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Del CAMPO al Campus: innovación y colaboración para el campo colombiano

Visita al lote de CIMMYT durante el evento Del CAMPO al Campus, en instalaciones de la Alianza Bioversity-CIAT, en Palmira, Colombia. (Foto: Alianza Bioversity-CIAT)
Visita al lote de CIMMYT durante el evento Del CAMPO al Campus, en instalaciones de la Alianza Bioversity-CIAT, en Palmira, Colombia. (Foto: Alianza Bioversity-CIAT)

Las instalaciones de la Alianza Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (La Alianza), en Palmira, Colombia, fueron el escenario del evento «Del CAMPO al Campus», una visita guiada por laboratorios y parcelas experimentales en el marco de la colaboración entre La Alianza , CIMMYT y el proyecto RUSTICA a través de la iniciativa Soluciones Positivas para la Naturaleza en Colombia, impulsada por el CGIAR —una asociación mundial de centros de investigación, entre ellos La Alianza y CIMMYT, que trabaja para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional—.

Además de fortalecer la conservación de la agrobiodiversidad in situ —en las parcelas— y ex situ —en bancos de germoplasma—, el evento tuvo como finalidad promover el manejo sustentable de los recursos naturales, el adecuado manejo de los residuos agrícolas, la promoción de alianzas, colaboraciones, redes e intercambio de experiencias entre las y los custodios de semillas, bancos de Semilla, estudiantes de secundaria y agricultores.

Provenientes de El Dovio, Restrepo y Tuluá, las y los agricultores asistentes, estudiantes de secundaria y jóvenes investigadores, tuvieron la oportunidad de explorar diversas actividades diseñadas para fomentar la comprensión y colaboración en la conservación de la biodiversidad agrícola.

Janeth Bolaños, del equipo organizador, comentó que: «Queremos que tanto estudiantes como agricultores conozcan y resuelvan inquietudes sobre cómo es realmente la conservación en un banco de semillas en un centro de investigación y que pueden tener acceso a ellas cuando lo requieran”.

Durante la jornada, los participantes realizaron visitas guiadas que incluyeron el laboratorio de economía circular de La Alianza, los ensayos de maíz, fríjol y zapallo del proyecto RUSTICA, los ensayos de maíz, soya y el módulo poscosecha de CIMMYT, así como el Banco de Semillas del Futuro de La Alianza.

Natalia Ortiz, de La Alianza, presentó a los asistentes las acciones y logros que la iniciativa ha ido alcanzando, como las contribuciones de la herramienta EncontrAR —plataforma que facilita el intercambio de experiencias de agricultura familiar andina para atender problemas de productividad, conservación de semillas, manejo de recursos, entre otros—; el fortalecimiento de capacidades a más de 450 personas en temas como la conservación de semillas nativas y el manejo de emprendimientos basados en agrobiodiversidad y bioeconomía circular; así como la caracterización de cadenas de valor y estudios de mercados en productos como maíces y papas nativas, lácteos, recursos forestales maderables, agroecoturismo y bionegocios.

Así, estas actividades no solo proporcionaron un espacio para el aprendizaje práctico, sino también para la reflexión sobre la importancia de sistemas alimentarios sostenibles en el contexto actual de cambio climático y escasez de recursos, donde iniciativas como Soluciones Positivas para la Naturaleza permiten reimaginar y transformar de forma colaborativa estos sistemas con soluciones que apoyen la producción y gestión de alimentos locales con un impacto positivo en los medios de vida de manera equitativa.

Para la iniciativa, este objetivo se alcanzará mediante un conjunto de acciones englobadas en paquetes de trabajo orientados a la conservación de la agrobiodiversidad, la gestión de los recursos naturales de forma sostenible, la restauración vegetal y de las tierras degradadas, el reciclaje y manejo de residuos agrícolas, y la creación de un entorno atractivo y propicio hacia la inclusión social, desarrollo de capacidades y políticas con soluciones positivas para la naturaleza.

«La participación de los estudiantes fue muy importante porque muchos de ellos forman parte de los semilleros de investigación denominados Cantarrana y Herederos del Planeta, entonces queremos promover, además de que los niños y adolescentes sigan ese camino de la investigación, el relevo generacional en el campo”, enfatizó Bolaños.

Así, este evento marca un paso importante hacia la implementación de soluciones prácticas que apoyen la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible en Colombia y más allá, donde colaboraciones como la de La Alianza y CIMMYT permiten reforzar la investigación colaborativa y fomentar las redes de innovación para transformar los sistemas agroalimentarios en beneficio de toda la sociedad.

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Conservación, manejo de los recursos naturales y economía circular para la producción de maíz en Colombia

Se estima que el 84% de la agricultura familiar en todo el mundo se lleva a cabo en extensiones de tierra de menos de 2 hectáreas, lo que representa menos del 12% del área total dedicada a la agricultura. Este modelo de agricultura familiar se distingue por su enfoque en la producción alimentaria a escala reducida, lo cual suele implicar una mayor participación de la mano de obra familiar.

Además, se destaca por la contribución significativa de los ingresos agrícolas al total de los ingresos familiares, la comercialización de productos en los mercados locales y la posesión de tierras y otros activos por parte de las familias (FAO, 2019, p.2). En Colombia, del total del territorio dedicado a la agricultura familiar, aproximadamente el 12,3%, se destina al cultivo de maíz, lo que corresponde a un área de 14,086,870 hectáreas. Se siembra dos veces al año durante las temporadas de lluvia. En regiones con altitudes superiores a los 1700 msnm, donde los ciclos de cultivo son más prolongados, se realiza una sola siembra al año.

Plántulas de maíz (Foto: CIMMYT).

En América Latina y el Caribe, la agricultura ocupa más de un tercio de la superficie terrestre de la región, consume casi tres cuartas partes de sus recursos de agua dulce y es responsable del 46% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Ante este panorama, se reconoce la urgencia de adoptar medidas que mitiguen los impactos ambientales del sector agrícola, especialmente en términos de gestión de residuos.

Una de las innovaciones propuestas para abordar esta problemática es la Economía Circular. Este enfoque busca transformar los residuos agroalimentarios en insumos orgánicos, cerrando así los ciclos de nutrientes y reduciendo la presión ambiental asociada a la agricultura. Al incorporar principios circulares en la cadena de valor agroalimentaria, no solo se promueve la sostenibilidad en las fincas de pequeños agricultores, sino que también se contribuye a minimizar los impactos negativos al medio ambiente, gestionando de manera más responsable y eficiente los residuos generados por este sector (CEPAL,2023).

En la vereda Bellavista, ubicada a una altura de 1847 msnm sobre la cordillera Occidental, los pequeños productores practican la agricultura familiar; en sus parcelas biodiversas también cultivan dos veces al año maíz nativo o criollo como el Limeño y el Diente de Caballo Amarillo y Blanco. La primera siembra se realiza entre marzo y abril, y la segunda entre agosto y septiembre, dependiendo del régimen de lluvias. Es común encontrar el maíz sembrado en asociación con frijol, aprovechando el tallo del maíz como guía de crecimiento. Además, se pueden observar asociaciones con plátano, arracacha, zapallo y yuca. Sin embargo, también se practica el monocultivo de maíz en la región.

Maíz (Foto: CIMMYT)

Entre las acciones colaborativas de los grupos de trabajo 1, 2 y 4 de la iniciativa Soluciones Positivas para la Naturaleza en la vereda Bellavista, se llevó a cabo el taller de grupo focal titulado “Diagnóstico Participativo del Sistema de Producción Tradicional de Maíz”, en el cual participaron pequeños agricultores pertenecientes a la Corporación Nacional Ambiental Agrícola y Pecuaria de Bellavista (CAMPAB). Durante el ejercicio, los productores intercambiaron prácticas culturales relacionadas con el cultivo de maíz. Se observaron ligeras diferencias en la aplicación de algunas técnicas que comparten el mismo principio, como la siembra en surcos con curvas a nivel y la labranza mínima (solo se mueve el suelo en el sitio donde se siembra la semilla). Además, se evidenció que la mayoría de ellos no llevan a cabo un plan de fertilización o un control fitosanitario, ya que no lo consideran necesario.

En cuanto a las prácticas de siembra, uno de los agricultores participantes del taller mencionó: “No deshierbo, solo lo hago donde cabe el azadón y hago los surcos de un metro. Siembro utilizando palín para que el grano encuentre raíz, pues el suelo parece muy duro (tres granitos por sitio entre 60 y 80 cm)”. Por otro lado, una agricultora compartió su práctica: “Remojo el maíz con una solución de salvia machacada para evitar las plagas y las aves y siembro dos granos por sitio”. Los dos agricultores realizan aporcado a los 20 días; otro de los agricultores aplica “un puñado de abono orgánico” y todos coincidieron en que “se dejan los residuos de la cosecha en el terreno como abono”.

Durante las jornadas de articulación entre los centros del CGIAR: CIMMYT y la Alianza Bioversity y CIAT, se llevo a cabo el Taller sobre Economía Circular en la finca. En este evento, se identificaron los principales residuos generados en las unidades productivas, obtenidos principalmente de la cosecha, la cocina y del estiércol de cerdos, pollos y reses. Estos residuos son materias primas potenciales para la producción de bioinsumos basados en el reciclaje de materia orgánica y nutrientes, lo que contribuye a la conformación de sistemas agroalimentarios sostenibles y la conservación de los recursos naturales. Además, esta práctica promueve el autoconsumo en las familias campesinas, la reducción de costos de producción y la generación de ingresos en fincas que se integran positivamente con la naturaleza. Con el ejercicio realizado en el taller la comunidad seleccionó las tecnologías de digestión anaerobia, compostaje, producción de biochar y el cultivo de mosca soldado negro como potenciales soluciones para implementar en las unidades productivas.

Así mismo, el taller permitió identificar los factores limitantes para la producción de maíz, como la pérdida de prácticas tradicionales en el manejo del cultivo, la conservación de la semilla, la transformación del maíz, las características nutricionales del suelo y una alta preocupación por el relevo generacional. Igualmente, se propusieron prácticas y tecnologías que pueden ayudar a resolver estas limitantes, como comprender y estudiar las tradiciones sobre las prácticas de almacenamiento de las semillas, el manejo del cultivo y la transformación del maíz. Las principales acciones propuestas durante el ejercicio para superar estos obstáculos incluyen promover la investigación, las tradiciones culturales y el consumo del maíz en los jóvenes, integrantes de semilleros de investigación (Herederos del Planeta y Cantarrana) y los estudiantes de secundaria del Colegio Agropecuario José María Falla.

Los centros del CGIAR: CIMMYT y la Alianza Bioversity y CIAT colaboran en la iniciativa Soluciones Positivas para la Naturaleza y el proyecto RUSTICA en el municipio de El Dovio, Valle del Cauca. Esto ha sido posible gracias a la participación de la Corporación Nacional Ambiental Agrícola y Pecuaria de Bellavista (CAMPAB) quienes han jugado un papel fundamental en la integración del semillero de investigación Herederos del Planeta y Cantarrana, y el Colegio Agropecuario José María Falla.

Las acciones derivadas del diagnóstico para apoyar la conservación y manejo de los maíces tradicionales bajo el modo de producción en agricultura familiar consistirán en el establecimiento de ensayos participativos, llevados a cabo junto con los agricultores, tanto hombres como mujeres de El Dovio, así como con investigadores de los centros del CGIAR, CIMMYT y la Alianza Bioversity y CIAT. Este ejercicio de investigación participativa está diseñado para evaluar bioinsumos elaborados a partir de residuos orgánicos en las fincas, con el fin de cubrir los requerimientos nutricionales del cultivo en parcelas de producción de semillas. Adicionalmente se brindará asistencia técnica para la implementación de una casa de semillas comunitaria, contirbuyendo así a la conservación de la agrobiodiversidad.

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Siendo sustentables han bajado sus costos de producción

Parcela de productor del bajío quien participa en Agriba Sustentable. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Parcela de productor del bajío quien participa en Agriba Sustentable. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

La agricultura de conservación es un sistema de producción sustentable con muchos beneficios: «La agricultura de conservación es un enfoque en la producción agrícola que se centra en la conservación del suelo, el agua y la biodiversidad, así como en la reducción del uso de insumos químicos», explica el equipo técnico de Agriba Sustentable —una colaboración entre PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT—, el cual enfatiza en que este enfoque utiliza técnicas que maximizan el uso eficiente de los recursos naturales y minimizan el impacto ambiental.

En Irapuato, uno de los municipios de Guanajuato donde se desarrolla el proyecto, los productores han adoptado varias prácticas de agricultura de conservación, logrando una significativa reducción en los costos de producción. «Allí, las prácticas adoptadas por los productores han logrado disminuir los costos de producción hasta en 12 % solo en la preparación mecánica del suelo», puntualizan los técnicos del proyecto, agregando que ese ahorro se debe en gran parte a la reducción de la labranza y al mantenimiento de la cubierta del suelo.

La labranza reducida y el uso de cubiertas vegetales no solo disminuyen los costos de preparación del suelo, sino que también contribuyen a mantener los rendimientos al mismo nivel o incluso superiores al manejo convencional. «Al realizar labranza vertical en el fondo de la cama de siembra y mantener la cubierta vegetal del cultivo anterior se logra que la humedad del suelo se mantenga, previniendo que se presente estrés hídrico en el cultivo», mencionan.

Además de la reducción de costos, la agricultura de conservación ofrece varios beneficios adicionales:

  • Ahorro de tiempo y esfuerzo: Al no tener que preparar el suelo mediante el arado, se requiere menos trabajo y tiempo.
  • Ahorro de combustible: La mínima labranza reduce el consumo de combustible y la emisión de gases contaminantes.
  • Mayor conservación del suelo: Ayuda a mantener la estructura del suelo y a prevenir la erosión, mejorando también la vida del suelo al promover la actividad de microorganismos beneficiosos y la retención de humedad.
  • Mayor rendimiento: Se logran rendimientos más altos que con la siembra tradicional, debido a que el suelo se mantiene más húmedo y se reduce el crecimiento de malezas.

La agricultura de conservación no solo es económicamente ventajosa, sino que también es ambientalmente sostenible. Estas prácticas ayudan a preservar los recursos naturales y a reducir el impacto ambiental de la agricultura. Mantener la estructura del suelo y prevenir la erosión son fundamentales para la sostenibilidad a largo plazo.

A pesar de sus numerosos beneficios, la agricultura de conservación también presenta desafíos, como la necesidad de un mayor conocimiento y habilidades por parte de los agricultores. Por ello, «el equipo técnico de Agriba se enfoca en capacitar y asesorar a los productores de la región Bajío que estén dispuestos a colaborar y contribuir a la adopción de prácticas sostenibles».

Con el apoyo de PepsiCo México, Grupo Trimex y CIMMYT, los agricultores del Bajío están aprendiendo a implementar prácticas que no solo reducen los costos y mejoran los rendimientos, sino que también protegen el medioambiente. Esta combinación de beneficios económicos y ambientales hace de la agricultura de conservación una opción atractiva y viable para el futuro de la agricultura en México.

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Adaptación al cambio climático en México. Parte 2

Técnico de CIMMYT brindando acompañamiento técnico a productor que participa en el proyecto Trigo Regenerativo Bimbo. (Foto: Hub Bajío)
Técnico de CIMMYT brindando acompañamiento técnico a productor que participa en el proyecto Trigo Regenerativo Bimbo. (Foto: Hub Bajío)

De acuerdo con las proyecciones, de cara a los años 2050s, México estaría atravesando por una dura etapa de estrés hídrico, en la que la mayor parte del territorio nacional presentará una sequía grave.

Estados como Sonora y Sinaloa, y parte del Bajío, serían los más afectados al presentar temperaturas por arriba del promedio y prácticamente sin agua suficiente para riegos y cultivos. Pero igual los estados del Sur del país por su naturaleza tropical serán fuertemente afectados por el continuo incremento de temperaturas y cambios de precipitación a largo plazo.

Esta situación no es particular de México, pues otras regiones del mundo también se verían afectadas por este fenómeno que se ve potenciado por los efectos del cambio climático, lo que obliga a la humanidad a pensar en soluciones a corto, mediano y largo plazo para enfrentarla crisis climática, pues en este momento ya no es posible revertirla, más aún cuando el uso de combustibles fósiles no se ha reducido, ni se prevé que esto suceda en un futuro próximo.

En este marco, Kai Sonder, agrónomo y jefe de la unidad de Sistemas de Información Geográfica (SIG) del CIMMYT, resalta la necesidad de buscar tecnologías más eficientes para el cultivo de trigo, que se caractericen por un consumo bajo de agua y que esta se aproveche al máximo.

A nivel mundial, el agrónomo explica que el cambio climático para 2050 calentará tanto el planeta que latitudes elevadas en el norte de Canadá, algunas partes de Alaska y el norte de Estados Unidos, además del sur de Argentina, se convertirán en áreas adicionales en donde se expandirá la producción de trigo.

En el caso de Europa ocurre una situación similar, en donde la región de Escandinavia; Siberia, en Rusia, al igual que el Norte de China, serían más propicias para el cultivo de maíz y trigo.

Y aunque en el caso de México la sequía y altas temperaturas son una constante en el norte del país, estas condiciones se verán potenciadas en los próximos 10 años, por lo que Sonder hizo un llamado a un uso más eficiente del agua, como el riego por goteo, mayor inversión en los sistemas de riego e incluso pensar en el desarrollo de variedades de trigo que sean más tolerantes a la sequía y el calor y a la vez sean productivas, por lo que el reto que se avecina es grande.

Adoptar tecnologías sustentables para mitigar el cambio climático

De acuerdo con el experto, el empleo de tecnologías sustentables podría ser de gran utilidad para estabilizar los efectos del cambio climático, por ejemplo, ajustar las fechas de siembra del grano o mejorar la agronomía y así mitigar los efectos negativos, e incluso encaminar la situación a políticas relacionadas con el tema del medioambiente.

Otro desafío por enfrentar son los efectos del fenómeno de El Niño, que transita de un periodo cálido (El Niño, denominado así porque inicialmente se le asoció a un fenómeno de menor escala que ocurre en diciembre en Perú, relacionado con el nacimiento del Niño Jesús de la tradición católica) a uno frío (llamado La Niña, en referencia al efecto opuesto), con fases intermedias en este cambio de calentamiento a enfriamiento.

Este fenómeno se ve potencializado debido al cambio climático, lo que ha prolongado la sequía en México, aunque los científicos confían en que La Niña también se refuerce, trayendo como consecuencia abundantes lluvias que ayudarían a mitigar el estrés por calor, sin embargo, una gran cantidad de lluvias también traería consecuencias negativas para algunas regiones del país.

Para abordar este problema, CIMMYT, en conjunto con Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) emprendieron la producción de variedades nuevas más tolerantes al calor.

En el año 2012, la variedad Cirno se distribuyó ampliamente entre los productores, quienes vieron su valor en varios días de campo y en parcelas experimentales. Como resultado, aproximadamente el 80 % de los productores la adoptaron, lo que ha ayudado, en parte, a equilibrar el impacto negativo de las temperaturas elevadas.

Para el futuro, se plantea la combinación de buena agronomía, agricultura climáticamente inteligente, sistemas de riego más sofisticados y eficientes, junto con variedades nuevas específicamente creadas para enfrentar estos desafíos. Estudios han mostrado que la adopción de variedades mejoradas a largo plazo puede resultar en menos emisiones y una mayor eficiencia en el uso de fertilizantes y agua.

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Temperaturas más altas y más lluvias, así se espera junio y julio en Chiapas

El Boletín Agroclimático de Chiapas para los meses de junio y julio ha sido emitido por la Mesa Técnica Agroclimática del estado, ofreciendo proyecciones que subrayan la importancia de prepararse ante condiciones climáticas adversas, exacerbadas por el cambio climático global. Se anticipa que las temperaturas estarán por encima del promedio histórico en la mayoría de las regiones del estado, acompañadas de niveles de lluvia superiores a los normales registradas en el periodo 1991-2020.

Para mitigar los riesgos asociados con el exceso de lluvias, se recomienda a los agricultores realizar la limpieza de drenajes y ajustar las camas de siembra para evitar encharcamientos y pérdidas por inundación. Además, se aconseja sembrar maíz de ciclo intermedio hacia finales de junio, y para variedades de ciclo largo, adelantar la siembra como medida preventiva.

En términos de manejo del suelo, técnicas como la labranza vertical y el uso de camas de siembra equidistantes se destacan por mejorar la infiltración del agua, retener la humedad y favorecer el drenaje, especialmente cuando se complementan con prácticas como la cobertura con rastrojo.

El boletín también proporciona directrices sobre el manejo integrado de plagas y enfermedades, incluyendo estrategias para controlar el gusano cogollero, la identificación temprana de deficiencias nutricionales, y recomendaciones para la fertilización y el tratamiento de semillas. Además, se enfatiza la importancia de la calibración adecuada de equipos agrícolas para optimizar su desempeño durante la temporada.

Este esfuerzo colaborativo involucra a diversas instituciones clave como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, CIMMYT, el Servicio Meteorológico Nacional de Conagua, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, así como la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural del Gobierno de Chiapas. También participan la Alianza Bioversity-CIAT, FIRA, la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), y el Centro Académico Regional Chiapas de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

El Boletín Agroclimático de Chiapas no solo ofrece orientación precisa para enfrentar los desafíos climáticos actuales, sino que también promueve prácticas agrícolas sostenibles y resilientes que son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria y el bienestar de las comunidades rurales en Chiapas. Da clic en la imagen para descargarlo.

Boletín Agroclimático de Chiapas, mayo-julio 2024
Boletín Agroclimático de Chiapas, mayo-julio 2024

 

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Representantes del Gobierno de Noruega visitan parcela innovadora en Guatemala

Visita de Ministra y Embajadora de Noruega a módulo de innovación en Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Visita de Ministra y Embajadora de Noruega a módulo de innovación en Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

La visita de Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, y Ragnhild Imerslund, Embajadora de Noruega en México y Centroamérica, al módulo demostrativo de Lomas Abajo, en San Jacinto, Chiquimula, Guatemala —el cual forma parte de los InnovaHubs promovidos por CIMMYT y sus colaboradores en ese país a través de la iniciativa AgriLAC Resiliente— este 5 de junio.

La presencia de la ministra y la embajadora en mención resalta el apoyo del gobierno noruego a iniciativas que, como AgriLAC Resiliente del CGIAR, comparten una visión común del desarrollo regional latinoamericano dentro de un marco de cooperación triangular entre la Embajada de Noruega, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y CIMMYT.

Este marco de cooperación busca fortalecer  el modelo de gestión de la innovación conocido como InnovaHub porque promueve una interacción constante entre los agricultores y sus aliados locales, con quienes técnicos e investigadores trabajan hombro a hombro en las parcelas que forman parte de la infraestructura física, como los módulos visitados por las representantes del gobierno noruego y que constituyen espacios de co-aprendizje y validación de prácticas y tecnologías sustentables para la región.

El trabajo y acciones en Guatemala son parte de una metodología  de aceleración de la innovación agrícola construido a partir de experiencias exitosas de CIMMYT en México.  En este sentido, CIMMYT, con otros centros CGIAR en la región —la Alianza Bioversity-CIAT (ABC), el Centro Internacional de la Papa (CIP por sus siglas en inglés) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI por sus siglas en inglés)—, lideran AgriLAC Resiliente y, mediante la articulación con diversos socios regionales, han logrado afianzar la instalación y operación de dos InnovaHubs en Guatemala —uno en la región Oriente y otro en la región Occidente—, donde organizaciones como ADIPAZ y ASORECH colaboran estrechamente en la difusión de prácticas sustentables adecuadas a cada contexto agrícola y sociocultural.

Para el gobierno noruego, que buscar estrechar lazos con los gobiernos y sociedades de México y Centroamérica, el modelo de los InnovaHubs resulta ideal para conectar no solo con los gobiernos nacionales, sin los gobiernos locales y también con los productores y una amplia gama de actores estratégicos.

El gobierno de Noruega, que con CIMMYT ya impulsa el movimiento Agricultura para la Paz —que retoma el legado del doctor Norman Borlaug para promover sociedades pacíficas y resilientes mediante una agricultura sustentable e incluyente—, considera que la agricultura es un medio vital para impulsar la estabilidad social en las zonas rurales —ya que apoya la generación de ingresos y contribuye a generar estabilidad política—, de ahí su interés y apoyo a los esfuerzos de los InnovaHubs en la promoción de una agricultura innovadora y sustentable.

Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, en módulo de innovación de Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, en módulo de innovación de Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Durante su visita a Guatemala, la Ministra Beathe, y la embajadora Imerslund, estuvieron acompañadas por el doctor Jelle Van Loon, director asociado del programa de Sistemas Agroalimentarios Sustentables de CIMMYT, el equipo operativo de AgrilLAC en Guatemala; Elder Cardona, Alcalde de San Jacinto; así como por representantes de ABC, ADIPAZ y ASORECH con quienes recorrieron instalaciones de los InnovaHubs y entablaron un nutrido diálogo con diversos productores que participan en AgriLAC Resiliente, particularmente con un grupo de agricultoras quienes compartieron sus experiencias sobre cómo los aprendizajes que han obtenido a través de la iniciativa se han reflejado en empoderamiento y mejores condiciones de vida.

Durante la visita también se explicó el contexto sobre Chiquimula, la región Chortí y el Corredor Seco, destacando los desafíos y limitaciones; las actividades realizadas con AgriLAC, incluidas las plataformas de investigación, los procesos de poscosecha y de capacitación; la investigación agronómica en curso, propuestas para las familias, programas de manejo agronómico y la diversificación de cultivos, Mesas Técnicas Agroclimáticas (MTAs), entre otros temas.

Finalmente, se destacó que, con la cooperación triangular entre la Embajada de Noruega, AMEXCID y CIMMYT, se contemplan acciones para que CIMMYT capacité a asesores de campo de El Salvador, Guatemala y Honduras, con la finalidad de continuar con los esfuerzos de una Agricultura para la Paz en beneficio de los países de la región.

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Con información impulsan la resiliencia agrícola en tiempos de cambio climático

La creciente preocupación por los efectos del cambio climático en la producción agrícola ha llevado a la implementación de estrategias innovadoras en diversas regiones del mundo. En este contexto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en colaboración con la Secretaría de Impulso Agropecuario de Tlaxcala, CONAGUA, SENASICA Y CIMMYT, presentaron el primer Boletín Agroclimático para el estado de Tlaxcala. Esta iniciativa, enmarcada en la creciente necesidad de adaptación y resiliencia frente a eventos climáticos extremos, se erige como una herramienta fundamental para mitigar los impactos adversos del clima en la agricultura local.

Las Mesas Técnicas Agroclimáticas (MTA), concebidas como espacios de diálogo entre productores, autoridades gubernamentales y expertos en el campo, cobran relevancia en este escenario. Estas mesas buscan anticipar y comprender los cambios climáticos regionales, así como sus implicaciones en los cultivos locales. Al promover discusiones fundamentadas en conocimientos científicos y tradicionales, se pretende dotar a técnicos y agricultores de herramientas para la toma de decisiones informadas y adaptativas.

En este contexto, la instalación de la 1ª Mesa Técnica Agroclimática del Estado de Tlaxcala en mayo pasado marca un hito significativo en el fortalecimiento de la resiliencia agrícola en la entidad. La participación de productores, representantes académicos y funcionarios gubernamentales evidencia el compromiso conjunto para enfrentar los desafíos climáticos en el ámbito agrícola.

El boletín agroclimático, elaborado como resultado de estas discusiones, proporciona información precisa y oportuna sobre las condiciones meteorológicas y climáticas esperadas en Tlaxcala durante los meses de junio y julio. Destacan, entre otros datos, la proyección de precipitaciones por debajo de lo normal y temperaturas por encima de lo habitual, factores que pueden impactar significativamente la producción agrícola estatal.

En este sentido, se ofrecen recomendaciones técnicas específicas para enfrentar estos desafíos climáticos, incluyendo la selección de variedades y fechas de siembra óptimas para cultivos como el maíz, trigo, canola, cebada, frijol, amaranto y avena. Además, se brindan directrices para el manejo adecuado de plagas de importancia económica en el estado, promoviendo prácticas sostenibles y respetuosas con el medioambiente.

Es crucial subrayar la relevancia de esta iniciativa en un contexto global de cambio climático, donde fenómenos extremos como las recientes olas de calor en México ponen de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer la resiliencia agrícola. El boletín agroclimático para Tlaxcala constituye entonces una herramienta útil para enfrentar estos desafíos, empoderando a los agricultores con información precisa y recomendaciones adaptativas para proteger la seguridad alimentaria y promover la sostenibilidad de su actividad agrícola.

Así, la publicación del primer Boletín Agroclimático para el estado de Tlaxcala representa un paso significativo hacia la construcción de una agricultura más resiliente y sostenible en un contexto de cambio climático. Descarga el boletín completo dando clic en la imagen a continuación:

1er Boletín Agroclimático Tlaxcala
1er Boletín Agroclimático Tlaxcala
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Módulos de innovación en el Occidente de Honduras, espacios clave para un campo más sustentable

Visita al módulo instalado en la parcela del señor Elmer, en Lentago, Belén Gualcho Ocotepeque, Honduras. (Foto: Nolvin Vega)
Visita al módulo instalado en la parcela del señor Elmer, en Lentago, Belén Gualcho Ocotepeque, Honduras. (Foto: Erardo Díaz)

En la comunidad de Lentago, Belén Gualcho Ocotepeque, se están tejiendo los cimientos de una transformación agrícola significativa. Las recientes actividades de seguimiento al módulo de innovación agrícola instalado en esa localidad es un ejemplo de los pasos firmes con que se avanza hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles y resilientes en Honduras a través de la iniciativa AgriLAC Resiliente.

«Uno de los principales problemas que se ha identificado a través del diagnóstico de parcela y la participación de varios productores de tres zonas (Lentago, El Aguacatillo y La Mohaga) es el tema de la fertilización«, menciona Jesús Erardo Díaz Gómez, técnico involucrado en el proyecto y quien le ha brindado acompañamiento técnico al señor Elmer Valeriano para instalar en su parcela el módulo donde actualmente se implementan prácticas sustentables y se comparan con las prácticas convencionales locales.

La práctica convencional en la zona es fertilizar a los 15 o 22 días después de la siembra, «a través del módulo de innovación se busca la optimización de esta práctica evaluando la fertilización al momento de la siembra para asegurar la disponibilidad adecuada de nutrientes para la planta de maíz», señala Erardo, quien forma parte del equipo técnico del InnovaHub Occidente de Honduras, el cual articula los esfuerzos de un conjunto de organizaciones y actores locales que impulsan la innovación y la sustentabilidad del campo hondureño en el marco de AgriLAC Resiliente.

La optimización de la fertilización no es el único frente en el que el InnovaHub Occidente está marcando la diferencia. Erardo enfatiza la importancia de repensar el proceso de selección de semillas para las futuras cosechas porque, actualmente, se hace cuando ya se ha sacado el maíz de la parcela, es decir, ya cuando lo “tapizcan” (cosechan) y esto presenta diversas dificultades. «Con el módulo de innovación buscamos iniciar este proceso directamente en campo, seleccionando cuidadosamente las plantas más vigorosas y adaptadas a las necesidades de los productores locales», explica.

Módulos como el instalado en Lentago son fundamentales para dispersar los conocimientos sobre prácticas más sustentables. En este sentido, la participación del equipo técnico de CIMMYT y ODECO ha sido clave al despejar las dudas de los agricultores y proporcionar orientación sobre manejo agronómico del maíz con prácticas sostenibles.

Por supuesto, el compromiso y la participación activa de productores como el señor Elmer Valeriano son cruciales para el éxito de iniciativas como esta. Elmer, un agricultor proactivo y receptivo a nuevas técnicas, es un ejemplo inspirador de cómo la colaboración entre técnicos y agricultores puede impulsar el cambio hacia prácticas más sustentables y eficientes, como la instalación de un pluviómetro que promete proporcionar datos cruciales para la toma de decisiones informadas en el módulo.

La instalación del pluviómetro, aunque aparentemente simple, abre una ventana de oportunidad para comprender mejor las necesidades hídricas de los cultivos y ajustar las prácticas agrícolas en consecuencia. «Los resultados nos permitirán comparar la cantidad de agua recibida con las demandas de los cultivos, proporcionando una base sólida para la toma de decisiones», menciona Erardo, destacando el compromiso del señor Elmer en la toma y registro de los datos que emanan del pluviómetro.

El señor Elmer tomando lectura del pluviómetro. (Foto: Nolvin Vega)
El señor Elmer tomando lectura del pluviómetro. (Foto: Erardo Díaz)

El trabajo del InnovaHub Occidente de Honduras no ocurre en un vacío, sino que forma parte de una iniciativa más amplia: AgriLAC Resiliente. Esta iniciativa, impulsada por el CGIAR, busca transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, aumentando su resiliencia y competitividad. Los InnovaHubs de Honduras, en colaboración con organizaciones como la Alianza Bioversity-CIAT y CIMMYT, están liderando el camino hacia un futuro agrícola más próspero y sostenible en la región.

En última instancia, el éxito de estas iniciativas depende de la colaboración continua entre todos los actores involucrados: agricultores, técnicos, organizaciones y comunidades locales. Con un enfoque centrado en la innovación y la sustentabilidad, es posible construir sistemas agroalimentarios más resilientes que no solo alimenten a las generaciones presentes, sino que también protejan y restauren la tierra para las futuras.

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Adaptación al cambio climático en México. Parte 1

Efecto de la sequía en cultivo de trigo bajo prácticas convencionales. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Efecto de la sequía en cultivo de trigo bajo prácticas convencionales. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)

La nueva normalidad climática, como la llaman los expertos, es una realidad en todo el mundo y México no es la excepción, pues en los últimos años se han registrado temperaturas récord durante los meses de primavera y verano, en donde la escasez de lluvias es una constante que afecta la producción de cereales como maíz, arroz y trigo.

En el caso específico del trigo, aunque actualmente las principales zonas productoras en México son Sonora y Sinaloa, el cambio climático podría alterar esta situación, volviendo menos productivas estas áreas y abriendo la posibilidad de que áreas de valles altos en estados como Oaxaca y Chiapas, que al momento no lo producen, se conviertan en productores de este cultivo.

Este cambio conlleva varios desafíos, por ejemplo, la necesidad de comenzar a considerar metodologías eficientes para la producción de trigo en regiones de Oaxaca y Chiapas, donde las condiciones de temperatura permitirían que estos cultivos prosperaran, pero donde serían necesarios nuevos aprendizajes para su cultivo sustentable.

Kai Sonder, agrónomo y jefe de la unidad de Sistemas de Información Geográfica (SIG) del CIMMYT, expuso los diferentes caminos en los que la humanidad puede transitar en términos de emisiones y adaptación al cambio climático, con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria en un mundo con temperaturas cada vez más extremas.

El especialista explicó cómo trabajar en la mitigación y adaptación al cambio climático es crucial en la producción de trigo y otros cultivos, sobre todo, respecto a la fotosíntesis, el proceso a través del cual la luz se transforma en azúcares y que suele adaptarse a las altas temperaturas y concentraciones de CO2.

Durante este proceso, impulsado por la energía lumínica, se sintetizan moléculas de glucosa (y otros azúcares) a partir de agua y dióxido de carbono, liberando oxígeno como subproducto. Estas moléculas de glucosa son fundamentales para los organismos, ya que proporcionan dos recursos esenciales: energía y carbono orgánico.

Sin embargo, el crecimiento de las plantas en condiciones de mayor contenido de CO2 en la atmosfera también puede reducir la calidad del grano al disminuir el contenido de proteínas y minerales importantes, como el zinc y el hierro, lo que afecta la calidad nutricional del trigo y otros cultivos.

Sequías persistentes en un mundo cada vez más caliente

Otro factor muy importante es el agua, ya que el trigo emplea grandes cantidades de este elemento para su producción, pues es necesaria para nivelar su temperatura, pero la escasez de lluvias en México se convierte en un reto cada vez más mayor.

De acuerdo con proyecciones de la NASA y la Universidad de Columbia, en Estados Unidos; para los años 2050s (2040-2069) en el territorio nacional la temperatura podría incrementar hasta en 4.1° C, lo que significaría un enorme reto para la producción de trigo y otros granos, poniendo en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el trigo ha sido un alimento básico durante más de ocho mil años y se ubica como el tercer cereal más cultivado en el mundo solo por debajo del maíz y el arroz.

Datos de la FAO indican que hacia 2022 la producción mundial de trigo alcanzó las 778.3 millones de toneladas, mientras que el consumo global de trigo en ese mismo periodo se situó en 773.2 millones de toneladas, por lo que la escasez de este cereal acarrearía consecuencias negativas para la alimentación millones de personas, además de que la escasez de este grano provocaría una inflación en sus precios.

De ahí la necesidad de buscar alternativas sustentables enfocadas en el ahorro de agua que permitan el cultivo de cereales y granos necesarios para la alimentación de millones de personas.

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Integran boletín agroclimático para Puebla

Para el mes de junio de 2024 en Puebla, México, se anticipan precipitaciones por debajo de lo normal, mientras que julio se proyecta con lluvias por encima de lo habitual. En cuanto a la temperatura, se espera un promedio superior al normal durante todo el periodo (mayo a julio), oscilando entre los 23 y 30 °C en junio, y entre los 23 y 35 °C en julio. Así lo señala el boletín agroclimático integrado recientemente por la Mesa Técnica Agroclimática (MTA) del Estado de Puebla.

La MTA del Estado de Puebla, en este sentido, se erige como un foro crucial de intercambio entre productores e instituciones gubernamentales, enfocado en amalgamar esfuerzos para guiar decisiones efectivas frente a la variabilidad climática.

En su más reciente sesión, celebrada el 13 de mayo de 2024 en modalidad presencial en San Salvador El Verde, se presentó la perspectiva climática para el periodo comprendido entre mayo y julio de 2024. La información relevante surgida en este encuentro ha sido compilada en el presente boletín agroclimático, con la intención de diseminarla entre técnicos, promotores agrícolas y productores.

Entre las recomendaciones técnicas para el cultivo de maíz (cultivo esencial para el estado) que se incluyen en el boletín se encuentran la preparación del terreno con agricultura de conservación, densidades de siembra, variedades adecuadas, fertilización para la región Cholula (una de las zonas agrícolas de mayor relevancia en el estado), fertilización con biofertilizantes, control de malezas, manejo integrado de plagas, así como buenas prácticas de cosecha y almacenamiento.

La 2da MTA-Puebla fue posible gracias a la colaboración del Servicio Meteorológico Nacional de la CONAGUA, el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT) y el SENASICA. Por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la mesa contó con la participación de la Dirección General de Políticas, Prospección y Cambio Climático, la Representación en el estado de Puebla, Jefe de Distrito y representante de CADER. La contribución del Gobierno estatal fue a través de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR).

Un aspecto destacable fue la valiosa participación de productoras y productores de los municipios de la región 05 Cholula, quienes fueron parte activa de este ejercicio analítico.

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Boletín Agroclimático Puebla (mayo-julio 2024)
Boletín Agroclimático Puebla (mayo-julio 2024)