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Cultivando un México Mejor con un manejo eficiente del agua

Productor de cebada participante en el proyecto Cultivando un México Mejor. (Foto: CIMMYT)
Productor de cebada participante en el proyecto Cultivando un México Mejor. (Foto: CIMMYT)

“La agricultura de conservación y el manejo eficiente del agua pueden ayudar a los productores agrícolas a reducir su consumo de agua. Estas prácticas se están implementando en parcelas de productores del Bajío con el apoyo del proyecto Cultivando un México Mejor, que impulsan HEINEKEN México y CIMMYT”, comenta el equipo técnico de este proyecto en Guanajuato.

La agricultura de conservación es un conjunto de prácticas que ayudan a conservar el suelo y el agua. “Estas prácticas incluyen el uso de coberturas vegetales, la rotación de cultivos y la labranza mínima. Las coberturas vegetales ayudan a proteger el suelo de la erosión y a retener la humedad. La rotación de cultivos ayuda a mantener la fertilidad del suelo. La labranza mínima ayuda a conservar la estructura del suelo y a reducir la pérdida de agua”, detallan.

Por su parte, “el manejo eficiente del agua es un conjunto de prácticas que ayudan a utilizar este recurso de mejor manera; incluyen la medición del consumo de agua, la optimización de los sistemas de riego y la selección de cultivos adecuados para las condiciones climáticas”.

Cultivando un México Mejor es una iniciativa diseñada para garantizar la gestión sostenible del agua en el cultivo de cebada, donde “la medición del consumo de agua ayuda a identificar las áreas donde se puede mejorar la eficiencia y la optimización de los sistemas de riego ayuda a asegurar que el agua se aplique de manera uniforme y eficiente”.

El proyecto conjunto de HEINEKEN México y CIMMYT contempla un importante trabajo de capacitación dirigido a los productores. Al respecto, la coordinación de uso eficiente del agua del Hub Bajío de CIMMYT comenta: “los productores están aprendiendo sobre la importancia de cuidar el agua y cómo optimizar sus sistemas de riego. El acompañamiento de los técnicos está siendo muy valioso para ellos, ya que les está brindando las herramientas y conocimientos necesarios para implementar estas prácticas de manera exitosa en sus parcelas”.

“Estas prácticas son importantes para la sostenibilidad de la agricultura en el Bajío. El agua es un recurso limitado, y es importante que los productores agrícolas encuentren formas de usarla de manera más eficiente. La agricultura de conservación y el manejo eficiente del agua son dos prácticas que pueden ayudar a los productores agrícolas a reducir su consumo de agua y proteger este recurso vital”, concluye el Hub Bajío de CIMMYT.

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Uso eficiente de agua en Sonora

Trigo cultivado con agricultura de conservación en Sonora, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)
Trigo cultivado con agricultura de conservación en Sonora, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)

México enfrenta desafíos significativos en términos de disponibilidad y calidad del agua. Además, de acuerdo con el Índice de Estrés Hídrico Global, México se encuentra entre los países con mayor estrés hídrico (cuando la demanda de una región excede la cantidad de agua disponible durante un período de tiempo específico), lo que indica presiones significativas sobre los recursos hídricos disponibles.

El uso del agua en México es diverso, abarcando desde el consumo humano hasta la agricultura y la industria. De acuerdo con CONAGUA, el 76% del agua se destina a la agricultura, el 13% a usos urbanos y el 11% a la industria.

Por lo anterior, es fundamental que los agricultores conozcan y adopten prácticas que les permitan aprovechar, cuidar y optimizar el agua disponible, particularmente en un contexto de variabilidad climática, donde las lluvias se vuelven erráticas, los periodos de sequía se prolongan y, en general, hay incertidumbre sobre si habrá agua o no para cultivar.

Para apoyar a los agricultores en esta tarea, CIMMYT y sus colaboradores han establecido plataformas de investigación donde se ponen a prueba distintas prácticas que pueden ser de utilidad en el campo. En la plataforma de investigación Cajeme II, en Sonora, por ejemplo, entre los temas que se estudian está el efecto de riego reducido.

Desde el ciclo otoño-invierno de 2013 en que se ha establecido y documentado la práctica, señalan los responsables de la plataforma, “el cuarto riego de auxilio ha aumentado el rendimiento del trigo en una tonelada por hectárea (t/ha) empleando camas permanentes (con rastrojo en la superficie) y 0.3 t/ha en labranza convencional”, lo que confirma los beneficios de la agricultura de conservación para la optimización del uso del agua.

En la plataforma de investigación Navojoa, el efecto del riego reducido se ha monitoreado desde el ciclo otoño-invierno 2011-12 (reportándose que los mejores rendimientos con un riego antes de la siembra y dos o tres riegos de auxilio, han sido con camas permanentes), sumando evidencia de que el uso de camas permanentes contribuye notablemente al cuidado del recurso hídrico.

Evidencia como la generada en estas plataformas sonorenses confirman entonces la pertinencia de distintas prácticas de agricultura de conservación para el cuidado del agua. Por esta razón, este enfoque para el uso eficiente del recurso hídrico forma parte del Menú de tecnologías validadas – Trigo de riego en Sonora. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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Emiten boletín agroclimático para agricultores y apicultores de Yucatán

De acuerdo con lo observado en los pronósticos en los meses de marzo, abril y mayo, en Yucatán aún no existen las condiciones necesarias para realizar siembras agrícolas. Así lo señala el Boletín Agroclimático Agrícola-Apícola No. 5, correspondiente al trimestre de marzo a mayo de 2024.

El boletín, desarrollado por la Mesa Técnica Agroclimática de Yucatán y emitido recientemente, integra el pronóstico climático para las cuatro regiones del estado (Mérida, Ticul, Tizimín y Valladolid), así como recomendaciones para agricultores y apicultores.

Con respecto al régimen de lluvias y las temperaturas, destaca que la variabilidad climática será notoria con respecto al promedio de 1991 a 2020: las precipitaciones en las regiones de Mérida y Ticul, por ejemplo, serán similares a lo normal en marzo, pero habrá menos lluvias en abril y más lluvias en mayo. En todo el periodo las temperaturas serán más cálidas, sobre todo en la zona noreste de Mérida y en los meses de marzo y abril en Ticul.

Al igual que para las regiones de Mérida y Ticul, en Tizimín y Valladolid se pronostica que habrá más lluvias en el mes de mayo (aunque en el caso de Tizimín, con temperaturas menos cálidas que lo normal). En este sentido, el boletín señala que, aunque “tradicionalmente se ha sembrado la milpa de manera temprana en el mes de mayo, no se recomienda; porque cuando hay bastante humedad se obtienen buenos rendimientos, y aunque pudieran presentarse mayores precipitaciones, aún no se dan las condiciones más apropiadas en este mes con base en los pronósticos”.

De acuerdo con lo anterior, “se espera que la temporada de lluvia se generalice en el mes de junio; por lo que se considera más conveniente esperar a realizar las siembras a partir de la segunda quincena de ese mes para evitar achaparramiento y desperdicio de semillas”, recomiendan los especialistas.

Para los apicultores, el boletín recomienda que estos se coordinen con los productores agrícolas para que en su ciclo productivo, durante la etapa de fumigación se emitan avisos a los productores de miel (Yucatán aporta el 13.9% del valor de producción nacional de miel), para prevenir que los productos utilizados afecten sus colmenas; y así evitar intoxicación de las abejas.

Por lo anterior, se recomienda “ubicar los apiarios donde exista abundante flora y fauna; ya que de ello depende la alimentación de las abejas y la producción de polen y miel. Mantener los apiarios cerca de bebederos de agua limpia, sobre todo en los meses de marzo, abril y mayo con la finalidad de mantener el bienestar de las abejas”, apunta el boletín.

La Mesa Técnica Agroclimática de Yucatán y los boletines que emite son un esfuerzo conjunto la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Gobierno del estado de Yucatán, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la Universidad Autónoma de Yucatán (AUDY), el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), CIMMYT y otros centros CGIAR.

Boletín Agroclimático Apícola-Apícola de Yucatán, marzo-mayo 2024. CLIC EN LA IMAGEN PARA DESCARGAR
Boletín Agroclimático Apícola-Apícola de Yucatán, marzo-mayo 2024. CLIC EN LA IMAGEN PARA DESCARGAR
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Implementos que facilitan la adopción de la agricultura de conservación

Cincel roturador. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)
Cincel roturador. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)

Uno de los beneficios de implementar agricultura de conservación es que al reducirse el laboreo del suelo se tienen ahorros en ese proceso. Sin embargo, la poca disponibilidad de maquinaria especializada para este sistema de producción es una de las principales limitantes para su adopción.

Por lo anterior, a través de Agriba Sustentable se brindan alternativas para que los productores que participan en esta iniciativa de PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT dispongan de alternativas para adoptar la agricultura de conservación, donde la mínima remoción del suelo —o labranza mínima— favorece la calidad, estructura y cantidad de materia orgánica del suelo.

Si bien la maquinaria convencional no está diseñada para hacer agricultura de conservación, es posible hacer adaptaciones a la maquinaria convencional. Así, “a través del acompañamiento técnico se les facilita a los productores la adopción de este tipo de agricultura con la utilización de implementos con los que ellos mismos cuentan”, comenta el equipo técnico de Agriba en Guanajuato.

“Uno de los principales implementos que hemos utilizado es el molino que traen las trilladoras. Lo estamos utilizando para trozar el rastrojo y esparcirlo homogéneamente sobre la parcela. Otro implemento que estamos usando es la desmenuzadora o desvaradora. Esta tiene el mismo objetivo: facilitar el manejo de los residuos de cosecha”, señalan los técnicos de Agriba, enfatizando en que esto ha sido particularmente útil para que los agricultores observen “la importancia o ventaja que les da el manejo de los rastrojos”, particularmente en lo referente a conservar la humedad del suelo.

“Otra herramienta de gran utilidad, sobre todo en el ciclo primavera-verano, es el rastrillo de cuatro aros en forma de V, el cual ayuda a acordonar el rastrojo del ciclo otoño-invierno (trigo o cebada) en el centro de la cama ancha permanente, dejando libre las líneas de siembra para el maíz o sorgo y favoreciendo la colocación de la semilla en el suelo”, continúan los técnicos.

Desmenuzadora (izquierda) y rastrillo de cuatro aros (derecha). (Fotos: Hub Bajío-CIMMYT)
Desmenuzadora (izquierda) y rastrillo de cuatro aros (derecha). (Fotos: Hub Bajío-CIMMYT)

“Una de las herramientas que sí fueron diseñadas —por CIMMYT en colaboración con la Sembradoras Dobladenses en el marco de un proyecto estatal— especialmente para este tipo de agricultura es el cincel roturador, el cual permite hacer un mínimo laboreo del suelo, preparar las camas de siembra y hacer más eficiente la siembra en una misma pasada, logrando un mayor porcentaje de germinación y mayor captación de agua con ayuda del subsuelo”, explican.

Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT cuyo propósito de impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano mediante tecnologías pertinentes y sostenibles, entre ellas la mecanización a escala adecuada y con enfoque climáticamente inteligente.

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Rotación con triticale, una buena alternativa para los agricultores de Huichapan

Cultivo de maíz híbrido bajo agricultura de conservación (izquierda); cultivo de triticale+ebo como rotación después de maíz (derecha), en la plataforma de investigación Huichapan. (Foto: Raúl Olvera)
Cultivo de maíz híbrido bajo agricultura de conservación (izquierda); cultivo de triticale+ebo como rotación después de maíz (derecha), en la plataforma de investigación Huichapan. (Foto: Raúl Olvera)

Huichapan es un pueblo mágico del estado de Hidalgo, México, con pinturas rupestres y construcciones virreinales, pero también con una importante actividad agrícola —la agricultura es principalmente de temporal (80%) y de autoconsumo— que, en años recientes, se ha tenido que enfrentar a grandes desafíos como los altos costos de producción y la incertidumbre que genera la variabilidad climática actual, la cual se manifiesta en la zona con lluvias fuera de ciclo, sequías prolongadas, heladas, etcétera.

Para brindar alternativas que permitan a los agricultores locales enfrentar dichos desafíos, en la plataforma de investigación Huichapan —donde colaboran el Instituto Tecnológico Superior de Huichapan y CIMMYT desde el año 2016, cuando se instaló la plataforma— se evalúan distintas prácticas agrícolas a fin de identificar, entre otros aspectos, alternativas de manejo agrícola y forraje para animales, de manera que ahí se evalúa la siembra de maíz criollo e híbrido y triticale.

“El rendimiento de maíz híbrido y maíz criollo fue similar entre rotación con triticale en camas permanentes —las cuales ayudan a reducir o minimizar la labranza, mejorar el manejo del agua y a disminuir la compactación del suelo mediante el tráfico controlado— que el monocultivo en labranza convencional. Sin embargo, al tener parcelas diversificadas en rotación con triticale el productor podrá compensar el bajo rendimiento del maíz con forraje de triticale en los ciclos de sequía o heladas, lo que implica reducir el riesgo de perder el total de su cosecha y el alimento para el ganado”, señalan los responsables de la plataforma.

Adicionalmente, “cuando se siembra sobre camas permanentes, los costos de producción se reducen al evitar el barbecho (1 400 MXN/ha), subsuelo (1 100 MXN/ha) y rastra (700 MXN/ha) y solo hacer la formación de camas (700 MXN/ha) y manejo de rastrojo (750 MXN/ha)”, puntualizan los investigadores, enfatizando que el mayor rendimiento y menor costo de producción con agricultura de conservación puede permitir al productor tener mayor disponibilidad de alimentos e ingresos.

En general, en Huichapan la cosecha de grano de maíz es para la alimentación de la familia y el rastrojo para forraje del ganado —vacas, puercos, cabras, gallinas, borregos, conejos y caballos—. La poca biomasa, sumada a los bajos rendimientos, disminuye la disponibilidad de alimentos e ingresos.

En este sentido, los resultados de la plataforma de investigación son relevantes porque indican la pertinencia de diversificar las parcelas para reducir el riesgo de perder el total de la cosecha si solo se hace monocultivo de maíz. Además, “el rendimiento de biomasa de triticale en el primer año fue similar (9.3 t/ha) entre dejar y retirar parcialmente el rastrojo y, en 2018, fue mayor cuando se dejó el rastrojo”, enfatizan los responsables de la plataforma, evidenciando la pertinencia de aprovechar los rastrojos.

Estos resultados forman parte de los Avances en agricultura sustentable: resultados de plataformas de investigación de los Hubs Valles Altos y Pacífico Centro, México, 2012-2021 —en el marco de la iniciativa Excelencia en Agronomía—, te invitamos a consultarlos.

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Tecnologías agrícolas para la Mixteca oaxaqueña

Efecto de la sequía en maíz bajo dos sistemas de labranza en temporal. Labranza convencional sin residuos (Izquierda), labranza mínima con residuos (Derecha). Yanhuitlán, Oax. PV-2019. (Foto: Leodegario Osorio)
Efecto de la sequía en maíz bajo dos sistemas de labranza en temporal. Labranza convencional sin residuos (Izquierda), labranza mínima con residuos (Derecha). Yanhuitlán, Oax. PV-2019. (Foto: Leodegario Osorio)

Aprendida por generaciones, la práctica de prender fuego a los residuos de cosecha sigue siendo una estampa común en el campo oaxaqueño. Sin embargo, esta práctica contribuye a la degradación de los suelos agrícolas, a la pérdida de fertilidad de los mismos y, consecuentemente, a una disminución de la productividad.

Una mejor alternativa es aprovechar los rastrojos como cobertura del suelo: “la retención de residuos en labranza mínima incrementó el rendimiento de maíz criollo en 208 kilos por hectárea (kg/ha) en promedio, comparado con la labranza convencional de la zona —que consta de un barbecho a 30 cm de profundidad y un paso rastra a 10 cm— sin residuos, lo cual indica que es una alternativa viable para la región de la Mixteca”, señalan los responsables de la plataforma de Santo Domingo Yanhuitlán, donde colaboran investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y CIMMYT.

La de Yanhuitlán forma parte de una extensa red de plataformas de investigación que CIMMYT —centro de investigación internacional que promueve sistemas agrícolas sustentables y resilientes— y sus colaboradores impulsan en todo el territorio nacional y que más recientemente se ha extendido a nivel Latinoamérica. Muchas de estas plataformas tienen más de una década investigando diversas prácticas agrícolas a fin de identificar las más pertinentes para cada región y cada tipo de agricultor.

“Uno de los beneficios más notables de esta labranza mínima es mantener más humedad disponible para el cultivo, y este beneficio se expresa más en tiempos de sequía, como en 2019 en el que el rendimiento fue de 2.2 t/ha en labranza mínima contra 680 kg/ha en labranza convencional”, enfatizan los investigadores que han registrado puntualmente el comportamiento de estos dos tipos de labranza desde el año 2013.

Con respecto a la parte económica, “el costo de producción con labranza mínima fue 800 pesos por hectárea (800 MXN/ha) menor que la labranza convencional”, puntualizan los investigadores, señalando que la inclusión del rastrojo —cuyo valor está estimado en 3  500 MXN/ha en la región de la Mixteca—, “incrementaría la utilidad neta promedio de la labranza convencional a $14,346 MXN/ha”.

En las plataformas de Santa María Teopoxco, en la región Cañada; San Miguel Tlacamama, en la Costa; San Francisco Lachigoló, en Valles Centrales; y Tamazulapam del Espíritu Santo, en la Sierra Norte, los resultados de años de investigación también confirman que el rastrojo es un elemento importante para los sistemas agrícolas de la región, por lo que los investigadores hacen una invitación a los productores para que se acerquen a cualquiera de estas plataformas o con colaboradores de CIMMYT para conocer más sobre cómo un adecuado manejo de los residuos de cosecha puede impulsar grandes cambios en la agricultura.

Esta práctica forma parte del Menú de tecnologías validadas – Maíz en Oaxaca. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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Sembrando oportunidades con capacitación en manejo poscosecha

Participantes graduados del curso Bases para un buen manejo poscosecha para productores de pequeña y mediana escala. (Foto: José Luis Zambrano)
Organizadores y graduados del curso Bases para un buen manejo poscosecha para productores de pequeña y mediana escala. (Foto: José Luis Zambrano)

Con la participación de 51 inscritos provenientes de México, Guatemala, Colombia, Perú, Ecuador y Argentina, tuvo lugar del 15 de noviembre al 31 de diciembre de 2023 el curso en línea Bases para un buen manejo poscosecha para productores de pequeña y mediana escala, apoyado por el proyecto TechMaíz del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) e impartido a través de la plataforma CIMMYT Academy.

Ahora una nueva cohorte de 10 profesionales y técnicos —mujeres y hombres— toman la posta para llevar el mensaje de mejores prácticas a los agricultores de la región.

Y es que, a nivel mundial, más del 13 % de los alimentos producidos se pierde entre la cosecha y la venta al por menor. Los alimentos que se pierden y desperdician representan el 38 % del uso total de energía en el sistema alimentario mundial. De hecho, las pérdidas poscosecha en México se estiman en alrededor de 25 % en promedio, pero suelen ser mayores en regiones tropicales dónde la temperatura y la humedad favorecen la proliferación de insectos y hongos, dejando más propensos a los granos almacenados de manera incorrecta.

 “De ahí la importancia de aprovechar la oferta de abordar el reto desde el surco, a través de un curso donde vimos temáticas como el grano y su calidad, sistemas poscosecha, insectos y hongos en granos almacenados, tecnologías de almacenamiento y sistemas de innovación en CIMMYT. Esto nos permitirá ser capaces de interpretar los fundamentos teóricos y metodológicos del manejo poscosecha de granos, y lo que es más importante aún, transmitir estos conocimientos y prácticas a los agricultores en nuestros países”, resaltó José Luis Zambrano, Coordinador de la Red Latinoamericana del Maíz y del proyecto TechMaíz (CYTED).

El contenido del curso fue desarrollado por Sylvanus Odjo, especialista en poscosecha de CIMMYT, y fue implementado de manera asincrónica, es decir, los contenidos de los módulos estaban disponibles todo el tiempo “lo cual demanda disciplina y constancia para invertir horas de capacitación, lectura y aprobar pruebas”, señaló Suelen Torres, coordinadora de Capacitación. “Pero valió la pena” indicó Javier Garófalo, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias de Ecuador (INIAP) Ecuador “pues nos permitió conocer una plataforma novedosa y útil como es CIMMYT Academy que nos permitió adquirir conocimiento y técnicas nuevas con las que esperamos mejorar nuestro trabajo y llegar con mejores tecnologías a los agricultores de la región”.

Por su parte, Manuel Guzmán, investigador de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria AGROSAVIA, considera que “la temática abordada en este curso es un punto clave en la cadena de producción de maíz, bien sea para la producción de semilla, venta o autoconsumo. Las pérdidas de grano que se generan a partir de la cosecha impactan negativamente la seguridad alimentaria de la población más vulnerable. Se resalta la actualización en técnicas prácticas, sustentables y de inmediata aplicación en el campo, permitiendo optimizar la producción. En América Latina nos encontramos grandes desafíos relacionados con el clima y las condiciones de almacenamiento. Los aprendizajes de este curso nos permitirán implementar medidas inmediatas para reducir las pérdidas poscosecha y mejorar la calidad del maíz en el mercado”.

Para Silvina Fariza, Investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina, es claro que “hoy nos encontramos en un momento bisagra, con enormes desafíos ambientales, con grandes desórdenes climáticos siendo la producción y el almacenamiento fuertemente afectadas. Los aprendizajes de este curso nos permitirán implementar medidas inmediatas para reducir las pérdidas poscosecha y mejorar la calidad del maíz”.

“Aún estamos en el primer trimestre de 2024 y ya tenemos buenas noticias para fortalecer esta comunidad de práctica y aprendizaje que es la Red Latinoamericana del Maíz” destaca Zambrano al anunciar que el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación de Guatemala (MAGA), a través del Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA), CIMMYT y el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), a través del Proyecto Tech Maíz, realizarán la XXV Reunión Latinoamericana de Maíz, bajo el lema “IXIM: Maíz, lo que sustenta la vida” en la ciudad de Flores, Petén, del 13 al 16 de agosto de 2024.

Esto sin perder de vista que para el segundo semestre del año se abrirá una nuevo curso en línea en CIMMYT Academy, esta vez sobre Introducción al Manejo Agroecológico de Plagas.

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Producción sustentable de trigo con dosis adecuadas de nitrógeno

Uso de sensores ópticos para la determinación de dosis de nitrógeno. (Foto: Hub Bajío / CIMMYT)
Uso de sensores ópticos para la determinación de dosis de nitrógeno. (Foto: Hub Bajío / CIMMYT)

La producción del trigo depende, entre otros factores, del manejo de la fertilidad de los suelos. Así, independientemente de la fuente utilizada, se deben suministrar nutrientes en cantidades adecuadas para obtener los rendimientos esperados. La manera más adecuada para conseguir estos rendimientos se basa en cuatro principios básicos de fertilización: fuente, dosis, momento y lugar. La aplicación de estos cuatro pasos permite incrementar y mantener la producción.

Otro aspecto a considerar en la fertilización es que los requerimientos nutritivos de las plantas no son fijos, sino que cambian con las diferentes etapas de crecimiento de la planta, las características físicas y químicas del suelo, la disponibilidad de agua, luz, temperatura y otros factores. En este sentido es importante tener claro cuál es la dosis adecuada que debemos aplicar al cultivo dependiendo su etapa fenológica y su requerimiento de algún nutriente en específico.

En el caso del nitrógeno, que es un elemento indispensable en la producción de granos, su correcta aplicación y dosificación depende de diversos factores, principalmente abióticos —es decir, los elementos no vivos que interactúan con los cultivos, como el suelo, el clima, el agua—, lo que contribuye a que los productores no logren aplicar en la mayoría de los casos una dosis adecuada de este elemento, derivando muchas veces en una sobre dosificación que, además de encarecer los costos de producción, no se refleja en un aumento del rendimiento.

Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT cuyo propósito es impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano, particularmente en los estados de Guanajuato y Michoacán. En Valle de Santiago, Guanajuato, por ejemplo, se está brindando acompañamiento técnico a 15 productores de trigo de riego de diversas localidades, entre ellas La Isla, Charco de Pantoja, Cerro Colorado y San Isidro del Pitayo, donde se establecieron módulos demostrativos en colaboración con productores locales que son reconocidos en la zona por su apertura a la innovación y altos rendimientos de producción.

Con prácticas sustentables, se logró bajar hasta un 20% la cantidad de nitrógeno a aplicar, sin afectar el rendimiento de trigo” comenta Arturo Buenavista, especialista técnico de Agriba Sustentable. De esta forma se puede mejorar tanto la sustentabilidad como la rentabilidad para los productores.

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Enfoque de género, fundamental para el campo

Grupo focal con mujeres en Cuatempan, Puebla. (Foto: Galilea Vicuña / CIMMYT)
Grupo focal con mujeres en Cuatempan, Puebla. (Foto: Galilea Vicuña / CIMMYT)

De acuerdo con el censo agropecuario de 2022, en México hay un poco más de cinco millones de unidades de producción agropecuaria, donde las unidades activas reportan 20.5 millones de superficie sembrada y 5.6 millones de hectáreas no sembradas. De acuerdo con el INEGI, cerca de 3 millones de hectáreas no se siembran “por mal temporal, por falta de crédito, por enfermedad, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien sembrara” (INEGI, 2022).

“Ya casi no hay trabajadores hombres, se van a trabajar a la ciudad, a veces, si no hay hombres nos organizamos entre nosotras y vamos deshierbando las parcelas entre nosotras. Si le metemos frijol es cuando se requiere más trabajo manual, en cambio sí metemos sólo maíz para matar las hierbas ya hay químicos que venden”, comenta una de las agricultoras que participaron en los grupos focales organizados por la plataforma de investigación Cuautempan.

Aunque las causas son variadas y están relacionadas con situaciones socioeconómicas complejas, el papel de las mujeres y los jóvenes es crucial en lo referente a la situación del campo, donde es fundamental “comprender que la complejidad del manejo de los sistemas agroalimentarios locales se asocia a las dinámicas del contexto social, lo cual incluye los roles de género, la migración y la participación de las mujeres en la conservación, manejo y uso de la agrobiodiversidad local”, comentan los responsables de la plataforma de investigación Cuautempan, Puebla.

En esta plataforma de investigación, que forma parte de la red de plataformas de CIMMYT y sus colaboradores, se están incluyendo metodologías con perspectiva de género en el diseño de la investigación. Esto, porque a pesar de que las estadísticas suelen subrepresentar la participación de las mujeres en el campo —la mano de obra de mujeres en actividades agropecuarias en 2022 fue de 16.2 % (4.4 millones), pero se estima que podría ser de hasta 43% (ONU Mujeres)—, son ellas quienes están trazando nuevos caminos para el campo mexicano.

“Aquí vemos que las matas de chícharo ya están floreando. A mí me gustaría que otras personas también vean estos cultivos y los siembren para que tengamos una mejor producción. Yo en este pueblo de Paraíso Nuevo le he dicho a muchas mujeres; hemos hecho reuniones con las mujeres porque nosotros hemos ido a capacitación a otros lados para impulsar a que las mujeres también participen, a que no nada más se queden en la casa, a que los maridos tomen conciencia y las mujeres salgan al campo a sembrar y a cosechar lo que se siembra”, comenta Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien ha participado en iniciativas de CIMMYT y sus colaboradores en el estado.

Las contribuciones de la mujer al campo son enormes —cultivan la tierra, crían animales de traspatio, procesan y distribuyen diversos productos en el mercado— y, sin embargo, suelen pasar desapercibidas porque gran parte de este trabajo es considerado como ayuda familiar que no siempre es remunerada. Además, realizan trabajo doméstico del hogar, cuidan a niños y personas mayores o enfermas, entre otras labores.

Por lo anterior, es fundamental identificar, desde la investigación científica y hasta la operación en campo, aquellas prácticas y tecnologías que respondan a las necesidades de quienes trabajan la tierra; así mismo, impulsar estrategias que contribuyan al empoderamiento económico de las mujeres porque, como lo señalan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, la cantidad de personas con hambre en el mundo se reduciría hasta en 150 millones.

Así, además de la inclusión de la perspectiva de género en el diseño de los objetivos de investigación de sus plataformas, CIMMYT y sus colaboradores impulsan diversas iniciativas para fomentar el acceso de las mujeres a la financiación, donde prácticas sustentables como la diversificación de cultivos está contribuyendo significativamente a avanzar hacia esa meta, aumentando la inclusión de la mujer en los sistemas agrícolas, brindando beneficios ecológicos, y proporcionando cultivos que representan alimentos altamente nutritivos para las personas y/o la ganadería.

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Manejo de residuos, un enfoque hacia la conservación del suelo

Manejo de residuos en cultivo de trigo. (Foto: CIMMYT)
Manejo de residuos en cultivo de trigo. (Foto: CIMMYT)

La agricultura sustentable se ha convertido en un imperativo global para garantizar la seguridad alimentaria y preservar el medioambiente. En este contexto, el manejo adecuado de los rastrojos, los residuos de cosecha que suelen ser pasados por alto, desempeña un papel crucial en la promoción de prácticas agrícolas respetuosas con el entorno.

Los rastrojos o socas son los residuos de cultivos que quedan en el campo después de la cosecha. Estos pueden incluir tallos, hojas y otros restos vegetales. Aunque la quema de rastrojos ha sido una práctica común, esta contribuye al cambio climático y afecta negativamente a los organismos microscópicos en el suelo. Esto es relevante porque la vida microscópica, incluyendo bacterias y hongos, desempeña un papel crucial en la degradación de la materia orgánica y en los ciclos de elementos esenciales para la fertilidad del suelo.

En este sentido, conservar los rastrojos ayuda a mantener la vida microbiana del suelo y contribuye a mejorar su estructura física: por un lado, dejar los rastrojos en la superficie del suelo actúa como una barrera natural que previene la erosión. Esto es fundamental para mantener la salud del suelo y la sostenibilidad a largo plazo de la tierra de cultivo. Además, durante la descomposición de los rastrojos se liberan nutrientes esenciales en el suelo, como nitrógeno, fósforo, potasio y calcio, reduciendo así la dependencia de fertilizantes inorgánicos.

Aprovechar los rastrojos como cobertura del suelo no solo reduce el impacto ambiental de las quemas agrícolas, sino que también tiene un valor económico, por lo que esta práctica es una alternativa viable y rentable que ayuda a mejorar la fertilidad y la productividad del suelo.

En Sonora, en la plataforma de investigación Cajeme I, por ejemplo, se ha investigado el uso de residuos como cobertura en camas permanentes desde el año 2006, confirmándose que “los rendimientos de camas permanentes con retención total o parcial de rastrojo tienen mayor valor —promedio de 7.4 toneladas por hectárea (t/ha)— que cuando el rastrojo es quemado o incorporado con la labranza, esto lo vemos en rotación con cultivo de maíz en verano”, señalan los responsables de la plataforma.

“Por su parte, en la plataforma Cajeme II la siembra en camas permanentes con cobertura con rastrojo ha tenido, desde el ciclo otoño-invierno 2014-15, un mayor rendimiento que las camas permanentes sin cobertura, con una diferencia promedio de 0.3 t/ha”, apuntan los investigadores de esta plataforma.

Evidencia como la generada en estas plataformas sonorenses confirman entonces la pertinencia de aprovechar los rastrojos. Por esta razón, este enfoque para el manejo de residuos forma parte del Menú de tecnologías validadas – Trigo de riego en Sonora. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.