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Conservación, manejo de los recursos naturales y economía circular para la producción de maíz en Colombia

Se estima que el 84% de la agricultura familiar en todo el mundo se lleva a cabo en extensiones de tierra de menos de 2 hectáreas, lo que representa menos del 12% del área total dedicada a la agricultura. Este modelo de agricultura familiar se distingue por su enfoque en la producción alimentaria a escala reducida, lo cual suele implicar una mayor participación de la mano de obra familiar.

Además, se destaca por la contribución significativa de los ingresos agrícolas al total de los ingresos familiares, la comercialización de productos en los mercados locales y la posesión de tierras y otros activos por parte de las familias (FAO, 2019, p.2). En Colombia, del total del territorio dedicado a la agricultura familiar, aproximadamente el 12,3%, se destina al cultivo de maíz, lo que corresponde a un área de 14,086,870 hectáreas. Se siembra dos veces al año durante las temporadas de lluvia. En regiones con altitudes superiores a los 1700 msnm, donde los ciclos de cultivo son más prolongados, se realiza una sola siembra al año.

Plántulas de maíz (Foto: CIMMYT).

En América Latina y el Caribe, la agricultura ocupa más de un tercio de la superficie terrestre de la región, consume casi tres cuartas partes de sus recursos de agua dulce y es responsable del 46% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Ante este panorama, se reconoce la urgencia de adoptar medidas que mitiguen los impactos ambientales del sector agrícola, especialmente en términos de gestión de residuos.

Una de las innovaciones propuestas para abordar esta problemática es la Economía Circular. Este enfoque busca transformar los residuos agroalimentarios en insumos orgánicos, cerrando así los ciclos de nutrientes y reduciendo la presión ambiental asociada a la agricultura. Al incorporar principios circulares en la cadena de valor agroalimentaria, no solo se promueve la sostenibilidad en las fincas de pequeños agricultores, sino que también se contribuye a minimizar los impactos negativos al medio ambiente, gestionando de manera más responsable y eficiente los residuos generados por este sector (CEPAL,2023).

En la vereda Bellavista, ubicada a una altura de 1847 msnm sobre la cordillera Occidental, los pequeños productores practican la agricultura familiar; en sus parcelas biodiversas también cultivan dos veces al año maíz nativo o criollo como el Limeño y el Diente de Caballo Amarillo y Blanco. La primera siembra se realiza entre marzo y abril, y la segunda entre agosto y septiembre, dependiendo del régimen de lluvias. Es común encontrar el maíz sembrado en asociación con frijol, aprovechando el tallo del maíz como guía de crecimiento. Además, se pueden observar asociaciones con plátano, arracacha, zapallo y yuca. Sin embargo, también se practica el monocultivo de maíz en la región.

Maíz (Foto: CIMMYT)

Entre las acciones colaborativas de los grupos de trabajo 1, 2 y 4 de la iniciativa Soluciones Positivas para la Naturaleza en la vereda Bellavista, se llevó a cabo el taller de grupo focal titulado “Diagnóstico Participativo del Sistema de Producción Tradicional de Maíz”, en el cual participaron pequeños agricultores pertenecientes a la Corporación Nacional Ambiental Agrícola y Pecuaria de Bellavista (CAMPAB). Durante el ejercicio, los productores intercambiaron prácticas culturales relacionadas con el cultivo de maíz. Se observaron ligeras diferencias en la aplicación de algunas técnicas que comparten el mismo principio, como la siembra en surcos con curvas a nivel y la labranza mínima (solo se mueve el suelo en el sitio donde se siembra la semilla). Además, se evidenció que la mayoría de ellos no llevan a cabo un plan de fertilización o un control fitosanitario, ya que no lo consideran necesario.

En cuanto a las prácticas de siembra, uno de los agricultores participantes del taller mencionó: “No deshierbo, solo lo hago donde cabe el azadón y hago los surcos de un metro. Siembro utilizando palín para que el grano encuentre raíz, pues el suelo parece muy duro (tres granitos por sitio entre 60 y 80 cm)”. Por otro lado, una agricultora compartió su práctica: “Remojo el maíz con una solución de salvia machacada para evitar las plagas y las aves y siembro dos granos por sitio”. Los dos agricultores realizan aporcado a los 20 días; otro de los agricultores aplica “un puñado de abono orgánico” y todos coincidieron en que “se dejan los residuos de la cosecha en el terreno como abono”.

Durante las jornadas de articulación entre los centros del CGIAR: CIMMYT y la Alianza Bioversity y CIAT, se llevo a cabo el Taller sobre Economía Circular en la finca. En este evento, se identificaron los principales residuos generados en las unidades productivas, obtenidos principalmente de la cosecha, la cocina y del estiércol de cerdos, pollos y reses. Estos residuos son materias primas potenciales para la producción de bioinsumos basados en el reciclaje de materia orgánica y nutrientes, lo que contribuye a la conformación de sistemas agroalimentarios sostenibles y la conservación de los recursos naturales. Además, esta práctica promueve el autoconsumo en las familias campesinas, la reducción de costos de producción y la generación de ingresos en fincas que se integran positivamente con la naturaleza. Con el ejercicio realizado en el taller la comunidad seleccionó las tecnologías de digestión anaerobia, compostaje, producción de biochar y el cultivo de mosca soldado negro como potenciales soluciones para implementar en las unidades productivas.

Así mismo, el taller permitió identificar los factores limitantes para la producción de maíz, como la pérdida de prácticas tradicionales en el manejo del cultivo, la conservación de la semilla, la transformación del maíz, las características nutricionales del suelo y una alta preocupación por el relevo generacional. Igualmente, se propusieron prácticas y tecnologías que pueden ayudar a resolver estas limitantes, como comprender y estudiar las tradiciones sobre las prácticas de almacenamiento de las semillas, el manejo del cultivo y la transformación del maíz. Las principales acciones propuestas durante el ejercicio para superar estos obstáculos incluyen promover la investigación, las tradiciones culturales y el consumo del maíz en los jóvenes, integrantes de semilleros de investigación (Herederos del Planeta y Cantarrana) y los estudiantes de secundaria del Colegio Agropecuario José María Falla.

Los centros del CGIAR: CIMMYT y la Alianza Bioversity y CIAT colaboran en la iniciativa Soluciones Positivas para la Naturaleza y el proyecto RUSTICA en el municipio de El Dovio, Valle del Cauca. Esto ha sido posible gracias a la participación de la Corporación Nacional Ambiental Agrícola y Pecuaria de Bellavista (CAMPAB) quienes han jugado un papel fundamental en la integración del semillero de investigación Herederos del Planeta y Cantarrana, y el Colegio Agropecuario José María Falla.

Las acciones derivadas del diagnóstico para apoyar la conservación y manejo de los maíces tradicionales bajo el modo de producción en agricultura familiar consistirán en el establecimiento de ensayos participativos, llevados a cabo junto con los agricultores, tanto hombres como mujeres de El Dovio, así como con investigadores de los centros del CGIAR, CIMMYT y la Alianza Bioversity y CIAT. Este ejercicio de investigación participativa está diseñado para evaluar bioinsumos elaborados a partir de residuos orgánicos en las fincas, con el fin de cubrir los requerimientos nutricionales del cultivo en parcelas de producción de semillas. Adicionalmente se brindará asistencia técnica para la implementación de una casa de semillas comunitaria, contirbuyendo así a la conservación de la agrobiodiversidad.

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Un sentido de pertenencia: fomentando la igualdad de género y la inclusión social en la investigación agrícola

Los esfuerzos para alcanzar la igualdad de género y la inclusión social están siendo el enfoque en diferentes lugares de trabajo alrededor del mundo.

CIMMYT, donde los valores de trabajo en equipo, excelencia e integridad guían a la organización mediante su Estrategia 2030, comprometidos con la creación de un lugar de trabajo inclusivo, está cambiando la cara de la investigación científica.Trabajo inclusivo que está transformando el panorama de la investigación científica.

Siguiendo el Plan de Acción de Género, Diversidad e Inclusión (GDI) del CGIAR para 2023-2024 con el objetivo de lograr la paridad de género, CIMMYT ha implementado múltiples iniciativas para realizar mejoras en todas sus áreas de trabajo y ubicaciones geográficas.

«Este es el comienzo de un viaje para aprovechar y potenciar el talento de todos los empleados de CIMMYT», dijo el director general, Bram Govaerts. «A través de las acciones descritas a continuación, CIMMYT aspira a convertirse en un líder en la promoción de la igualdad de género y la inclusión social en la investigación y el desarrollo agrícola».

Empoderar a las mujeres

En CIMMYT, nuestro compromiso con la igualdad de género se refleja en todo nuestro personal a nivel mundial. Durante el primer semestre de 2023, las mujeres representaban uno de cada tres miembros del personal. En todos los niveles, la tasa de contratación de mujeres en 2023 fue del 43%, en comparación al 21% en 2020, mostrando una tendencia especialmente positiva en nuestras oficinas regionales, donde el porcentaje aumentó del 24% en 2021 al 43% en 2023. También se observan mejoras anuales en el número de mujeres contratadas para puestos internacionales, alcanzando el 46% en 2023, frente al 19% en 2022.

En nuestra sede en México, la brecha de género no supera el 10%, ni siquiera en los niveles más altos, y entre el 35 y el 40% de nuestros empleados son mujeres. El 50% de los miembros del equipo directivo superior son mujeres, y un número significativo de mujeres de diversos orígenes forman parte de nuestra estructura directiva más amplia. Los avances también son evidentes en nuestras oficinas regionales. En Kenia y Turquía, el 43% y el 40% de los miembros del equipo, respectivamente, son mujeres, y ambos países han alcanzado el objetivo de paridad 40/40/20 del GCIAI. Por primera vez, en 2023, las mujeres representaron al menos el 20% de los empleados en Bangladesh y Nepal.

Sin embargo, reconocemos que todavía hay áreas en las que CIMMYT debe mejorar la paridad de género. Aunque la equidad de género sigue mejorando en general, la proporción de mujeres que trabajan en CIMMYT a nivel mundial es del 32,5%, una estadística que puede incrementar aún más. Se observan brechas de género que superan el 10% en la India y Nepal, donde se están realizando esfuerzos para reducir las diferencias y crear entornos en los que el talento no esté limitado por el género.

Fomentar la igualdad por región

La impresionante diversidad de nuestro personal es una de nuestras mayores fortalezas. En CIMMYT siempre buscamos nuevas formas de apoyar a nuestro personal. Como organización global con presencia en 88 países, adaptamos los beneficios a cada región para satisfacer las necesidades específicas de los empleados en cada localidad.

  • La creación de un Fondo Fiduciario de Gratificación y Previsión en Bangladesh promueve la igualdad de género al brindar igualdad de oportunidades para la estabilidad financiera y el crecimiento.
  • En la India, se han implementado prestaciones tales como, un subsidio de transporte uniforme y un subsidio de vivienda mejorado, garantizando así prestaciones económicas justas para todos los empleados, independientemente de su categoría laboral.
  • En México, se han mejorado los fondos de ahorro y vales de comida para los empleados, además de implementar un programa extraescolar para los hijos de los colaboradores que trabajan en la sede central.
  • En respuesta a los desafíos económicos en Pakistán, se ha realizado un aumento salarial general del 20%, se ha otorgado una bonificación de 400 dólares y se ha introducido un subsidio de transporte sin distinción de género.
  • Un aumento en los apoyos a la educación infantil en Zimbabue.

Además, los Acuerdos de trabajo flexible (FWA), permiso de paternidad, las mejoras en el acceso para personas con discapacidad y los servicios de traducción reflejan el compromiso de CIMMYT con la igualdad y la inclusión.

Carreras enriquecedoras para todos

Invertir en nuestra gente significa garantizar que las oportunidades de aprendizaje sean igualmente accesibles para todos, permitiendo a los empleados alcanzar sus máximas capacidades. «Trabajamos activamente para fomentar una cultura y un entorno en el que todos los empleados se sientan seguros compartiendo sus puntos de vista, se valoren sus contribuciones y vean una vía de crecimiento dentro de la organización», afirma Jean-Flavien Le Besque, director adjunto de recursos humanos.

En 2023, 1.189 miembros del personal participaron en 431 cursos de formación, con un aumento en el número de participantes de casi el 23% en el mismo año. Las oportunidades adicionales de aprendizaje en línea, disponibles tanto en inglés como en español, ofrecen posibilidades de desarrollo profesional en materia de salud y seguridad, comunicaciones, eficacia personal y pensamiento crítico, todo lo cual ayuda al personal en el desarrollo de valiosas competencias. Estos cursos en línea complementan la formación habitual sobre trabajo en equipo, sensibilización sobre entornos hostiles, diversidad, equidad e inclusión.

CIMMYT Academy también desempeña un papel importante en la formación del personal para que sean futuros líderes. En 2022, 52 estudiantes se matricularon en la Academia; el 52% de estos estudiantes son mujeres, lo que subraya el compromiso por parte de CIMMYT con el desarrollo del talento de todos. El personal también puede acceder a un programa de becas para obtener un título de nivel superior.

Próximos pasos

Aunque estas iniciativas han fortalecido la igualdad de género y la inclusión social en CIMMYT, se requieren mayores esfuerzos para lograr una verdadera equidad en todos los rincones de la organización. Hasta el momento, estos proyectos son apenas un indicio del trabajo en curso para alcanzar los objetivos de la IDG del GCIAI y se desarrollarán a partir de la retroalimentación de los empleados y los conocimientos especializados.

«Estos logros son solo el comienzo de nuestro compromiso para garantizar que CIMMYT sea inclusivo y seguro para todos», afirmó Mazvita Chiduwa, científica asociada e ingeniera agrónoma en sistemas de cultivo. «Queremos ser una organización reconocida no solo por su excelencia científica, sino también por la forma en que defendemos a todos los grupos para que alcancen su máximo potencial, prosperen en el lugar de trabajo y disfruten de un equilibrio positivo entre el trabajo y la vida personal”

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Demuestra que puedes prosperar y sobresalir en cualquier entorno

El 29 de agosto, el CIMMYT llevó a cabo la última sesión de su serie de seminarios sobre el liderazgo de mujeres, titulada Catalysts of Change: Women Leaders in Science (Catalizadoras del cambio: mujeres líderes en la ciencia). El evento en línea incluyó una presentación de Lindiwe Majele Sibanda, una científica animal de formación, que ha trabajado anteriormente como asesora de políticas  para numerosos gobiernos africanos e instituciones globales, y que actualmente se desempeña como presidenta de la Junta del Sistema CGIAR.

En su discurso de apertura, Sibanda describió los numerosos y variados papeles que ha desempeñado a lo largo de su carrera, entre los cuales están el de profesora, agricultora y dueña de un negocio. Al hablar de su educación temprana en la segregada Zimbabue colonial (entonces Rodesia), su época de estudiante universitaria en Egipto o el reto de formar una familia mientras estudiaba su carrera, Sibanda destacó con entusiasmo las lecciones que aprendió en cada etapa de su vida y enfatizó la importancia de crear amistades interculturales, establecer prioridades y promover el aprendizaje continuo.

Espíritu de aprendizaje

Sibanda tiene más de 15 años de experiencia como gobernadora a nivel nacional, regional e internacional, aunque al principio le llevó tiempo construir su confianza en el cargo. Recuerda haberse sentido abrumada en sus primeras reuniones porque no había sido capacitada, pero su espíritu de aprendizaje le ayudó a superar eso. »Siempre miraba alrededor de la sala y elegía a mis mentores—comentó—basándome en algo que me gustaba de sus valores, algo que me gustaba de cómo formulaban preguntas o algo que me gustaba de su comportamiento o cómo interactuaban con otros, y comencé a aprender.»

Este enfoque le ha merecido un gran círculo de mentores y amigos, y tras servir en más de 12 juntas diferentes, ahora siente que este es un espacio que disfruta, sobre todo porque todavía existen oportunidades de aprendizaje. »Creo que es el espíritu una constante sed de conocimiento de nueva información lo que me ha mantenido en marcha.»

»Y todo se trata de integridad,» añadió. »Lo que la gente ve en mi es lo que hay. Nunca he tenido que ser falsa. Lo que sé me aseguro de saberlo bien. Lo que no, no tengo reparos en decir que no lo sé.»

Convencernos mutuamente de que se puede

Tras explorar una vida como académica, madre, profesional y gobernadora, Sibanda explicó que su enfoque actual se centra en devolver. Para ella, apoyar a la siguiente generación de mujeres en su lugar de trabajo es una parte fundamental del liderazgo. Mencionó a Graça Machel y a Mama Mary Robinson como sus inspiraciones, tanto por su ética de trabajo como por su capacidad para conectarse con personas a diferentes niveles. »Pero lo más importante es que lo transmiten a otras mujeres,» dijo. »Aman dar orientación a niñas y a otras mujeres.»

En su propia experiencia, algunos de los principales obstáculos que enfrenta como mujer, agricultora y africana con los sesgos específicos asociados con cada una de esas tres cosas. »Las mujeres deben ser ayudadas, están en desventaja; los agricultores son pobres, sobre todo si vienen de África; y las madres deben pasar más tiempo en casa y no viajar constantemente a reuniones.» Para contrarrestar estos prejuicios, explicó que es importante demostrar que se puede prosperar y sobresalir en cualquier entorno. »No se trata de elegir entre uno y otro, sino de mostrar que podemos hacerlo, más allá de las circunstancias.»

»Las mujeres son agentes naturales de cambio y lo único que necesitan es un entorno propicio. Como mujeres, deberíamos pasar más tiempo con otras mujeres, asegurándonos de compartir nuestras historias, nuestros éxitos y nuestras luchas. La idea es convencernos mutuamente de que se puede.»

La presentación de Sibanda fue seguida de una sesión de preguntas y respuestas dirigida por Ana Luisa Garcia Rivera, coordinadora regional de genotipificación en CIMMYT.

Vea a continuación la sesión grabada. También disponible con audio en español y en francés.

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Coalición SPG: El CIMMYT es una organización líder en cuanto a agricultura inteligente frente al clima, la eficiencia en el uso de nutrientes (EUN) y la gestión de plagas y fertilizantes.

La Coalición para el Crecimiento Sostenible de la Productividad para la Seguridad Alimentaria y la Conservación de Recursos (o Coalición SPG, por sus siglas en inglés) reúne a investigadores, organizaciones no gubernamentales y socios del sector privado para promover un mundo con un mayor acceso a alimentos nutritivos y dietas asequibles. La Coalición reconoce que aumentar la productividad de los recursos naturales a través de la adaptación y mitigación al cambio climático es fundamental para alcanzar este objetivo.

En un informe reciente, la Coalición SPG proporcionó un camino a seguir para las ONG, instituciones de investigación y agencias de gobierno con el fin de fortalecer las políticas agroalimentarias y climáticas. El reporte contiene ejemplos basados en evidencia de la vida real para promover la producción sostenible y la conservación de recursos naturales, detallando los posibles impactos en las condiciones sociales, económicas y ambientales.

El CIMMYT ocupa un lugar destacado en el informe como una organización líder enfocada en 4 áreas: agricultura inteligente frente al clima, eficiencia en el uso de nutrientes (EUN) y la gestión de plagas y fertilizantes.

Eficiencia en el uso de nutrientes y la gestión de fertilizantes

Si bien los fertilizantes químicos aumentan los rendimientos de los cultivos, el uso excesivo o indebido de fertilizantes contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y aumenta los costos de la mano de obra para los pequeños agricultores. La eficiencia en el uso de nutrientes es fundamental para la gestión de nutrientes y la mitigación y adaptación al cambio climático.

Mujer usando esparcidor para la aplicación de fertilizantes. (Photo: Wasim Iftikar/CSISA)

En la India, el CIMMYT, junto con el Instituto Borlaug para el Sur de Asia (BISA, por sus siglas en inglés), los centros de investigación del CGIAR, así como socios regionales, probaron herramientas digitales como la herramienta para el apoyo a la toma de decisiones Nutrient Expert (NE), que mide el uso adecuado de fertilizante para rendimientos optimizados y brinda recomendaciones nutricionales con base en condiciones de suelos locales.

La mayoría de los pequeños agricultores que aplicaron la herramienta NE reportaron mayores rendimientos, toda vez que emitían entre 12 y 20% menos GEI en trigo y alrededor de 2.5% menos en arroz, en comparación con las prácticas de fertilización convencionales. Asimismo, los agricultores reportaron haber duplicado sus ingresos económicos: aumentos en los rendimientos y reducción en los costos de fertilizantes. Una mayor implementación de NE podría mejorar la seguridad alimentaria regional y mitigar emisiones de GEI.

El proyecto Feed the Future Semillas y Fertilizantes para Nepal (NSAF, por sus siglas en inglés), liderado por el CIMMYT y USAID, aboga por una agricultura inteligente frente al clima al conectar a pequeños agricultores con semilla mejorada, brindar programas de capacitación y promover el uso eficiente de fertilizantes. Con una amplia red establecida con el apoyo del gobierno de Nepal, NSAF proporciona con éxito a los pequeños agricultores con un acceso expandido al mercado, así como variedades de cultivo nutritivas y resilientes al clima.

Mejoramiento de maíz y uso de fertilizante inteligentes frente al clima

Desde su llegada al África sub-Sahariana en el 2016, el cogollero del maíz ha devastado cultivos de maíz para innumerables pequeños agricultores del continente. La incertidumbre económica producida rendimientos inestables y factores de estrés climático como la sequía, junto con esta plaga endémica, aumentan el riesgo de agravar la inseguridad alimentaria.

Cogollero del maíz. (Photo: Jennifer Johnson/CIMMYT)

El CIMMYT y las Instituciones Asociadas a NARES en África Oriental y del Sur lideran un sólido proyecto de manejo de plagas para desarrollar, evaluar e introducir híbridos de maíz elite genéticamente resistentes en toda África subsahariana. Sudán del Sur, Zambia, Kenia y Malawi ya han implementado variedades de maíz resistentes y se prevé que otros ocho países de la región lancen las suyas en el 2023. Estos países también llevan a cabo Ensayos Nacionales de Rendimiento para aumentar la conciencia acerca de resistencia de las plantas huésped para el control sostenible del cogollero del maíz, así como sensibilizar a legisladores sobre la aceleración de la entrega de variedades de maíz tolerantes a esta plaga.

El establecimiento de instalaciones de detección del cogollero en África permite una detección más rápida y la crianza de variedades de maíz con resistencia genética al cogollero, lo que facilita una mayor implementación de estas variedades en toda África. El control sostenible del cogollero del maíz exige un esfuerzo de respuesta rápida supervisado por organizaciones de investigación y gobiernos para desarrollar y validar aún más la resistencia genética al cogollero del maíz. Lograr un mayor impacto para los pequeños agricultores de maíz es fundamental para garantizar un mayor ingreso y seguridad alimentaria en África. También es primordial para la conservación de la biodiversidad y para aliviar la carga de trabajo de los agricultores que aplican pesticidas sintéticos adicionales para evitar mayores pérdidas causadas por la plaga.

El informe de la Coalición SPG enfatiza el poder de la colaboración para mejorar la seguridad financiera y alimentaria de las comunidades de pequeños agricultores en el sur global. Esto está completamente alineado con la estrategia, recientemente lanzada, de CIMMYT 2030. También es un recordatorio importante para evaluar nuestros puntos fuertes y dónde se necesita más inversión y colaboración”, expresó Bram Govaerts, director general del CIMMYT.

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Catalizando la agricultura a pequeña escala en México

Los científicos del CIMMYT, fundado en México en 1966, han llevado a cabo décadas de investigación participativa con los agricultores a pequeña escala de maíz de México para mejorar sus variedades locales en rasgos como el rendimiento y la resistencia a insectos, toda vez que preservan su calidad especial de grano, así como para probar y promover prácticas de conservación de recursos como la siembra directa y otras.

La agricultora María Luisa Gordillo Mendoza cosecha una parcela de maíz cultivado con técnicas de agricultura de conservación en su campo de Nuevo México, Chiapas. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

Las operaciones agrícolas de pequeños productores representan más del 80% de todas las propiedades agrícolas del mundo y producen cerca de 35% del alimento del mundo, según datos del censo de la FAO y estudios de seguimiento.

Se estima que dos terceras partes de los agricultores en México son pequeños productores que comúnmente trabajan agroecologías difíciles dispersas por el terreno montañoso del país y aplican prácticas de subsistencias generacionales para cultivar variedades de maíz de bajo rendimiento.

Los sistemas antiguos de cultivo múltiple de milpas pueden elevar el presente y el futuro

El sistema de cultivo múltiple de milpa, en el que el maíz se cultiva junto con frijoles, calabazas u otras hortalizas, tiene una historia milenaria en América y puede proporcionar un suministro vital de alimentos y nutrientes para las comunidades marginadas y de escasos recursos.

Una hectárea de una milpa compuesta de maíz, frijol común y papas puede proporcionar las necesidades anuales de carbohidratos de más de 13 adultos, suficiente proteína para casi 10 adultos y cantidades adecuadas de varias vitaminas y minerales, según un estudio reportado en Nature Scientific Reports en 2021 y liderado por el CIMMYT en las tierras altas occidentales de Guatemala, una región aislada y empobrecida.

Sin embargo, las milpas generalmente se cultivan en tierras de extensión mucho menores que una hectárea, por lo que los hogares no pueden depender solo de este cultivo intercalado para satisfacer sus necesidades. ¿Una solución? Milpas personalizadas que fusionen la sabiduría y las prácticas ancestrales con la innovación basada en la ciencia.

Un ejemplo es la siembra de árboles frutales como la guayaba, el aguacate, mangos, duraznos o limas, entre otros, entre los cultivos de las milpas en líneas perpendiculares a las laderas de los cerros. El Instituto Nacional de Investigación Forestal, Agrícola y Pecuaria (INIFAP) y el Colegio de Postgraduados (ColPos) de México probaron y promueven está práctica en la región de Los Tuxtlas en el estado de Veracruz; además, ha sido perfeccionada por agricultores en otras áreas por medio de redes de innovación lideradas por el CIMMYT.

Cultivos de milpa plantados en líneas perpendiculares a la pendiente en una ladera empinada en Chiapas, México. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

En Los Tuxtlas la práctica generó ingresos y nutrición adicionales, redujo la erosión de forma drástica, mejoró la eficiencia del uso de tierras y agua en alrededor de 50% y aumentó la salud y fertilidad del suelo.

En el estado de Puebla y otras partes del sur y suroeste de México, los cultivos intercalados de milpa y árboles frutales han funcionado bien en laderas empinadas. En el estado de Oaxaca, por ejemplo, versiones de la práctica han mejorado de forma notable la agricultura de comunidades en las regiones Mixe y Mazateca con el respaldo de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable de las Laderas (AMDSL), un socio en un cento de investigación del CIMMYT en la región.

Investigaciones realizadas por la AMDSL y el CIMMYT en parcelas de pequeños productores en dos municipios de Oaxaca que han combinado milpas con la producción de durazno y aguacate, así como prácticas de agricultura de conservación durante más de una década han encontrado que la diversificación de cultivos, junto con el uso de la labranza cero y mantener el rastrojo en el suelo en lugar de removerlo o quemarlo aumentó los rendimientos anuales hasta en 1.7 toneladas por hectárea y redujo el riesgo de pérdidas catastróficas de cultivos debido a sequías u otros extremos climáticos.

El maíz azul agrada a comensales y genera ganancias

Las variedades locales de maíz rinden menos que los híbridos, pero todavía se cultivan porque brindan una calidad grano ideal para los alimentos tradicionales, así como hojas y tallos comercializables para alimentar animales de granja y hojas de maíz para envolver tamales, por nombrar algunos productos.

Con base en largas colaboraciones con INIFAP y la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) para mejorar variedades locales y preservar la diversidad genética de México, los mejoradores del CIMMYT recientemente desarrollaron híbridos de maíz azules y variedades de polinización abiertas.

El maíz azul, que tanto buscan los restauranteros de todo el mundo por su sabor y belleza, normalmente viene de variedades nativas sembradas por agricultores en pequeñas parcelas con bajos rendimientos y calidad variable.

Las variedades nuevas del CIMMYT derivan de razas guatemaltecas, mexicanas y peruanas y proporcionan mayores rendimientos, una calidad de grano más consistente y una mayor resistencia a enfermedades comunes del maíz, lo cual ofrece a agricultores de pequeña escala y otros agricultores mexicanos un producto rentable para la creciente industria restaurantera del país y para las cadenas de exportación.

Selección de variedades de maíz para el estado de Morelos, México. (Foto: ACCIMMYT)

Las líneas parentales endogámicas de los híbridos nuevos se han distribuido a socios privados y públicos, quienes desarrollan sus propios híbridos y variedades de polinización abiertas en México. El CIMMYT sigue probando los nuevos híbridos en diversos sistemas agrícolas para asegurar que produzcan rendimientos estables cuando se cultivan en los campos de agricultores.

Extensión impulsada por datos

Por medio de los sistemas de datos de vanguardia, el CIMMYT ha aprovechado los datos de cerca de 200 mil parcelas, lo que representa más de 26 mil hectáreas en diversas agroecologías, para ofrecer a agricultores mexicanos, incluyendo a productores de pequeña escala, recomendaciones específicas para sus propias tierras que ayudan a que sus sistemas agrícolas sean más productivas, resilientes y sustentables. Esta iniciativa fue respaldada por MasAgro, una colaboración integral de desarrollo entre México y CIMMYT durante 2010-21 y financiada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) de México.

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Pequeños agricultores mexicanos adoptan innovaciones para la conservación de recursos

Los pequeños agricultures en México suelen adoptar innovaciones agrícolas de forma gradual y parcial para que se adapten a sus contextos agroecológicos y socioeconómicos y a sus niveles de tolerancia al riesgo, según los estudios y la experiencia en campo del CIMMYT. 

Los esfuerzos de investigación y extensión deben considerar esto en su trabajo con los pequeños agricultores, afirmó Santiago Lopez-Ridaura, especialista en sistemas agrícolas y adaptación al cambion climático del CIMMYT.

“Las prácticas de los agricultores suelen implicar una fuerte labranza antes de la siembra, cultivar maíz como monocultivo y la eliminación de los rastrojos después de la cosecha para usarlos como forraje”, explicó Lopez-Ridaura. “La adopción completa de la agricultura de conservación (AC) implica un cambio radical que requiere que los agricultores reduzcan o eliminen la labranza, mantengan una cubierta permanente de rastrojo en el suelo y diversifiquen sus cultivos. Esto puede apoyar una agricultura más intensa, aunque respetuosa con el medio ambiente, toda vez que reduce la erosión, mejorar la fertilidad del suelo y la filtración del agua, aumentando los rendimientos de los cultivos, y ahorrarles dinero a los agricultores. Además, requiere la adquisición o la contratación de implementos especializados de siembra y la delimitación de campos con cercas o acordar con los vecinos para evitar que su ganado se coma el rastrojo, por nombrar solo algunos cambios”.

La conservación de los residuos de cultivos favorece los sistemas de producción y aporta diversos beneficios. (Foto: Simon Fonteyne/CIMMYT)

Lopez-Ridaura y sus colegas publicaron un análisis en el 2021 que involucraba a agricultores que sembraban maíz y sorgo y tenían algunos animales en pequeñas parcelas de tierra (de menos de 4 hectáreas), con mecanización y riego limitados, en el estado de Guanajuato, en el centro del México.

Encontraron que los escenarios que involucraban al maíz híbrido más un cultivo leguminoso con labranza cero o en los que se mantenía una capa de rastrojos en el suelo proporcionaban una ganancia neta promedio de alrededor de 1 600 dólares estadounidenses, o 29 000 pesos mexicanos al año, además de beneficios ambientales, forraje adicional y una producción más estable en situaciones de estrés climático.

“Mediante el uso de un marco de modelado de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO, por sus siglas en inglés) que combina la simulación bioeconomíca, análisis de riesgos, la teoría de adopción y la evaluación de impactos, no solo confirmamos el valor de la agricultura de conservación, sino que encontramos que desagregar la AC en varios paquetes de componentes, e incluir un cultivo y variedad más productivos probablemente aumentaría la adopción de los agricultores, en entornos de mayor riesgo”.

Hacia una agricultura más sostenible en México

La agricultura de conservación puede generar beneficios económicos y ambientales sustanciales en condiciones marginales, sobre todo al aumentar la resiliencia al cambio climático, al incrementar la materia orgánica del suelo y retener la humedad del suelo. En el centro de México, los rendimientos de maíz en tierras secas aumentaron entre 38 y 48%, después de 10 años de implementar la CA.

La sembradora de labranza cero multiuso y multicultivo del CIMMYT trabajando en una parcela de ensayo de agricultura de conservación (AC) a largo plazo, a la izquierda, en la sede del centro en El Batán, México. (Crédito de la foto: CIMMYT)

El CIMMYT ha estudiado y promovido la labranza cero y otras prácticas de conservación de recursos en México durante más de tres décadas, aunque los esfuerzos por difundir la agricultura sostenible y el uso de variedades mejoradas de maíz y trigo se intensificaron gracias a MasAgro, una iniciativa de investigación liderada por el Centro y respaldada por el gobierno mexicano durante 2010 y 2021. Abundan los testimonios de pequeños agricultores mexicanos que han adoptado y se han beneficiado de las prácticas de agricultura de conservación a través de los esfuerzos del CIMMYT y de socios nacionales en MasAgro y otras iniciativas:

  •  En un intento por reducir sus costos de su finca sin perder en producción, Alfonso Romo, agricultor de trigo y cultivos oleaginosos del Valle de Mayo, en el estado de Sonora, comenzó a practicar la AC en el 2010. “Hemos aprendido mucho y este año (2022) obtuvimos los mismos rendimientos que obteníamos con las prácticas convencionales, pero siguiendo métodos de agricultura más sostenibles, con ahorros de 30, e incluso, hasta de 40% en fertilizantes».
  • Con prácticas de AC que adoptó en el 2018 a través de MasAgro, Rafael Jacobo, un agricultor de maíz de Salvatierra, en el estado de Guanajuato, obtuvo una buena cosecha a pesar de la distribución tardía del agua de riego. Al ver su éxito y el de otros agricultores cercanos, Jorge Luis Rosillo, su vecino, comenzó a usar técnicas de agricultura de conservación y ha notado mejoras en su suelo y sus rendimientos cada año. «Hice todo lo que me recomendaron los técnicos: mantuve el rastrojo en el suelo y solo renové la línea de siembra en los lechos del suelo… Hay muchas ventajas, pero sobre todo el ahorro en la preparación del suelo».
Agricultor del estado mexicano de Sinaloa muestra rastrojos de su campo. Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT.
  • Los agricultores del proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán han mejorado los rendimientos de maíz con el uso de métodos de AC adoptados de manera local, en colaboración con la Universidad Autónoma de Yucatán. Una ex participante del proyecto, Viridiana Sei, dijo que lo que más le gustaba era el intercambio respetuoso de conocimientos entre los agricultores y los técnicos del proyecto.
  • Las prácticas de AC han permitido a más de 320 agricultoras en la región Mixteca del estado de Oaxaca proporcionar más y mejor forraje a los animales de los que dependen, a pesar de las condiciones de sequía a través del proyecto de Agricultura de Conservación de Cultivos y Ganado (o CLCA, por sus siglas en inglés) respaldado por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (o el IFAD, por sus siglas en inglés). Según la agricultora María Martínez Cruz, «… no ha llovido mucho y todo está seco, pero nuestro frondoso cultivo de avena no ha permitido alimentar a nuestros animales».
  • Con el apoyo del CLCA y frente a la cada vez más impredecible temporada de lluvia mexicana, el agricultor Mario Guzmán Manuel de la comunidad de San Francisco Chindúa en Oaxaca comenzó a usar AC y nunca volverá a las prácticas anteriores. «Hacíamos hasta dos labranzas con arado para desmenuzar el suelo, pero si dejamos los residuos del cultivo anterior, van a retener la humedad del suelo de manera más efectiva. La gente se aferra a los métodos antiguos y prefieren quemar los rastrojos, pero tenemos que entender que esta práctica solo reduce la capacidad del suelo para producir».
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Creciente interés y halagos para el programa mexicano de investigación agropecuaria para su uso en el extranjero

Aprovechando el liderazgo, la ciencia y las alianzas del CIMMYT, con sede en México, y la financiación y la capacidad de investigación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) del 2010 al 2021, el programa conocido como MasAgro” ha ayudado a cerca de 500,000 productores participantes a adoptar variedades de maíz y trigo, así como prácticas de conservación de recursos, en más de un millón de hectáreas de tierras de cultivo en 30 estados en México.

La Estación Experimental Tlaltizapan en Morelos, México, se utiliza durante el invierno para efectuar ensayos de sequía y calor y durante el verano para ensayos de rendimiento y biofortificación. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)

Como resultado de la operación de los centros de investigación MasAgro en las múltiples y diversas agroecologías de México para promover la intensificación sustentable de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, incluyendo variedades mejoradas y prácticas que ayudan a conservar recursos y que se adaptan a distintos climas, los rendimientos de proyectos participantes resultaron mayores que el promedio local por 20% para el maíz y 3% para el trigo. Asimismo, los ingresos netos promedio para los productores de maíz participantes fueron 23% mayores, así como 4% mayores para los productores de trigo, en comparación con promedios locales.

El componente de biodiversidad MasAgro recolectó y analizó una de las muestras de diversidad genética de maíz y trigo más grandes del mundo, que incluía las extensas colecciones de bancos de semillas del CIMMYT, con el objetivo de identificar y caracterizar nuevos genes de interés para el mejoramiento genético. Uno de los resultados fue que más de 2 mil millones de puntos de datos genéticos y más de 870,000 registros de datos de ensayos de campo asociados están disponibles de forma gratuita para la comunidad científica a través del repositorio en línea del proyecto.

MasAgro ha involucrado a organizaciones de investigación nacionales y locales, universidades, empresas y organizaciones no gubernamentales que trabajan a través de 40 plataformas de investigación y más de 1 000 módulos de investigación, a la vez que desarrollan las capacidades de miles de productores y cientos de expertos técnicos y extensionistas que los asisten.

Socios a nivel estatal se unen a MasAgro

A través de MasAgro, el CIMMYT estableció alianzas de investigación y Desarrollo con 12 estados mexicanos. Un ejemplo de esto es el estado montañoso central de Guanajuato, hogar de la región El Bajío, una de las áreas de cultivo más productivas de México, pero que también enfrenta problemas de degradación del suelo, escasez de agua y efectos del cambio climático, desafíos que enfrentan los agricultores en todo México. El gobernador de Guanajuato visitó la sede central del CIMMYT en México en junio de 2023 para revisar el progreso y acordar actividades de seguimiento.

MasAgro generó sistemas de producción y riego más sostenibles en Guanajuato, México. (Foto: ACCIMMYT)

El CIMMYT ha trabajado con los expertos y los mismos productores locales del estado de Guanajuato para probar y promover innovaciones a través de 7 plataformas de investigación que alcanzan casi 150 mil hectáreas. A partir del 2020, nuevas variedades de cultivos y prácticas para el manejo de conservación de recursos y adaptadas al clima ayudaron a apuntalar aumentos de 14% en la producción de trigo y, bajo sistemas agrícolas de temporal, mejoraron los resultados en 28% para frijol, 150% para variedades locales de maíz y 190% para maíz híbrido, por encima de promedios estatales.

Una iniciativa integral para la fertilidad del suelo ha incluido en análisis y el mapeo de más de 100,000 hectáreas de suelos para el cultivo, ayudando a los productores de Guanajuato a recortar costos, usar fertilizantes de forma más eficiente y reducir la quema de residuos de cultivos y la contaminación del aire asociada a dicha práctica.

Los centros de servicio para la renta y reparación de maquinaria de agricultura de conservación ayudan a difundir prácticas tales como la labranza cero y el mantillo de residuos. Con el apoyo de asesores de CIMMYT, los productores de Guanajuato establecen acuerdos equitativos y ecológicos con empresas tales como Nestlé, Kellogg’s y Heineken, entre otros acuerdos público-privados responsables y rentables.

Aclamación e interés desde el extranjero para MasAgro

MasAgro ha recibido numerosos premios y menciones como modelo para el desarrollo agrícola sustentable. A continuación, algunos ejemplos:

Dignatarios aplauden el lanzamiento de MasAgro en el CIMMYT. (Foto: Xochiquetzal Fonseca/CIMMYT)
  • La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha reconocido a MasAgro como una iniciativa innovadora y expansible para Latinoamérica y el Caribe.
  • El Banco Interamericano de Desarrollo (IDB) mencionó al programa como ejemplo exitoso de extensión.
  • La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) citó a MasAgro por promover la agricultura productiva y sustentable.
  • El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP) elogió a MasAgro por promover la agricultura resiliente al clima.
  • Durante la cumbreG20 del 2018 en Argentina, MasAgro fue considerado un modelo para la coordinación de la investigación agrícola, el desarrollo, la innovación, la transferencia de tecnología y las asociaciones público-privadas.
  • Bram Govaerts, actual director general de CIMMYT, recibió el Premio Mundial de la Alimentación 2014 por su trabajo en el momento como líder del componente de alcance a los productores MasAgro.
  • Recientemente, los centros de investigación MasAgro fueron usados como guía por los esfuerzos del USAID en Sudán y África oriental. También han sido replicados en Guatemala y Honduras.

Varios pasos más allá

En Centroamérica y México, las crisis interconectadas de sistemas agroalimentarios débiles, el cambio climático, conflictos y la migración se han empeorado, mientras que los pequeños agricultores y los sectores marginados siguen atrapados en la pobreza.

Aprovechando su experiencia en MasAgro, CIMMYT es uno de los asociados principales de la iniciativa lanzada hace poco por el CGIAR, AgriLAC Resiliente, cuyo objetivo es crear la resiliencia, sustentabilidad y competitividad de sistemas agroalimentarios y los actores en Latinoamérica y el Caribe, ayudándolos a satisfacer sus necesidades de seguridad alimentaria más urgentes, mitigar riesgos climáticos, estabilizar a comunidades vulnerables y reducir la migración forzada. El esfuerzo estará enfocado en productores de Colombia, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua y Perú.

La agricultora Marilu Meza Morales cosecha su maíz en Comitán, México. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

Como lo describe un artículo científico de 2021, CIMMYT también ayudó a crear la iniciativa del sistema agroalimentario integrado (IASI, por sus siglas en inglés), una metodología desarrollada y validada a través de estudios de casos en México y Colombia, y que utiliza el análisis de situación, predicciones de modelo y escenarios para sincronizar la acción pública y privada hacia los sistemas agroalimentarios sustentables, equitativos e incluyentes.

“El enfoque del desarrollo integrado del CIMMYT para la transformación del Sistema maíz en México y Colombia sentó las bases para la metodología IASI al superar transiciones gubernamentales, las restricciones presupuestarias anuales y las rivalidades entre las partes interesadas en favor de la equidad, la rentabilidad, la resiliencia y la sustentabilidad” dijo Govaerts.

El informe 2021 sobre la Productividad Agrícola Global (GAP, por sus siglas en inglés) “Strengthening the Climate for Sustainable Agricultural Growth” (Fortalecimiento del Clima para un crecimiento agrícola Sustentable) respaldó a la IASI, afirmando que “…está diseñada para generar estrategias, acciones y objetivos cuantitativos alineados con los objetivos de desarrollo sustentable que tienen una alta probabilidad de recibir inversiones públicas y privadas de apoyo”.

 

 

 

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Cómo proteger los alimentos básicos ante la inminente crisis alimentaria mundial

Estanterías vacías en una tienda de comestibles suiza. (Foto: Boris Dunand/Unsplash)
Estanterías vacías en una tienda de comestibles suiza. (Foto: Boris Dunand/Unsplash)

El conflicto en Ucrania ha tenido un efecto profundamente desestabilizador en el comercio mundial de trigo, causando una volatilidad de precios e incertidumbre sin precedentes. Como mis colegas y yo hemos destacado anteriormente, es probable que las consecuencias imprevistas tengan un impacto enorme en los medios de vida del Sur Global.

Como ha reconocido recientemente el grupo de naciones del G7 en una declaración conjunta, el conflicto está provocando fuertes subidas de precios y aumentando la inseguridad alimentaria mundial para millones de personas, especialmente las más vulnerables, como las mujeres y los niños.

En un nuevo artículo publicado en Nature Food, científicos y socios del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) presentan una agenda de soluciones aplicadas para responder a la crisis y garantizar la estabilidad futura del trigo.

Para frenar la posible crisis alimentaria, se necesitan alimentos en más lugares y con mayor rapidez.

Las conversaciones recientemente anunciadas entre Rusia, Turquía, Ucrania y las Naciones Unidas, entre otras negociaciones, ya están en marcha como parte de este esfuerzo internacional para desarrollar soluciones a corto plazo.

Sin embargo, en la actualidad estamos viendo cómo se aplican los frenos en varios lugares. Por ejemplo, en la India, las temperaturas extremas de un siglo de duración han reducido recientemente las estimaciones oficiales de producción de trigo en un 6%, lo que ha provocado una reducción del potencial de exportación. Esto muestra el efecto agravante de la inestabilidad climática en los mercados mundiales de trigo, un impacto que se espera que empeore con el tiempo.

En nuestra agenda de soluciones, proponemos acciones a corto, medio y largo plazo e instamos a que se apoye de forma inmediata y sostenida la protección de los principales cultivos básicos para la seguridad alimentaria, incluido el trigo.

  1. A corto plazo, la prioridad es la mitigación de las crisis de seguridad alimentaria mediante el impulso de la producción en las zonas de alta y baja productividad existentes, garantizando el acceso al grano y haciendo uso de la sustitución de la harina.
  2. A medio plazo, debemos aumentar la resiliencia local, regional y global del suministro de trigo a través de la expansión selectiva (dentro de los límites agroecológicos), el apoyo a la autosuficiencia, el apoyo técnico integral en los sistemas de producción y la capacidad de seguimiento de los cultivos incorporada.
  3. A más largo plazo, la transición hacia la resiliencia del sistema agroalimentario deberá abarcar la diversidad de los agroecosistemas, abordar las disparidades de género en la agricultura y las comunidades rurales, y mantener una mayor inversión en una transición agroalimentaria holística.

El trigo es objeto de conflictos en múltiples frentes: en los campos de batalla, en la arena política y por nuestro clima cambiante. Todos estos factores interactúan y amplifican la amenaza a la producción de trigo básico. Para hacer frente a esta complejidad, debemos ir más allá de la definición del problema y pasar a la aplicación de medidas prácticas que garanticen un suministro estable.

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El trigo contra el calor

Hojas de trigo que muestran síntomas de estrés por calor. (Foto: CIMMYT)
Hojas de trigo que muestran síntomas de estrés por calor. (Foto: CIMMYT)

En todo el sur de Asia, incluidas las principales regiones productoras de trigo de la India y Pakistán, las temperaturas extremas están amenazando la producción de trigo. Se han registrado olas de calor en toda la región, con un récord del siglo en cuanto a la aparición temprana de calor extremo. Las temperaturas medias mensuales de marzo y abril de 2022 en toda la India superaron las registradas en los últimos 100 años.

Ampliamente reconocida como una de las principales canastas de pan del mundo, la región de las llanuras indogangéticas produce más de 100 millones de toneladas de trigo al año, procedentes de 30 millones de hectáreas en Bangladesh, India, Nepal y Pakistán, que sirven principalmente para satisfacer la gran demanda interna.

La ventana óptima para la siembra de trigo es la primera mitad de noviembre. La llegada tardía del monzón de verano de 2021 retrasó la siembra del arroz y su posterior cosecha en otoño. Esto tuvo un efecto en cadena, retrasando la siembra de trigo en una o dos semanas y aumentando el riesgo de estrés térmico de finales de la temporada en marzo y abril. En marzo de 2022 se registraron temperaturas récord de más de 40⁰C en los Punjabs de India y Pakistán, así como en el estado de Haryana, lo que provocó que el trigo madurara unas dos semanas antes de lo habitual.

Cambios y efectos durante la temporada

Antes de la aparición del calor extremo, el clima de la temporada actual en la India era favorable, lo que llevó al Gobierno de la India a predecir una cosecha de trigo récord de 111 millones de toneladas. El estrés térmico de marzo fue inesperado y parece haber tenido un efecto significativo en la cosecha de trigo, adelantando la cosecha y probablemente reduciendo los rendimientos.

Desviación del índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI) durante el periodo del 22 de marzo al 7 de abril con respecto a la media de los cinco años anteriores. El NDVI es una medida de la superficie foliar y del verdor de la vegetación. Las zonas amarillas en los Punjabs de India y Pakistán, así como en el estado de Haryana, indican que el trigo maduró antes de lo normal debido a las elevadas temperaturas. Las temperaturas máximas alcanzaron los 40⁰C el 15 de marzo y se mantuvieron en ese nivel o por encima de él durante todo el periodo de recolección del trigo. (Mapa: Urs Schulthess/CIMMYT).
Desviación del índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI) durante el periodo del 22 de marzo al 7 de abril con respecto a la media de los cinco años anteriores. El NDVI es una medida de la superficie foliar y del verdor de la vegetación. Las zonas amarillas en los Punjabs de India y Pakistán, así como en el estado de Haryana, indican que el trigo maduró antes de lo normal debido a las elevadas temperaturas. Las temperaturas máximas alcanzaron los 40⁰C el 15 de marzo y se mantuvieron en ese nivel o por encima de él durante todo el periodo de recolección del trigo. (Mapa: Urs Schulthess/CIMMYT).

En las llanuras del noroeste, la principal canasta de trigo de la India es probable que la superficie de trigo sembrada tardíamente haya sido la más afectada, aunque muchas variedades presentan tolerancia al calor. Los datos de los experimentos del CIMMYT en las granjas muestran una pérdida de rendimiento de entre el 15 y el 20% en esa región. Los estados de Haryana y Punjab contribuyen juntos a casi el 30% de la producción total de trigo de la India y, en particular, aportan más del 60% de las existencias de reserva del gobierno. En las llanuras del noreste, en los estados de Bihar y Uttar Pradesh, alrededor del 40% de la cosecha de trigo se sembró de forma normal o incluso temprana, escapando a los daños del calor, mientras que el resto del trigo sembrado de forma tardía probablemente se verá afectado a un nivel variable, ya que la mayor parte de la cosecha en esta zona madura durante la tercera y cuarta semana de marzo.

El Gobierno de la India ha revisado las estimaciones de producción de trigo, con una reducción del 5.7%, hasta los 105 millones de toneladas, debido a la llegada temprana del verano.

La India ha registrado rendimientos récord en los últimos 5 años, lo que le ha ayudado a cumplir su objetivo de crear una reserva de 40 millones de toneladas de trigo tras la cosecha de 2021. Esta temporada de cosecha se inició con una reserva de 19 millones de toneladas, y el país está en buena posición para afrontar la pérdida de rendimiento de este año.

En Pakistán, utilizando sistemas de seguimiento de cultivos por satélite, la agencia espacial nacional SPARCO estimó una reducción de la producción de trigo cercana al 10%: 26 millones de toneladas, frente al objetivo de producción de 29 millones de toneladas, para la temporada 2021-22.

Impacto en la salud rural y agrícola

Además de un impacto negativo directo en la productividad agrícola, es probable que las temperaturas extremas en el sur de Asia tengan implicaciones negativas para la salud de la gran mano de obra rural que participa en la producción de trigo. Cada vez hay más pruebas que documentan el deterioro del estado de salud de la mano de obra agrícola en las zonas de temperaturas extremas frecuentes. Esto también se suma a los importantes problemas de salud humana y medioambiental relacionados con la quema de residuos.

Recomendamos que se lleve a cabo urgentemente una investigación sistemática para caracterizar y comprender los impactos de las elevadas temperaturas en la salud de los trabajadores del campo que participan en la producción de trigo. Esto es necesario para desarrollar una estrategia holística para adaptar nuestros sistemas de cultivo globales al cambio climático.

Ampliación de los riesgos de suministro de trigo

Junto con los efectos en el suministro y el precio del trigo del actual conflicto en Ucrania y las restricciones comerciales a los productos rusos, estos efectos adicionales en el suministro mundial de trigo son muy preocupantes.

La India se había comprometido a aumentar las exportaciones de trigo para reforzar el suministro mundial, pero esto parece ahora incierto dada la necesidad de salvaguardar el suministro interno. Durante la pandemia de COVID-19, el gobierno indio apoyó la seguridad alimentaria nacional proporcionando raciones gratuitas —principalmente de trigo y arroz— a 800 millones de personas durante varios meses. Este tipo de apoyo se basa en la disponibilidad de grandes reservas de reserva que parecen estables, pero que pueden reducirse si la producción de grano y los niveles de adquisición subsiguientes son inferiores a los deseados.

Ya se observan indicios de una reducción de las adquisiciones por parte de los gobiernos, ya que los precios de mercado son más altos de lo habitual. Sin embargo, aunque la Corporación de Alimentos de la India ha adquirido un 27% menos de grano de trigo en los primeros 20 días de la temporada de compras de trigo en comparación con el mismo periodo del año pasado, el Gobierno de la India confía en asegurarse unas reservas de reserva de trigo suficientes.

Al igual que con la pandemia del COVID-19 y la guerra en Ucrania, es probable que los efectos más marcados tanto del cambio climático como de la escasez de cultivos básicos afecten más a las comunidades más pobres y vulnerables.

Una reacción en cadena de impactos climáticos

Los impactos reales de la reducción de la producción de trigo debido a las temperaturas extremas en el sur de Asia demuestran la realidad de la emergencia climática a la que se enfrentan el trigo y la producción agrícola. También hay que tener en cuenta los impactos directos sobre la salud de las comunidades agrícolas, ya que nuestra mano de obra agrícola se ve empujada a nuevos límites físicos.

Las anomalías, que probablemente se conviertan en la nueva normalidad, pueden desencadenar una reacción en cadena, como se ha visto aquí: la llegada tardía del monzón de verano provocó retrasos en la siembra del arroz y en la posterior cosecha de trigo. El retraso de la cosecha de trigo se vio afectado por la ola de calor sin precedentes de mediados a finales de marzo en una fase relativamente temprana, lo que causó aún más daños.

Preparación para los puntos de inflexión de la producción de trigo

Es necesario actuar con urgencia para desarrollar estrategias aplicadas de mitigación y adaptación, así como para planificar la transición y los puntos de inflexión cuando los cultivos básicos clave, como el trigo, ya no puedan cultivarse en las regiones de producción tradicionales.

Es necesario un proceso de diseño estratégico, apoyado por modelos de cultivos y climáticos, para desarrollar y probar paquetes de soluciones aplicadas para los cambios climáticos del futuro próximo. Los datos obtenidos en las explotaciones agrícolas del noroeste de la India indican que las soluciones combinadas (siembra directa sin labranza con retención de los residuos de los cultivos en la superficie, junto con la siembra temprana de variedades de trigo adaptadas con tolerancia al calor juvenil) pueden ayudar a amortiguar el estrés térmico terminal y limitar las pérdidas de rendimiento.

Por último, pero no por ello menos importante, la selección de trigo para la tolerancia a las altas temperaturas seguirá siendo crucial para asegurar la producción. La planificación estratégica debe abarcar también los elementos sociales, de mercado y políticos asociados que sustentan el suministro equitativo de alimentos y la estabilidad.

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Protegiendo la sanidad vegetal para la seguridad alimentaria y nutricional

La roya de las rayas, también conocida como roya amarilla, en el trigo con gotas de lluvia. (Foto: A. Yaqup/CIMMYT)
La roya de las rayas, también conocida como roya amarilla, en el trigo con gotas de lluvia. (Foto: A. Yaqup/CIMMYT)

Los sistemas agroalimentarios robustos y resilientes comienzan con cultivos sanos. Sin cultivos sanos, la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de pequeños agricultores con recursos limitados en los países de recursos bajos y medianos estarían en peligro. Sin embargo, el cambio climático y la globalización están exacerbando la aparición y propagación de plagas de insectos y patógenos devastadores.

Cada año, las enfermedades de las plantas cuestan a la economía mundial unos 220.000 millones de dólares, y las plagas de insectos invasores, al menos 70.000 millones más. Además, las micotoxinas, como las aflatoxinas, suponen una grave amenaza para la salud y el bienestar de los consumidores. El consumo de alimentos contaminados con micotoxinas puede provocar enfermedades agudas y se ha asociado a un mayor riesgo de padecer ciertos cánceres y síndromes de inmunodeficiencia.

Una gestión fitosanitaria eficaz requiere enfoques holísticos que fortalezcan las capacidades de vigilancia y control a nivel mundial y local, y que mitiguen los impactos negativos mediante respuestas rápidas y sólidas a los brotes con enfoques de gestión ecológicos, socialmente inclusivos y sostenibles.

A lo largo de las décadas, el CGIAR ha construido una base sólida para fomentar los esfuerzos holísticos de protección de la sanidad vegetal a través de su red mundial de Unidades de Sanidad del Germoplasma, así como los esfuerzos pioneros de respuesta rápida a las nuevas amenazas transfronterizas a varios cultivos importantes, incluyendo el maíz, el trigo, el arroz, los plátanos, la yuca, las patatas y las legumbres de grano.

El 12 de mayo de 2022, el CGIAR lanzará la Iniciativa de Sanidad Vegetal y Respuesta Rápida para Proteger la Seguridad Alimentaria y los Medios de Vida (Iniciativa de Sanidad Vegetal). Presenta una estrategia unificada y transdisciplinaria para proteger los cultivos clave —incluidos los cereales, las legumbres, las raíces, los tubérculos, los plátanos y las hortalizas— de plagas y enfermedades devastadoras, así como de la contaminación por micotoxinas. Los centros del CGIAR llevarán a cabo este trabajo crítico junto con instituciones asociadas nacionales, regionales e internacionales dedicadas a la gestión de la sanidad vegetal.

Una estrategia integral

Prevención. Cuando y donde sea posible, la prevención es siempre preferible a la carrera por encontrar una cura. Los enfoques reactivos, seguidos por la mayoría de las instituciones y países, se centran generalmente en las acciones de contención y gestión tras un brote de plaga, especialmente el uso de plaguicidas. Estos enfoques pueden haber dado sus frutos a corto y medio plazo, pero no son sostenibles a largo plazo. Se ha convertido en un imperativo tomar medidas proactivas en la gestión de plagas transfronterizas a través de la vigilancia coordinada a nivel mundial, el diagnóstico y el despliegue de soluciones fitosanitarias, así como la comunicación dinámica y el intercambio de datos.

Para ello, en el marco de esta iniciativa, el CGIAR elaborará una serie de herramientas de diagnóstico y vigilancia. Incluirá ensayos robustos y de bajo coste, herramientas basadas en la genómica y la bioinformática para el diagnóstico de patógenos y la evaluación de la diversidad, así como tecnologías de la información y las comunicaciones para la recogida de datos en tiempo real y el crowdsourcing. Esto se complementará con el desarrollo de bases de datos interoperables, modelos epidemiológicos y de evaluación de riesgos, y marcos de orientación basados en la evidencia para priorizar las medidas de bioseguridad y los esfuerzos de respuesta rápida a las plagas de insectos y enfermedades de alto riesgo.

Las estrategias de gestión integrada de plagas han sido clave para hacer frente al gusano cogollero en África y Asia. (Foto: B.M. Prasanna/CIMMYT)
Las estrategias de gestión integrada de plagas han sido clave para hacer frente al gusano cogollero en África y Asia. (Foto: B.M. Prasanna/CIMMYT)

Adopción de enfoques integrados. El objetivo de la gestión integrada de plagas y enfermedades es suprimir económicamente las poblaciones de plagas mediante técnicas que favorezcan la sanidad de los cultivos. Una estrategia de gestión eficaz utilizará una serie de enfoques apropiados, incluidos los sistemas de semillas limpias, la resistencia de la planta huésped, el control biológico, el control cultural y el uso de pesticidas más seguros para el medio ambiente, con el fin de proteger los cultivos de los daños económicos sin afectar negativamente al medio ambiente.

A través de la Iniciativa de Sanidad Vegetal, el CGIAR promoverá soluciones basadas en sistemas que utilicen paquetes de innovación para la gestión integrada de plagas y enfermedades que sean respetuosos con el medio ambiente, a fin de mitigar eficazmente el impacto de las principales plagas de insectos y enfermedades que afectan a las plantas cultivadas. También aplicará herramientas y procesos innovadores de gestión de micotoxinas antes y después de la cosecha.

Integrar la mentalidad de las personas. La falta de perspectivas sociales y de género en la vigilancia fitosanitaria, el desarrollo de tecnologías, el acceso a los servicios de extensión y la evaluación del impacto es un reto importante en la gestión fitosanitaria. Para abordar esta cuestión, el CGIAR dará prioridad a la recopilación de datos interdisciplinarios y a los métodos de evaluación del impacto para identificar las limitaciones, oportunidades y necesidades sociales y de género específicas del contexto, así como para generar recomendaciones basadas en pruebas para los responsables políticos y las partes interesadas.

Interfaz con iniciativas globales y regionales. La Iniciativa de Sanidad Vegetal se basará en el trabajo crítico y a menudo pionero del CGIAR. También trabajará estrechamente con otras iniciativas globales del CGIAR —incluyendo Mejoramiento Acelerado, Semilla Igual, Excelencia en Agronomía y Aprovechamiento de la Igualdad para la Resiliencia en los Sistemas Agroalimentarios— y con las Iniciativas Regionales Integradas. En conjunto, esta red ayudará a apoyar el trabajo del CGIAR para desarrollar y desplegar variedades mejoradas con resistencia a plagas de insectos y enfermedades, junto con prácticas agronómicas sostenibles y sensibles al contexto, de una manera que incluya el género y la sociedad.

Enfoque en las prioridades locales con asociaciones estratégicas

La eficacia de los esfuerzos de vigilancia fitosanitaria y de respuesta rápida depende de la calidad de la cooperación y la comunicación entre las instituciones asociadas pertinentes. En esta Iniciativa, el CGIAR hace especial hincapié en el desarrollo y el fortalecimiento de las redes regionales e internacionales, y en el fomento de la capacidad de las instituciones locales. Permitirá que los países de ingresos bajos y medios den respuestas coordinadas a nivel mundial y regional a las amenazas bióticas existentes y emergentes.

Para ello, el CGIAR trabajará en estrecha colaboración con una serie de partes interesadas, entre ellas las organizaciones nacionales de protección de las plantas, los sistemas nacionales de investigación y extensión agrícola, las instituciones de investigación avanzada, el mundo académico, el sector privado y las redes de coordinación fitosanitaria.

El enfoque geográfico de las intervenciones en el marco de esta Iniciativa será principalmente en los países de ingresos bajos y medios de América Latina, el sur y el sudeste de Asia y el África subsahariana.

Junto con el compromiso del CGIAR de involucrar, movilizar y empoderar a las partes interesadas a diversas escalas en todo el mundo, la Iniciativa de Sanidad Vegetal representa un enorme paso hacia la integración de las mentalidades, capacidades y necesidades de las personas para una gestión holística y sostenible de la sanidad vegetal. En última instancia, protegerá la seguridad alimentaria y nutricional y los medios de vida de millones de pequeños agricultores y sus familias.