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Para guardar mi grano con calidad, pos… pos… ¡poscosecha!

En muchas comunidades rurales de México, las plagas de almacén, como el gorgojo, ponen en riesgo la seguridad alimentaria de las familias. Don Renecio casi lo vivió en carne propia: su grano estaba en peligro y con él, el alimento de su familia. Pero gracias a un buen consejo y a la implementación de tecnologías herméticas promovidas por la Agencia de Seguridad Alimentaria de Quintana Roo (ASAQROO) y el CIMMYT, hoy protege su cosecha y duerme tranquilo.

Todo comenzó con una charla con don Crecencio, quien le habló sobre las buenas prácticas poscosecha. Siguiendo su recomendación, don Renecio aprendió que conservar bien el grano no solo evita pérdidas por plagas, sino que también mejora su calidad y, en consecuencia, su valor en el mercado.

¿Por qué es importante la poscosecha? 

La poscosecha es el conjunto de técnicas y procesos utilizados para preservar los productos agrícolas después de la cosecha, evitando pérdidas y asegurando su calidad. Adoptar buenas prácticas poscosecha es clave para:

Evitar plagas y enfermedades en el almacenamiento.

Proteger la seguridad alimentaria de las familias.

Reducir desperdicios y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos.

Mejorar los ingresos de los agricultores, ya que un grano bien conservado tiene mejor precio en el mercado.

¡Aprende más con la historieta de don Crecencio!

Así como don Crecencio ayudó a don Renecio, tú también puedes aprender y compartir buenas prácticas poscosecha. Descarga la edición especial de poscosecha de don Crecencio, con información útil y consejos prácticos.

 

Don Crecencio Poscosecha

👉 Da clic en la imagen o en el link de descarga, guarda la historieta y compártela. https://staging.cimmyt.org/content/uploads/sites/2/2025/01/poscosecha-doncrecencio-mobile-original_11zon.pdf

Porque para guardar el grano con calidad, pos… pos… ¡poscosecha!

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Plataformas de investigación agrícola, herramienta para combatir suelos degradados y brechas de conocimiento

Equipo de SEFADER y CIMMYT en una de las plataformas de investigación del proyecto. (Foto: CIMMYT)
Equipo de SEFADER y CIMMYT en una de las plataformas de investigación del proyecto. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)

En el campo oaxaqueño hay problemas críticos de degradación del suelo, brechas de conocimiento en el uso de bioinsumos y falta de agua por sequía, lo que afecta la productividad y rentabilidad de los cultivos, así lo dan a conocer los resultados de una serie de  diagnósticos participativos con enfoque de género e inclusión social realizados en diversas regiones de Oaxaca en el marco de un proyecto liderado por la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) de ese estado en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Para dar respuesta a este conjunto de problemáticas, el proyecto Fortalecimiento del sistema agroalimentario enfocado en la producción de maíz para la seguridad alimentaria y el abasto sustentable de granos en el estado de Oaxaca implementa diversas acciones que están impactando positivamente en los agricultores oaxaqueños. Una de esas acciones son las plataformas de investigación.

“Durante el ciclo agrícola de 2024, el proyecto dio un importante paso en la implementación de plataformas de investigación en diversas regiones del estado de Oaxaca. Este esfuerzo conjunto busca mejorar la productividad y rentabilidad de los sistemas de producción locales, mediante la evaluación de prácticas agrícolas sustentables basadas en agricultura de conservación y métodos de secado en campo para maíces nativos”, comenta Mariel Guera, investigador del CIMMYT que colabora en el proyecto.

Cultivo de maíces nativos en plataforma de investigación del proyecto SEFADER-CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Cultivo de maíces nativos en plataforma de investigación del proyecto SEFADER-CIMMYT. (Foto: CIMMYT)

Las plataformas de investigación fueron establecidas en seis regiones del estado estratégicamente seleccionadas por la SEFADER: la Costa, el Istmo, los Valles Centrales, la Sierra Sur, la Sierra Norte y la Mixteca. Técnicos de esta dependencia, capacitados por el equipo del CIMMYT, fueron los encargados de realizar los diagnósticos participativos. En este contexto, las plataformas de investigación establecidas en San Pedro Pochutla, Ciudad Ixtepec, Villas de Zaachila, Santa Lucia Miahuatlán, Santo Domingo Tepuxtepec y Santiago Juxtlahuaca están evaluando prácticas sustentables que ya han mostrado potencial para mejorar la productividad y rentabilidad de los sistemas de producción.

“Este primer año de operación de las plataformas es clave para ajustar las estrategias y evaluar la viabilidad de diferentes prácticas agrícola. Los resultados preliminares destacan la importancia de la diversificación de cultivos, el manejo de arvenses, la selección de variedades adecuadas para cada región, a mejora de las prácticas de labranza y el manejo adecuado del rastrojo”, señala Mariel, quien agrega que, a medida que el proyecto avanza, se espera que estas plataformas sirvan de espacios de generación de conocimiento y de capacitación, ayudando a los productores a adaptarse a los retos del cambio climático y mejorar sus ingresos de manera sostenible.

“Las plataformas de investigación de este proyecto, junto con las plataformas de investigación de la red de innovación del CIMMYT establecidas algunas hace más de una década, forman parte de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica (RedAgAL)”, finaliza Mariel, enfatizando la relevancia de esta red de plataformas que reúne a científicos de distintas latitudes comprometidos con hacer la agricultura más sostenible, productiva y resiliente.

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Fertilidad Integral para el Altiplano Cebadero

Toma de muestras de suelo en el Altiplano. (Foto: CIMMYT)
Toma de muestras de suelo en el Altiplano. (Foto: CIMMYT)

La fertilidad del suelo es un factor clave para la productividad agrícola y la sostenibilidad del campo. En el Altiplano cebadero, una región fundamental para la producción de cebada, Grupo Modelo y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han desarrollado un mapeo de fertilidad sin precedentes, cuyo objetivo es generar estrategias agrícolas mejor fundamentadas y adecuadas a las condiciones específicas del suelo.

«Este es el primer mapeo de la zona con la mayor cantidad de puntos de muestreo y, hasta ahora, el mapeo de fertilidad con mayor cobertura o alcance desarrollado por parte de la iniciativa privada a nivel nacional«, señala Francisco López Olguín, coordinador técnico del Hub Valles Altos del CIMMYT.

La estrategia, financiada por Grupo Modelo en el marco del proyecto Aguas Firmes —el cual contribuye a la recarga del acuífero de Apan, en Hidalgo—, inició en 2024 y ha logrado establecer alrededor de 800 puntos de muestreo en cuatro estados clave para la producción de cebada: Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y el Estado de México. Estos puntos están distribuidos en 29 municipios seleccionados por su relevancia en la producción cebadera y porque la transición hacia una agricultura sustentable en ese perímetro tiene el potencial de contribuir a la recarga y preservación del acuífero de Apan, principal recurso hídrico para la agricultura de esa zona.

Puntos de muestreo para la estrategia de fertilidad impulsada por Grupo Modelo y el CIMMYT. (Imagen: Laboratorio de SIG-CIMMYT)
Puntos de muestreo para la estrategia de fertilidad impulsada por Grupo Modelo y el CIMMYT. (Imagen: Laboratorio de SIG-CIMMYT)

«Para lograr esto, generamos una estrategia y metodología en conjunto con Grupo Modelo, obteniendo los permisos y autorizaciones necesarias para la toma de muestras. Parte del proceso incluyó el contacto con ayuntamientos y comisarías ejidales, quienes facilitaron las autorizaciones y la información a los productores», explica López.

La recolección de muestras fue realizada por un laboratorio especializado en análisis agrícola. Para garantizar la representatividad del mapeo, se diseñó una malla de muestreo a una escala que permitió que la distribución de los puntos fuera homogénea en un territorio caracterizado por su heterogeneidad.

El CIMMYT jugó un papel clave en la gestión del muestreo y en el procesamiento y análisis de la información obtenida. Una vez que el laboratorio generó los resultados, el equipo de fertilidad y la unidad de Sistemas de Información Geográfica (GIS, por sus siglas en inglés) del CIMMYT analizaron los datos y elaboraron 21 mapas con 17 parámetros diferentes, abarcando propiedades físicas y químicas del suelo.

La finalidad de estos mapas es proporcionar recomendaciones agronómicas útiles para los productores de la región. «El gran reto es que cada productor requiere un análisis específico de su suelo, lo cual representaría una inversión considerable. Sin embargo, con esta metodología de distribución de puntos, hemos logrado generar recomendaciones regionales y municipales que pueden adaptarse a cada contexto particular», destaca López.

Los mapas permiten clasificar la disponibilidad de nutrientes en cinco categorías: muy bajo, bajo, medio, alto y muy alto. Esta información facilita la toma de decisiones para mejorar la fertilidad del suelo bajo principios agronómicos clave como la fuente correcta, la dosis adecuada, el momento oportuno y el lugar preciso. Estos factores determinan cuán eficientemente los cultivos pueden absorber nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio.

Además de su utilidad para los productores, estos mapas abren una gran oportunidad para la capacitación de técnicos y agricultores en el manejo de la fertilidad del suelo. Asimismo, representan una herramienta clave para los proveedores de fertilizantes, permitiendo que las mezclas físicas de nutrientes sean formuladas de manera más precisa y adaptada a las necesidades reales del suelo y los cultivos.

El mapeo de fertilidad del Altiplano es una muestra del impacto que puede tener la ciencia aplicada en la agricultura. Con una base de información detallada y estrategias de manejo sustentable, esta iniciativa contribuye a mejorar la productividad del campo y a fortalecer la agricultura sustentable en la región.

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Tips para reducir emisiones con agricultura regenerativa

Parcelas demostrativas con cultivos diversificados que promueven la reducción de emisiones, el aumento de biodiversidad y la conservación del suelo como parte de prácticas de agricultura regenerativa. (Foto: CIMMYT)
Parcelas demostrativas con cultivos diversificados que promueven la reducción de emisiones, el aumento de biodiversidad y la conservación del suelo como parte de prácticas de agricultura regenerativa. (Foto: CIMMYT)

La agricultura regenerativa es una estrategia clave para mejorar la salud del suelo, aumentar la biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático. Al implementar prácticas sostenibles, derivadas de sistemas como la agricultura de conservación, puedes reducir la emisión de gases contaminantes, conservar suelo y agua, y mejorar la rentabilidad de tus cultivos. Aquí te compartimos estos tips para que implementes prácticas de agricultura regenerativa en tus parcelas y contribuyas a tener un medioambiente más sano.

Aprovecha los rastrojos como cobertura del suelo

Cultivo emerge entre rastrojos que protegen el suelo, ayudan a conservar humedad y reducen emisiones al evitar su quema, lo que promueve una agricultura más regenerativa y sustentable. (Foto: CIMMYT)
Cultivo emerge entre rastrojos que protegen el suelo, ayudan a conservar humedad y reducen emisiones al evitar su quema, lo que promueve una agricultura más sustentable. (Foto: CIMMYT)

Evita la quema de rastrojo para proteger el suelo de la erosión, retener humedad y mejorar su fertilidad. Los rastrojos aportan nutrientes al descomponerse, lo que reduce el uso de fertilizantes químicos y fomenta una agricultura más sustentable.

Aplica mínimo movimiento del suelo

La labranza cero, uno de los pilares de la agricultura regenerativa, es una buena estrategia para la reducción de emisiones. (Foto: CIMMYT)
La labranza cero, uno de los pilares de las prácticas regenerativas, es una buena estrategia para la reducción de emisiones. (Foto: CIMMYT)

Adopta prácticas como la cero labranza o camas permanentes para mantener intacta la estructura del suelo, prevenir la compactación y reducir el uso de maquinaria. Esto no solo mejora las propiedades del suelo, sino que también disminuye las emisiones al ahorrar combustible.

Diversifica tus cultivos

Parcelas demostrativas con cultivos diversificados que promueven la reducción de emisiones. (Foto: CIMMYT)
Parcelas demostrativas con cultivos diversificados. (Foto: CIMMYT)

Rotaciones, asociaciones y relevos rompen ciclos de plagas, mejoran la biodiversidad del suelo y aumentan la captura de carbono. Además, diversificar ayuda a mantener la rentabilidad, incrementa la seguridad alimentaria y favorece dietas más variadas.

Mecanización a escala adecuada

Uso de maquinaria inteligente adaptada a la parcela para disminuir el uso de combustible. (Foto: CIMMYT)
Uso de maquinaria adaptada a la parcela para disminuir el uso de combustible. (Foto: CIMMYT)

Opta por una mecanización adecuada al tamaño y necesidades de tu parcela. Las máquinas multiuso-multicultivo, implementos como los cinceles roturadores, sembradoras manuales o de tiro animal, e incluso la adaptación de maquinaria ya existente pueden ser buenas alternativas. Con una mecanización a escala adecuada, no solo disminuye el gasto de combustible, sino que también bajan las emisiones de gases contaminantes.

Al implementar estas prácticas regenerativas, contribuyes a mitigar el cambio climático y mejoras la productividad de tus cultivos. Estas estrategias demuestran que es posible lograr una agricultura más rentable y sostenible. ¡Súmate al cambio!

 

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Agriba Sustentable: innovaciones para un trigo más sostenible en el Bajío

Trigo cultivado con agricultura de conservación en el Bajío. (Foto: CIMMYT)
Trigo cultivado con agricultura de conservación en el Bajío. (Foto: CIMMYT)

Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), que busca transformar la producción de trigo en el Bajío mexicano mediante la adopción de tecnologías sustentables. Con un enfoque en la eficiencia productiva y el cuidado del medioambiente, el proyecto ha beneficiado de manera directa a los productores que abastecen con su grano a Grupo Trimex, extendiendo también su impacto a otros agricultores de la región.

El proyecto ha consolidado un menú tecnológico adaptado a las diversas condiciones de los productores del Bajío. Este menú se implementa en las parcelas a través de módulos y áreas de extensión, espacios que no solo permiten la aplicación de las tecnologías sustentables, sino que también sirven como referencia para otros agricultores.

El equipo técnico del proyecto destaca tres ejes clave de tecnologías promovidas:

  • Agricultura de conservación: incluye la cobertura del suelo con rastrojo y el uso de camas permanentes para reducir la erosión y mejorar la retención de humedad.
  • Fertilidad integral: comprende el análisis de suelos, la aplicación de fertilizantes de manera eficiente y el uso de sensores ópticos para mejorar la nutrición del cultivo.
  • Manejo agroecológico de plagas: promueve el uso de agentes de control biológico y productos de bajo impacto ambiental y a la salud humana.

Durante el presente ciclo productivo, el proyecto ha puesto énfasis en el análisis de suelos, el acondicionamiento de parcelas y, adicionalmente, en el establecimiento de vitrinas de nuevas variedades de trigo.

El análisis de suelos ha sido una estrategia fundamental, con la toma de muestras en módulos y áreas de extensión para implementar estrategias de fertilidad integral. Este diagnóstico permite un uso más eficiente de los fertilizantes, optimizando la productividad y reduciendo el impacto ambiental.

De manera complementaria, varios productores han invertido en maquinaria especializada, como el Cincel-Roturador, un implemento desarrollado en colaboración con la empresa Sembradoras Dobladenses y el Hub Bajío del CIMMYT. Esta innovación permite un mejor aprovechamiento del agua, una siembra más eficiente y la reducción del movimiento del suelo, factores clave para mejorar el rendimiento y la sostenibilidad del cultivo.

En los estados de Guanajuato, Michoacán y Jalisco, además, se han establecido vitrinas con nuevas variedades de trigo, es decir, parcelas experimentales donde se evalúa el desarrollo, adaptación y rendimiento de estos trigos, cuyas semillas fueron proporcionadas por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) para probar su desempeño en campo, a través de la colaboración de Lourdes Ledesma Ramírez y Ernesto Solís Moya, investigadores del programa de mejoramiento genético de trigo de dicho instituto.

Estas vitrinas representan una acción estratégica para encontrar soluciones al cambio climático, permitiendo identificar variedades más resilientes a la variabilidad climática que en la región se manifiesta, sobre todo, con sequías prolongadas: de acuerdo con el diagnóstico climático del estado de Guanajuato, las sequías se han intensificado y se prevé que, entre 2020 y 2045, la lluvia total anual se reduzca un 5 % en y hasta un 25 % en los años más secos.

Ante este contexto de cambio climático, las vitrinas, junto con las prácticas sustentables promovidas por el proyecto —como la cobertura de suelo que contribuye a la conservación de la humedad— son clave para fortalecer la actividad agrícola de la región. 

La flexibilidad del menú tecnológico de Agriba Sustentable permite que cada productor adopte las tecnologías más adecuadas a sus condiciones particulares. Mientras algunos agricultores han implementado la siembra directa, otros han comenzado por realizar análisis de suelo para mejorar la fertilidad de sus parcelas.

Con estos avances, Agriba Sustentable reafirma su compromiso con la innovación y la sustentabilidad en la producción de trigo, fortaleciendo la resiliencia de los productores del Bajío frente a los desafíos climáticos y promoviendo un modelo de agricultura más eficiente y sostenible.

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Jóvenes, guardianes de la biodiversidad

Especialista del CIMMYT en sesión con jóvenes estudiantes colombianos. (Foto: Nature Plus)
Especialista del CIMMYT en sesión con jóvenes estudiantes colombianos. (Foto: Nature Plus)

Aunque a lo largo de la historia han existido más de seis mil especies de plantas cultivables, en la actualidad solo nueve especies representan el 66 % de la producción mundial de cultivos. Esta pérdida de biodiversidad limita la capacidad de los sistemas agroalimentarios para adaptarse a los cambios climáticos y afecta la seguridad alimentaria de las poblaciones.

En este desafío, los jóvenes juegan un papel clave. En las zonas rurales de Colombia, representan el 26% de la población total, y su participación activa en la conservación de variedades locales de cultivos como maíz, papa, arroz, yuca, frutas y plantas medicinales es fundamental para preservar el patrimonio agrícola y garantizar la resiliencia de los ecosistemas locales ante los cambios en las dinámicas socioeconómicas y la variabilidad climática.

Sin embargo, los jóvenes enfrentan barreras significativas que limitan su capacidad para asumir este rol de manera efectiva. La falta de formación específica en conservación de recursos fitogenéticos y biodiversidad dificulta la aplicación de métodos adecuados para la preservación de los cultivos locales. Para superar estos desafíos, la iniciativa Nature+ del CGIAR ha fortalecido la resiliencia de los sistemas agrícolas promoviendo estrategias de conservación y manejo sustentable con la participación activa de los jóvenes.

Así, entre 2023 y 2024, se establecieron alianzas estratégicas en el Valle del Cauca con el objetivo de capacitar a jóvenes en la conservación de la biodiversidad, el manejo del agua y la salud del suelo. En esta colaboración participaron el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la Alianza Bioversity-CIAT, la Corporación no Nacional Ambiental Pecuaria y Agrícola de Bellavista (CAMPAB) y la Institución Educativa José María Falla. A través de estas alianzas, se involucró a tres grupos juveniles: la Institución Educativa José María Falla, el grupo de jóvenes investigadores Herederos del Planeta y el Club Cantarrana. En total, participaron 32 jóvenes, de los cuales cerca del 70% fueron mujeres. Además, se integró a 10 niñas y niños menores de 14 años, con el acompañamiento de sus padres.

Las actividades con los jóvenes incluyeron la siembra y conservación de variedades nativas de maíz como Diente de Caballo y Limeño, esenciales para la seguridad alimentaria local debido a su adaptación a las condiciones agroclimáticas de la región. “Estas variedades locales son fundamentales para la soberanía alimentaria de las comunidades rurales y su preservación garantiza que las futuras generaciones continúen accediendo a alimentos adaptados a su entorno”, explicaron los investigadores del proyecto.

Con el apoyo técnico de especialistas del CIMMYT y de la Alianza Bioversity-CIAT, y como parte de su proceso de formación académica, los jóvenes realizaron prácticas de manejo sustentable de los recursos, explorando alternativas a los fertilizantes químicos con base en análisis de suelo, elaboración de compost y el uso funcional de la biodiversidad, específicamente mediante la producción de la mosca soldado-negra como una alternativa sustentable para la transformación de residuos orgánicos, ya que la excreta de este insecto benéfico contiene nitrógeno, fósforo y potasio, elementos esenciales para mejorar la calidad del suelo y disminuir el uso de productos sintéticos.

Además de esta estrategia para promover una agricultura más sostenible y a fin de recuperar las variedades tradicionales de la zona, se establecieron parcelas de selección de variedades nativas de maíz Limeño amarillo en fincas de agricultores locales. Esta estrategia permitió que los jóvenes adquirieran conocimientos directamente de los productores, combinando el aprendizaje científico con los saberes tradicionales. Uno de los logros más importantes fue el fortalecimiento de capacidades en el manejo y conservación de semillas. Además, gracias a esta iniciativa, se contribuyó al equipamiento del banco de semillas de la Institución Educativa José María Falla, que ahora funge como un nodo de vinculación entre estudiantes y agricultores de la región.

Los jóvenes participantes han manifestado el impacto que esta experiencia ha tenido en su vida y en su visión sobre la agricultura y la conservación de la biodiversidad. Una de las estudiantes destacó: “Mi papel como joven en la conservación de semillas nativas es muy importante porque, a través de mi participación, se mantiene viva la tradición de conservarlas y transmitirlas a futuras generaciones”. Otro estudiante complementó: “Son muchos los conocimientos que obtuve en estas prácticas y me servirán para aplicarlos en la finca de mi padre”.

La colaboración entre organizaciones, instituciones educativas y comunidades rurales es crucial para continuar promoviendo este tipo de iniciativas. Solo a través del empoderamiento de los jóvenes y su vinculación con los agricultores se podrá asegurar que la riqueza genética de los cultivos tradicionales de Colombia siga siendo parte de la vida cotidiana, contribuyendo a la seguridad alimentaria y al bienestar de las generaciones futuras.

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Innovaciones poscosecha, un puente entre México y Benín

Sylvanus Odjo, especialista en poscosecha del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Sylvanus Odjo, especialista en poscosecha del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Benín es un país de África Occidental con población de más de 13 millones de habitantes y una economía fuertemente vinculada a la agricultura, donde el maíz es uno de los cultivos más importantes. A pesar de su riqueza agrícola, Benín enfrenta desafíos en la poscosecha de este cultivo, con altas pérdidas de granos debido a métodos convencionales de almacenamiento y la presencia de plagas.

A más de 10 mil kilómetros de este país africano, específicamente en Texcoco, Estado de México, un científico beninés estudia, valida y promueve tecnologías poscosecha que hoy benefician a miles de personas en todo el mundo. Se trata de Sylvanus Odjo, especialista en poscosecha del CIMMYT.

Uno de los principales enfoques de Sylvanus es la investigación y promoción de tecnologías herméticas de almacenamiento, como los silos metálicos herméticos y las bolsas plásticas herméticas que han demostrado ser efectivas para reducir pérdidas de granos durante el almacenamiento. Estas innovaciones son cruciales en regiones donde las pérdidas poscosecha, como en las zonas tropicales, pueden alcanzar hasta un 40%, afectando directamente la disponibilidad de alimentos y la economía de los pequeños productores.

La experiencia de Odjo en México ha sido fundamental para adaptar y transferir soluciones efectivas en el Sur-Sureste de México, pero también en otras latitudes. De hecho, se mantiene en constante actividad con la comunidad científica internacional, incluyendo la de su país natal. Recientemente, por ejemplo, participó en un estudio sobre métodos de almacenamiento de maíz en Benín, identificando oportunidades para la difusión de soluciones poscosecha que mejoren la calidad de vida de las comunidades locales.

De acuerdo con la investigación, en Benín, la mayoría de los agricultores almacenan su maíz en graneros cuyas características estructurales y métodos de conservación influyen en la magnitud de las pérdidas. Al analizar la diversidad y eficiencia de estos graneros en cinco zonas agroecológicas del país, se identificaron seis tipos principales, hechos de materiales vegetales o arcilla. “Los resultados mostraron que los métodos de almacenamiento varían según la región y el grupo étnico, y que los graneros en el sur del país son más propensos a las pérdidas que los del norte. Además, factores como el nivel educativo de los agricultores y el tipo de conservación empleado inciden en la cantidad de grano perdido”, señala el documento.

Ante este panorama, reducir las pérdidas poscosecha en Benín es clave para garantizar la seguridad alimentaria y disminuir la dependencia de importaciones. La falta de acceso a innovaciones en almacenamiento agrava el problema, por lo que la implementación de tecnologías herméticas y la mejora de la infraestructura de almacenamiento pueden ser soluciones viables para minimizar las pérdidas y mejorar los medios de vida de las comunidades rurales.

«Las pérdidas de granos durante la poscosecha son un desafío mundial y los productores, ya sea que estén en el Sur de México o en el centro de Benín, enfrentan desafíos similares. Nuestra labor implicar implica encontrar soluciones adaptadas a cada contexto; pero lo bueno es que podemos aprender de las experiencias de ambos lados para mitigar las pérdidas poscosecha; lo que permite aportar valiosas ideas sobre las mejores prácticas y las estrategias de éxito que se puede adaptar en otros contextos», enfatiza Sylvanus.

Sylvanus Odjo, formado académicamente en Benín y Bélgica, llegó a México en 2017, uniéndose al equipo del CIMMYT como investigador postdoctoral y, actualmente, impulsa y coordina investigación en poscosecha tanto en México, como en Centroamérica y África, trabajando con decenas de colaboradores para llenar brechas de investigación y proporcionar recomendaciones clave a agricultores, el sector privado, gobiernos y ONG.

El CIMMYT, como organismo de investigación científica internacional, desempeña un papel esencial en la promoción de la investigación colaborativa en beneficio de toda la humanidad. A través de especialistas como Sylvanus Odjo, se fortalecen los lazos entre sociedades, demostrando que la innovación agrícola y la cooperación global son fundamentales para enfrentar los desafíos de la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.

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Colombia avanza hacia un agro más sostenible con la metodología del Hub

Investigadores del CIMMYT dialogando con técnicos y productores colombianos. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)
Investigadores del CIMMYT dialogan con técnicos y productores colombianos. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)

En Colombia, el camino hacia una agricultura más sostenible y resiliente está tomando un impulso sin precedentes. Gracias a la implementación del proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible, diversas instituciones nacionales e internacionales colaboran para fortalecer la seguridad alimentaria y la productividad agrícola a través de innovaciones tecnológicas y modelos de gestión del conocimiento. Entre estas colaboraciones destaca la metodología del Hub, un modelo de gestión de la innovación desarrollado en México por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en conjunto con diversos actores, y el cual ya está siendo replicado con éxito en Guatemala, Honduras y diversos países de África.

El proyecto, coordinado por la Alianza Bioversity & CIAT, cuenta con 18 socios estratégicos para su ejecución, de los cuales Agrosavia, CIMMYT y Fenalce aportan en el sistema productivo de maíz al objetivo de transformar el sector agroalimentario colombiano mediante la adopción de tecnologías agrícolas sustentables y el fortalecimiento de las redes de colaboración entre productores, investigadores y otros actores clave. 

Para ello, se han identificado regiones piloto donde se implementa la metodología del Hub, promoviendo el intercambio de conocimientos, la validación de prácticas innovadoras y el fortalecimiento de capacidades.

En julio de 2024, por ejemplo, se llevaron a cabo reuniones de articulación del proyecto y recorridos de campo en las principales regiones productoras de maíz de Colombia: el Norte del Valle del Cauca, Tolima y Córdoba. Durante estas visitas, equipos de la Alianza Bioversity & CIAT, AGROSAVIA, Fenalce y el CIMMYT evaluaron las condiciones de producción, identificaron fortalezas y áreas de oportunidad, y diseñaron estrategias para la consolidación de los territorios de innovación.

Uno de los resultados más significativos de estas evaluaciones fue la definición de un plan de capacitación para productores, investigadores y técnicos. Este plan, que ya ha dado sus primeros pasos, busca dotar a los actores locales de herramientas para mejorar el rendimiento del cultivo de maíz mediante prácticas agronómicas sustentables, el manejo de plagas y la conservación de semillas.

Así, en noviembre se desarrollaron tres talleres en distintas regiones del país. Los dos primeros se realizaron en La Unión, Valle del Cauca, y en Montería, Córdoba, con el objetivo de identificar y vincular a los actores clave dentro del sistema productivo del maíz. El tercero, llevado a cabo en la Vereda Nueva Platanera, Tierralta, Córdoba, estuvo enfocado en la producción y conservación de semillas para pequeños productores.

A partir de estos eventos se realizó un mapeo de actores con el fin de analizar las interacciones dentro de la red productiva del maíz. Este ejercicio permitió evaluar el grado de innovación adoptado por los agricultores y la influencia de distintos actores, como técnicos, empresas, universidades e instituciones gubernamentales, en la diseminación del conocimiento y la adopción de tecnologías sustentables.

Los resultados de estos talleres han sido alentadores. Hasta la fecha, se han capacitado 220 personas en temáticas clave como el manejo de plagas (particularmente de Dalbulus maydis que ha representado un serio problema recientemente), la producción y conservación de semillas, y estrategias de adaptación al cambio climático. Además, el mapeo de actores ha facilitado la identificación de oportunidades para fortalecer las redes de colaboración y promover la adopción de innovaciones en el sistema productivo.

Uno de los aprendizajes clave ha sido la importancia del monitoreo constante en la implementación de estrategias de manejo sustentable. Los participantes de los talleres han destacado la necesidad de generar espacios de capacitación desde las etapas iniciales del cultivo, incluyendo la preparación de los lotes para siembra, a fin de maximizar los beneficios de las prácticas sostenibles.

El enfoque del Hub, que ha demostrado ser un modelo eficaz en México y otros países, está logrando avances significativos en Colombia. Al conectar a los actores de la cadena de valor del maíz, facilitar la generación y socialización del conocimiento, e impulsar la innovación desde el nivel local, esta metodología representa una solución integral para enfrentar los desafíos de la agricultura en el país.

Con el trabajo coordinado de instituciones, productores y científicos, Colombia está sentando las bases para un sector agroalimentario más resiliente y competitivo. La experiencia del CIMMYT en la implementación de la metodología del Hub en diferentes regiones del mundo es una muestra de cómo la ciencia, la innovación y la colaboración pueden transformar el futuro de la agricultura colombiana.

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Disponible la memoria del 2º Simposio Internacional sobre innovación en agricultura regenerativa

Portada de la Memoria del 2º Simposio Internacional de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica, realizado en septiembre de 2024 en Texcoco, México.
Portada de la Memoria del 2º Simposio Internacional de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica, realizado en septiembre de 2024 en Texcoco, México.

Ya está disponible en el repositorio del CIMMYT la memoria del 2º Simposio Internacional de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica: Agricultura regenerativa: ¿ocurrencia o ciencia?, celebrado del 25 al 27 de septiembre de 2024 en Texcoco, Estado de México, con sedes en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Universidad Autónoma Chapingo.

Este evento reunió a más de 90 participantes, entre productores, académicos, investigadores y técnicos del sector agrícola de América Latina, quienes discutieron el impacto y la relevancia de las prácticas de agricultura regenerativa en el contexto de la sostenibilidad agroalimentaria. Durante los tres días de actividades, se llevaron a cabo talleres especializados, conferencias magistrales, mesas de trabajo y visitas técnicas, en las que se exploró cómo implementar plataformas de investigación agrícola para enfrentar los retos actuales.

La memoria de este simposio recoge las principales conclusiones y avances presentados, lo que proporciona una valiosa fuente de información para todos los interesados en el futuro de la agricultura y la investigación científica aplicada.

Descarga la memoria completa a través de este enlace:
https://repository.cimmyt.org/entities/publication/2bbe95bc-90cd-4f70-b819-3f11f9be327d
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Tips para reparar una bolsa plástica hermética y conservar tus granos

Jessica González, coordinadora de Investigación del CIMMYT, explica cómo reparar bolsas plásticas herméticas para garantizar la conservación de granos y proteger la calidad de las cosechas. (Foto: CIMMYT)
Jessica González, coordinadora de Investigación del CIMMYT, explica cómo reparar bolsas plásticas herméticas para garantizar la conservación de granos y proteger la calidad de las cosechas. (Foto: CIMMYT)

Las bolsas plásticas herméticas son ideales para almacenar granos, pero pueden dañarse con perforaciones. Jessica González, coordinadora de Investigación de Hub Valles Altos del CIMMYT, nos comparte cómo repararlas de manera fácil y económica para seguir protegiendo tu cosecha.

Materiales necesarios

Materiales necesarios para reparar bolsas plásticas herméticas: cinta gris, tijeras, trapos y marcadores, esenciales para garantizar la conservación de los granos. (Foto: CIMMYT)
Materiales necesarios para reparar bolsas plásticas herméticas: cinta gris, tijeras, trapos y marcadores, esenciales para garantizar la conservación de los granos. (Foto: CIMMYT)
  • Cinta gris adhesiva para ductos, que tiene tres capas:
    • Capa adherente (inferior).
    • Capa de tela (interior) para elasticidad.
    • Capa de polipropileno (exterior) para impermeabilidad.
  • Un trapo seco.
  • Tijeras
  • Marcador

Pasos para reparar una bolsa plástica hermética

Limpia la bolsa:

Limpieza de la bolsa plástica hermética antes de la reparación, un paso clave para asegurar la adherencia de la cinta y mantener la hermeticidad. (Foto: CIMMYT)
Limpieza de la bolsa plástica hermética antes de la reparación, un paso clave para asegurar la adherencia de la cinta y mantener la hermeticidad. (Foto: CIMMYT)
  • Asegúrate de eliminar tamo —pelusa o residuos muy finos que dejan los granos— y polvo por dentro y por fuera de la bolsa para evitar que estas obstruyan perforaciones en la prueba de hermeticidad y facilitar la adhesión de la cinta durante la reparación.

Prueba de hermeticidad con aire:

Realización de la prueba de hermeticidad al llenar la bolsa con aire para identificar posibles perforaciones y fugas de aire. (Foto: CIMMYT)
Realización de la prueba de hermeticidad al llenar la bolsa con aire para identificar posibles perforaciones y fugas de aire. (Foto: CIMMYT)
  • Llena la bolsa con aire cerca de su máxima capacidad usando movimientos manuales o instrumentos como una compresora o aspiradora.
Ejecución del amarre de la bolsa plástica hermética para mantener el aire en su interior y garantizar la conservación de los granos. (Foto: CIMMYT)
Ejecución del amarre de la bolsa plástica hermética para mantener el aire en su interior y garantizar la conservación de los granos. (Foto: CIMMYT)
  • Cierra la bolsa inmediatamente para mantener el aire en el interior.
Verificación cuidadosa de las fugas de aire en la bolsa plástica hermética para identificar perforaciones y garantizar su reparación. (Foto: CIMMYT)
Verificación cuidadosa de las fugas de aire en la bolsa plástica hermética para identificar perforaciones y garantizar su reparación. (Foto: CIMMYT)
  • Presiona suavemente la bolsa para buscar y percibir fugas de aire.

Identifica las fugas:

Identificación de las áreas dañadas en la bolsa plástica hermética para facilitar su reparación y garantizar su uso eficiente. (Foto: CIMMYT)
Identificación de las áreas dañadas en la bolsa plástica hermética para facilitar su reparación y garantizar su uso eficiente. (Foto: CIMMYT)
  • Marca las áreas dañadas y limpia la zona con un trapo seco para mejorar el pegado de la cinta gris.

Repara los orificios:

Colocación de cinta gris en la bolsa plástica hermética para reparar perforaciones y restaurar su funcionalidad. (Foto: CIMMYT)
Colocación de cinta gris en la bolsa plástica hermética para reparar perforaciones y restaurar su funcionalidad. (Foto: CIMMYT)
  • Corta pequeños pedazos de cinta gris y colócalos por dentro y por fuera de la bolsa, cubriendo cada orificio.
  • Una capa por cada lado es suficiente para sellar la fuga.

Verifica la reparación:

Repetición de la prueba de hermeticidad, para verificar que la reparación sea efectiva. (Foto: CIMMYT)
Repetición de la prueba de hermeticidad, para verificar que la reparación sea efectiva. (Foto: CIMMYT)
  • Realiza nuevamente la prueba de aire para asegurarte de que la bolsa esté completamente hermética.

Almacena la bolsa reparada:

Proceso de enrollado de la bolsa plástica hermética reparada, y así asegurar su almacenamiento adecuado para su uso. (Foto: CIMMYT)
Proceso de enrollado de la bolsa plástica hermética reparada, y así asegurar su almacenamiento adecuado para su uso. (Foto: CIMMYT)
  • Enrolla la bolsa y guárdala en un costal seco y limpio para usarla inmediatamente o en un futuro.
Almacenamiento adecuado de la bolsa plástica hermética reparada dentro de un costal seco y limpio para garantizar su conservación. (Foto: CIMMYT)
Almacenamiento adecuado de la bolsa plástica hermética reparada dentro de un costal seco y limpio para garantizar su conservación. (Foto: CIMMYT)

Recomendaciones finales

  • Este método es ideal para reparar pocos y pequeños orificios, como una solución provisional antes de considerar un reemplazo.
  • Si tu bolsa plástica hermética está perforada, no dudes en repararla con cinta gris adhesiva para ductospara conservar tu cosecha y proteger la calidad de tus granos.

Con estas sencillas reparaciones, mantén tus granos protegidos y tu cosecha en óptimas condiciones.