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Vocaciones científicas que transforman el futuro alimentario de la humanidad

María Luisa Cabrera en el laboratorio donde desarrolla su quehacer científico dentro del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT).
María Luisa Cabrera en el laboratorio donde desarrolla su quehacer científico dentro del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT).

El avance de la ciencia y la tecnología depende de la diversidad de talentos que contribuyen a su desarrollo. Sin embargo, en áreas como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), la participación femenina continúa siendo reducida. En México, solo el 22 % de las mujeres matriculadas en educación superior estudian carreras STEM y, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), solo el 13.5 % egresa.

Esta situación presenta tanto desafíos como oportunidades. La ciencia, particularmente en sectores esenciales como la seguridad alimentaria y la nutrición, requiere una mayor presencia de mujeres que impulsen cambios significativos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha destacado la urgencia de integrar a más investigadoras en el ámbito de las ciencias agrícolas con el fin de acelerar innovaciones que mejoren la producción y el bienestar de las comunidades rurales.

Un ejemplo del impacto transformador de las mujeres en la ciencia es María Luisa Cabrera Soto. Desde su infancia, Luisa se sintió inspirada por mujeres científicas que aparecían en los medios de comunicación, lo que la motivó a soñar con trabajar en un laboratorio. “Esas mujeres fueron mi referencia, mi fuente de inspiración. Me visualicé a mí misma y dije: «Quiero trabajar en un laboratorio»”. No obstante, su camino no fue sencillo. Proveniente de una familia con expectativas centradas en roles tradicionales de género,  enfrentó resistencia a su deseo de dedicarse a la ciencia.

El primer obstáculo que encontró fue la negativa rotunda de su familia. “Provengo de una familia con seis mujeres y una figura patriarcal. Escuchar frases como «no estás capacitada para estudiar algo tan complejo como la ciencia o las matemáticas», representó la primera barrera que debí superar”, relata.

“Tuve que romper con esos estigmas familiares, con esas tradiciones y decirme a mí misma: «Soy capaz de estudiar lo que me motiva, lo que me gusta y apasiona, que es la ciencia». «Ser mujer no me limita a realizar exclusivamente actividades domésticas»”.

Hoy, la niña que soñó trabajar en un laboratorio forma parte del equipo de investigación del CIMMYT y, como asistente de investigación, su trabajo en el área de cromatografía —procedimiento que permite separar, identificar y cuantificar los componentes químicos de diversas mezclas— permite evaluar la calidad nutricional de diversos cultivos, principalmente el maíz. Su labor tiene un impacto directo en la alimentación y la salud de diversas poblaciones, así como en la actividad de los productores agrícolas.

La historia de María Luisa se ha convertido en un referente para sus hermanas, quienes también han incursionado en el mundo de la ciencia, demostrando que una decisión personal puede transformar generaciones. “Rompí ese paradigma en mi familia y, afortunadamente, mis cuatro hermanas menores, también optaron por la ciencia. Fue un cambio que derribó una gran barrera en mi hogar”.

A través de su quehacer científico, Luisa y otras investigadoras del CIMMYT contribuyen significativamente a la mejora de las condiciones humanas en un sector donde las mujeres desempeñan un papel fundamental en la producción y seguridad alimentaria, desde el campo hasta el laboratorio.

El escaso porcentaje de mujeres en carreras STEM en México y a nivel mundial, no solo representa un problema de equidad, sino también un obstáculo para el desarrollo de soluciones innovadoras en sectores clave. De acuerdo con la UNESCO, solo el 33.3 % de los investigadores en el mundo son mujeres. En este sentido, el mensaje de Luisa para las niñas y jóvenes de México es claro: «Sigan sus sueños, cuestionen el mundo y no permitan que su curiosidad y entusiasmo se apaguen por ideologías sociales o tradiciones familiares. Cada vez somos más mujeres en este ámbito y debemos apoyarnos mutuamente».

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Guardianas de la diversidad: La labor de Carolina Sansaloni

Carolina Sansaloni, especialista en genotipificación y curadora de trigo, resalta el papel de las mujeres en la ciencia y la conservación agrícola. (Foto: Gabriela Bracamonte/CIMMYT)
Carolina Sansaloni, especialista en genotipificación y curadora de trigo, resalta el papel de las mujeres en la ciencia y la conservación agrícola. (Foto: Gabriela Bracamonte/CIMMYT)

Desde niña, Carolina Sansaloni sintió curiosidad por la naturaleza y la genética. Su deseo por encontrar respuestas la llevó a recorrer un camino desafiante, pero que la condujo a donde está hoy: líder de la Colección de Trigo del Banco de Germoplasma del CIMMYT, una de las más importantes del mundo. Su labor y la de su equipo son fundamentales para la seguridad alimentaria y nutricional, pues garantizan que la diversidad genética del trigo y el maíz permanezca protegida y disponible para enfrentar los retos del cambio climático y la creciente demanda de alimentos.

Para mí, la mayor satisfacción es saber que lo que hacemos en el CIMMYT ayuda a que más personas tengan un plato de comida en la mesa. No es un esfuerzo individual, es un esfuerzo colectivo por un bien mayor”, expresa Sansaloni con convicción.

Pero el impacto del Banco de Germoplasma va más allá de la conservación. Su equipo, conformado por científicas, técnicas, trabajadoras de laboratorio y personal de campo, desempeña un papel crucial en la investigación y en el resguardo de una de las colecciones más valiosas de maíz y trigo a nivel mundial. Desde la recolección y almacenamiento de semillas hasta su caracterización y distribución para programas de mejoramiento genético, cada mujer en este equipo es parte esencial de la misión del CIMMYT: generar ciencia e innovación para un mundo con seguridad alimentaria y nutricional.

El camino de las mujeres en la ciencia no ha sido fácil. Sansaloni reconoce que, aunque ha contado con mentores y apoyo en su carrera, hay retos que muchas mujeres enfrentan en el ámbito científico. “La voz femenina en la ciencia hay que ganarla. Nos enfrentamos a obstáculos, pero con perseverancia, apoyo y determinación, podemos lograrlo”, afirma.

Uno de sus mayores desafíos fue dejar su hogar en Argentina para seguir su vocación. “El mayor desafío fue salir de mi entorno, de mi familia, de mis amigos, pero tenía claro que mi motivación era la ciencia y su capacidad de transformar el mundo”. Hoy, su historia inspira a muchas jóvenes a atreverse a explorar su curiosidad y seguir el camino de la ciencia.

A las niñas que sueñan con la ciencia, les dice: “Exploren, pregunten, descubran. Nada es imposible con esfuerzo y dedicación”.

A los padres y madres, les aconseja: “Fomenten la curiosidad de sus hijas e hijos, permitan que tomen sus propias decisiones y los sorprenderán con su capacidad de innovar”.

En este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebramos a todas las mujeres del CIMMYT que, con su conocimiento, compromiso y dedicación, son clave para alcanzar un mundo con seguridad alimentaria y nutricional.

Si alguna vez soñaste con cambiar el mundo, la ciencia es un gran lugar para empezar.

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Milpa diversa y sostenible

El productor Abelardo y Moisés Rodríguez, colaborador del CIMMYT en Chiapas, muestran con orgullo la diversidad de cultivos que han integrado a la milpa. (Foto: Gaby Bravamente / CIMMYT
El productor Abelardo y Moisés Rodríguez, colaborador del CIMMYT en Chiapas, muestran con orgullo la diversidad de cultivos que han integrado a la milpa. (Foto: Gaby Bravamente / CIMMYT

A través del Hub, el CIMMYT y sus colaboradores están impulsando una transformación sostenible que preserva y fortalece el sistema milpa, un legado cultural que ha sido la base de la seguridad alimentaria en Chiapas durante generaciones.

El Hub, un modelo de gestión de innovación que integra a técnicos, investigadores, productores y otros actores de las cadenas de valor agroalimentarias, ha sido clave para ir tejiendo en la región una red que integra tanto una infraestructura física —con plataformas de investigación, módulos demostrativos y áreas de extensión— como una red de colaboración que acompaña a los productores en su transición hacia prácticas agrícolas sostenibles, adaptadas al cambio climático y orientadas a fortalecer la resiliencia de las familias agricultoras.

El acompañamiento técnico que brindan especialistas como Moisés Rodríguez —de El Can’chix S.C., colaborador del CIMMYT en Ocosingo—  ha sido fundamental para implementar las innovaciones agrícolas que están fortaleciendo la tradición de la milpa, comenzando por dejar de quemar los residuos de cosecha.

La propuesta de producción sin quemas agrícolas permite conservar la fertilidad del suelo y reducir las emisiones de CO₂, mientras incrementa significativamente los rendimientos. «Antes, cosechábamos entre 600 y 700 kilos de maíz por hectárea; ahora, sin quemar, logramos hasta 3 toneladas en algunas parcelas», explica Moisés. Este aumento en la producción permite que las familias no solo tengan alimentos suficientes, sino también la oportunidad de generar ingresos adicionales al vender el excedente.

El equipo técnico del CIMMYT junto al productor Abelardo recorren su parcela en Chiapas, donde el sistema milpa se fortalece al integrar cultivos como el plátano de manera intercalada. . (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
El equipo técnico del CIMMYT junto al productor Abelardo recorren su parcela en Chiapas, donde el sistema milpa se fortalece al integrar cultivos como el plátano de manera intercalada. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

La seguridad alimentaria de las familias se refuerza mediante la diversificación de cultivos. Este enfoque incluye no solo maíz y frijol, sino también frutales como aguacate, guanábana, plátano y limón, lo cual garantiza una provisión constante de alimentos nutritivos durante todo el año. Abelardo Jiménez Guzmán, productor de Amotitlán, comenta: “Antes solo pensaba en maíz y quemar para sembrar cada año. Ahora tengo aguacate y otros frutales en la misma parcela. Este año vendí aguacates”.

Además, el uso de prácticas de manejo sostenible, como las curvas a nivel para evitar la erosión, complementa esta estrategia de diversificación, protegiendo el suelo y adaptando el sistema milpa a los cambios ambientales y de mercado. Este enfoque innovador, que combina ciencia aplicada y conocimientos ancestrales, permite conservar el valor cultural de la milpa mientras asegura una alimentación variada y saludable, con alimentos básicos como maíz y frijol, complementados por frutales ricos en vitaminas y minerales esenciales, como los cítricos.

Este modelo transforma el sistema milpa en un sistema resiliente, que responde a las demandas actuales y asegura que las familias rurales cuenten con alimentos de calidad durante todo el año. Con estas iniciativas, el modelo del Hub y la red de colaboración que fomenta fortalece la seguridad alimentaria, impulsa la adaptabilidad de los sistemas productivos y promueve el bienestar en cada comunidad, acompañando a los productores chiapanecos en su camino hacia sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes.

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Hub Meeting Chiapas, un encuentro para escuchar a los productores

Mesas de trabajo durante el Hub Meeting Chiapas. (Foto: Gabriela Bracamonte / CIMMYT)
Mesas de trabajo durante el Hub Meeting Chiapas. (Foto: Gabriela Bracamonte / CIMMYT)

El Hub Meeting Chiapas 2024 reunió a una gran diversidad de actores del sector agroalimentario con un objetivo claro: escuchar a los productores, entender sus necesidades y ofrecer soluciones que les permitan adaptarse a un entorno cambiante. Este esfuerzo conjunto, que involucra a productores, empresas, instituciones de investigación y gobierno, busca no solo mejorar la productividad, sino también consolidar la seguridad alimentaria y fortalecer la resiliencia de los sistemas agrícolas en la región.

El compromiso del CIMMYT y sus colaboradores se centra en llevar la ciencia directamente a los campos, poniendo la tecnología y la innovación al servicio de los productores. Sin embargo, este esfuerzo va más allá de la mera implementación de tecnologías sustentables, es un llamado a escuchar activamente, a comprender los desafíos de quienes trabajan la tierra y a cocrear soluciones que respondan a sus realidades.

Así, durante el Hub Meeting se destacó la importancia de seguir promoviendo tecnologías como la agricultura de conservación y otras para mejorar la calidad del suelo y combatir la compactación —un problema que afecta gravemente a la productividad en condiciones de sequía—.

El trabajo del Hub Chiapas se adapta a las particularidades de cada región, garantizando que cada productor reciba el apoyo adecuado:

  • En Larráinzar, Los Altos de Chiapas, se evaluaron prácticas sustentables en la plataforma de investigación Larráinzar, donde sistemas como la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) ha mostrado mejoras en la productividad del maíz y en la eficiencia del uso de suelos a través de la diversificación de cultivos.
  • En la Meseta Comiteca, un centenar de productores han participado en módulos demostrativos para evaluar la asociación de leguminosas forrajeras con maíz (canavalia, frijol gandul, crotalaria), mejorando la calidad del suelo al aumentar la disponibilidad de nitrógeno, además de ser beneficiosas para la alimentación del ganado.
  • En la región de Los Llanos, los sistemas de producción de granos básicos se están fortaleciendo con 250 productores que están integrando prácticas de conservación de suelos y tecnologías sostenibles como la siembra de frijol en relevo al maíz, mejorando la resiliencia de sus comunidades.
  • En la Selva Lacandona y Tulijá-Tseltal-Chol, el sistema MIAF ha sido adoptado por cinco mil productores, mejorando la seguridad alimentaria y la resiliencia frente al cambio climático mediante la biodiversificación de cultivos como maíz, frijol, chile y frutas.
  • En Villa Corzo, mil productores han sido vinculados con tecnologías para mejorar la rentabilidad y reducir costos, evaluando genotipos de maíz con tolerancia a enfermedades como la mancha de asfalto, mientras se implementan tecnologías de conservación de suelos para aumentar los rendimientos.
  • En Amatenango del Valle, la producción de elote bajo agricultura de conservación ha alcanzado 45 mil elotes por hectárea con el apoyo de cien productores, quienes han sido capacitados en prácticas como la micro-rotación y el manejo de estrés hídrico.

Además de estos proyectos productivos, el Hub Chiapas impulsa actividades enfocadas en la comercialización y el acceso a mercados. En Los Altos, Meseta Comiteca y Frailesca, se han organizado grupos de productores rurales para agregar valor a productos como tostadas de maíz nativo y frijol certificado, fomentando la estabilidad económica de las familias y su integración en los mercados locales y nacionales.

Otro pilar fundamental es la mecanización a escala adecuada, donde el Hub ha facilitado el acceso a tecnologías accesibles como equipos multiusos-multicultivos. Esto ha permitido a los agricultores de regiones como Tonalá y La Concordia mejorar la eficiencia en la siembra y fertilización, incrementando la productividad y reduciendo costos.

El trabajo del Hub ha sido posible gracias a la participación de diversas organizaciones de todos los sectores, como la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de Chiapas; la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias; Educampo; FIRCO; TNC; CONANP, así como de iniciativas como AgriLAC Resiliente.

Durante la clausura del Hub Meeting Chiapas 2024, Cinthia Xiomara Lorenzana Borrego, Secretaria de Igualdad de Género de Chiapas, instó a los presentes a impulsar la agenda de las mujeres en el campo, para que cada vez se desarrollen y capaciten más agricultoras líderes en beneficio de sus comunidades.

Así, el Hub Chiapas sigue siendo un ejemplo de cómo la ciencia puede transformar la vida de los agricultores cuando se trabaja desde la colaboración, la escucha activa y el entendimiento profundo de las necesidades del campo. El CIMMYT hace un llamado a todos los actores a seguir invirtiendo en ciencia y tecnología, pero también a escuchar y acompañar a los productores en su camino hacia la adaptación, la seguridad alimentaria y la resiliencia.

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Resiliencia y sustentabilidad de la agricultura en el Occidente de Guatemala

Fotografía grupal del Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Fotografía grupal del Hub Meeting del InnovaHub Occidente de Honduras. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

El Hub Meeting del Innovahub Occidente de Guatemala, reunió a actores clave del sector agroalimentario, incluidas asociaciones de productores, investigadores y representantes del gobierno y de la sociedad civil, para discutir cómo fortalecer la resiliencia de los sistemas productivos locales y crear nuevas oportunidades para las comunidades rurales. Realizado en el marco de la iniciativa AgriLAC Resiliente, la reunión anual se centró en potenciar la colaboración entre los diferentes actores para avanzar en la sostenibilidad agrícola y mejorar el bienestar de las familias productoras en la región.

Andrea Castellano, Oficial Científica y de Implementación de AgriLAC Resiliente, comentó sobre el objetivo del evento: “Nos hemos reunido con diferentes socios, entre los agricultores, técnicos e instituciones del gobierno como el MAGA y el ICTA, además de nuestros principales aliados, incluyendo a la Alianza Bioversity-CIAT (ABC), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Centro Internacional de la Papa (CIP) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) hablando sobre cómo podríamos cooperar mucho más en torno al InnovaHub Occidente de Guatemala”.

El Innovahub es un modelo de gestión de la innovación probado e implementado con éxito en México por el CIMMYT y sus colaboradores, como un enfoque integral que busca fortalecer la productividad y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios a través del trabajo colaborativo en el territorio. Este modelo ha demostrado que el esfuerzo coordinado de instituciones como ABC, CIP, IFPRI y CIMMYT permite escalar innovaciones de manera más efectiva y llegar a más productores, señaló Castellano, destacando el potencial del Innovahub para replicarse en otras regiones de Latinoamérica.

Jorge García, gerente del Hub Chiapas de México, explicó el impacto del modelo en el territorio: El InnovaHub no es solo un espacio geográfico, es una red de redes con una visión compartida. Cada uno de los actores se suma y contribuye a una agricultura más sostenible, donde buscamos la productividad y la generación de ingresos sin impactar negativamente al medioambiente. Este enfoque permite anticipar y resolver los problemas del presente y del futuro”. García también mencionó que el modelo se basa en la cooperación, donde cada socio aporta su experiencia y recursos para enfrentar desafíos comunes como el cambio climático y la seguridad alimentaria. “El InnovaHub es resiliencia, es adaptación y es el futuro”, enfatizó.

Mesa de trabajo durante el Hub Meeting. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Mesa de trabajo durante el Hub Meeting. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Durante el evento, Lisandro Hidalgo, coordinador del InnovaHub Occidente de Guatemala, resaltó el papel fundamental de las alianzas estratégicas en el éxito del Innovahub y la necesidad de involucrar a más actores para crear un impacto transformador en el territorio. “En esta actividad tenemos la presencia de la iniciativa regional AgriLAC. Resiliente, pero también están nuestros socios y actores clave con los que estamos desarrollando muchas actividades: Agropecuaria Popoyan, el Ministerio de Agricultura, Global Communities, el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícola, el Centro Universitario de Occidente y las Mesas Técnicas Agroclimáticas que funcionan a nivel nacional y que aglutinan a diversos actores”, señaló. “Las alianzas y la colaboración permiten compartir resultados, compromisos y buenas prácticas, todo en beneficio de los agricultores, que al final son las personas clave para garantizar la seguridad alimentaria”, concluyó.

El Hub Meeting en el Occidente de Guatemala se enfocó en definir un plan de acción que integre a diversos socios en el territorio para seguir escalando las innovaciones y fortalecer la sostenibilidad de las cadenas de valor locales. “El trabajo en red es la base de este modelo, y el objetivo es fortalecer las capacidades de los productores, técnicos y líderes locales para que puedan seguir replicando estas buenas prácticas, mencionó Castellano, subrayando el compromiso del proyecto AgriLAC Resiliente con la transformación de los sistemas productivos rurales.

El evento culminó con la reafirmación de que el InnovaHub es más que una iniciativa territorial; es una plataforma que articula el conocimiento, la experiencia y la voluntad de múltiples actores que comparten la visión de un sistema agroalimentario más resiliente y competitivo. “El InnovaHub es resiliencia, es adaptación, es el futuro. Y lo más importante, es un esfuerzo colectivo que va más allá de las fronteras, uniendo a instituciones de investigacion científica y a las comunidades locales para lograr un cambio real en la vida de las personas”, concluyó García.

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Llevar la ciencia hasta las parcelas, esencial para regenerar los suelos

El doctor Simon Fonteyne, científico de CIMMYT, durante su ponencia en la Cumbre de Agricultura y Sistemas Alimentarios Regenerativos LATAM 2024. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
El doctor Simon Fonteyne, científico de CIMMYT, durante su ponencia en la Cumbre de Agricultura y Sistemas Alimentarios Regenerativos LATAM 2024. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

De acuerdo con las Naciones Unidas, hasta el 40% de la tierra del planeta está degradada, lo que afecta a la mitad de la humanidad, y supone una amenaza para aproximadamente la mitad del producto interno bruto (PIB) mundial. Ante este escenario, y a medida que aumentan los efectos de la variabilidad climática, se necesitan alternativas para conservar, restaurar y utilizar la tierra de manera sostenible.

Así, los días 25 y 26 de junio, la Ciudad de México se convirtió en el epicentro del diálogo hacia un futuro agrícola más sostenible y regenerativo, al albergar la Cumbre de Agricultura y Sistemas Alimentarios Regenerativos LATAM 2024. Este evento reunió a más de 150 líderes del sector agroalimentario en un espacio dedicado a explorar y debatir las prácticas agrícolas del mañana, particularmente la agricultura regenerativa.

“La agricultura regenerativa es un enfoque que contribuye a una agricultura sostenible, donde el cuidado del suelo es esencial para mantener su potencial productivo, además de funciones como la captación de agua y la captura de carbono”, puntualizó la doctora Sol Ortiz, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

La cumbre no solo permitió conocer los aspectos teóricos de la agricultura regenerativa, también destacó la necesidad urgente de adoptar prácticas agrícolas más sostenibles y sirvió como plataforma para compartir experiencias y estrategias exitosas.

“En Grupo Bimbo iniciamos los trabajos de agricultura regenerativa en 2017. Nosotros sabíamos que en ningún momento podíamos hacerlo solos y es por eso que empezamos a trabajar con CIMMYT. Así conocimos todo lo que tiene que hacerse y posteriormente, hacia 2021, empezamos a replicar los proyectos de México en otros países. Actualmente Grupo Bimbo tiene presencia de proyectos de agricultura regenerativa en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, y estamos iniciando los trabajos en América del Sur”, mencionó Juan Pablo Andrade, Gerente Global de Abastecimiento y Agricultura Regenerativa de Grupo Bimbo.

“La clave está en unir esfuerzos para alinear agendas y hacer un plan integral. Por eso estamos impulsando la creación de alianzas con todas aquellas organizaciones con las cuales podemos establecer, por ejemplo, un plan correcto de rotación”, sostuvo Miguel Ángel Esquivel, Gerente de Planta y Producción Nacional de Cebada de HEINEKEN México, refiriéndose a la importancia de diversificar cultivos (a través de rotaciones) para evitar los monocultivos que degradan la tierra. Así mismo, resaltó la colaboración con CIMMYT en el proyecto Cultivando un México Mejor, mediante el cual se optimiza el uso del agua y se regeneran los suelos a través de prácticas sustentables.

Por su parte, Mar Gutiérrez, de Grupo Trimex —empresa que, junto con CIMMYT impulsa el proyecto Agriba Sustentable también orientado a la regeneración de los suelos agrícolas—, subrayó la necesidad de un cambio cultural, tanto entre los agricultores como entre las organizaciones, para adoptar prácticas más sostenibles.

Así, y con la participación de otras organizaciones que también colaboran con CIMMYT, como Nestlé, la Cumbre de Agricultura y Sistemas Alimentarios Regenerativos LATAM 2024 puso de relieve la importancia de la ciencia para la implementación y desarrollo de proyectos que tengan como finalidad regenerar los suelos agrícolas. En este sentido, CIMMYT, un centro de investigación científica internacional basado en México, destacó como un socio estratégico en la promoción de la agricultura regenerativa en México y a nivel global.

“En mi caso ya tengo suelo sano, ya tengo una planta sana, ya es un producto bastante nutritivo, entonces si ustedes, las empresas, quieren que empecemos a andar en esa transición, entonces también el consumidor se tiene que educar, no solo el agricultor, también los consumidores para que realmente le den ese valor. Por eso sería importante llevar proyectos como los que han mencionado a lugares considerados focos rojos por la degradación de las tierras”, subrayó Candelario Molina, productor de Teopisca, Chiapas, quien ha colaborado con CIMMYT y ha aprendido diversas prácticas sustentables que le han permitido regenerar sus suelos.

“En mi grupo hemos impactado de manera indirecta en cerca de seis mil, siete mil hectáreas de tres ejidos donde ya no se practica la quema, donde ya se disminuyó la labranza”, enfatizó el productor, subrayando con su ejemplo y experiencia la importancia de fomentar la colaboración multisectorial para transformar el panorama agrícola del país hacia un futuro más sustentable y resiliente.

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Representantes del Gobierno de Noruega visitan parcela innovadora en Guatemala

Visita de Ministra y Embajadora de Noruega a módulo de innovación en Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Visita de Ministra y Embajadora de Noruega a módulo de innovación en Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

La visita de Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, y Ragnhild Imerslund, Embajadora de Noruega en México y Centroamérica, al módulo demostrativo de Lomas Abajo, en San Jacinto, Chiquimula, Guatemala —el cual forma parte de los InnovaHubs promovidos por CIMMYT y sus colaboradores en ese país a través de la iniciativa AgriLAC Resiliente— este 5 de junio.

La presencia de la ministra y la embajadora en mención resalta el apoyo del gobierno noruego a iniciativas que, como AgriLAC Resiliente del CGIAR, comparten una visión común del desarrollo regional latinoamericano dentro de un marco de cooperación triangular entre la Embajada de Noruega, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y CIMMYT.

Este marco de cooperación busca fortalecer  el modelo de gestión de la innovación conocido como InnovaHub porque promueve una interacción constante entre los agricultores y sus aliados locales, con quienes técnicos e investigadores trabajan hombro a hombro en las parcelas que forman parte de la infraestructura física, como los módulos visitados por las representantes del gobierno noruego y que constituyen espacios de co-aprendizje y validación de prácticas y tecnologías sustentables para la región.

El trabajo y acciones en Guatemala son parte de una metodología  de aceleración de la innovación agrícola construido a partir de experiencias exitosas de CIMMYT en México.  En este sentido, CIMMYT, con otros centros CGIAR en la región —la Alianza Bioversity-CIAT (ABC), el Centro Internacional de la Papa (CIP por sus siglas en inglés) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI por sus siglas en inglés)—, lideran AgriLAC Resiliente y, mediante la articulación con diversos socios regionales, han logrado afianzar la instalación y operación de dos InnovaHubs en Guatemala —uno en la región Oriente y otro en la región Occidente—, donde organizaciones como ADIPAZ y ASORECH colaboran estrechamente en la difusión de prácticas sustentables adecuadas a cada contexto agrícola y sociocultural.

Para el gobierno noruego, que buscar estrechar lazos con los gobiernos y sociedades de México y Centroamérica, el modelo de los InnovaHubs resulta ideal para conectar no solo con los gobiernos nacionales, sin los gobiernos locales y también con los productores y una amplia gama de actores estratégicos.

El gobierno de Noruega, que con CIMMYT ya impulsa el movimiento Agricultura para la Paz —que retoma el legado del doctor Norman Borlaug para promover sociedades pacíficas y resilientes mediante una agricultura sustentable e incluyente—, considera que la agricultura es un medio vital para impulsar la estabilidad social en las zonas rurales —ya que apoya la generación de ingresos y contribuye a generar estabilidad política—, de ahí su interés y apoyo a los esfuerzos de los InnovaHubs en la promoción de una agricultura innovadora y sustentable.

Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, en módulo de innovación de Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, en módulo de innovación de Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Durante su visita a Guatemala, la Ministra Beathe, y la embajadora Imerslund, estuvieron acompañadas por el doctor Jelle Van Loon, director asociado del programa de Sistemas Agroalimentarios Sustentables de CIMMYT, el equipo operativo de AgrilLAC en Guatemala; Elder Cardona, Alcalde de San Jacinto; así como por representantes de ABC, ADIPAZ y ASORECH con quienes recorrieron instalaciones de los InnovaHubs y entablaron un nutrido diálogo con diversos productores que participan en AgriLAC Resiliente, particularmente con un grupo de agricultoras quienes compartieron sus experiencias sobre cómo los aprendizajes que han obtenido a través de la iniciativa se han reflejado en empoderamiento y mejores condiciones de vida.

Durante la visita también se explicó el contexto sobre Chiquimula, la región Chortí y el Corredor Seco, destacando los desafíos y limitaciones; las actividades realizadas con AgriLAC, incluidas las plataformas de investigación, los procesos de poscosecha y de capacitación; la investigación agronómica en curso, propuestas para las familias, programas de manejo agronómico y la diversificación de cultivos, Mesas Técnicas Agroclimáticas (MTAs), entre otros temas.

Finalmente, se destacó que, con la cooperación triangular entre la Embajada de Noruega, AMEXCID y CIMMYT, se contemplan acciones para que CIMMYT capacité a asesores de campo de El Salvador, Guatemala y Honduras, con la finalidad de continuar con los esfuerzos de una Agricultura para la Paz en beneficio de los países de la región.

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Hubs, una metodología que inspira

Acompañamiento técnico en áreas de extensión en Oaxaca, México, brindado por el equipo del Hub Pacífico Sur del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Acompañamiento técnico en áreas de extensión en Oaxaca, México, brindado por el equipo del Hub Pacífico Sur del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

“Estoy aquí con mi equipo para estudiar la metodología del hub que CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado en México. Estamos tratando de desarrollar un manual para guiar la aceleración de la ciencia agronómica en el Sur Global y nuestra experiencia aquí nos ha dado nuevas perspectivas”, comenta Henry Okonkwo, de Ernst & Young, organización que en el marco de Excelencia en Agronomía —una iniciativa de CGIAR— estudia cómo escalar en otras partes del mundo la innovación en agricultura.

En medio del creciente interés global por la agricultura sustentable, los hubs agrícolas, desarrollados y consolidados en México por CIMMYT y sus colaboradores, se han convertido en un punto focal para la innovación y el cambio.

Así, luego de visitar el Hub Pacífico Sur y el Hub Bajío de CIMMYT, Henry, quien viene desde Nigeria, comparte sus impresiones sobre esta metodología: “Mi experiencia aquí ha sido reveladora y he observado tres aspectos fundamentales: primero la estructura del hub, que es una estructura colaborativa. Segundo, la interacción entre el hub y las partes interesadas, que es participativa. Y por último está el impacto del hub que ha sido muy significativo entre los productores”.

Henry, describe la estructura del hub como «una estructura colaborativa», destacando cómo esta característica tiene un impacto adicional: “Cuando miro la estructura del hub, veo que es algo integral y esto atrae e inspira confianza entre todas las partes interesadas que conforman el hub”, señala.

Con respecto a la interacción entre el centro y las partes interesadas, Henry señala que esa interacción permite que las partes interesadas, gobierno, alcaldes y la comunidad “trabajen todos juntos. Vimos a algunas ONG asociarse con CIMMYT, organizaciones del sector privado, y todos trabajando juntos para impulsar el impacto de la agricultura sustentable en la comunidad”, enfatizando que esta colaboración integral se traduce en un mayor alcance y efectividad de las soluciones implementadas.

Finalmente, sobre el impacto de los hubs en las comunidades, Henry comenta: “Vimos a ancianas, vimos a jóvenes participando y el testimonio de todos sobre el impacto que el hub ha tenido en ellos se manifiesta de muchas formas, desde ahorro de tiempo hasta nuevos aprendizajes sobre prácticas agronómicas. Creo que el hub, en términos de estructura, de interacción e impacto en la comunidad es asombroso”.

La experiencia de Henry y su equipo en los hubs agrícolas de México demuestra el impacto positivo y la eficacia de esta metodología en el impulso de la agricultura sustentable y el desarrollo comunitario, no solo en México, sino en muchos otros lugares alrededor del mundo.

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Interés creciente por los hubs de México

Recorrido por módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)
Recorrido por módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)

“Estamos conociendo lo que CIMMYT ha hecho en los hubs de México. Estamos tratando de entender cómo funciona esta metodología, qué sucede en las plataformas de investigación, qué sucede en las parcelas, la relación entre estos espacios, los menús tecnológicos y cómo se hace llegar ese menú a los agricultores”, comenta Emmanuel Ekom, del equipo de Ernst and Young, organización que en el marco de Excelencia en Agronomía —una iniciativa de CGIAR— estudia cómo escalar la innovación en agricultura.

“Entendemos que en México CIMMYT ha podido crear un enfoque de innovación que prioriza al agricultor. Yo vine desde Nigeria con mi equipo y estamos profundizando en ese enfoque para comprender cómo funciona, para comprender cómo podemos replicar estas brillantes ideas en varios países del sur global en todo el mundo. Así que visitamos muchos hubs interesantes en todo México”, comenta Emmanuel.

“Una de las cosas más interesantes que pude ver en uno de estos hubs fue que el alcalde de uno de los pueblos fue capacitado por el trabajo del CIMMYT. El alcalde entendió la agricultura de conservación y contribuyó a difundir ese conocimiento a todo el pueblo”, menciona Emmanuel, quien destaca la inclusión de instituciones públicas, privadas y académicas en la operación de los hubs.

Pude ver las caras de los agricultores, la emoción que tenían, especialmente las mujeres cuando hablaron de cuánto tiempo habían podido ahorrar al utilizar tecnologías desarrolladas por el CIMMYT y sus colaboradores. (Esta metodología) no solo está impulsando el aumento de los ingresos de las mujeres, sino también ayudando a hacer la vida más fácil y ayudando a las mujeres a ahorrar más tiempo para dedicarlo a otras situaciones que tienen que afrontar. Pude ver cómo funciona el enfoque de género en lo que CIMMYT está haciendo y eso me pareció muy, muy impactante”, menciona Emmanuel.

“Pude ver de primera mano cómo el trabajo realizado por los hubs ha impactado directamente a estos agricultores, y donde es realmente interesante que los gerentes de los  hubs tienen muy buenas relaciones con los agricultores. Cada vez que íbamos a una parcela, inicialmente planeábamos visitar solo a un agricultor, pero a veces nos encontramos como a 10 o 15, y el gerente del hub tiene una relación tan excelente con ellos. Y yo creo que eso es realmente asombroso”, enfatiza Emmanuel, para quien la experiencia de los hubs en México permitirá trazar el camino para replicar la metodología en otras latitudes.

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Agricultores de Honduras impulsan la innovación apoyados por centros internacionales

Campo agrícola en Honduras. (Foto: Instituto Nacional Agrario de Honduras)
Campo agrícola en Honduras. (Foto: Instituto Nacional Agrario de Honduras)

De acuerdo con el informe Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional 2022, de las Naciones Unidas, el 22,5 % de las personas en América Latina y el Caribe no cuenta con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable. Esto significa que en la región es urgente, entre otros aspectos, transitar hacia sistemas agroalimentarios sustentables, rentables y resilientes. Hacerlo, sin embargo, exige considerar las particularidades de las muy diversas zonas agroecológicas existentes en la región.

“Cada una de las zonas es totalmente diferente, tiene su particularidad y debemos atender esas necesidades específicas. En Honduras, por ejemplo, actualmente el InnovaHub de Oriente se ha orientado al mercado y el InnovaHub de Occidente a la agricultura familiar”, comenta Óscar Amado Martínez Castillo, quien forma parte del equipo de acción climática de la Alliance Bioversity-CIAT, organización basada en Colombia, y quien actualmente participa en AgriLAC Resiliente.

AgriLAC Resiliente es una iniciativa del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del cual forman parte el CIAT, el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés), el Instituto Internacional de la Papa (CIP), de Perú, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), de México, entre otros—  para transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe. Su objetivo es aumentar la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región.

Esta iniciativa “es una oportunidad para que converjan todas las instituciones que están trabajando en la región, o es a lo que buscamos, que todas estas instituciones se sumen a esta red de innovaciones, a esta red de instituciones para que su experticia y conocimiento sea llevado a las plataformas, luego a los módulos y a los productores para que ellos puedan ver resultados”, señala Óscar, haciendo referencia a la metodología de los InnovaHubs, un modelo de innovación surgido en México a partir de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México del CIMMYT y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Entre las acciones que la iniciativa ha promovido en Honduras destacan las capacitaciones en agricultura sustentable que se han dirigido inicialmente a técnicos de todo el país: “en el InnovaHub de Oriente, por ejemplo, hay técnicos de alrededor de unas siete instituciones las cuales también integran las mesas agroclimáticas que el CIAT ha impulsado en toda Latinoamérica. Así, vemos que el trabajo tanto del CIMMYT como del CIAT siempre se encontrará presente de alguna forma u otra”, comenta Óscar.

Otras de las acciones impulsadas en Honduras mediante AgriLAC Resiliente es el diagnóstico de parcela, el cual es “uno de los elementos fundamentales para definir las prácticas agrícolas más adecuadas para cada una de las parcelas participantes. En este momento, por ejemplo, se están realizando el perfil o el modelo de cultivos que los técnicos van a implementar junto con cada uno de los productores con los que van a estar trabajando en parcelas representativas del territorio”.

“Estas actividades se hacen en conjunto con los productores, siempre se pide la participación de la persona a la que se le está brindando el acompañamiento y también es un a convocatoria abierta, si más personas de la comunidad quisieran participar son bienvenidos para que puedan conocer para qué y cómo se hace y puedan aplicarlo en sus parcelas, porque también es un efecto bola de nieve: nosotros, con el equipo del CIMMYT, estamos capacitando al técnico, el técnico le da seguimiento al productor y ahí mismo, de forma indirecta, pueden llegar a más productores”, concluye Óscar.