Autoridades de la SEFADER y el CIMMYT durante la reunión para delinear nuevas líneas de acción para el proyecto que ambas instituciones impulsan en Oaxaca. (Foto: SEFADER / CIMMYT)
Autoridades de la SEFADER y el CIMMYT durante la reunión para delinear nuevas líneas de acción para el proyecto que ambas instituciones impulsan en Oaxaca. (Foto: SEFADER / CIMMYT)
La Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han reafirmado su alianza para consolidar la agricultura sustentable en Oaxaca. Este 5 de febrero, en la Ciudad de Oaxaca, Víctor López Leyva, titular de la SEFADER, y Jelle Van Loon, director asociado del Programa de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles del CIMMYT, firmaron una carta de intención que da continuidad al proyecto Fortalecimiento del sistema agroalimentario en el Estado de Oaxaca, sentando las bases para una segunda fase con nuevas líneas de acción.
Desde su inicio en 2023, este proyecto ha sido clave para la producción sostenible de maíz, contribuyendo a la seguridad alimentaria y al abastecimiento sustentable de granos en el estado. Además, ha servido como pilar para fortalecer los programas Autosuficiencia Alimentaria y Abasto Seguro de Maíz del gobierno estatal, mediante capacitación especializada y el desarrollo de una red de investigación aplicada.
Los resultados han sido significativos: más de 20 mil hectáreas y 10 mil personas beneficiadas en el marco del programa Autosuficiencia Alimentaria; más de 15 mil hectáreas y 10 mil personas impactadas a través de Abasto Seguro de Maíz; y cerca de 99 mil personas capacitadas en más de 4,500 eventos realizados en las ocho regiones del estado.
En este sentido, el secretario Víctor López Leyva destacó: «En seguimiento al convenio de colaboración con el CIMMYT, se impulsa la agricultura sustentable a través de la implementación de prácticas agroecológicas. Este esfuerzo se centra en la producción de maíz, buscando asegurar la alimentación y el abasto sustentable de granos en el Estado de Oaxaca. Trabajamos en metas multianuales y líneas estratégicas a largo plazo, con el firme objetivo de alcanzar la autosuficiencia del maíz«.
Reunión para la firma de la carta de intención que extiende el alcance del proyecto entre SEFADER y el CIMMYT. (Foto: SEFADER / CIMMYT)
El impacto del proyecto va más allá de la producción de granos. Con la implementación de módulos, áreas de extensión y una red de seis plataformas de investigaciónen Valles Centrales, Mixteca, Costa, Sierra Mixe, Sierra Sur e Istmo, se han validado y adaptado tecnologías sustentables a cada región. Estas plataformas han promovido prácticas como el manejo agroecológico de plagas, biofertilizantes, fertilización fraccionada, agricultura de conservación y poscosecha, además de impulsar estrategias clave como la no quema, la conservación de suelos y agua, y el resguardo de la biodiversidad.
Además, la iniciativa sentará las bases para el desarrollo de agronegocios y el fortalecimiento de las cadenas de valor en Oaxaca, impulsando nuevas oportunidades económicas para los productores y mejorando su acceso a mercados más rentables. Esta visión se refuerza con la estrategia Formador de Formadores, que permitirá que técnicos especializados capacitados por el CIMMYT multipliquen el conocimiento entre extensionistas y agricultores, asegurando un acompañamiento técnico eficiente.
Técnica de SEFADER explicando las innovaciones sustentables implementadas a partir de la capacitación con CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Jaime Leal, gerente del Hub Pacífico Sur del CIMMYT, señaló: «Se está considerando no solo continuar el proyecto, sino extender su marco de acción incorporando la plataforma digital e-Agrology, desarrollada por el CIMMYT, a más ámbitos del sistema agroalimentario de Oaxaca. La meta es hacer de esta herramienta un recurso versátil para generar información estratégica tanto agrícola como pecuaria y pesquera. Además, buscamos reducir el uso de agroquímicos y hacer más rentable la producción estatal».
Con este esfuerzo, SEFADER y CIMMYT consolidan su compromiso con la agricultura sustentable y los productores oaxaqueños, promoviendo modelos de producción que aseguren la rentabilidad sin comprometer los recursos naturales.
En el evento también estuvieron presentes Flavio Aragón Cuevas, subsecretario de Seguridad Alimentaria; Mario Robles González, subsecretario de Agronegocios; Carolina Cruz Moreno, jefa del departamento de Acuacultura; José Roberto Agustín Francisco, director de Fomento Agrícola; y Enrique Rojas Rojas, jefe de departamento de Salud Animal.
De izquierda a derecha: Bram Govaerts, Diego Montenegro y Pedro Díaz. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
De izquierda a derecha: Bram Govaerts, Diego Montenegro y Pedro Díaz. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Texcoco, Estado de México, 6 y 7 de noviembre de 2024 – Reducir las emisiones de carbono (CO₂) se ha convertido en una prioridad a nivel mundial, ya que las graves consecuencias del calentamiento global afectan de manera directa a todos.
El CO₂ es el gas de efecto invernadero (GEI) más abundante, representando el 82 % de las emisiones globales. Los sumideros de carbono son sistemas naturales que permiten retirar parte del CO₂ de la atmósfera mediante su captura o recarbonización. De hecho, los suelos sanos son el segundo sumidero de carbono más importante, después de los océanos. La implementación progresiva de prácticas regenerativas para restaurar la salud del suelo es una acción imprescindible en la agricultura, necesaria para contribuir de manera significativa a la recarbonización de los suelos.
Los esfuerzos de recarbonización de los suelos agrícolas en la producción primaria deberán ser complementados con un vigoroso proceso de descarbonización de los sistemas agroalimentarios que, al reducir sus emisiones de GEI en sucesivos eslabones, garanticen una solución de largo plazo a la actual emergencia climática.
Bajo estas premisas, CIMMYT, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y los Fideicomisos Instituidos en Relación para la Agricultura (FIRA) han unido esfuerzos en una alianza estratégica para transformar los sistemas agroalimentarios, enfocándose en la recarbonización de los suelos y la descarbonización de los sistemas agroalimentarios y sus cadenas de valor, convencidos de que más allá de ser parte del problema del cambio climático, la agricultura es una parte fundamental de la solución.
Durante el primer foro, «Recarbonización de los suelos agrícolas y descarbonización de los sistemas agroalimentarios», expertos de instituciones públicas y privadas intercambiaron experiencias y exploraron cómo la integración de la ciencia y el conocimiento ancestral de las comunidades rurales pueden regenerar los suelos, reducir las emisiones y construir sistemas de producción de bajas emisiones y alta adaptabilidad frente a los impactos climáticos en diversas regiones agroecológicas de México y América Latina.
Durante su intervención, Bram Govaerts, director general de CIMMYT, señaló: “Mitigar el cambio climático requiere que hagamos ambas cosas: recarbonizar los suelos y descarbonizar. En este caso, el carbono es la medida que tomamos, pero, obviamente, también consideramos las emisiones de fertilizantes nitrogenados. Si los dejamos en el aire, tienen una huella más grande que el carbono, aunque todo se mide en carbono. Además, es necesario transformar el enfoque puramente productivo, que quizás fue el objetivo hace 50 o 60 años, hacia un enfoque de resiliencia. Es decir, pasamos de un enfoque productivo eficiente a uno efectivo y resiliente. La resiliencia significa que podemos adaptarnos cuando enfrentamos fenómenos como El Niño o variaciones en las lluvias, como en 2004 cuando la lluvia tardó en llegar y luego llegó intensa pero brevemente. Esta resiliencia es esencial para el sector agroalimentario”.
Jelle Van Loon, director asociado del Programa de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles de CIMMYT, destacó la importancia de la cooperación entre instituciones para enfrentar los desafíos del cambio climático en la agricultura. “La Agricultura Regenerativa no es solo un concepto, es una necesidad imperativa para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad del planeta,” afirmó.
Durante su intervención en el segundo día del Foro de Recarbonización de Suelos Agrícolas y Descarbonización de los Sistemas Agroalimentarios, Van Loon subrayó cómo los hallazgos en investigación y los ensayos a largo plazo demuestran los beneficios de prácticas regenerativas, como los cultivos de cobertura y el uso de abonos orgánicos, para mejorar la salud del suelo y mitigar las emisiones de CO₂. Además, resaltó la relevancia de integrar el conocimiento científico con la experiencia práctica, aprovechar tecnologías de punta y construir alianzas internacionales para impulsar con rapidez la transformación del sector agrícola.
Jesús Alan Elizondo Flores, director general de FIRA, dio a conocer la estrategia de sostenibilidad que esta institución tiene implementada en su día a día, y que se está poniendo en marcha gracias a la red de 88 oficinas locales que se tienen en todo el territorio nacional. Explicó los pilares en los que se sustenta su plan de sostenibilidad: no dañar, hacer el bien e involucrar.
Comentó el enfoque agroecológico en sus planes, en los que resaltan los servicios financieros adaptados, el uso de biofertilizantes, el uso de nuevas tecnologías, la agricultura ambientalmente sostenible, la gestión del agua, la agroforestería, el fomento de asociaciones y redes (modelo de extensionismo de productor a productor), el prestar asesoramiento y facilitar certificaciones para los productores y la vinculación de pequeños productores al mercado de bonos de carbono. Finalmente, resaltó el papel que puede desempeñar el financiamiento en la recarbonización de suelos.
Por su parte, Diego Montenegro, representante del IICA en México, destacó la importancia de las alianzas estratégicas entre los diversos actores de los sistemas agroalimentarios como un pilar clave en la cooperación técnica internacional. Señaló que estas alianzas son esenciales para posicionar a los productores como actores centrales y utilizar el rigor de la ciencia, la tecnología y la innovación para impulsar la agricultura como parte de la solución ante el cambio climático. Montenegro expresó: “Este foro debería conducirnos hacia la construcción de un nuevo paradigma, una nueva manera de hacer agricultura en México y en el mundo. Traigo un mensaje de optimismo: lo que se está haciendo, aunque aún no a una escala masiva, representa el camino hacia prácticas agrícolas responsables que necesitamos expandir y difundir.»
Subrayó que la agricultura de conservación, el manejo ecológico de nutrientes y plagas, y los análisis físicos, químicos y biológicos de suelos, junto con paisajes vivos y agrodiversos, son prácticas que permiten enfrentar el cambio climático y recuperar la salud de los suelos, para avanzar en la seguridad agroalimentaria de manera sostenible. Montenegro enfatizó: “Es a partir de estas alianzas, de este trabajo acumulado y coordinado, que lograremos los resultados que todos esperamos en la construcción de un modelo agrícola más sostenible.” Estas acciones contribuyen también a la paz social y a la reducción de la pobreza, lo que logra un impacto positivo y duradero en el bienestar de las comunidades rurales.
En la segunda conferencia magistral, Rattan Lal, Premio Mundial de Alimentación 2020 y embajador de Buena Voluntad del IICA, enfatizó la importancia de entender las distintas formas de carbono en los suelos y su impacto en el medioambiente. Explicó cómo el carbono liberado por el suelo puede transformarse en diferentes tipos según su proceso y destino, lo que incluye el carbono azulen acuíferos, el carbono negro en procesos de pirólisis y el carbono rojo a través de la respiración.
Lal hizo un llamado a reflexionar sobre el impacto humano en las emisiones globales de carbono: “El cambio de uso de la tierra y la agricultura representa el 34 % de las emisiones de carbono, mientras que la combustión de combustibles fósiles representa el 66 %.” Asimismo, subrayó la urgencia de restaurar los suelos como parte de la solución climática, ya que estos han perdido su contenido orgánico debido a la degradación y el agotamiento de la materia orgánica. “Debemos generar un presupuesto positivo de carbono en los suelos para capturar carbono de manera efectiva”, destacó.
Por otro lado, Lal propuso la creación de “derechos de los suelos” para garantizar su protección y manejo responsable, y sugirió que “los suelos deben ser protegidos, restaurados y bien administrados, al igual que los derechos humanos universales”. También señaló la necesidad de fondos significativos para respaldar la restauración de suelos y hacer sostenible la agricultura, al proponer un presupuesto anual de $100,000 millones de dólares como inversión global en la salud del suelo y la agricultura regenerativa.
En su intervención en uno de los paneles del segundo día del foro, Elisa Muñoz Rodríguez, ingeniera química y productora en Guanajuato, explicó cómo ha implementado prácticas agrícolas sostenibles en sus tierras familiares. “Incorporamos el 100 % de los rastrojos al suelo, evitando su quema y usando bacterias benéficas y fertilizantes orgánicos,” comentó Muñoz Rodríguez. Sin embargo, destacó los retos de convencer a otros agricultores de adoptar prácticas similares, ya que muchos prefieren vender o quemar los rastrojos. “Aunque ven los resultados de nuestra producción, es difícil convencerlos. Pero seguimos insistiendo en la importancia de cuidar la tierra,” afirmó.
Por su parte, María Eugenia Rico González, agricultora del Valle de Santiago, compartió su experiencia en la adopción de la agricultura de conservación. Con 18 años en el campo, ha reducido entre el 20 % y el 25 % de los costos de producción mediante prácticas sostenibles, inclusive el uso de menos maquinaria y labranza de conservación. “Este cambio no solo reduce nuestras emisiones de carbono, sino que también mejora la salud del suelo a largo plazo,” dijo Rico González. Asimismo, reconoció los desafíos culturales y de género, ya que, como mujer en la agricultura, ha enfrentado escepticismo. Sin embargo, sus resultados han inspirado a otros en su comunidad a considerar estas prácticas.
En las reflexiones finales, José Luis Ayala, Coordinador Técnico del IICA México, indicó que uno de los pilares fundamentales para avanzar en este cambio de paradigma hacia una agricultura resiliente y eficiente es, sin duda alguna, la acción colectiva con los productores. “Sí podemos, trabajando colaborativamente a través de una agricultura regenerativa baja en emisiones y vinculada a la bioeconomía, avanzar en la seguridad agroalimentaria, en reducir la pobreza y en la construcción colectiva de un mejor futuro”, concluyó.
El Foro contó con la participación de importantes actores: organismos internacionales como FAO; actores del sector privado como ILBI, Canopia, Boomitra, Banca MIFEL, HSBC México, HEINEKEN México, Kellanova, SYNGENTA, Nestlé, entre otros; del sector público como el gobierno de Chile y EMBRAPA; y de la academia como la UNAM y la Universidad de Oxford. Al abordar la descarbonización y recarbonización como un sistema interconectado se busca que los todos actores comprendan mejor cómo el trabajo colectivo puede generar un impacto positivo y duradero en la lucha contra el cambio climático.
Las alianzas estratégicas entre CIMMYT, IICA y FIRA, junto con todos los actores del sector agrícola, trazan una hoja de ruta para la construcción de la agricultura del futuro desde el presente, una agricultura baja en emisiones, más resiliente, más inclusiva y más competitiva, que produzca alimentos sanos y nutritivos suficientes para la humanidad, y un renovado compromiso colectivo hacia un planeta más equilibrado.
Acerca de CIMMYT
CIMMYT es una organización pública internacional dedicada a mejorar los sistemas agrícolas del Sur Global mediante ciencia aplicada, innovación y colaboración. A través de una red de innovación en América Latina y el Caribe, CIMMYT impulsa prácticas sostenibles y resilientes, trabajando junto a agricultores, gobiernos y sectores productivos para garantizar un futuro seguro y sustentable en el sector agroalimentario. Todo este esfuerzo permitirá asegurar que la ciencia y la innovación contribuyan a un mundo con seguridad alimentaria y nutricional, orientando las metas organizacionales de CIMMYT hacia el fortalecimiento de la resiliencia y sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios.
Acerca de IICA
El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) es un organismo internacional comprometido con el desarrollo agrícola y el bienestar rural en las Américas. A través de la promoción de políticas públicas, la cooperación técnica y la capacitación de capacidades en el sector agroalimentario, el IICA impulsa la sostenibilidad, competitividad y resiliencia del sector agrícola en América Latina y el Caribe, apoyando la colaboración entre países y sectores para enfrentar los retos globales y promover la seguridad alimentaria en la región.
Acerca de FIRA
Los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) son una institución del Gobierno Mexicano que promueve el desarrollo agrícola mediante financiamiento, asistencia técnica y formación de capacidades. FIRA facilita la adopción de prácticas sostenibles, respaldando a los agricultores en la transición hacia sistemas de producción modernos y sostenibles, y contribuyendo a la transformación del sector agroalimentario en México hacia un modelo de bajas emisiones y resiliencia climática.
México, Ciudad de México – 10 de abril del 2024 — Cargill México y CIMMYT presentaron la edición 2023 del Premio Cargill-CIMMYT a la Seguridad Alimentaria y la Sustentabilidad, que tiene por objetivo reconocer e impulsar los proyectos y acciones que contribuyen a mitigar y resolver los problemas alimentarios que enfrenta el país.
De izquierda a derecha, Fernando Guareschi, Presidente de Cargill México, ganador Jóvenes Eduardo Cruz, Heriberto López, ganador Líder de Opinión Arturo Ortiz, ganador Productor Carlos Barragán, ganador Investigador Andrés Mandujano, Bram Govaerts, Director General de CIMMYT (Foto: CIMMYT).
Con este premio, Cargill y CIMMYT buscan promover acciones y proyectos que contengan ideas innovadoras sobre tecnologías, insumos productivos, prácticas agronómicas, modelos de comercialización, esquemas de colaboración, entre otros, que den como resultado un incremento sostenible y escalable de la producción agrícola en México.
“El objetivo de esta iniciativa es identificar y reconocer innovaciones tecnológicas, acciones y prácticas que contribuyen a fortalecer la seguridad alimentaria y la sustentabilidad del campo mexicano”, señaló Fernando Guareschi, Presidente de Cargill México. “Los proyectos premiados representan un logro para los productores, investigadores, líderes de opinión y jóvenes que participan en cada proyecto. Es para nosotros un indicador de que estamos en el camino correcto para cumplir nuestro objetivo de nutrir al mundo de una manera segura, responsable y sostenible”.
Esta edición 2023 del premio reconoce las innovaciones que conduzcan a una mejor integración de las cadenas de valor de granos básicos, así como las prácticas productivas o de mercado que mejoren la calidad de vida de las y los productores en comunidades o núcleos agrícolas.
“Para CIMMYT, la alianza con Cargill ha sido clave para reconocer e impulsar el talento y la innovación de los actores de las cadenas de valor de granos básicos en México que comparten nuestra determinación de transformar los sistemas agrícolas para volverlos más resilientes, sostenibles e incluyentes y fortalecer así la seguridad alimentaria de todas y todos los mexicanos”, comentó Bram Govaerts, Director General del organismo internacional.
En el marco de la ceremonia de premiación, se reconocieron a los proyectos ganadores en las categorías de: Investigadores, Productores, Líderes de Opinión y Jóvenes del sector agrícola mexicano.
Los galardonados de la edición 2023 del Premio Cargill–CIMMYT fueron:
Andrés Mandujano Bueno en la categoría de Investigadores, con el proyecto “Algoritmos para optimizar el uso de fertilizante nitrogenado”
Carlos Barragán García en la categoría de Productores, con el proyecto “Agricultura familiar y agronegocios”
Arturo Javier Ortiz García en la categoría de Líderes de Opinión, con el proyecto “Islas agropecuarias”
Eduardo Cruz Rojo en la categoría de Jóvenes, con los proyectos “Nuevos Métodos de producción para la zona del Valle del Mezquital”
En esta edición, participaron proyectos que fueron evaluados por un jurado y un Comité de Expertos del sector de agricultura y alimentación, quienes tuvieron la responsabilidad de determinar a los ganadores. Los proyectos fueron evaluados con criterios específicos en cada categoría, entre las que se incluyen:
Ser Productores de sistemas de producción de granos básicos como maíz, trigo, cebada y sorgo
Ser Científicos e investigadores en agronomía, genética, mejoramiento de maíz, trigo, cebada o sorgo, y tecnologías de la información y la telecomunicación aplicadas al sector agroalimentario
Ser Líderes de asociaciones de productores, técnicos y profesionales de la comunicación que trabajan en el sector agroalimentario de México.
Ser Jóvenes que hayan realizado actividades sobresalientes o destacadas en el sector agrícola sostenible en México, hayan implementado un programa piloto en su comunidad o que contribuyan a la innovación tecnológica agrícola.
Acerca de Cargill
Cargill se compromete a suministrar alimentos, ingredientes, soluciones agrícolas y productos industriales para nutrir al mundo de forma segura, responsable y sostenible. Situados en el centro de la cadena de suministro, colaboramos con agricultores y clientes para obtener, fabricar y suministrar productos vitales para la vida.
Los 160.000 miembros de nuestro equipo innovan con propósito, proporcionando a los clientes lo esencial para que las empresas crezcan, las comunidades prosperen y los consumidores vivan bien. Con 159 años de experiencia como empresa familiar, miramos hacia el futuro manteniéndonos fieles a nuestros valores. Priorizamos a las personas. Apuntamos a la excelencia. Hacemos lo correcto, hoy y para las futuras generaciones. Para más información, visite Cargill.com y nuestro Centro de Noticias.
Acerca de CIMMYT
CIMMYT es una organización internacional pionera en el mundo, sin fines de lucro, dedicada a resolver hoy los problemas del mañana. Se encarga de promover mejoras en la cantidad, calidad y fiabilidad de los sistemas de producción y de los cereales básicos como el maíz, trigo, triticale, sorgo, mijo y cultivos asociados mediante la ciencia agrícola aplicada, especialmente en el sur global, a través de la creación de colaboraciones sólidas. Esta combinación mejora el desempeño de los medios de subsistencia y la resiliencia de millones de agricultores de escasos recursos, y trabaja por un sistema agroalimentario más productivo, incluyente y resiliente dentro de los límites globales.
El CIMMYT es uno de los principales centros de investigación del GCIAR, una asociación mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.
De izquierda a derecha: Ragnhild Imerslund, Embajadora de Noruega en México; Gloria Sandoval, Directora Ejecutiva de la AMEXCID; y Bram Govaerts, Director General del CIMMYT, durante la firma de la Carta de Intención en la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
De izquierda a derecha: Ragnhild Imerslund, Embajadora de Noruega en México; Gloria Sandoval, Directora Ejecutiva de la AMEXCID; y Bram Govaerts, Director General de CIMMYT, durante la firma de la Carta de Intención en la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Para impulsar el desarrollo sustentable del campo en el sur de México, Guatemala y Honduras, el Gobierno de México, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID); el Gobierno de Noruega, a través de su embajada en México; y CIMMYT, suscribieron una alianza de cooperación triangular que busca establecer un marco de colaboración cuyas acciones y estrategias permitan mejorar el estado nutricional, económico y social en la región mediante una transición hacia una agricultura sostenible.
La firma del instrumento se realizó en las instalaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y contó con la presencia de Gloria Sandoval, Directora Ejecutiva de la AMEXCID; Ragnhild Imerslund, Embajadora de Noruega en México; Ulises Canchola, Embajador de México en Noruega; y Bram Govaerts, Director General de CIMMYT.
«Los esfuerzos de cooperación entre Noruega, CIMMYT y México, con esta carta de intención, marcan el inicio de una relación innovadora entre estos tres socios de cooperación que beneficiará a la población del Sur-Sureste de nuestro país y a Centroamérica. La cooperación triangular ofrece una oportunidad única para combinar conocimientos, recursos y experiencias en beneficio de todos», comentó la Directora Ejecutiva de la AMEXCID.
Por su parte, la Embajadora de Noruega en México mencionó que “todos compartimos los mismos retos y compromisos, a mediano y largo plazo, así que necesitamos aumentar la producción local de alimentos, para crear cadenas de valor locales y regionales. Sabemos que colaboración internacional y la participación activa de los centros de investigación internacionales y nacionales es clave para cumplir con nuestros objetivos. Por esto, me emociona mucho la perspectiva de establecer una cooperación trilateral entre México, Noruega y CIMMYT, y quiero felicitar a AMEXCID y a CIMMYT por firmar esta carta de intención para priorizar el trabajo colaborativo en temas agrícolas”.
La propuesta, mencionó el Director General de CIMMYT durante su intervención, “busca construir paz, desarrollo y prosperidad a través del desarrollo agrícola y tiene como base el proyecto de cooperación triangular Avanzando hacia Sistemas Integrados de Innovación Agroalimentaria en Guatemala, Honduras y los estados del sur de México: Chiapas, Oaxaca y Yucatán, de manera que busca desarrollar una iniciativa de sistemas agroalimentarios integrados para aumentar su resiliencia y crear estabilidad social y económica entre la población rural y urbana en situación de pobreza en Guatemala, Honduras y el sur de México”.
Esta alianza estratégica tiene antecedentes en la iniciativa Agricultura para la Paz, de la SRE, la Embajada de México en Noruega, el Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, CIMMYT y diversos colaboradores. Ésta considera que los contextos adversos pueden ser transformados a través de la ciencia colaborativa y por ello promueve alrededor del mundo un modelo de innovación agrícola, denominado Hub, que en México permitió, por ejemplo, impactar positivamente a más de 300 mil agricultores en más de un millón de hectáreas como parte del programa MasAgro-Cultivos para México.
Con cerca de seis décadas de labor en México y una innovadora Estrategia 2030 orientada hacia un futuro con seguridad alimentaria y nutricional, CIMMYT se suma a esta alianza estratégica con los gobiernos de México y Noruega para impulsar, en un contexto de cambio climático y de sucesivas crisis, ideas, proyectos e innovaciones que permitan multiplicar los beneficios de una paz construida sobre la base de sistemas alimentarios resilientes.
La transición hacia una agricultura sustentable, concordaron las instituciones firmantes, significa aumentar la productividad, rentabilidad y competitividad de los productores para evitar la migración forzada en las zonas afectadas por el cambio climático, el conflicto y el encarecimiento de los alimentos e insumos productivos como el combustible y los fertilizantes, por lo que la relevancia de este instrumento y de esta colaboración es un ejemplo de cómo las alianzas resultan indispensables para lograr la adopción de sistemas de producción sustentables que a su vez refuercen la paz y la estabilidad social.
AMES, IOWA — El Consejo de Ciencia y Tecnología Agrícola (CAST, por sus siglas en inglés) anunció que el Premio de Comunicación Borlaug CAST 2023 se otorga a la Dra. Alison Bentley, Directora del Programa Global de Trigo en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Si bien Bentley es conocida por su investigación global sobre la genética del trigo, también es reconocida por su competencia en la comunicación científica. A Bentley le apasionan las aplicaciones prácticas de la innovación a los agricultores, el amplio alcance a través de la comunicación y la influencia, y la tutoría y el apoyo a los esfuerzos individuales y comunitarios. El trabajo excepcional de Bentley para crear conciencia sobre la importancia del trigo como cultivo alimentario también se evidencia en su amplia lista de actividades de comunicación.
Solo en 2022, Bentley realizó 20 presentaciones científicas, incluidas cinco charlas magistrales internacionales y 15 charlas invitadas adicionales. Bentley centró sus esfuerzos de comunicación en dos áreas principales. La primera área fue su rápida respuesta científica al impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en la producción mundial de trigo a través de un artículo de comunicación en Nature, seguida de una campaña en las redes sociales y numerosas presentaciones y sesiones informativas. Su segunda área de enfoque fue una importante campaña de comunicación al iniciar y liderar la red Mujeres en la Ciencia de los Cultivos. Esta red se desarrolló para abordar cuestiones clave como la promoción y defensa de las mujeres a lo largo de sus carreras de investigación, creando igualdad de oportunidades y aumentando la visibilidad de las miembros.
La amplia gama de alcance de Bentley abarca desde presentaciones científicas clásicas y artículos de acceso abierto hasta blogs, podcasts, videos de YouTube y campañas de Twitter. Todos estos formatos demuestran su compromiso con la comunicación científica y con llegar a una audiencia lo más amplia posible de una manera accesible para abordar temas importantes y actuales relacionados con el suministro de trigo y el fitomejoramiento.
La presentación oficial del premio tendrá lugar en un evento paralelo especial durante el evento del Diálogo Borlaug del Premio Mundial de la Alimentación en Des Moines, Iowa, en octubre. El Premio de Comunicación Borlaug CAST honra el legado del Dr. Norman Borlaug, ganador del Premio Nobel y autor de la primera publicación CAST, y el Dr. Charles A. Black, primer vicepresidente ejecutivo de CAST. Se presenta anualmente por logros destacados de un científico, ingeniero, tecnólogo u otro profesional que trabaje en los sectores agrícola, ambiental o alimentario por contribuir al avance de la ciencia a través de la comunicación en el ámbito de las políticas públicas.
ACERCA DE CAST
CAST es un consorcio internacional de sociedades científicas y profesionales, universidades, empresas, organizaciones sin fines de lucro, bibliotecas e individuos. CAST convoca y coordina redes de expertos para reunir, interpretar y comunicar información creíble, imparcial y con base científica a los encargados de formular políticas, los medios de comunicación, el sector privado y el público.
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional enfocada en la investigación y capacitación agrícola sin fines de lucro que empodera a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para nutrir al mundo en medio de una crisis climática. Aplicando ciencia de alta calidad y alianzas sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libres de crisis alimentarias mundiales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta una mayor productividad y mejores ganancias a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto ambiental de la agricultura.
El CIMMYT es miembro del CGIAR, una alianza mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, mejorar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.
Destacados científicos, profesionales y representantes de agencias de desarrollo y organizaciones internacionales y no gubernamentales reimaginan el camino para lograr el Hambre Cero en un momento en que las crisis recurrentes provocadas por la inseguridad alimentaria, el cambio climático y los conflictos llevan al límite tanto la respuesta de emergencia como los esfuerzos de desarrollo.
El ejercicio pretende desencadenar un pensamiento disruptivo sobre cómo las inversiones en desarrollo a largo plazo pueden ayudar a construir comunidades más resilientes. Es necesario reforzar los mecanismos de cooperación entre los sectores humanitario y de desarrollo para romper el ciclo de crisis recurrentes mediante el desarrollo de capacidades y la acción local. Los beneficiarios de la ayuda y el desarrollo en las comunidades vulnerables deben ocupar un lugar destacado en todos los esfuerzos encaminados a lograr un planeta sostenible y sin hambre.
El informe ha sido respaldado por un grupo de expertos que participaron en el Diálogo Borlaug 2022 del Premio Mundial de la Alimentación en Des Moines, Iowa.
¿Cómo podemos superar los principales obstáculos para lograr un mundo con seguridad alimentaria, resiliente e inclusivo?
El primer reto consiste en abordar las fracturas entre las organizaciones de ayuda y desarrollo que trabajan en silos sin compartir información, objetivos, aprendizajes y recursos. Los autores abogan firmemente por aumentar la cooperación –en lugar de la competencia– para afrontar los intrincados e interconectados retos del cambio climático, la inseguridad alimentaria y los conflictos.
Además, abogan por intervenciones más ambiciosas y centradas en la comunidad que den prioridad al cambio sistémico frente a las respuestas de emergencia a las crisis alimentarias. El cambio de perspectiva implica desplazar el énfasis de la atención a las necesidades humanitarias inmediatas a la inversión en resiliencia a largo plazo.
La tercera recomendación es eliminar gradualmente los anticuados procesos de planificación y elaboración de políticas verticales que no se ajustan a las necesidades de la comunidad, delegan decisiones o transfieren recursos directamente a los socios sobre el terreno. Escuchar las necesidades de los beneficiarios y las comunidades afectadas desde el inicio de cualquier intervención se considera el paso más significativo para lograr un cambio duradero.
El CIMMYT y sus socios predican con el ejemplo y catalizan el cambio en el África subsahariana
Con financiación de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), el CIMMYT y otros centros del CGIAR, en colaboración con generadores de innovación y organizaciones sobre el terreno, desarrollarán y escalarán soluciones para transformar los sistemas agrícolas mediante la puesta en marcha de la Iniciativa de Intervención Acelerada (AID-I, en inglés) en Malawi, Tanzania y Zambia, y el Enfoque de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles para Sudán (SASAS). Ambas iniciativas responden a la necesidad de reforzar la cooperación entre los sectores humanitario y de desarrollo creando un espacio común en el que las organizaciones de ayuda e investigación trabajen juntas sobre el terreno para abordar las necesidades urgentes y a largo plazo de las comunidades vulnerables en beneficio mutuo.
Estos proyectos dirigidos por el CIMMYT establecerán nodos o redes de innovación para desarrollar, probar y adaptar prácticas y tecnologías agrícolas sostenibles a las necesidades de los agricultores locales que participen activamente en actividades de investigación y extensión participativas, estableciendo relaciones de cooperación y aprovechando la colaboración existente entre los sistemas de investigación de Un Solo CGIAR. Como resultado, la cocreación entre los socios y los beneficiarios del proyecto está en el corazón de cada actividad de investigación, proceso de codesarrollo y esfuerzos de escalamiento.
AID-I adoptará enfoques basados en el mercado para proporcionar información crítica e innovaciones a 3 millones de pequeños agricultores, que mantendrán o aumentarán la producción local de alimentos y mitigarán los impactos de las crisis mundiales de alimentos, combustibles y fertilizantes. Se apoyará a las pequeñas y medianas empresas para que refuercen los enfoques innovadores de desarrollo del cambio de valor agrícola, creando sistemas agrícolas que se construyan para la resiliencia y el éxito a largo plazo.
Del mismo modo, SASAS adoptará un enfoque multicultivo centrado en la gestión de la fertilidad del suelo para lograr aumentos de productividad y un crecimiento económico inclusivo impulsado por la agricultura en las regiones del Gran Jartum, Nilo Azul y Kordofán del Sur de Sudán. El CIMMYT aprovechará las asociaciones sobre el terreno para adaptar y replicar proyectos de Iniciativas de Sistemas Agroalimentarios Integrados (IASI) que ya han tenido éxito, empoderando a las comunidades para garantizar que la transformación agrícola responda a sus necesidades.
En última instancia, ambas iniciativas cambian su enfoque de respuesta a la crisis a la construcción de resiliencia a largo plazo y tienen como objetivo lograr impactos climáticamente inteligentes rápidos pero duraderos que demuestren el poder de la agricultura a pequeña escala como un importante motor de cambio transformador mediante el escalamiento del acceso a tecnologías mejoradas, herramientas e información en el África subsahariana.
Acerca del CIMMYT
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional centrada en la investigación y capacitación agrícola sin ánimo de lucro que empodera a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para nutrir al mundo en medio de una crisis climática. Aplicando ciencia de alta calidad y asociaciones sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libre de crisis alimentarias globales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta mayor productividad y mejores beneficios a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto medioambiental de la agricultura.
El CIMMYT es miembro del CGIAR, una asociación mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.
Trigo en un campo del CIMMYT. (Foto: H. Hernández Lira/CIMMYT)
Trigo en un campo del CIMMYT. (Foto: H. Hernández Lira/CIMMYT)
Mientras la guerra entre Rusia y Ucrania sigue degradando la seguridad alimentaria mundial, un nuevo análisis expone las medidas concretas que los gobiernos y los inversores deben adoptar ahora para mitigar los riesgos de seguridad alimentaria a corto plazo y estabilizar el suministro de trigo, al tiempo que se realiza la transición hacia la resiliencia del sistema agroalimentario a largo plazo.
«La guerra entre Rusia y Ucrania tendrá un impacto en la seguridad alimentaria mundial durante meses, o quizá años», dijo la directora del Programa Global de Trigo del CIMMYT y autora principal, Alison Bentley. «Ahora tenemos que ir más allá de la definición del problema para implementar acciones prácticas que garanticen un suministro estable, salvaguarden los medios de vida de millones de personas vulnerables y aporten resiliencia a nuestro sistema agroalimentario mundial.»
La guerra en Ucrania y las sanciones comerciales contra Rusia están desencadenando un nivel de volatilidad que podría desbordar fácilmente los mecanismos de mitigación existentes. Más de 2.500 millones de personas en todo el mundo consumen alimentos a base de trigo; los de los países de ingresos bajos y medios que dependen de las importaciones de Rusia y Ucrania se ven especialmente afectados. Algunos de los países más pobres del mundo, como Bangladesh, Sudán y Yemen, dependen en gran medida del trigo ruso y ucraniano. Dada la naturaleza altamente interconectada de los sistemas agroalimentarios contemporáneos, son pocos los que no se verán afectados por esta nueva crisis alimentaria mundial.
Mitigar la crisis inmediata
La primera prioridad, según los autores, es mitigar la crisis inmediata impulsando la producción de trigo en las zonas de alta y baja productividad existentes, garantizando el acceso al grano y mezclando la harina de trigo con otros cereales de bajo costo. Las mejoras agronómicas y de cultivo, así como las prácticas agrícolas sostenibles, pueden reducir la dependencia del grano y los fertilizantes importados, mientras que las políticas coordinadas y multilaterales pueden ayudar a conservar las reservas de grano para el consumo humano y evitar las restricciones comerciales.
Aumentar la resiliencia del suministro de trigo
A mediano plazo, los autores subrayan la necesidad de aumentar la resiliencia local, regional y mundial del suministro de trigo. Esto puede hacerse ampliando la producción dentro de los límites agroecológicos, apoyando la autosuficiencia nacional en materia de trigo y proporcionando asistencia técnica, para aumentar la producción de trigo de alto rendimiento resistente a las enfermedades y para incorporar la capacidad de vigilancia de plagas y enfermedades.
La transición a la resiliencia a nivel de sistema
Por último, para alcanzar la resiliencia crucialmente necesaria en el sistema agroalimentario mundial, deben tomarse medidas a largo plazo que abarquen la diversidad de los agroecosistemas, aborden las disparidades de género en la agricultura y las comunidades rurales y sostengan una mayor inversión en una transición agroalimentaria holística.
«La actual crisis alimentaria mundial subraya y agrava las desigualdades existentes en nuestro sistema alimentario mundial», dijo Bentley. «Una transición hacia la resiliencia del sistema agroalimentario requiere que equilibremos urgentemente las necesidades de suministro de alimentos a nivel mundial con los múltiples desafíos del cambio climático, logrando la equidad de género, la suficiencia nutricional y la seguridad de los medios de vida.»
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional enfocada en la investigación y capacitación agrícola sin fines de lucro que empodera a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para nutrir al mundo en medio de una crisis climática.
Aplicando ciencia de alta calidad y alianzas sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libres de crisis alimentarias mundiales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta una mayor productividad y mejores ganancias a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto ambiental de la agricultura.
El CIMMYT es miembro del CGIAR, una alianza mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, mejorar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.
Esteban Jaramillo Reyes, director general CANAMI y Oscar Mendoza Flores, secretario de CANAMI, Marcela, Bram Govaerts.
De izquierda a derecha: Esteban Jaramillo Reyes, director general CANAMI; Oscar Mendoza Flores, secretario de CANAMI; Marcela Martínez Pichardo, presidenta de CANAMI; Bram Govaerts, director general del CIMMYT y Daniela Vega Lira, jefa de personal del CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Con el objetivo de generar una mayor producción de maíz amarillo y blanco en el sur-sureste de México e incrementar el rendimiento de la región que, actualmente, es bajo en comparación con otras entidades como Sinaloa, donde se producen 11 toneladas por hectárea en promedio, la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (CANAMI) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz Y Trigo (CIMMYT) suscribieron un convenio marco de cooperación interinstitucional. Ambas organizaciones colaboraran en la planeación, programación, ejecución, seguimiento y evaluación de los proyectos estratégicos acordados para el sector agroalimentario.
“En México necesitamos 18 millones de toneladas de maíz amarillo adicionales a la producción actual de 27 millones de toneladas, para cubrir las necesidades que requiere el país hoy en día de 45”, enfatizó Marcela Martínez Pichardo, presidenta de la CANAMI, tras señalar que el convenio con el CIMMYT contempla tener mayor injerencia en el sur-sureste del territorio mexicano, donde existe un enorme potencial de crecimiento, acompañado de la capacitación a los productores para impulsar la evolución agrícola en la región.
El acuerdo tiene la intención de consolidar la colaboración de ambas instituciones, conjuntando recursos y acciones para incrementar, paulatinamente, la producción de dicho grano en tres, cinco y diez años, en los ciclos primavera-verano y otoño-invierno, para aprovechar todo el potencial que se tiene, sobre todo con la disponibilidad de agua en la región donde el promedio de rendimiento es de 2.1 toneladas por hectárea. Se busca también propiciar la inversión en plataformas logísticas e industriales, acciones que impulsa y respalda el Gobierno Federal.
“El reto es grande, pero trabajamos en un ambicioso programa para ampliar la capacidad de producción de semilla, con paquetes tecnológicos adecuados, así como sistemas para incrementar la capacidad de almacenaje. Sin embargo, es necesario impulsar temas de infraestructura adecuada para almacenar y trasladar el grano con mayor facilidad, además de que los productores cuenten con una impecable capacitación”, agregó Martínez.
El compromiso en los convenios específicos de colaboración es; por parte de la CANAMI, realizar las aportaciones financieras para el desarrollo de proyectos de investigación conjuntos; en tanto que, por parte del CIMMYT, será contribuir con la metodología y el soporte técnico y científico necesario para la ejecución de las actividades de investigación sobre el desarrollo de semillas, cadenas de valor y sistemas de producción sustentables.
“Entre las acciones que recomendamos emprender de inmediato para mitigar los efectos de la crisis alimentaria provocada por la inflación, los precios altos de los combustibles e insumos agrícolas, el conflicto y el cambio climático, destaca incrementar la productividad en regiones donde aún no se alcanza el potencial de producción de granos básicos a través de la difusión de buenas prácticas y tecnologías innovadoras con base en agricultura de conservación”, señaló Bram Govaerts, director general del CIMMYT.
Bram Govaerts, director general del CIMMYT y Marcela Martínez Pichardo, presidenta de CANAMI. (Foto: CIMMYT)
Para superar los desafíos del sistema agroalimentario en los ámbitos global, hemisférico, regional y nacional, la innovación en el sector de la agroindustria es un factor indispensable, ya que es una herramienta fundamental para mejorar la productividad, la eficiencia y el impacto social, económico y ambiental en el sector y, en ese sentido, será un gran aliado el CIMMYT para CANAMI.
Actualmente, México enfrenta escasez de maíz amarillo, ya que alrededor de 73.2% de la oferta nacional se cubre con importaciones y, para este año, podrían alcanzar 18 millones de toneladas, nivel similar al de 2021, de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Factores como la emergencia sanitaria y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afectan la producción y disponibilidad de maíz en todo el mundo y podrían tener repercusiones considerables en el acceso de productos de canasta básica y de uso diario para las familias mexicanas. Otro punto a considerar es la entrada en vigor del Decreto que prohíbe la utilización del maíz genéticamente modificado a partir de enero de 2024 y que, sin duda, traerá consigo cambios significativos para la industria que utiliza dicho grano como materia prima en la elaboración de sus productos.
La escasez puede tener repercusiones en el mercado interno y afectar a más de 60 sectores industriales que dependen de este indispensable grano, siendo los sectores de alimentos y bebidas, farmacéutico, nutrición animal y cuidado personal, los más expuestos, por lo que se considerara de suma importancia seguir alianzas públicas y privadas para no llegar a tener altas afectaciones.
Para más información, contactar con el equipo de Comunicación:
Sobre la Cámara Nacional de Maíz Industrializado (CANAMI)
Afiliamos a empresas semilleras hasta las que transforman el maíz para obtener productos intermedios o insumos industriales, como son harina de maíz nixtamalizado y los derivados del almidón, o que producen alimentos, entre estos figuran: cereales para desayuno o frituras, botanas y muy diversos alimentos tradicionales mexicanos, en particular tortillas.
Sobre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional enfocada en la investigación y capacitación agrícola sin fines de lucro que empodera a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para nutrir al mundo en medio de una crisis climática. Aplicando ciencia de alta calidad y alianzas sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libres de crisis alimentarias mundiales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta una mayor productividad y mejores ganancias a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto ambiental de la agricultura.
El CIMMYT es miembro del CGIAR, una alianza mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, mejorar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.
Representantes de la dirección del CGIAR, de los Centros del CGIAR, del gobierno y de otras partes interesadas durante el lanzamiento de la Iniciativa AgriLAC Resiliente en la ciudad de Guatemala. (Foto: CGIAR)
América Latina y el Caribe poseen la mayor reserva de suelos cultivables del planeta, 30% del agua renovable, 46% de los bosques tropicales y 30% de la biodiversidad, recursos que representan una contribución importante al suministro mundial de alimentos y otros servicios de los ecosistemas del planeta. Sin embargo, el cambio climático y los desastres naturales exacerbados por el COVID-19, han deteriorado la seguridad económica y alimentaria, desestabilizando comunidades y provocando una migración sin precedentes, impactando no solo a la región sino al mundo entero.
En este panorama regional, se creó AgriLAC Resiliente, una Iniciativa del CGIAR que busca aumentar la resiliencia, sostenibilidad y competitividad de los sistemas y actores agroalimentarios de la región, equipándolos para satisfacer las necesidades urgentes de seguridad alimentaria, mitigar las amenazas climáticas, estabilizar las comunidades vulnerables a los conflictos y reducir la migración forzada.
Guatemala fue seleccionado para presentar esta Iniciativa que impactará también a agricultores de Colombia, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua y Perú, y que contará con el apoyo de gobiernos nacionales, sector privado, sociedad civil y donantes y socios regionales y globales.
En un taller celebrado los días 27 y 28 de junio de 2022 en la ciudad de Guatemala, los socios consolidaron su colaboración presentando la Iniciativa y elaborando una hoja de ruta regional. Entre los participantes en el taller se encontraban representantes del gobierno de Guatemala, de organizaciones no gubernamentales, de programas de cooperación internacional, del sector privado, de asociaciones de productores y de otros actores clave del país anfitrión. También asistieron al taller los responsables de los Centros de investigación del CGIAR que participan en la Iniciativa, como lo son la Alianza de Bioversity International y el CIAT, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT); el Centro Internacional de la Papa (CIP) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI).
Joaquín Lozano, Joaquín Lozano, Director Regional para América Latina y el Caribe del CGIAR, presenta durante el lanzamiento de la Iniciativa AgriLAC Resiliente. (Foto: CGIAR)
Impacto a través de asociaciones
“Las alianzas son la base de un futuro con seguridad alimentaria para todos a través de la transformación de los sistemas alimentarios bajo un contexto de crisis climática. La meta de AgriLAC de una estrategia coordinada y una presencia regional facilitará una acción conjunta sólida con socios, donantes, productores y garantizará que la ciencia del CGIAR siga siendo aprovechada para tener el mayor impacto posible”, dijo Joaquín Lozano, Director Regional para América Latina y el Caribe del CGIAR.
Esta Iniciativa es una de las varias que tiene el CGIAR en América Latina y consta de cinco componentes de investigación: Clima y nutrición que busca utilizar las innovaciones colaborativas para sistemas agroalimentarios resilientes al clima y nutritivos; Agricultura digital a través del uso de herramientas digitales e inclusivas para la creación de conocimiento accionable; Competitividad con bajas emisiones, enfocado en los agroecosistemas, paisajes y cadenas de valor, bajas en emisiones sostenibles; Innovación y escalamiento con la red de Innova-Hubs para innovaciones agroalimentarias y su escalamiento; y, por último, Ciencia para la toma de decisiones oportunas y establecimiento de políticas, instituciones e inversiones para sistemas agroalimentarios resilientes, competitivos y bajos en emisiones.
“Sabemos el importante papel que jugarán los pequeños agricultores, mujeres y hombres en la apropiación de las herramientas de apoyo que ofrecerá la Iniciativa y que les permitirá tomar mejores decisiones para el beneficio de sus comunidades. Por eso uno de los grandes impactos que esperamos con el proyecto serán la contribución en la igualdad de género, creación de oportunidades para la juventud y promoción de la inclusión social”, aseguró Carolina González, líder encargada de la Iniciativa desde la Alianza de Bioversity International y el CIAT.
Bram Govaerts, Director General de CIMMYT, declaró: “En Guatemala, hemos tenido la oportunidad se trabajar hombro a hombro con los agricultores que hoy más que nunca enfrentan el círculo vicioso del conflicto, la pobreza y el cambio climático. A través de esta Iniciativa esperamos seguir avanzando en la transformación de los sistemas agroalimentarios en Centroamérica, contribuyendo a hacer de la agricultura un trabajo digno, satisfactorio y fuente de prosperidad para las y los productores de la región”.
“Reconozco la importancia de implementar acciones estratégicas diseñadas para mejorar los medios de vida de los productores. El impacto ambiental del desarrollo sin planificación sostenible pone en peligro el bienestar de la humanidad. Las iniciativas de este taller contribuyen a reducir la vulnerabilidad tanto de los sistemas productivos como de los productores y sus familias. Este es un escenario ideal para afianzar alianzas que permitan un mayor impacto y responder a las necesidades del país y la región”, aseguró José Ángel López, Ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación de Guatemala.
Bram Govaerts, Director General del CIMMYT (derecha), presenta durante el lanzamiento de la Iniciativa AgriLAC Resiliente. (Foto: CGIAR)
Estrategias nacionales y regionales
AgriLAC Resiliente también será presentada en Honduras, donde los socios nacionales conocerán más de la Iniciativa y su rol para lograr una América Latina y el Caribe resiliente, sostenible y competitiva que le permita alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Bajo la coordinación general del CGIAR, en Guatemala también se adelantan otras iniciativas que harán sinergia con las temáticas globales de investigación, hacia la transformación de sistemas agroalimentarios más resilientes.
“Estamos comprometidos para proporcionar una estructura que dé respuesta a las prioridades, necesidades y demandas nacionales y regionales. Y el apoyo de socios, donantes y de los productores será clave para construir sistemas agroalimentarios sostenibles y más eficientes”, puntualizó Joaquín Lozano, Director Regional del CGIAR para América Latina y el Caribe.
Acerca de CGIAR
CGIAR es un consorcio de investigación global para un futuro sin hambre, dedicado a transformar los sistemas alimentarios, terrestres y acuáticos en medio de una crisis climática. Su investigación es llevada a cabo por 13 Centros/Alianzas de CGIAR en estrecha colaboración con cientos de socios, incluidos institutos de investigación nacionales y regionales, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, organizaciones de desarrollo y el sector privado. www.cgiar.org
Nos gustaría agradecer a todos los financiadores que apoyan esta investigación a través de sus contribuciones al Fondo de CGIAR.
Acerca de Alianza de Bioversity International y el CIAT
La Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) brinda soluciones científicas que abordan las crisis mundiales de malnutrición, cambio climático, pérdida de la biodiversidad y degradación ambiental.
La Alianza se enfoca en el nexo entre agricultura, nutrición y medio ambiente. Trabajamos con socios locales, nacionales y multinacionales en África, Asia y América Latina y el Caribe, y con los sectores público y privado y la sociedad civil. Con colaboraciones novedosas, la Alianza genera evidencia e integra innovaciones para transformar los sistemas alimentarios y los paisajes a fin de sostener el planeta, impulsar la prosperidad y nutrir a las personas en medio de una crisis climática.
La Alianza es un Centro de Investigación de CGIAR.
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional enfocada en la investigación y capacitación agrícola sin fines de lucro que empodera a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para nutrir al mundo en medio de una crisis climática. Aplicando ciencia de alta calidad y alianzas sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libres de crisis alimentarias mundiales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta una mayor productividad y mejores ganancias a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto ambiental de la agricultura.
El Centro Internacional de la Papa (CIP) fue fundado en 1971 como una organización de investigación para el desarrollo centrada en la papa, el camote y las raíces y tubérculos andinos. Brinda soluciones innovadoras basadas en la ciencia para mejorar el acceso a alimentos nutritivos asequibles, fomentar el crecimiento inclusivo y sostenible de los negocios y el empleo, e impulsar la resiliencia climática de los sistemas agroalimentarios de raíces y tubérculos. Con sede en Lima, Perú, el CIP tiene presencia de investigación en más de 20 países de África, Asia y América Latina.
El Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) ofrece soluciones de políticas basadas en la investigación para reducir de manera sostenible la pobreza y poner fin al hambre y la desnutrición en los países en desarrollo. Actualmente, el IFPRI cuenta con más de 600 empleados que trabajan en más de 50 países. Los sistemas alimentarios globales, regionales y nacionales enfrentan grandes desafíos y requieren de transformaciones profundas. El IFPRI se enfoca en responder estos desafíos, a través de un enfoque multidisciplinario y orientado a remodelar los sistemas alimentarios, con la finalidad de que funcionen para todas las personas de manera sostenible.
Un diagrama para el trigo propuesto por los autores. El diagrama representa los rasgos comúnmente asociados con los puntos fuertes de la fuente (izquierda) y del sumidero (derecha) y otros que impactan tanto en el sumidero como en la fuente, dependiendo en gran medida de la etapa de crecimiento (centro).
A medida que los rendimientos de los cultivos se acercan a los límites biofísicos, conseguir aumentos de rendimiento se convierte en un reto cada vez mayor. Tradicionalmente, los científicos han trabajado sobre la premisa de que el rendimiento de los cultivos es una función de la fotosíntesis (fuente), la inversión de asimilados en los órganos reproductivos (sumideros) y los procesos subyacentes que permiten y conectan la expresión de ambos. Aunque el modelo original de fuente y sumidero sigue siendo válido, debe abarcar una mayor complejidad, a medida que mejoran los conocimientos científicos.
Un grupo de investigadores internacionales propone un nuevo diagrama de cableado para mostrar las interrelaciones de los rasgos fisiológicos que inciden en el potencial de rendimiento del trigo, publicado en Nature Food. Al ilustrar estos vínculos, muestra conexiones entre los rasgos que pueden no haber sido evidentes, lo que podría servir como herramienta de apoyo a la toma de decisiones para los científicos de cultivos. El diagrama puede servir de base para nuevas hipótesis de investigación y decisiones de cultivo, así como para áreas de inversión en investigación.
El diagrama también puede servir de plataforma en la que se incorporen rutinariamente nuevos datos empíricos y nuevos conceptos, creando así un punto de referencia común cada vez más rico para perfeccionar los modelos en el futuro.
«Si se actualiza de forma rutinaria, el diagrama podría conducir a un cambio de paradigma en la forma en que abordamos la mejora del rendimiento y la orientación de la investigación traslacional», dijo Matthew Reynolds, científico distinguido y jefe de fisiología del trigo en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y autor principal del estudio. «Aunque se centra en el potencial de rendimiento, la herramienta puede adaptarse fácilmente para abordar la resiliencia climática en una serie de cultivos además del trigo».
Hito de la mejora genética
El nuevo diagrama representa un hito en el fitomejoramiento determinista. Encaja modelos más sencillos con modelos de simulación de cultivos.
Este diagrama puede utilizarse para ilustrar la importancia relativa de las conexiones específicas entre los rasgos en su contexto fenológico apropiado y para destacar las principales lagunas de conocimiento. Esta representación gráfica también puede servir como ruta para priorizar la investigación en otros niveles de integración, como los estudios metabolómicos o de expresión génica.
Rendimiento para la resiliencia al clima
La comunidad científica del trigo trabaja intensamente en la búsqueda de nuevas formas de obtener mayores rendimientos con mayor rapidez para ayudar al mundo a hacer frente al crecimiento de la población, el cambio climático, las guerras y el suministro estable de calorías y proteínas.
«Para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional en el futuro, el aumento de los rendimientos debe ser un componente integral para que los cultivos sean más resistentes al clima. Esta nueva herramienta puede servir de ruta para diseñar las estrategias necesarias para alcanzar estos objetivos», dijo Jeff Gwyn, Director del Programa de la Asociación Internacional para el Rendimiento del Trigo (IWYP, en inglés).
Matthew Reynolds – Científico distinguido y Jefe de Fisiología del Trigo en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)
Gustavo Ariel Slafer – Profesor de Investigación de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) y Profesor Asociado de la Universidad de Lleida
Para más información o para concertar entrevistas, póngase en contacto con el equipo de medios de comunicación del CIMMYT
El estudio es una colaboración internacional de científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), el Centro de Investigación en Agrotecnología (AGROTECNIO), la Universidad de Lleida, la Universidad de Nottingham, el John Innes Centre, la Universidad de Lancaster, la Technische Universität München, CSIRO Agriculture & Food, y la Asociación Internacional para el Rendimiento del Trigo (IWYP).
ACERCA DEL CIMMYT
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es una organización internacional centrada en la investigación y la capacitación agrícola sin ánimo de lucro que capacita a los agricultores a través de la ciencia y la innovación para alimentar al mundo en plena crisis climática.
Aplicando una ciencia de alta calidad y asociaciones sólidas, el CIMMYT trabaja para lograr un mundo con personas más sanas y prósperas, libre de crisis alimentarias globales y con sistemas agroalimentarios más resilientes. La investigación del CIMMYT aporta mayor productividad y mejores beneficios a los agricultores, mitiga los efectos de la crisis climática y reduce el impacto medioambiental de la agricultura.
El CIMMYT es miembro del CGIAR, una asociación mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales.
Asociación Internacional para el Rendimiento del Trigo (IWYP) representa un esfuerzo global a largo plazo que utiliza un enfoque de colaboración para reunir la financiación de organizaciones de investigación públicas y privadas de un gran número de países. Durante los primeros cinco años, la creciente lista de socios pretende invertir hasta 100 millones de dólares.