sur, Pacífico Centro, Chiapas, Bajío y Yucatán en México, así como los InnovaHubs de Guatemala y Honduras. Además, se llevó a cabo una sesión de carteles que permitió a los asistentes intercambiar ideas de investigaciones recientes. También tuvo lugar la ponencia magistral de Manrrubio Muñoz Rodríguez, especialista en Sociología Rural de Universidad Autónoma Chapingo, la cual contribuyó significativamente a contextualizar la temática general del simposio.
Alejandra Sahgún, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Chapingo, también participó en el simposio y compartió sus impresiones sobre el evento: “Es la primera vez que estoy en un evento de este tipo y me pareció realmente muy bueno, porque se generan intercambios entre personas de muchas regiones, con condiciones muy diferentes, pero todos con el mismo objetivo de seguir mejorando los sistemas productivos, haciéndolos más sostenibles. Para mí, es impresionante porque uno se enriquece mucho con las experiencias de los demás y te da nuevas ideas de cómo hacer las cosas”.
Sahgún destacó la importancia de las plataformas de investigación, las cuales “articulan una red que comparte una visión en torno a la sostenibilidad y la resiliencia comunitaria, siempre con el objetivo de que el productor sea el beneficiario de cómo la ciencia llega a sus manos.” Además, mencionó cómo su colaboración con CIMMYT le ayudó a reconectar con los productores locales: “Cuando presenté mi parcela de investigación, me di cuenta de que nunca había contemplado a los productores de la región. Trabajar con el CIMMYT me permitió hacer un diagnóstico con personas de la zona y conocer más sobre sus necesidades. Esto me ayudó a acercarme a ellos y comprender mejor sus realidades”.
Al cierre del evento, Fonteyne expresó su satisfacción con los resultados: “Tuvimos dos días intensos, un día de capacitaciones, un día de simposio, de compartir experiencias. Hemos aprendido mucho, hemos tenido muchas nuevas ideas que van a implementarse en nuevos trabajos, espero, el próximo año”. También destacó la red de actores presentes: “Este año organizamos el simposio en conjunto con la Universidad Autónoma de Chapingo, con la Facultad de Fitotecnia. Estamos muy agradecidos por este apoyo que nos han dado. Y no solo es la universidad con la que estamos trabajando, aquí hay una red muy grande de actores, INIFAP, universidades y otras instituciones académicas, organizaciones de productores; hay técnicos, incluso productores que por cuenta propia se han sumado a la red y han comprobado las ventajas de esta ciencia colaborativa”.
El simposio finalizó con presentaciones de resultados en la Aula Magna de Fitotecnia en Chapingo, seguidas de la entrega de reconocimientos y conclusiones del evento.
La segunda edición del simposio se enfocó en fortalecer una red de actores clave, lo que incluye centros de investigación, universidades, organizaciones de productores, el sector privado y los mismos productores. Todos ellos están comprometidos con la agricultura regenerativa como un modelo para impulsar la innovación y transformar los sistemas agroalimentarios. A través de modelos colaborativas como el Hub, estos actores buscan caminos que promuevan el desarrollo sostenible, la resiliencia comunitaria y en las cadenas de valor; asimismo, un enfoque incluyente y de conciencia climática. Este encuentro fue una oportunidad para dialogar, compartir aprendizajes y trazar rutas hacia un futuro en el que los productores, como beneficiarios finales, puedan aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la agricultura regenerativa.
Cristian Zavala, investigador de CIMMYT, junto a una parcela de maíz. (Foto: Gabriela Bracamonte / CIMMYT)
Cristian Zavala, investigador del CIMMYT, junto a una parcela de maíz. (Foto: Gabriela Bracamonte / CIMMYT)
En el marco del Día Nacional del Maíz, que se celebra cada 29 de septiembre, es fundamental recordar la importancia de preservar y conservar la diversidad genética de este grano básico para la cultura y alimentación de México.
En los estudios recientes sobre la biodiversidad del maíz, se ha discutido ampliamente sobre los diferentes grupos y subgrupos dentro del género Zea, del cual proviene el maíz. Si bien el maíz se origina de Zea parviglumis, su diversificación se debe a la selección ocurrida por muchos años, además del cruzamiento de esos maíces antiguos con otros géneros de Zea como: Zea mexicana, Zea luxurians, Zea nicaragüensis, Zea huehuetenangensis, etcétera. A partir de estos procesos, se originaron las razas nativas, que son variedades de maíz adaptadas a condiciones locales específicas gracias al mejoramiento realizado por los pueblos originarios durante generaciones.
Cristian Zavala, investigador y experto en conservación de germoplasma de CIMMYT, explica: «Cuando hablamos de ‘razas’ de maíz, nos referimos a las variedades nativas, mientras que los ‘criollos’ son aquellas variedades que, aunque originarias de una región específica, han sido trasladadas y adaptadas a nuevas regiones por la intervención humana». Un ejemplo de esto sería una variedad nativa de Toluca que se adapta a las condiciones de Puebla, lo que lo convierte en un maíz criollo.
El CIMMYT desempeña un papel crucial en la conservación de estas variedades de maíz. Zavala destaca que el centro resguarda material genético de 413 razas identificadas dentro de su Banco de Germoplasma, aunque muchas de estas ya no se siembran en campo y se estima que más del 50 % de estas variedades se ha perdido en los territorios.
Asimismo, Zavala señala que algunas razas, como Jala, Pepitilla o el Palomero Reventador de Nayarit, están en alto riesgo de desaparecer debido a la falta de interés en su siembra. Sin embargo, el CIMMYT continúa con su ardua labor de conservación, resguardando no solo las razas aún sembradas, sino también aquellas que han desaparecido.
En esta tarea de conservación de variedades nativas, CIMMYT colabora con 72 países y resguarda accesiones colectadas de 83, manteniendo abierta la posibilidad de colaborar con cada uno de ellos en caso de que requieran repatriar sus colecciones, las cuales se preservan en el Banco de Germoplasma del CIMMYT, el cual cuenta con 28 mil colecciones únicas de semillas de maíz y más de 150 mil de trigo, un patrimonio biocultural de México y el mundo.
Así, en torno al Día Nacional del Maíz, es relevante reconocer la importancia de proteger y resguardar la agrobiodiversidad del maíz en México, tarea crucial para seguridad alimentaria de las actuales y futuras generaciones.
Mujeres participantes en el taller de inclusión social y género en la agricultura sustentable en Campeche. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Mujeres participantes en el taller de inclusión social y género en la agricultura sustentable en Campeche. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
En zonas caracterizadas por la degradación del suelo, la falta de acceso a tecnologías agrícolas sustentables y la baja diversificación de cultivos, la capacitación en género e inclusión social cobra una relevancia especial en torno a la seguridad alimentaria, ya que son las mujeres quienes toman decisiones clave en la producción y selección de alimentos, por lo que tienen el potencial de fomentar prácticas agrícolas sustentables que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de las familias rurales.
Así, en el marco del proyecto Seguridad Alimentaria y Nutricional para Comunidades Rurales del estado de Quintana Roo, especialistas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impartieron una capacitación en el estado de Quintana Roo con el objetivo de reforzar la inclusión social y de género en la agricultura sustentable. Esta formación, dirigida a productoras del municipio de Felipe Carrillo Puerto, subrayó la importancia del rol de las mujeres en la seguridad alimentaria y el bienestar de sus comunidades.
El taller abordó la manera en que las mujeres rurales contribuyen significativamente a la producción y preparación de alimentos en sus hogares derivado de la producción de maíz. “Ustedes deciden qué alimentos se incorporan a la dieta, qué maíz es adecuado para sus tortillas o tamales. Esa es una decisión clave en la seguridad alimentaria de sus familias”, destacó Eugenio Telles, facilitador del taller, al inicio de la jornada. Este enfoque subraya la relevancia de las mujeres en la cadena alimentaria, desde la selección de las semillas hasta la preparación de alimentos.
La capacitación también incluyó una introducción a la agricultura sustentable y sus beneficios para el medio ambiente y la salud de las familias. Se recalcó la necesidad de emplear variedades locales de maíz y otros cultivos adaptados a la región, además de prácticas agroecológicas que contribuyan a la resiliencia comunitaria ante los cambios climáticos. La biofábrica local, donde se producen abonos orgánicos, fue mencionada como un ejemplo exitoso de estas prácticas en la comunidad.
Durante el taller, las productoras participaron activamente en una dinámica que les permitió reflexionar sobre su papel en la toma de decisiones agrícolas. Jesús Núñez, otro de los capacitadores, destacó: “Ustedes, como mujeres rurales, toman decisiones fundamentales en la seguridad alimentaria. A veces, el hombre cosecha, pero ustedes son quienes saben qué maíz se cocina más rápido o cuál es más adecuado para ciertos platos tradicionales”. Estas palabras resonaron entre las asistentes, quienes compartieron sus experiencias y conocimientos sobre las variedades de maíz más utilizadas en la región.
Mujeres participantes en el taller sobre agricultura sustentable e inclusión social. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Este esfuerzo del CIMMYT en colaboración con el gobierno estatal no solo fomenta la equidad de género, sino que también refuerza la autosuficiencia alimentaria en las comunidades rurales de la Península de Yucatán. Al reconocer y valorizar el trabajo de las mujeres en la producción y preparación de alimentos, la capacitación busca generar cambios duraderos en las prácticas agrícolas y alimentarias, asegurando una mejor calidad de vida para las familias rurales.
La capacitación contribuyó a que las participantes reafirmaran su papel esencial en la seguridad alimentaria de sus hogares. Como mencionó una de las productoras, doña Justina: “Aunque el trabajo en el campo lo hacen los hombres, nosotras sabemos qué maíz es mejor para cocinar y qué alimentos son los más nutritivos para nuestras familias. Este taller nos hace sentir más seguras de nuestra labor en el campo y su importancia”.
Así, al incorporar a las mujeres en el diseño e implementación de soluciones, proyectos como este fortalecen la resiliencia comunitaria frente a los retos alimentarios y ambientales, promoviendo un impacto positivo y duradero en la región.
Participantes del InnovaHub Meeting Guatemala 2024, en representación de diversas organizaciones comprometidas con la resiliencia agroalimentaria en América Latina. (Foto: ABC)
En el reciente InnovaHub Meeting Oriente Guatemala, que se llevó a cabo el 17 y 18 de septiembre del año en curso, la iniciativa AgriLAC Resiliente presentó avances clave en la región oriente del país. Asimismo, reafirmó su compromiso de transformar los sistemas agroalimentarios de América Latina hacia modelos más resilientes, competitivos y sostenibles, que sean adaptados a las condiciones climáticas y socioeconómicas de la región.
AgriLAC nació como respuesta a los desafíos compartidos entre los países de América Latina, tales como la pobreza, el desempleo y la migración rural-urbana, que son agravados por los riesgos climáticos. La agricultura, que utiliza un tercio de la superficie terrestre y el 75 % del agua dulce de la región, enfrenta grandes retos debido a su doble papel: es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, y, a su vez, es altamente vulnerable a los cambios climáticos.
Durante el evento, se detallaron los logros alcanzados por la implementación de esta iniciativa en la zona oriente de Guatemala, como los talleres de poscosecha y manufactura en Chiquimula, con la participación de 85 personas de diversas organizaciones locales. Los que permitieron mejorar las prácticas agrícolas y el acceso a mercados, indispensable para la comercialización de semillas y productos agrícolas.
Por otra parte, se presentó la creación de un ecosistema digital colaborativo que busca mejorar los servicios agronómicos y climáticos, y fortalecer así las capacidades digitales de los extensionistas y productores; con una plataforma que facilite el acceso a herramientas tecnológicas, pronósticos agroclimáticos y servicios de información críticos para la gestión de riesgos.
También, se presentaron los avances de la implementación de la metodología InnovaHub, que ya ha sido probada con éxito en México. Esta metodología se adecua a las condiciones locales antes de ser adoptada, lo que confirma su efectividad en los territorios. Su enfoque principal es la investigación participativa en plataformas y la adaptación de innovaciones en parcelas junto con los productores, lo que asegura que estos procesos sean relevantes y prácticos. El objetivo final es llegar al mayor número de productores posible, utilizando módulos demostrativos y áreas de extensión para escalar las innovaciones.
Hasta la fecha, se han capacitado a 609 productores en Oriente, y se ha desarrollado una plataforma digital para facilitar la recolección y análisis de datos, con la colaboración de socios locales como ASORECH y ADIPAZ. Estos esfuerzos han sido fundamentales para mejorar los rendimientos agrícolas, fortalecer la seguridad alimentaria y promover la resiliencia de las comunidades rurales en Guatemala.
Como parte de la iniciativa, en su apartado de inclusión, se definieron los objetivos del componente GESI (Género, Equidad e Inclusión Social), el cual busca transversalizar la perspectiva de género en los proyectos de AgriLAC, lo que garantiza que las tecnologías y estrategias reconozcan las necesidades específicas de mujeres y jóvenes. Además, se trabaja en la inclusión de estos grupos en los InnovaHubs y en la generación de evidencia para informar políticas públicas.
Los próximos pasos apuntan al diálogo con actores gubernamentales, la incidencia política, y la implementación de una asistencia técnica agropecuaria que contemple las necesidades de los socios en materia de GESI, y que busca mecanismos efectivos de respuesta.
En resumen, AgriLAC Resiliente no es solo una iniciativa de impacto local; sus logros y avances tienen el potencial de influir en toda la región de América Latina, además de guiar a los países hacia una mayor resiliencia frente al cambio climático, incorporar políticas de inclusión y de género, afirmar la sostenibilidad y seguridad alimentaria para las futuras generaciones.
Capacitación para comunidades agrícolas en Puebla y Tlaxcala. (Foto: CIMMYT)
Capacitación para comunidades agrícolas en Puebla y Tlaxcala. (Foto: CIMMYT)
La colaboración conjunta entre Driscoll’s y el CIMMYT ha consolidado un modelo efectivo de capacitación y transferencia de conocimiento agrícola en comunidades de Puebla y Tlaxcala. A través de esta alianza, se ha facilitado el acceso a técnicas agrícolas sustentables, lo que ha brindado herramientas científicas y prácticas que permiten a los agricultores, trabajadores de Driscoll’s y a las comunidades vecinas mejorar sus procesos productivos y enfrentar los desafíos del cambio climático.
Desde su inicio en 2021, el proyecto ha atravesado dos fases clave, enfocadas inicialmente en los empleados de Driscoll’s y luego en la extensión del impacto hacia miembros de la comunidad, incluyendo instituciones educativas de nivel básico. En la primera fase, se realizó un diagnóstico para comprender las condiciones sociales y productivas de los empleados, seguido de eventos de capacitación tanto presenciales como a distancia. Esta etapa inicial permitió que 258 trabajadores comenzaran a adoptar prácticas agrícolas más sustentables.
Durante la segunda fase, el enfoque se amplió para incluir a miembros clave de la comunidad, lo que reconoció que la resiliencia agrícola se construye de manera colaborativa. Más de 213 personas participaron en diversos eventos de capacitación, donde adquirieron conocimientos esenciales sobre temas como la agricultura de conservación y el manejo agroecológico de plagas. Además, se establecieron módulos de asesoría técnica y se implementaron herramientas, como bitácoras, para el seguimiento de las tecnologías aplicadas.
Miembros de la comunidad participan en una sesión de formación impartida por CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la manera en que se ha socializado el conocimiento científico, lo que lo ha hecho de forma accesible para todos los actores clave de estas comunidades. Las capacitaciones no solo se han enfocado en aumentar la productividad, sino en fortalecer la seguridad alimentaria y el bienestar comunitario. Los resultados de este esfuerzo colectivo permitirán a los productores locales incrementar sus rendimientos, diversificar sus cultivos y gestionar mejor sus recursos naturales, lo cual se traduce en un impacto positivo a largo plazo.
“Debido a los resultados y aprendizajes de estas fases, se continuó con una nueva etapa para seguir desarrollando actividades de capacitación para actores clave de dos comunidades: San Andrés Payuca, en el municipio de Cuyoaco, en el estado de Puebla, y San José Xicoténcatl, en el municipio de Huamantla, en el estado de Tlaxcala”, señala el equipo técnico del proyecto.
Con una tercera fase en curso, proyectada para 2025 y centrada en la capacitación para mejorar en los procesos productivos, el proyecto reafirma el compromiso de ambas instituciones con el desarrollo rural de las comunidades participantes. En estos meses, se han continuado las actividades de capacitación orientadas a mejorar las capacidades locales en temas como el manejo postcosecha, la fertilidad integral de los suelos, el manejo de plagas, la implementación de tecnologías herméticas para el almacenamiento de granos y el mejoramiento participativo de maíces nativos.
Este proyecto es un claro ejemplo de cómo el conocimiento científico, cuando se comparte de manera efectiva y se adapta a las necesidades locales, puede transformar comunidades rurales, lo que contribuye no solo a mejorar sus condiciones productivas, sino a asegurar un futuro más resiliente y sustentable para sus habitantes.